EN DEFENSA DE LOS DIRIGENTES SOCIALISTAS ATACADOS POR EL ESTADO

Comunicado de prensa del movimiento por la Democracia Obrera 03/10/12



5/07/2013

VII Sesión del Tribunal de la Inquisición contra los Obreros Petroleros de Santa Cruz

10/07/13
Desde  LAS HERAS 

Paula Medrano, hija de desaparecidos,
se solidariza en el tribunal con los trabajadores de Las Heras

Vea el reportaje a la compañera Graciela Valencia

Ver también

¡Este 17 de Junio a las 17 hs todas las organizaciones obreras, sindicatos y cuerpos de delegados combativos, y todas las organizaciones que se reivindican de la clase obrera, de estudiantes combativos y de derechos humanos, marchemos todos a la Casa de Santa Cruz por la absolución de los Compañeros Obreros Petroleros de Las Heras y los 6.500 luchadores obreros y populares procesados!

LAS HERAS PIERDE EL MIEDO

DEL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓN CONTRA
LOS OBREROS PETROLEROS DE SANTA CRUZ

La jornada de hoy seguramente abrirá un antes y un después en este juicio de la inquisición contra los obreros petroleros de Las Heras.

El tribunal fascista de jueces y policías torturadores y represores ha comenzado a ser ya abiertamente desenmascarado como tal. Comienza a quedar demostrado que los testimonios sacados a los trabajadores y al pueblo de Las Heras, contra sus compañeros, fueron arrancados en base a torturas, terror y amenazas de muerte a sus hijos y familias.
Así actuaban las juezas Ruarte de Leone y la actual presidenta del tribunal, Lembeye.
El tribunal preparaba su día de jolgorio. Es que este no tiene ni tendría legitimidad para condenar a los luchadores obreros solamente con testimonios de policías que, como demuestra el curso de las declaraciones, secuestraron, actuando con orden o sin orden de jueces, establecieron estados de sitio y aterrorizaron al pueblo.
El tribunal de la inquisición necesitaba de testigos del mismo pueblo que condenen a los compañeros.

Al caer la tarde, sobre la desolada avenida San  Martín de la gélida ciudad de Caleta Olivia, el tribunal entra en la sala con toda la arrogancia que el poder estatal les otorga, sabiendo que sus amos de las petroleras imperialistas les demandan un “castigo ejemplar” a todos los obreros que lucharon por sus demandas contra el impuesto al salario y por el pase a convenio petrolero. Por esto mantienen como rehenes a 13 compañeros a quienes se juegan a condenarlos y responsabilizarlos de la muerte del policía Sayago.  

Luego de varios días de los “testimonios” de policías, Lembeye, Monelos y Luzzetti en esta jornada apuestan, como ya dijimos, a pegar un golpe fulminante para convalidar las falsas atestiguaciones a favor de la familia del policía Sayago y el estado provincial. Para ello han citado fundamentalmente a la trabajadora del hospital regional: Eliana Graciela Valencia y al obrero petrolero: José Guillermo Bilbao. Buscan que ratifiquen una serie de declaraciones “testimoniales” realizadas en el 2006-7, donde “imputan” a varios de los trece obreros, entre ellos familiares y vecinos del pueblo. 

El clima interno reinante de la sala es de extrema tensión. Desde finales del verano del 2006, Las Heras fue brutalmente militarizada y ocupada por tropas de la policía asesina provincial y la gendarmería. El terror invadió a los explotados de todo el pueblo, sólo comparable con los oscuros años de la dictadura videlista.
Allanamientos, torturas y todo tipo de vejaciones se hicieron “normales” en las calles y rutas de todo el norte de Santa Cruz. Graciela Ruata de Leone -la jueza fascista que comandaba el estado de sitio en esos años- consiguió que bajo tortura decenas de obreros firmaran declaraciones delatoras de sus compañeros, familiares y amigos como supuestos culpables de la muerte del oficial Sayago.
Con esos testimonios encarpetados y guardados como un tesoro por los jueces y los policías de las petroleras, ahora se disponen a lanzarlos como sus municiones contra los obreros imputados.

Comienza a declarar Eliana Graciela Valencia, el aire se corta con una navaja. Los obreros falsamente imputados sabían que, como viene armado este juicio totalmente fraudulento, comenzaban los testimonios en su contra por parte de los mismos habitantes de Las Heras. Pero esto no sucedió. La voz firme de la trabajadora Eliana Graciela Valencia terminó de romper el miedo que reinaba sobre la ciudad de Las Heras. La compañera Valencia se plantó y desafió a todo el tribunal. Sencillamente contó la verdad, que declaró “delatando” a su cuñado Gonzales porque la amenazaron hasta de muerte a ella, sus hijos y demás familiares. Y que dicha tortura la encabezó la policía, la jueza Graciela Ruata de Leone y hasta estuvo presente la abogada de la familia Sayago: la Dra. Mayorga.
Semejante demostración de valentía de esta compañera trabajadora dejó catatónicos a todos los presentes, y la compañera Valencia con todo el odio a flor de piel, no dudó en afirmar: “Tuve que mentir, para evitar que mis 6 pequeños hijos y el resto de mi familia corriera peligro de muerte; porque así me lo hizo saber la jueza Ruata, mientras me golpeaba el pecho; rodeada de seis policías”.
Como si esto no bastara para demostrar el carácter fascista del juicio, a renglón seguido; la compañera Valencia era chantajeada por el tribunal con la amenaza de dos días de cárcel, por “falso testimonio” y para que “recuperara la memoria”. La llevaron “aparte”, la amedrentaron con más amenazas. El tribunal fascista quedó al desnudo.

Sin embargo la joven trabajadora del hospital regional se mantuvo firme, expresando –aunque no fuera conciente- que el miedo que impuso la militarización policial se ha derrumbado y el silencio a los atropellos que viene de sufrir el pueblo explotado de Las Heras empezó a revertirse.
Centenares de pronunciamientos solidarios de organizaciones obreras del país, y el mundo han llegado a los ojos y los oídos de los trabajadores y el pueblo de Las Heras. Estos comienzan a retomar confianza en sus fuerzas, ya saben que no están solos. Que ya no será fácil atropellarlos y torturarlos.
Hoy ellos, con sus voces valientes, quieren ser sujetos de los que buscan realmente la verdad. Esta es sencilla: una banda de jueces y policías bajo las órdenes directas de los directorios de las petroleras imperialistas, bendecidos por los curas y sostenidos por los políticos patronales con una feroz represión, amenazas y torturas hicieron firmar testimonios con una pistola en la cabeza a habitantes del pueblo contra sus propios compañeros. Esto es lo que sale a la luz.
Por primera vez el pueblo y los trabajadores empiezan a decir en voz alta su verdad. El tribunal amenaza a la compañera con detenerla por falso testimonio, su “delito” es denunciar la tortura de jueces, policías y patrones asesinos. Todo trabajador que siga el camino de Graciela, como ya lo están haciendo denunciando torturas, submarinos, declaraciones sacadas con capuchas, serán amenazados con prisión por decir la verdad. Este es el tribunal de las petroleras y el gobierno y los políticos patronales que quieren hacer sentir su escarmiento contra los trabajadores.
Pero, la verdad está en las calles, en los pozos de petróleo donde se congelan los castigados obreros de la Patagonia. Esa es la verdad que comenzó a tronar en ese tribunal de la inquisición de los verdugos de los trabajadores. Y esto no fue obra de ningún abogado que diga defender a los trabajadores. Porque aún con ellos, durante estos siete años, aquellos testimonios estaban guardados en los cofres de la represión y el silencio, en la oscuridad de la amenaza y la tortura. Eso se ha acabado.

El miedo, producto de la amplia solidaridad, comienza a disiparse. Entra la luz… A este corresponsal presenciar esta sesión del tribunal lo hace vibrar, emocionar… Nuestra lucha no ha sido en vano. Necesitamos de muchas Graciela Valencia que, empujados por la solidaridad de trabajadores del mundo y del país rompan su miedo, se pongan de pie, miren con los ojos en alto a sus verdugos y los acusen… Ellos, estos jueces fascistas son los que tendrían que estar (y van a estarlo con la lucha de los trabajadores y el pueblo), en el banquillo de los acusados.  Nosotros lucharemos porque el pueblo ni olvide, ni tenga perdón con estos represores, defensores hipócritas de la “democracia” y la “libertad” impuestas con la tortura y la represión.

Hace falta un paso más. Que los explotados del norte de Santa Cruz y Chubút que empiezan a ponerse nuevamente de pie en lucha por trabajo digno, aumento salarial, contra el impuesto al salario y vivienda propia, levanten la demanda por la absolución de los trece 13 obreros falsamente imputados en el actual juicio fascista de Caleta Olivia, y que con esas demandas vuelva a  hacerse respetar la clase obrera de toda la zona, como ya lo estaba empezando a conseguir en febrero del 2006. Que vuelva a surgir el potente cuerpo de delegados de base y con mandato de todos los obreros petroleros, expulsando a la burocracia sindical colaboracionista de sus filas.

Esta actitud valiente de los hijos del pueblo de Las Heras no debe quedar aislada. Es hora de terminar de romper ese miedo. Es tiempo de conquistar una asamblea de todos los trabajadores y petroleros de Santa Cruz y de las Heras en particular.
Sus compañeros en el tribunal necesitan de un paro, aunque más no sea de horas, en solidaridad con ellos. Docentes, trabajadores estatales que han protagonizado decenas de luchas en los últimos años, deben concentrar sus fuerzas y empezar acciones de protestas por los compañeros de Las Heras, porque en gran medida el futuro de los trabajadores de Santa Cruz y del país dependerá del fallo de este tribunal y, de qué tan rápido los pongamos en proceso de disolución y desbandada, para que los trabajadores del país y de Las Heras puedan juzgar y castigar, sin olvido ni perdón, a jueces, patrones, políticos, curas y milicos asesinos y torturadores del pueblo y los trabajadores.

Este paso enorme necesita de todo el peso de las organizaciones de lucha de Argentina, en las calles. Si con tan poco comienza a romperse el miedo en Las Heras, con nuevas acciones contundentes en las calles estamos en condiciones de torcer el rumbo de los acontecimientos y arrancar a los compañeros del patíbulo.

La valentía de la compañera Valencia seguramente ocupará una página en la historia del movimiento obrero; su ejemplo de cómo enfrentar a los tribunales fascistas, al estado represor y asesino, y a sus jefes del gobierno kirchnerista-radical y sus amos imperialistas, demuestra tener una superior conciencia de clase que todas las direcciones de los partidos de izquierda que hasta la fecha no han puesto ni el 1% de sus fuerzas y recursos para defender a los compañeros. Las personalidades públicas de la izquierda se han negado a desconocer a este tribunal fascista y su política ha sido legitimar al jurado dejando que este funcione y dicte sentencia.

A no dudarlo, el paso al frente de estos trabajadores de Las Heras contra el tribunal no es producto del conocimiento sesudo de los artículos del código penal de ningún abogado, por más de izquierda que este sea. 

Estamos a tiempo de acudir en ayuda a los obreros de Las Heras, hay que poner como moción en cada asamblea de base  de las organizaciones obreras su libertad e inmediata absolución, y que  sea parte de las  banderas de lucha. Ese es el camino más corto también para liberar a los cinco compañeros presos en Bariloche, los siete compañeros en Corral de Bustos y el incondicional desprocesamiento de los 6500 luchadores procesados. Sólo en la clase obrera en las calles arrancará a los compañeros de Las Heras de las garras del tribunal fascista que los quiere condenar.

La mayoría de las corrientes que se reivindican de la clase obrera en Argentina han propuesto que se deje actuar al tribunal, que todo quede en manos de los abogados. Veamos… Gente del pueblo, sola, enfrentando al tribunal del terror, mientras preparan su marcha a la casa de Santa Crus para… el 26 de julio. Esto es una tragedia. Ya habrán pasado unos treinta testigos del pueblo a los que se le han arrancado testimonios, hace siete años, en base a torturas, amenazas de muerte y vejámenes. Acto el “26” no es más que una posición pasiva que solo deja, de forma irresponsable, que actúe un tribunal que sigue imponiendo el terror a todo testigo que diga la verdad, e inclusive amenazando con la cárcel y deteniéndolos en el mismo tribunal para que atestigüen a favor de la policía asesina y para que callen que han sido brutalmente torturados para atestiguar.
Los que han dejado actuar impunemente a este tribunal han permitido que este imponga su terror, ellos, los que le han corrido el arco a cada paso a la solidaridad efectiva con los trabajadores de Las Heras, deberán rendir cuentas ante la clase obrera.

Corresponsal, Caleta Olivia (Santa Cruz)