Organizador Obrero Internacional
Publicaciones de los adherentes a la FLTI


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La FLTI en la 50º Asamblea 
Internacional Contra la Guerra en Japón

Un gran paso adelante para romper el cerco a las heroicas masas revolucionarias de Siria 

Portada del Kaiho, periodico de la JRCL-RMF, dedicado a la 50º Asamblea Anti-Guerra de Japón donde intervinieron dirigentes de la FLTI

Una delegación de la FLTI se hizo presente en la 50° Asamblea Antiguerra que se realizó en Japón. Participamos en dicha Asamblea constituida por más de mil delegados obreros, surgidos de las entrañas del proletariado japonés, que militan y luchan contra el régimen asesino y represor de las corporaciones; y por dirigentes del movimiento estudiantil revolucionario Zengakuren.

En la segunda parte de este “Organizador Obrero Internacional” y en folletos complementarios desarrollaremos la rica experiencia que significó para el trotskismo internacionalista de Occidente, nuestra intervención en dicha Asamblea y también en las extensas reuniones que tuvimos con la dirección de la JRCL-RMF (Liga Comunista Revolucionaria de Japón / Fracción Marxista Revolucionaria). 
En dichas jornadas de debate pudimos constatar los enormes acuerdos que tenemos para golpear juntos con campañas y acciones internacionalistas, como así también pudimos debatir importantes diferencias que mantenemos y que desarrollaremos en debates de cara al movimiento de masas y con el método de la democracia revolucionaria, que es el de publicar las distintas posiciones que están en debate, cuestión que es central para ir reconstituyendo los hilos de continuidad del marxismo revolucionario.

Intercambio de las banderas del Comité por Siria y los delegados de la 50° Asamblea Internacional contra la Guerra

Desde la FLTI llegamos al Pacífico y estuvimos luchando junto a uno de los proletariados más explotados y reprimidos del planeta. Con las bayonetas de una de las bases militares yanquis más grandes en el Pacífico, como lo es la de Okinawa, y del régimen represor semi-fascista de las corporaciones; y luego de durísimos combates y también de traiciones y derrotas, se le ha impuesto a la clase obrera japonesa un terrible régimen de esclavitud laboral en las últimas décadas.

Llegamos y estuvimos en la “patria soñada” por las multinacionales imperialistas, donde impusieron el toyotismo, ese sistema laboral de “justo a tiempo”, con el obrero a disposición las 24 horas al servicio del patrón.

Nada de esto pudo ser posible sin la abierta traición del Partido Comunista que desde la salida misma de la Segunda Guerra Mundial, sostiene al régimen de Yalta como el verdadero mandamás de Japón, asentado en las corporaciones japonesas asociadas totalmente al imperialismo “democrático” yanqui de Wall Street, el vencedor de dicha guerra.

Contra los imbéciles pacifistas que hablan en nombre del “socialismo revolucionario” y contra los esbirros del capital imperialista que dicen pregonar la “libertad” y la “democracia”, el imperialismo japonés es un testigo viviente de que los piratas imperialistas se dividieron el mundo y sus zonas de influencia en la Segunda Guerra Mundial, no como caballeros, sino a los bombazos limpios, en una verdadera carnicería humana como fue dicha guerra.
El imperialismo “democrático” yanqui sometió, y en la posguerra subsumió, al Japón “fascista”, con dos bombazos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, donde murieron centenares de miles de personas. EE.UU. hizo esto, inclusive cuando Japón ya se había rendido en la guerra, con un doble  objetivo: definir quién era el dueño del Pacífico e impedir que se sublevara el proletariado japonés, que ya en las calles exigía que ingresara el Ejército Rojo para liberarlos de la opresión fascista del emperador e iniciaba un proceso revolucionario contra el régimen sanguinario y antiobrero de los monopolios imperialistas japoneses.
Contra esto, con su política servil de “coexistencia pacifica con el imperialismo”, Stalin y el PC japonés fueron los más grandes sostenedores de ese pacto entre los bandoleros imperialistas yanquis y japoneses, actuando como un sostén fundamental de la estabilidad imperialista a la salida de la Segunda Guerra Mundial tanto en Japón, como en todo el Pacífico y a nivel mundial, estrangulando decenas y decenas de procesos revolucionarios en todo el planeta durante Yalta.

Como ya mencionamos, estuvimos en la patria imperialista del toyotismo. Las transnacionales imperialistas yanquis que producen para la industria de la guerra con la línea de montaje fordista de producción en serie, necesitan sacar desde Japón, y también ahora desde China, piezas, microchips, autopartes, etc. para armar sus mercancías y productos finales “justo a tiempo”, es decir, con el trabajo a destajo de obreros esclavos bajo el toyotismo. 
Japón y la supremacía imperialista yanqui es la simbiosis entre el capital financiero de Wall Street y las multinacionales japonesas; y entre los obreros esclavos del toyotismo y su “justo a tiempo” para que funcione con eficacia capitalista y sin acumular stock la línea de producción fordista de EE.UU. y las transnacionales imperialistas en el planeta.

Pero ya sabrá la clase obrera japonesa y norteamericana, apoyados en sus hermanos de clase del mundo semicolonial y de China en particular, aplastar a toda la bestia imperialista en la región. 
En los últimos años esa división mundial del trabajo se ha dislocado. El crac mundial azota al planeta. Japón ha entrado en un fuerte período recesivo desde hace dos décadas, actuando como el gran prestamista para las transnacionales imperialistas que invierten en China. Hoy la recesión de la economía mundial está llegando a Japón. En esta situación, el alza de los precios, la suba de impuestos y los tarifazos, no son sólo obra de los Khadafy y Al-Assad, sino de toda la burguesía y el imperialismo mundial contra las masas, y actualmente ese es el motor de una nueva oleada de luchas que está en curso.

Estuvimos en una Asamblea de entusiastas obreros y jóvenes revolucionarios que han puesto el grito y la moción ante la clase obrera mundial de que “el verdadero enemigo está en casa”. Ese enemigo es el imperialismo yanqui y japonés, a quienes ellos enfrentan diariamente en solidaridad con la lucha de la clase obrera y los pueblos oprimidos del mundo. 
A diferencia de los partidos social-imperialistas de la Europa de Maastricht, quienes llaman a transformar a esa cueva de bandidos en una “Maastricht más social”; y a diferencia de la izquierda social-imperialista norteamericana, que con la excusa de “enfrentar a Bush”, llamó a apoyar a Obama; los obreros revolucionarios internacionalistas de Japón han definido quiénes son sus reales enemigos, que “están en casa”, y son la avanzada en enfrentar al gobierno imperialista de Noda, que en los sindicatos y organizaciones obreras cuenta con la complicidad y el apoyo del Partido Comunista. Esto sucede con la central sindical Rengo que junto a los sindicatos fascistas de las corporaciones estrangulan y someten al proletariado japonés.

En esta 50° Asamblea Internacional contra la Guerra hubo dos hechos distintivos.
Por un lado, la preparación y la organización, junto a otras Asambleas de delegados que se hacían en todo Japón, de una marcha de decenas de miles de combatientes antiimperialistas contra la base yanqui de Okinawa, que se realizará los primeros días de septiembre. Esta cuestión plantea la posibilidad de una enorme acción internacional conjunta de la clase obrera para enfrentar a todas las bases militares con las que las transnacionales controlan sus zonas de influencia en el planeta, como podemos ver también en Colombia con las 5 bases militares yanquis que funcionan bajo los gobiernos lacayos del imperialismo como el de Uribe y Santos, o en Guantánamo, donde se tortura a los combatientes antiimperialistas de Medio Oriente.
En ese mismo sentido, en la Asamblea fue pasado un video de una enorme marcha de jóvenes y obreros japoneses que, al grito de “¡Abajo el gobierno de Noda!”, cercaron el Parlamento contra el aumento de los impuestos y contra la carestía de la vida que padecen los trabajadores de Japón. 
En ese video pudimos ver cómo los obreros y militantes de la JRCL-RMF, junto a los valientes combatientes jóvenes Zengakuren, rompían el cerco que el estalinismo y la policía le habían impuesto a las masas que protagonizaban una gran lucha política contra el gobierno. Así terminaron rodeando el Parlamento al grito de “¡Fuera Noda!, contra ese gobierno que posa de social-demócrata y de “democrático” tal cual Obama, y es sostenido por el Partido Comunista (al igual que hace toda la izquierda norteamericana con ese “Bush tiznado” que comanda el imperialismo yanqui).

El segundo hecho distintivo, fue la intervención de la FLTI en esa Asamblea alrededor de la necesidad de romper el cerco a las masas de Siria, donde presenciamos un verdadero genocidio contra los explotados que se está desarrollando con el silencio cómplice de toda la izquierda reformista mundial, tal cual podrán ver todos los compañeros en el discurso de la FLTI que reproducimos a continuación.

A esta Asamblea, el Comité Internacional en apoyo a las masas sirias hizo llegar su bandera, que quedó en las manos de los luchadores antiimperialistas de Japón, quienes la impulsarán en las calles para luchar por romper el cerco a los martirizados explotados de Siria. A los revolucionarios de la FLTI nos fue entregada una bandera común de lucha con la consigna de “La FLTI y la JRCL-RMF combatimos juntos por derrotar a Al-Assad”. 
Además, la bandera que encabezó la marcha por “¡Abajo Noda!”, también nos fue entregada por la máxima dirección de la JRCL-RMF. Esa es la bandera que desfiló en la movilización realizada días atrás en Argentina a la embajada de Siria y Sudáfrica, contra esos representantes de las transnacionales, asesinos de obreros en Siria y en el África martirizada.

Como ya dijimos, en la segunda parte de este “OOI” y en folletos especiales les presentaremos a los obreros de Occidente la rica experiencia y el desarrollo contradictorio y laberíntico, tal cual sucedió en todo el mundo, del marxismo revolucionario en el Pacífico. 
Los internacionalistas tenemos mucho que aprender de la clase obrera del Pacífico y de sus organizaciones revolucionarias. 
En nuestro viaje pudimos ver la City de Tokio. Vimos enormes edificios de las corporaciones, y a sus empleados administrativos que todas las mañanas, tal cual una marea humana, llenan sus oficinas, cuasi-uniformados de camisas blancas y pantalones oscuros. 
También vimos a los obreros vestidos de azul, que orgullosamente miran de frente, masticando odio y bronca por tantos padecimientos y súper-explotación que por generaciones soportan sobre sus hombros.
Así, desde uno de los sectores más fuertes del proletariado mundial -que cuando entre a la escena en grandes acciones revolucionarias, conmoverá al mundo, junto al proletariado chino-, le hemos comenzado también a gritar juntos a las masas de Siria que combaten en Homs, Deraa y Damasco, que los obreros del Pacífico se incorporan al combate por derrotar a Al-Assad. 
Allí hemos denunciado que masacres como la de Siria se desarrollaron por decenas en China el último año para detener el ascenso y la ofensiva revolucionaria de la clase obrera china. El imperialismo y sus secuaces saben muy bien que la apertura de un proceso revolucionario en China encontraría a sus aliados en el proletariado japonés. Esta cuestión haría tambalear desde sus cimientos al dominio imperialista en el Pacífico. 
El control del proletariado japonés es clave y estratégico para el imperialismo, puesto que su cercanía con la ex Rusia soviética, lo transforma en un país bisagra entre el Pacífico y Europa, a través de Rusia. 
En Japón están las bases militares de Okinawa, pero también las enormes fuerzas de la clase obrera, que cuando despierten harán temblar al mundo.

En Japón, al igual que en China en el mundo semicolonial, y en EE.UU. y demás potencias imperialistas, se han concentrado enormes batallones del proletariado. La transnacional japonesa Toyota explota a 1 millón de obreros, inclusive en una ciudad que se llama Toyota y con un presidente de la compañía que se llama Toyota. Esta patronal pasó de ser comerciantes textiles antes de la Segunda Guerra Mundial, para luego hacer fortunas millonarias junto al estado japonés en la construcción de tanques y aviones para la guerra, de donde surgió la moderna industria automotriz japonesa.

Los trotskistas, que no estamos sometidos a ninguna burguesía nacional y que no tenemos ningún compromiso con ningún régimen de explotación del mundo, hemos podido comprender lo que a veces uno entiende y ve, pero que necesita ser hecho carne en el proletariado mundial: la brutal explotación de la clase obrera china, vietnamita, coreana, etc., cuyo martirio, esclavitud y masacres hoy son inauditos, no es más que la venganza de los explotadores del mundo contra la clase obrera que más palizas le propinó al imperialismo desde la Segunda Guerra Mundial. Las masas lo derrotaron en China; lo hicieron huir como rata de Indochina en Vietnam; y lo hicieron escapar como sucedió con las tropas de Mc Arthur hasta el paralelo 38° de Corea del Norte, con las masas paralizadas allí por el dique de contención de la burocracia estalinista.
Pudimos ver cómo estas heroicas luchas revolucionarias del proletariado del Pacífico fueron estranguladas y traicionadas por la lacra estalinista y sus variantes ho-chi-minhista, maoísta, kim-ning-sunista, etc., que entregaron las más grandes conquistas del proletariado del Pacífico, los estados obreros donde se había expropiado a la burguesía del Pacífico.

Hemos constatado cómo los “pseudo-trotskistas de Occidente”, entregadores de la IV Internacional, se abrazaban con el estalinismo para llorar luego en el ’89 la caída de los estados obreros, cuando fueron ellos los que sostuvieron durante décadas a la burocracia estalinista, y dejaron aisladas y libradas a su suerte a las corrientes que como la JRCL rompían valientemente con el estalinismo cuando éste aplastaba la heroica revolución húngara en 1956. 
Los renegados del trotskismo a la salida de la Segunda Guerra Mundial llamaban a entrar a los Partidos Comunistas. Pablo y demás liquidadores de la IV Internacional anunciaban que la “URSS iba a atacar a EE.UU”. Los resultados de esto ya se conocen: esa burocracia lejos de atacar a EE.UU, se robó los rublos, los pasó a dólares y se llevó miles de millones de dólares a la City de Londres y a Wall Street. 
Y mientras el pablismo sostenía al estalinismo, insistimos, dejaba libradas a su suerte a las corrientes que rompían con el estalinismo, debido a sus traiciones contra la clase obrera mundial y sus masacres contra el proletariado del Este en particular.
El programa del trotskismo pasó la prueba; los “trotskistas” no. Eso es lo que también fuimos a hacer a Japón: a colaborar, desde nuestra lucha, para unir los hilos de la historia del marxismo revolucionario.

Las lecciones, el aprendizaje y los aportes de extensas jornadas de debate serán publicados extensamente por la FLTI. Pero vaya aquí el adelanto de nuestro discurso y nuestro combate por romper el cerco a las masas de Siria.
En Japón dimos un enorme paso para fortalecer nuestra lucha por las masas de Siria. Varios centenares de folletos en inglés con las distintas posiciones de la FLTI, fueron comprados a un precio solidario por parte de los jóvenes y obreros que participaron de esta Asamblea. Más de U$S 2.355 se juntaron y fueron enviados a los milicianos antimperialistas que fueron a combatir a Siria, retomando así la tradición de las organizaciones obreras que en los ’30 organizaban colectas, recolectaban dineros, alimentos y voluntarios para ir a combatir a la guerra civil española.
Esta actividad, que llevamos adelante junto a los obreros y jóvenes internacionalistas de Japón, es parte de la campaña que estamos impulsando entre las organizaciones obreras y juveniles de distintos países, con la cual ya hemos recaudado fondos que actualmente sostienen y colaboran con todos los voluntarios que van a llevar alimentos, medicina y a solidarizarse y luchar con los trabajadores de Siria. Asimismo, el Comité Internacional en apoyo a las masas de Siria, del cual es parte nuestra organización, también está encabezando esta campaña y ya ha juntado fondos que han llegado a los compañeros que se encuentran en el frente de batalla de Siria combatiendo contra el carnicero Al-Assad. 
Esto es parte de la solidaridad internacional para con los martirizados explotados de Siria que recorre distintos puntos del planeta, como realizan también jóvenes de Alemania con su campaña de “Adopte una revolución” recolectando dinero para enviar a la resistencia siria. 
Llamamos a todas las organizaciones obreras y juveniles combativas a tomar estas iniciativas en sus manos y recolectar alimentos, medicamentos y aportes de fondos destinados a los explotados de Siria, que pueden ser entregados en hospitales, en los campos de refugiados, etc.

A esta Asamblea fue llevada como moción al movimiento estudiantil y a todas las organizaciones obreras de Japón, la declaración y el llamamiento del Comité de Siria de Argentina a poner en pie un Comité Internacional para romper el cerco a los explotados de Siria, llamamiento que hicieron suyo los combativos jóvenes de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) de Chile. Dicha declaración fue ovacionada en la Asamblea Antiguerra y fue impresa de a miles en idioma japonés; como así también fue publicado en el último periódico de la JRCL (Kaihoh) este discurso de intervención de la dirección de la FLTI en la Asamblea contra la Guerra que aquí reproducimos.

Comité Ejecutivo Internacional de la FLTI