9° Aniversario del asesinato de Abu al Bara Siria
- 1 de noviembre de 2025
Intervención de Florencia Cerrillos, de “El Organizador Obrero Internacional”
“En este homenaje vamos a hablar de la revolución; y de forma particular de una revolución que todo el mundo buscó y busca que no quede ni rastros de ella, que es la revolución siria como parte de toda la cadena de revoluciones que se dio en Medio Oriente”
Buenas tardes a todos los compañeros. Hoy estamos haciendo un homenaje al camarada Abu Al Baraa, cuando se cumplen nueve años de su asesinato, y con él, hacemos un homenaje también a todos los luchadores socialistas revolucionarios que cayeron en la revolución siria. Por esto mismo, queremos homenajear a los más de 600.000 obreros y explotados que fueron masacrados en esa enorme revolución. Y, como no podía ser de otra manera, nos parecía importantísimo también rendirle nuestro homenaje a las heroicas masas palestinas que hoy se encuentran siendo martirizadas después de dos años de un terrible genocidio impuesto por Netanyahu, por el imperialismo y con la complicidad y el cerco de todas las burguesías árabes.
Con ellos, homenajeamos a todos y cada uno de los mártires que deja la clase obrera, la juventud rebelde y los explotados en cada rincón del planeta donde se vienen protagonizando batallas decisivas enfrentando el imperialismo y sus gobiernos, como podemos ver en Nepal, Indonesia, África, como estamos viendo ahora en América Latina nuevamente en Ecuador y Perú y un larguísimo etcétera.
Nos parece importante comenzar así esta jornada porque en este homenajevamos a hablar de la revolución; y de forma particular de una revolución que todo el mundo buscó y busca que no quede ni rastros de ella, que es la revolución siria. En primer lugar, todas las direcciones traidoras no quieren que nadie sepa qué pasó en Siria, porque tienen mucho que explicar. Ellos son los traidores de esa revolución.
Pero hay algo que a nosotros nos parece importantísimo y que es lo primero que quieren silenciar, que es que la revolución siria fue parte de toda una enorme cadena de revoluciones que se dio en el Magreb y Medio Oriente. Nadie quiere que la clase obrera mundial sepa qué pasó ahí: que esta cadena de revoluciones conmovió a todo Medio Oriente, de Túnez a Egipto, de Bahréin a Yemen, de Libia a Siria. Es decir, conmovió a una de las regiones donde, nada más y nada menos, sale el petróleo con el que se genera el 80% de la energía que hace funcionar la economía mundial.
Esa cadena de revoluciones que se abrió en el año 2011 tuvo un enorme precedente. En el año 2008, el ejército de Estados Unidos, después de masacrar a un millón de iraquíes, se tuvo que retirar de Irak, donde había invadido. Para poder hacerlo, se tiró las torres gemelas, y primero fue por Afganistán y después por Irak, en donde hizo semejante masacre.
Pero irrumpió la heroica resistencia de las masas de Irak y sobre todo un enorme levantamiento de la clase obrera al interior de Estados Unidos y también de las potencias imperialistas europeas que se negaban a ir a la guerra, enfrentando su propia burguesía. Es decir, se sincronizó la lucha de las masas de Irak con sus mejores aliados, las masas de las potencias imperialistas. Estados Unidos tuvo que retirar sus tropas y quedó sin poder intervenir con sus marines directamente.
Entonces esta cadena de revoluciones del 2011, agarró a EEUU sin poder de fuego; y a su gran guardián y gendarme que tiene en la región, que es el sionismo, ese maldito estado fascista de Israel, tampoco lo podían usar para masacrar la revolución. Es que tenían un problema: si usaba al sionismo para masacrar, se unificaba una misma revolución encabezada por las masas palestinas y se ponía a la orden del día que esa revolución triunfe en Jerusalén destruyendo a ese estado ocupante.
En el mismo año 2008, mientras todo esto le pasaba al imperialismo, también estalló el crack de Wall Street. El imperialismo le tiró toda la crisis a las masas del mundo, provocando que aumenten, por ejemplo en Medio Oriente todos los precios de los alimentos en un 150%.
Ante esto, las masas que saben que tienen el “oro negro” bajo sus pies, no aceptaron vivir bajo la brutal miseria que le seguían imponiendo. Eso fue un reguero de pólvora que estalló en Túnez, con un joven técnico en computación que no conseguía trabajo y vendía verduras, al que la policía le sacó su carrito. Ni siquiera le permitían ser vendedor ambulante. El compañero se inmoló y esa fue la chispa que encendió el fuego de la llama revolucionaria en toda la región.
Siria, dentro de este proceso, fue la que llegó más lejos. Fueron acciones de masas enormes, insurrecciones locales, ciudad por ciudad, contra ese gobierno fascista de Al Assad. Esa lucha de clases también llegó a los cuarteles y se partió el ejército. Surgieron los comités de coordinación de obreros y soldados, donde todas las masas luchas se coordinaban para pelear contra el gobierno de Al Assad y contra el saqueo imperialista de Siria, en una sola y misma revolución.
El imperialismo tuvo que concentrar fuerzas ahí. En primer lugar porque Siria queda al lado de Palestina; se ponía en riesgo que esa revolución triunfe en Jerusalén. En segundo lugar porque los comités de coordinación que pusieron en pie las masas ponían al orden del día que suceda lo de Irak, que esas enormes revoluciones se sincronicen con la lucha de los trabajadores de las metrópolis imperialistas.
Esta es una gran lección que nos deja la revolución siria. Porque el imperialismo, aún sin tener poder de fuego, pudo masacrar esa revolución a sangre y fuego y para ello utilizó a distintos agentes.
Al primero que utilizó fue a la burguesía chiita de Irán, que ya se había aprobado en aplastar un enorme levantamiento que había habido en 2009 en ese país. También usó a Hezbollah, que fue a Siria a masacrar luego de contener un enorme combate que habían protagonizado las masas palestinas en el sur del Líbano, que habían derrotado la invasión del sionismo a esa nación en el año 2006.
Esas fueron las primeras fuerzas que usó el imperialismo para masacrar. Pero tampoco podía faltar -y esto lo reconoció incluso el Secretario de Estado de Estados Unidos- que como los yanquis “no tenían nada con que derrotar esa revolución” hablaron directamente con Rusia. Recurrieron al gran sicario del imperialismo que es Putin, que es vestido por toda la izquierda como “antiimperialista”, para que vaya a masacrar esa heroica revolución.
Como si eso no fuera poco, también recurrieron a Turquía. Los generales burgueses del ESL fueron para desarmar y entregar desde adentro los comités de coordinación que habían surgido. Este era el peor enemigo, el que tenían adentro las masas, que le entregaba desde adentro su lucha.
Pero para nosotros nada de esto fue lo central, porque nada de esto lo podrían haber hecho si no hubieran aislado la revolución siria. Hubo una internacional contrarrevolucionaria que fue el Foro Social Mundial, integrada por todos los gobiernos bolivarianos de América Latina, todas las burocracias sindicales del mundo, todo el estalinismo mundial y con muchos de los partidos de los renegados del trotskismo, que dijeron que en Siria eran todos “terroristas”, y por lo tanto sostuvieron que sean masacrados.
Pusieron en pie un frente antiterrorista con la burguesía imperialista y le dijeron a las masas del mundo que los que morían en Siria no eran los obreros y campesinos, sino “terroristas” y que estaba bien aplastarlos. Sin eso, no había semejante masacre de la revolución. Ellos fueron los que les dejaron las manos libres a Al Assad y Putin para que pudieran masacrar, mandar como refugiados a 15 millones de explotados, demolerle todas sus ciudades, etc.
No nos olvidamos de los que nos dicen de la izquierda que Al Assad y Putin eran “antiimperialistas” y “amigos de la causa palestina”. Porque apoyaron una masacre que incluyó al campamento de refugiados palestinos que se llama Yarmouk, donde vivían 180 mil palestinos que se sublevaron junto a las masas sirias y cuando terminó la masacre solo quedaron 15.000 y todo reducido a escombros.
Entonces, hoy nosotros vemos al sionismo recuperando su poder de fuego. Nosotros siempre dijimos “¡Ay de las masas palestinas si derrotan la revolución siria!” Y lamentablemente eso es lo que estamos viendo hoy. Porque la derrota de la revolución siria es lo que le dejó las manos libres hoy al sionismo para este genocidio infernal que está imponiendo, pero también para avanzar más e imponer el “Gran Israel”, que es el gran plan de Trump.
El imperialismo viene a definir una relación de fuerzas histórica para terminar de derrotar de forma estratégica esa cadena de revoluciones que dejó al imperialismo colgando de un hilo en la región. Viene a retomar el control directo de las rutas del petróleo.
Para nosotros, hoy más que nunca la gran alternativa que estamos viendo y que demuestra Medio Oriente es revolución y guerra.
Por eso también nos parecía importante remarcar esto en este homenaje y planteando en primer lugar que nuestra corriente fue la que enfrentó esta gran traición a la revolución siria, a todos los que se dedicaron a calumniar a las masas y el camarada Abu Al Baraa fue de la avanzada de ese combate, planteando que la revolución triunfaba a nivel internacional y por eso nos parecía, compañeros, compartir con todos ustedes esta jornada y con esto darle las bienvenidas a todos y comenzar el homenaje.
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