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21/10/2011

ANTE LA MUERTE DEL ASESINO KHADAFY, EL GENDARME Y LACAYO DURANTE DÉCADAS DE LAS POTENCIAS IMPERIALISTAS EN EL NORTE DE ÁFRICA 
Ahora más que nunca…

¡FUERA EL CNT Y SUS GENERALES KHADAFISTAS, LACAYOS DEL IMPERIALISMO!

Ellos buscan derrotar, desarmar y aplastar, como ayer lo hiciera Khadafy, a las masas insurgentes de Libia que combaten por el pan y la libertad

¡FUERA EL IMPERIALISMO Y LA OTAN!

¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de todas las petroleras en Libia!

¡GOBIERNO PROVISIONAL REVOLUCIONARIO DE LAS ORGANIZACIONES OBRERAS, LOS COMITÉS DE SOLDADOS Y LAS MILICIAS DE LAS MASAS INSURGENTES!

El CNT, por exigencia de Sarkozy, Obama, Cameron y demás bandoleros imperialistas anuncia que realizará una amnistía a todos los generales y políticos asesinos y corruptos khadafistas. Ellos, con Khadafy, se robaron todas las riquezas de Libia masacrando a los trabajadores y a su propio pueblo explotado

¡NINGUNA AMNISTÍA PARA LOS ESBIRROS Y ASESINOS DEL RÉGIMEN KHADAFISTA, CUYOS GENERALES Y POLÍTICOS CORRUPTOS CONSTITUYEN EL CNT, BAJO EL MANDO DEL IMPERIALISMO!

¡Tribunales obreros y populares para investigar, juzgar y castigar a todos los generales y políticos patronales que hayan colaborado con el régimen khadafista! 
¡Hay que demoler y destruir todas las cárceles de la CIA, de Bush, Obama y Khadafy, que están en territorio libio –hoy custodiadas por el CNT-, donde son torturados y asesinados los combatientes antiimperialistas del Norte de África!



Los trotskistas festejamos en la plaza de Misarrata, donde está colgado Khadafy y su hijo Motassim (quien en el 2009 era recibido por Obama, que le rendía un homenaje en la Casa Blanca). Hoy a éste lo linchan las masas de Misarrata. Eso es justicia.
Los trotskistas festejamos junto a las masas en la plaza de los mártires en Trípoli, donde se grita: “¡POR LA LIBERACIÓN DE JERUSALÉN, PALESTINA Y TODA LA NACIÓN ÁRABE!”, donde se llama a combatir para “QUE TRIUNFE SIRIA, YEMEN Y SEA LIBERADO EL TERRITORIO PALESTINO”.
Esto fue tomado en vivo por la cadena Al Jazeera en la plaza de Trípoli.

La cabeza de Khadafy en Misarrata es un excelente punto de partida para que las masas comiencen a hacer justicia con todos los generales y políticos khadafistas que hoy integran el CNT y que vinieron a expropiar el enorme sacrificio y combate que dieron los explotados desde febrero hasta que rodara la cabeza de Khadafy. El rol de la intervención de la OTAN y el imperialismo, desde que los explotados desintegraran al ejército khadafista, fue reconstituir la casta de oficiales khadafista, pero ahora bajo el mando del CNT, que no es más que el nuevo “perro guardián” con un collar “democrático” de las potencias imperialistas.
La justicia hecha con Khadafy por las masas es un excelente punto de partida para que los explotados de Siria y Yemen terminen de partir a los ejércitos asesinos del imperialismo, las autocracias y los “CNTs” que allí también se preparan para expropiar el sacrificio y la sangre que dejan las masas para derrotar las autocracias del hambre y la entrega del Norte de África y Medio Oriente.
Es un excelente punto de partida para que se subleven las masas palestinas contra la política entreguista de los dos estados, que sostiene toda la izquierda bolivariana del Foro Social Mundial del planeta, como continuadores de los pactos contrarrevolucionarios entre Churchill, Eisenhower y Stalin en 1948, cuando fundaron al portaviones llamado “estado de Israel” para disciplinar a las masas de Medio Oriente.

¡Que lloren la muerte de Khadafy los traidores del proletariado mundial, los lacayos de la OTAN, de Obama, de los generales khadafistas y los sirvientes de las burguesías bolivarianas!
Los traidores del proletariado lloran a Khadafy y acusan a las masas revolucionarias armadas de agentes del imperialismo, cuando éste no hace más que desesperarse y exigir el inmediato desarme de las milicias rebeldes.

Khadafy y su hijo están colgados en Misarrata, porque mientras la OTAN y el CNT negociaban en Sirte un acuerdo con Khadafy, para su rendición y para realizar negocios comunes a futuro, sobre la masacre de la población civil -durante cerca de 2 meses-, las masas insurgentes, desacatando a los generales “CNTistas”, se largaron a la captura de Khadafy, casa a casa, y lo agarraron como una rata escondido en una alcantarilla.
El grito que se escucha en árabe en los videos caseros es el de Khadafy pidiéndole clemencia a los rebeldes y éstos le respondían con golpes y tiros en la cabeza, “¡ESTO ES POR MISARRATA, PERRO!” 
¡Cuánta razón! Más de 5.000 hombres, mujeres y niños fueron masacrados por las tropas contrarrevolucionarias de Khadafy tan sólo en Misarrata. Más de 12.000 trabajadores y jóvenes fueron enterrados en fosas comunes en Trípoli, cuando fuera masacrada, en febrero, la heroica insurrección revolucionaria en esta ciudad capital. 
Las potencias imperialistas, los generales khadafistas y los que hoy piden investigar cómo fue ajusticiado Khadafy, no han movido ni un solo dedo cuando este asesino masacraba, en un verdadero genocidio, a las masas libias. 
Las pandillas imperialistas de Obama, Sarkozy, Cameron y Berlusconi, que recibían con honores, hasta hace no más de 5 meses, al asesino Khadafy en sus capitales, no pueden permitir que las masas, con sus armas, ejerzan la justicia directa contra sus verdugos. Ellos saben que, más temprano que tarde, las masas también harán justicia con ellos, que son los saqueadores de Libia. El imperialismo teme que se comience por Khadafy y se termine colgando a su ex ministro de justicia, hoy presidente del CNT.
A no dudarlo que, ahora, en nombre de la “democracia”, como ayer lo hacían con el puño de hierro del asesino Khadafy, el imperialismo intentará escarmentar a las masas que se quieran auto-organizar para terminar con sus flagelos y penurias inauditas.
Las masas libias hicieron justicia. Los políticos khadafistas del CNT buscarán asesinarlas por la espalda.
El honor de levantar ese grito de justicia de los explotados insurrectos de Libia y de llevárselo al proletariado mundial no es del imperialismo, que sostuvo a Khadafy hasta el final en Sirte. Es que los generales de la OTAN, junto con la CIA, son los que sacaron a Khadafy de Trípoli y lo salvaron cuando llegaba la insurgencia a esa ciudad, para que las masas no festejen con su cabeza en sus palacios. 
El verso del “beduino que conoce el desierto” y que “se escapa de Trípoli”, yendo a 500 kilómetros a Sirte, con un convoy con más de 1000 soldados y pertrechos, que “no es visto” por las fuerzas de la OTAN –que pueden colocar un misil por la cerradura de una puerta-, ya no convence a nadie. Hasta la misma prensa imperialista reconoce que la guardia pretoriana de Khadafy era la CIA, porque con él tenía, como ahora tiene con el CNT, sus cárceles secretas para torturar y masacrar a todos los combatientes antiimperialistas del Norte de África.

Revolución y contrarrevolución se ven la cara en el Norte de África y Medio Oriente
Obama, Sarkozy, Cameron y Ban Ki Moon de la ONU le exigen al CNT y sus generales que desarmen inmediatamente a las milicias rebeldes. Ellos saben que si no desarman ese verdadero doble poder de las masas insurgentes, que son las milicias, no podrán imponer un estrangulamiento “democrático” de la revolución. El desarme que exigen las potencias imperialistas significa un fusil en la cabeza de los combatientes para que entreguen las armas.
La cabeza de Khadafy, junto a la de Ben Ali y Mubarak, que caen en el Norte de África y Medio Oriente, son a cuenta de las masas y no de los que los sostuvieron durante décadas para saquear el petróleo y las riquezas de toda la región.

Hoy las masas están armadas. Tienen el pan más cerca de sus manos que nunca. Los que se interponen entre las masas y el pan son y fueron Khadafy, la OTAN y el CNT y sus “generales khadafistas”. 
El objetivo del imperialismo no fue otro que reunificar la casta de oficiales khadafista del ejército partido horizontalmente por las insurrecciones de masas, que sacudieron a Libia en febrero desde Trípoli a Bengasi.

Los socialistas revolucionarios y la clase obrera mundial debemos saber distinguir el contenido de la revolución del contenido de la contrarrevolución; lo que son acciones de masas por su liberación de lo que son conspiraciones de la burguesía y traiciones de las direcciones del proletariado mundial a la revolución libia.
No nos equivocamos ni de barricada ni de trinchera. Sabemos muy bien de qué lado estamos. No lloramos la muerte de Khadafy, el viejo “perro guardián” del imperialismo en el Norte de África; y mucho menos estamos y sostenemos al CNT, sus políticos burgueses y generales khadafistas, que ayer actuaron como quinta columna y hoy como expropiadores de la revolución de las heroicas masas libias.
El imperialismo, luego de las insurrecciones de Bengasi, Misarrata, Brega y Trípoli de febrero, había comprendido que su agente y lacayo Khadafy ya no tenía legitimidad para seguir manteniendo su saqueo de Libia por los próximos 40 años. 
A Khadafy, el imperialismo, lo dejó fortalecido lo suficiente como para aplastar la insurrección en Trípoli en febrero y llegar, masacrando, a Brega y Misarrata, inclusive a las puertas de Bengasi, para que las masas aterrorizadas se disciplinaran al CNT y la OTAN.
La OTAN debilitó a Khadafy en la medida en que sabía perfectamente que un choque de guerra urbana en Misarrata y Bengasi podía provocar una derrota militar de sus fuerzas contrarrevolucionarias. La OTAN también debilitó, con bombardeos a mansalva llamados “fuego amigo”, a las milicias cada vez que éstas, desde junio a agosto, intentaban marchar hacia Trípoli. Las más grandes bajas de las milicias en Misarrata las provocaron los bombardeos de la OTAN. Los cobardes generales khadafistas, bajo la disciplina ahora del CNT, enviaban a las milicias al frente, sin municiones, con camionetas artilladas por los propios trabajadores de Bengasi y Misarrata, sin celulares ni comunicación entre ellos.
Antes, durante y después de la intervención directa en Libia, el rol de la OTAN no fue más que expropiar la insurrección revolucionaria de las masas contra Khadafy. Su objetivo no fue más que reconstruir su casta de oficiales del ejército destruido por las insurrecciones de masas. Su accionar fue impedir que las masas insurgentes lleguen a Trípoli antes que las haya controlado el CNT y los generales khadafistas, pasados a último momento a Bengasi, como “Caballos de Troya” con ropajes “democráticos”, para controlar la insurrección de masas.
El objetivo de la OTAN, cuando las masas rompieron el cerco y avanzaron a Trípoli en agosto desde Misarrata y el oeste, fue garantizar que los generales y oficiales de Trípoli desarmen a todos los soldados de la guarnición más grande de Libia en esa ciudad y los envíen a sus casas desarmados, para que éstos no se pasen a las milicias que ingresaban a la capital.
El general encargado de la seguridad de Trípoli se “pasó de bando” con todos sus oficiales y se puso bajo las órdenes del CNT. Se volvió a soldar así la unidad de la casta de oficiales, esta vez bajo el gobierno “democrático” contrarrevolucionario del CNT. 
Mientras tanto, con tanques franceses, se bombardeaba a las masas que marchaban con las milicias que ingresaban a Trípoli, causando más de 2000 muertos civiles.
En la trastienda, en la gran conspiración contra las masas en Trípoli, la OTAN sacaba a Khadafy y lo mandaba a 500 kilómetros, a Sirte. Rápidamente el CNT mandó a las milicias insurgentes a seguirlo a Khadafy, lejos de Trípoli. El objetivo era que los generales del CNT y su nueva casta de oficiales tomen el control de cada barrio de Trípoli. Este engaño fue para que las milicias rebeldes no extiendan el armamento a todos los trabajadores de los barrios obreros de Trípoli y emergiera un doble poder de las masas revolucionarias.

Esta fue la gran conspiración contra las masas libias, dejadas libradas a su suerte por todos los lacayos del Foro Social Mundial y de los bolivarianos, que lloraban por su aliado Khadafy y dejaban aisladas a las masas revolucionarias de Libia. Ahora se lamentan de que las masas revolucionarias de Libia “son dirigidas por el imperialismo y la OTAN”.
Ninguno de ellos llamó a ninguna acción ni huelga revolucionaria para paralizar los puertos y boicotear la maquinaria de guerra de la OTAN, ni en EEUU ni en ningún país imperialista de Europa.
Ninguna corriente de la izquierda mundial llamó a paralizar la maquinaria de guerra imperialista ni puso a todas las organizaciones obreras de Europa y del mundo al servicio de apoyar, comenzando por los explotados de Egipto y Túnez, a las masas explotadas de Libia. Ninguna llamó a retomar el combate de la clase obrera norteamericana que paralizaba los puertos en la costa oeste de EEUU contra la guerra de Bush en Irak
Por eso, aunque lloren y chillen por la justicia impuesta por las masas contra su asesino y carcelero Khadafy; aunque lo hayan seguido hasta su tumba; aunque el CNT y sus generales khadafistas busquen, bajo las órdenes del imperialismo, a las brigadas y milicianos que ajusticiaron al asesino de Khadafy; aunque ahora el CNT y sus generales se quieran auto-amnistiar para escapar del odio de las masas, a los trotskistas, que luchamos por refundar la IV Internacional, no nos tiembla la voz para gritar bien fuerte y que lo escuche el proletariado mundial:
¡Honor a las masas insurgentes, que se constituyeron en un tribunal revolucionario cumpliendo con su deber, desacatando al CNT y ajusticiando al chacal y carnicero del Norte de África a sueldo de las potencias imperialistas! ¡Ha llegado la hora de terminar no sólo con Khadafy sino con todos sus generales y políticos patronales que hoy están bajo las banderas del CNT!

Mientras las direcciones traidoras lloran el ajusticiamiento del chacal Khadafy, los Khadafistas del CNT y el imperialismo preparan un brutal ataque contra las heroicas masas de Libia¡La clase obrera mundial debe impedirlo!

Ahora el CNT anuncia que investigará cómo sucedió el ajusticiamiento de Khadafy, ¡cuando a los únicos que hay que investigar es a todos los políticos y generales khadafistas que hoy están en ese gobierno fantoche del CNT, armado a último momento con políticos khadafistas desde París, Londres y Nueva York! Hay que conquistar, en toda Libia, tribunales obreros y populares de las milicias insurgentes, los comités obreros y los comités de familiares de los desaparecidos y fusilados por Khadafy, para juzgar y castigar a todos los generales y políticos patronales burgueses que hayan tenido relación o hayan colaborado con el gobierno khadafista.

El gobierno del CNT anunció que otorgará una amnistía “a todos los partidarios de Khadafy que no hayan cometido crímenes de guerra y que estén dispuestos a cooperar con la nueva autoridad en el país” (como si hubiera algún político patronal o milico khadafista que no hubiese “cometido crímenes de guerra” contra las masas durante los últimos 42 años).
EL CNT Y LOS GENERALES KHADAFISTAS SE QUIEREN AMNISTIAR ELLOS MISMOS. El presidente del CNT, hasta hace apenas unos meses, fue el presidente del consejo de justicia de Khadafy, el responsable de encarcelar y asesinar a decenas de miles de trabajadores y jóvenes luchadores de Libia.
¡Ninguna amnistía a los represores y asesinos de la dictadura khadafista! ¡Son todos culpables hasta que demuestren su inocencia, desde el que dio la orden hasta el que dictó una sentencia y el general que armó a los mercenarios que mataron a los trabajadores y sus hijos!
El CNT quiere hacer aparecer como “democráticos” y “humanistas” a los carniceros y asesinos Sarkozy, Berlusconi y Obama, que llenaron a Libia de cárceles de la CIA y que sostuvieron al régimen asesino de Khadafy en ese país.
Ahí vemos el rol de la OTAN, dando órdenes estrictas de “dar una amnistía a todos los generales y políticos y oficiales burgueses khadafistas”. Es que el propio imperialismo le había exigido a Khadafy, luego de la insurrección de Trípoli de febrero, que pactara elecciones anticipadas para no caer por las acciones revolucionarias de las masas (como finalmente sucedió). Los piratas imperialistas sabían muy bien que Khadafy ya no tenía legitimidad para ser su agente en Libia y en la región.
La polvareda está bajando y ya se ve el contorno de los edificios. La orden es perseguir a la insurgencia, que impuso justicia contra el asesino Khadafy. Aquí ha quedado claro quiénes son los verdaderos enemigos del imperialismo y la OTAN.
¡Paremos el ataque -que ha comenzado- del CNT, bajo las órdenes del imperialismo, de desarmar, perseguir y encarcelar a las masas autoorganizadas y armadas, que son las que realmente lucharon y triunfaron en el combate contra Khadafy!
A los que hay que llevar a un tribunal de guerra por genocidas y asesinos son a Obama, Bush, Sarkozy, Berlusconi y demás carniceros imperialistas, que sostuvieron hasta último momento al asesino Khadafy, como lo hacen hoy con el carnicero de Assad en Siria, la dictadura de Yemen y el estado sionista-fascista de Israel. Ellos son los criminales de guerra que matan en cualquier lugar del mundo a los que creen que son sus opositores. Ellos son los que masacraron a centenares de miles en Irak y Afganistán y sostuvieron a cuanta dictadura genocida hubo en todo el planeta.
¡Fuera las manos del imperialismo de Libia! ¡Abajo sus lacayos y servidores khadafistas, hoy camuflados en el CNT! Son el mismo perro al que le han cambiado el collar.

Se trata de que la cabeza de Khadafy, con la que hicieron justicia las masas, sea un hito más en la lucha por la revolución socialista en Libia, para que la clase obrera y los explotados no le entreguen el poder a sus verdugos.
¡Es el momento de desconocer al CNT, a los generales khadafistas y la OTAN, que con la sangre de los mártires están negociando cómo vuelven a rapiñar el petróleo y las riquezas de Libia con Sarkozy, Berlusconi, Cameron y Obama, para que hagan buenos negocios la Totalfina, la ENI, la British Petroleum y todas las hienas de las transnacionales de la comunicación y la construcción, que van a “reconstruir” lo que la guerra destruyó!
¡Abajo el gobierno del CNT y sus generales khadafistas! ¡Gobierno provisional revolucionario de las milicias, las organizaciones obreras y de las masas explotadas de Libia!
¡Fuera el imperialismo! ¡Expropiación de todas las transnacionales imperialistas sin pago y bajo control obrero! 
¡Plan de obras públicas! ¡Devolución inmediata de los 200.000 millones de dólares de reservas de la nación libia que tienen los bancos usureros de las potencias imperialistas en el Bundesbank, en la City de Londres y Nueva York!
En Libia, no se puede permitir ni un día más salarios miserables de U$S 200. Fue por pan y dignidad que dieron la vida los trabajadores y sus hijos, derrocando a Khadafy. ¡Aumento de salario ya, de acuerdo a la canasta familiar! ¡Que, en las mismas condiciones y con las mismas conquistas, vuelvan a trabajar el millón de obreros egipcios y tunecinos para que, con sus hermanos de clase de Libia, conquisten, con las riquezas del “oro negro”, un bienestar para ellos y sus familias!
¡Basta de carestía de la vida! ¡Comités de abastecimiento y control de precios! ¡Expropiación sin pago de toda la cadena de comercialización mayorista de alimentos, bajo control de las milicias obreras y populares de Libia, para que no falte ni el pan ni el alimento en ninguna casa de los trabajadores!
¡Expropiación inmediata de toda la fortuna de Khadafy y los políticos burgueses khadafistas! ¡Expropiación sin pago de sus propiedades, que fueron robadas –con asesinatos- al pueblo libio!

El CNT y el imperialismo quieren desarmar a las milicias, porque de ello depende que su régimen decadente y de opresión se sostenga.¡Las armas no se entregan! ¡Congreso nacional de los comités de soldados, de las milicias y los obreros en armas! 
¡Disolución de toda la casta de oficiales khadafista! ¡Los milicianos y los soldados rasos que lucharon eligen a sus jefes y los destituyen en cualquier momento!

 

El triunfo de la revolución que ha comenzado en el Norte de África y Medio Oriente se define en el terreno de la lucha de clases mundial
Las fuerzas de las masas insurgentes de Libia están junto a sus hermanos de clase, que combaten contra los “CNTs” de Túnez y Egipto, que intentan expropiarle la heroica revolución que iniciaron las masas en esos países. Están en los explotados que combaten contra el asesino Assad de Siria, sostenido por el Partido Comunista sirio, que avala públicamente la masacre de Assad contra millones de trabajadores que se han sublevado contra su régimen de opresión y entrega.
Sus aliados son las masas palestinas, con las que la insurgencia de Libia ansía combatir.

Millones de obreros migrantes del Norte de África y Medio Oriente, ante la hambruna, la desesperación y la represión, buscan huir a la Europa imperialista. Libia, con Khadafy, era el estado de esclavistas que decidía cuántos esclavos de los pueblos oprimidos del África martirizada llegaban a Roma, a Londres o a París por orden y en acuerdo con las potencias imperialistas. Cuando esto se realizaba por fuera de los “Khadafis” y los campos de concentración de Ceuta y Melilla de los piratas españoles en el Norte de África, los inmigrantes “ilegales” eran y son recibidos en Lampedusa, en verdaderas cárceles a cielo abierto, por el asesino Berlusconi, cuando no morían como perros en el Mediterráneo.
Khadafy no era más que un “coyote” que cobraba por cada inmigrante de Medio Oriente y África que pedían los explotadores de Europa, quedándose además con una parte de la renta petrolera de las transnacionales.
¡Por la unidad de la clase obrera del Norte de África! ¡Que vuelvan los obreros de Egipto y de Túnez a trabajar con los obreros de Libia en las petroleras expropiadas sin pago al imperialismo!
¡Brigadas obreras internacionales para combatir junto a las masas de Palestina, de Siria y de Yemen, para que todo el Magreb y Medio Oriente sea la tumba del imperialismo y sus lacayos!

Los trotskistas de la FLTI denunciamos la campaña de calumnias y de ignominias contra las masas revolucionarias de Libia, que ha impulsado la izquierda mundial, como ayer lo hiciera el stalinismo en los ‘30 en la guerra civil española contra los mejores combatientes contra el franquismo del Partido Obrero Unificado Marxista y de la Central Nacional de Trabajadores de Cataluña. La clase obrera mundial debe saber la verdad. La izquierda mundial, tras los pasos del stalinismo, está atacando por la espalda a lo más aguerrido y combativo de las masas de la revolución que comenzó en Libia en febrero de este año; y prepara las condiciones, con sus puñaladas por la espalda, para que los generales khadafistas del CNT las desarmen, y masacren a sus mejores combatientes.
Hay que hacer justicia con la verdad. Con los verdaderos acontecimientos de Libia.
Durante años el stalinismo hizo pasar a las masas revolucionarias como agentes del enemigo. No se lo podemos permitir. Cuando las masas se arman y se autoorganizan, las direcciones traidoras dicen que éstas “son de la CIA”, son “tropas terrestres de la OTAN”, son “pro-imperialistas” y un largo etcétera. Pero cuando las masas van a votar a elecciones como las de los “CNTs” de Egipto y Túnez que éstos llaman para desviar a los explotados de sus luchas revolucionarias, las direcciones traidoras dicen que son “combatientes de las primaveras del mundo árabe”.
En última instancia lo que quieren decir es que las masas tienen que desarmarse e ir a votar en 8 meses, como ya les promete el CNT de Libia.

Ayer, el reformismo, sostenía a Khadafy, colgado a los faldones de todas las potencias imperialistas. Hoy lo siguen hasta la tumba. Ellos son los mismos que hoy guardan un vergonzoso silencio de la restauración capitalista que, de forma abierta y a velas desplegadas, desarrollan los traidores de la burocracia castrista en Cuba, restableciendo el derecho de herencia, haciendo acuerdos de explotación del níquel con Sarkozy. Acuerdos con los que se roban, como parásitos, en empresas mixtas, las riquezas de Cuba, depositándolas en cuentas off-shore de las Bahamas.
Ellos guardan silencio sobre el millón de obreros que están siendo despedidos de fábricas y empleos públicos en La Habana. Guardan silencio también sobre esa cadena de prostíbulos modernos de hoteles de lujo, que la burocracia castrista puso en pie con sus socios, los borbones de España y la Merkel de Alemania.
También guardan silencio del asesino de Evo Morales, represor y hambreador de obreros y campesinos, tan lacayo de la OEA y EEUU como lo era ayer la rosca de Goni.
¡Y esta gente quiere posar de anti-imperialista!
El club de lloronas de Khadafy afirma que la OTAN y el CNT “controlan todo”, cuando justamente es el momento de llamar a derrocar al CNT con una Asamblea Nacional Libia de las milicias, los comités de obreros y trabajadores de toda Libia. Es el momento de conquistar un gobierno provisional revolucionario de la clase obrera y sus aliados, las clases medias empobrecidas.
Otros personeros de la “nueva izquierda” claman, desde Brasil y desde Paris, que “estamos ante un gran triunfo de la revolución democrática en Libia”. Nada más lejano a ello. La revolución democrática, que es la ruptura con el imperialismo en Libia, sólo puede triunfar con la clase obrera y sus organizaciones armadas tomando el poder, expropiando al imperialismo y toda la propiedad de los explotadores.
De la mano del CNT lo que vuelven son los viejos generales y políticos khadafistas, y no viene ni la “primavera árabe” ni “cien años de democracia”.
Y esto lo dicen, en nombre del socialismo, los que se han postrado ante Khadafy o ante el CNT. Ambos son las dos puntas de una misma soga de las clases dominantes y las potencias imperialistas para estrangular a la revolución en Libia.

Los socialistas revolucionarios afirmamos que:

El reformismo, bajo la dirección del Foro Social Mundial y sus partidos “filo-khadafistas” o “filo-CNTistas”, más temprano que tarde, estará con el CNT y sus generales enfrentados a las masas, apoyando su desarme y llamándolas a intervenir en las elecciones. Esto lo harán muchos de ellos, ni bien se les termine de secar la última lágrima por la muerte de Khadafy.
Seguramente mandarán eurodiputados y ONGs para formar partidos políticos que intervengan en las elecciones del CNT. Formarán sindicatos bajo la dirección de la AFL-CIO, que le reclamen por migajas de salario a los ministros de trabajo “democráticos” del CNT. Pero eso sí, el club de lloronas de Khadafy le exigen y le exigirán a los trabajadores de Libia que antes dejen sus armas. Obreros del mundo: no duden que esto sucederá.

La lucha recién comienza… Los indignados de Nueva York apuntan a la cabeza de Obama.
En la huelga general revolucionaria de Grecia, la vanguardia obrera y juvenil se enfrentó físicamente con el cordón de seguridad del Partido Comunista griego, que impedía que las masas ataquen el parlamento, donde se votaba el ajuste número 99 contra los trabajadores y las masas.

Y ahora, ¡por Siria, Yemen y Palestina! ¡Que se incendie el Norte de África y Medio Oriente!
Para expropiar a los banqueros que saquean a los trabajadores de Grecia y Europa, ¡derrotemos al stalinismo griego y demás sostenedores del gobierno de Papandreu y la Unión Europea! ¡Cerquemos Wall Street y a los parásitos del capital financiero! 
La embestida revolucionaria en América Latina de los obreros y campesinos bolivianos, contra el “Khadafy” asesino, represor y pro-imperialista de Morales, es la gran aliada de los combates de las masas del Norte de África y Medio Oriente.
Los que sostuvieron a Khadafy hasta su muerte saben que tienen que hacerlo para someter a la clase obrera latinoamericana a los bolivarianos y a la burocracia castrista restauracionista, todos enemigos de los trabajadores y sirvientes del imperialismo.
La juventud del frente de batalla en Libia es parte de la misma juventud revolucionaria que combate en las barricadas de Chile, que incendia Tottenham y Londres, y que se enfrentan, en las Cités de París, contra la policía asesina de Sarkozy.

La izquierda mundial, en su variante “filo-khadafista” o “filo-CNTista”: Dos puntas de una misma soga para estrangular a las masas

El crack mundial capitalista abrió una época de “contrarreformismo”. Esta vez la vida misma habla en contra de los que delinquen contra el marxismo y el socialismo revolucionario. Es que ellos tienen que explicar por qué lloran ante la tumba del más grande agente del imperialismo en el Norte de África, Khadafy, haciéndolo pasar por “antiimperialista” ante las masas.
Ellos tienen que explicar qué raro imperialismo “democrático” ha surgido en el mundo que armó a decenas de miles de combatientes en Libia, que destruyeron al ejército khadafista y se armaron para conquistar el pan, dejando miles de muertos desde Bengasi a Trípoli.
¿Cómo esconder que fueron masas hambrientas las que se sublevaban en febrero en Libia, como lo hacían en Túnez o en Egipto cuando aumentaban un 200% los productos básicos de la canasta familiar? 
¿A quién quieren seguir engañando con que su jefe Obama y las burguesías “opositoras” armaron “primaveras democráticas” en el Norte de África y Medio Oriente, cuando todos los bandoleros imperialistas estaban sosteniendo y haciendo negocios con las autocracias contrarrevolucionarias? Es que plantear esto es darle a las fuerzas contrarrevolucionarias del imperialismo un rol liberador de aplastar a las dictaduras asesinas, cuando éstas son socias del propio imperialismo en el saqueo de los pueblos oprimidos.
Esta gente se ha creído, y es ferviente continuadora, del apotegma del stalinismo: “con las burguesías nativas progresistas enfrentamos al imperialismo”, como si fuera posible hacerlo sin derrotarlas y expropiarlas a éstas también con el triunfo de la revolución socialista. 
Ellos están con el “imperialismo democrático” (del cual Obama es su aliado preferido) contra el “imperialismo fascista” (como Bush)… cuando “democráticos” y “fascistas” son las dos cabezas de la hidra de los parásitos imperialistas de Wall Street: el régimen de los “Republicratas” que controla África con el comando AFRICOM del Pentágono de EEUU y con las cárceles de la CIA en Libia.
Por eso todos los partidos socialimperialistas que “condenan a la OTAN” deben explicarle al proletariado mundial por qué no movieron un sólo dedo para parar su maquinaria de guerra en EEUU, Francia, Inglaterra, Grecia, Italia y en toda Europa, como estuvo planteado, con toda agudeza, para impedir el plan contrarrevolucionario del imperialismo de reconstituir la casta de oficiales asesina de Khadafy, ahora bajo el mando del CNT. Ni a una sola acción llamaron para paralizar esa maquinaria de guerra asesina.

Cínicamente, la izquierda filo-khadafista anuncia que la muerte de Khadafy es aplaudida por Sarkozy, Cameron, Obama, etc. Ellos no terminaban de ver sus sonrisas, cuando aparecieron los colmillos, los dientes cerrados de los personeros de las potencias imperialistas, que salieron rápidamente a condenar a las masas que, con sus manos, hayan hecho justicia con Khadafy. Desde todas las capitales de las potencias imperialistas surgió una orden: exigen a sus siervos del CNT una investigación sobre la muerte de Khadafy y una explicación de por qué éste no fue llevado a un “tribunal legal”.
De golpe, los organismos de “derechos humanos” del imperialismo exigen “respeto a los derechos humanos” en Libia. Y esto es cuando rueda la cabeza de Khadafy. Pero miraban para otro lado y se hacían los distraídos mientras eran enterrados en fosas comunes decenas de miles de trabajadores en Libia, masacrados por Khadafy durante décadas, como lo demuestran 60.000 cadáveres hallados en Trípoli.
Derechos humanos y amnistía para los generales asesinos y políticos khadafistas, e investigación y condena a las masas autoorganizadas que imponen su justicia, la única justicia posible en la Libia martirizada.
Amnistía y defensa de los generales asesinos khadafistas es lo mismo que exige hoy la izquierda del Foro Social Mundial.
En última instancia, la izquierda khadafista hoy está alineada con Obama, Sarkozy, Cameron, Berlusconi, junto al CNT, la OTAN y la casta de oficiales khadafista para poner en el banquillo de los acusados a las heroicas milicias que saldaron cuentas con la rata de Khadafy donde estaba: en la alcantarilla.
Obama exige una amnistía para todos los generales khadafistas. Las masas libias exigen justicia, como en Argentina se exige por los 30.000 desaparecidos, como se exigía y se exige aun en Uruguay, Chile y Brasil contra los asesinos de las dictaduras militares, contra los asesinos del genocidio en el Congo, de la masacre de las masas Palestinas o del Apartheid en Sudáfrica, que siguen todos impunes.
El club de lloronas de Khadafy exigirá amnistía para todos sus generales khadafistas, junto a Obama, la OTAN, la CIA, el MI 6, la Mossad y no dudarán en sostener todo tipo de masacre contra las masas revolucionarias de Libia.
¡BASTA DE HACER PASAR A LOS AMIGOS DE LA CLASE OBRERA MUNDIAL COMO SUS ENEMIGOS, Y A SUS ENEMIGOS COMO ALIADOS!

A muchas de estas corrientes no les gustan las banderas de la vieja monarquía que la insurgencia tomó. Es que las masas, en su espontaneidad, agarraron la bandera que tenían a mano para enfrentar la “bandera verde” de Khadafy -ante la que estaba y está arrodillada toda la izquierda mundial-, que no era otra que la bandera del hambre, la miseria, la represión y la entrega de Libia al imperialismo. El Foro Social Mundial y su izquierda khadafista ha hecho suya esta “bandera verde” y la lleva como estandarte, no desde ahora, sino desde siempre.
Al reformismo no le gusta y despotrica contra la consciencia de las masas, que parte de donde ellos la dejaron con sus traiciones. 
¿Por qué las masas van a levantar la “bandera roja” de esta izquierda reformista mundial que apoyó incondicionalmente a Khadafy, mientras éste, con su banderita verde, masacraba y hambreaba a las masas de Libia y entregaba todas sus riquezas al imperialismo? ¿Acaso los lacayos de Khadafy quieren que las masas levanten la “bandera roja” de Hu Jintao, entregador de millones de obreros chinos como mano de obra esclava a la economía mundial capitalista? ¿Quizás la “bandera roja” de Gorbachov y la lacra stalinista, que entregaban la URSS al Citibank y la banca Morgan?
¿O tal vez la del carnicero de los Balcanes Milosevic? ¿O quizás la de Honecker y su Stasi, que se pasaron, con sus valijas repletas de dólares, al Bundesbank en Alemania? 
¿Cuál “bandera roja” quieren que levanten las masas? ¿La de la aristocracia y la burocracia obrera y los partidos socialimperialistas de Europa, que tratan a los inmigrantes en las capitales europeas como basura, y los expulsan de los sindicatos… y cuando sus hijos se sublevan en las Cites de París o en Tottenham los tratan como “vándalos”?
Este club de lloronas de Khadafy, ¿por qué no lloró el asesinato, la muerte y la represión de los jóvenes inmigrantes de Paris y de Londres? ¿Por qué no denunció a los traidores de las centrales sindicales italianas, que permiten que haya campos de concentración de inmigrantes del Norte de África en Lampedusa? Es que hacer esto significaría denunciarse a sí mismos como sirvientes del capital.
La bandera roja volverá a ser la bandera de la sangre de los mártires de la revolución libia cuando el proletariado mundial se saque de encima a las direcciones traidoras que lo someten al imperialismo, que son las que ensuciaron y mancharon dicha bandera con miles de traiciones a la clase obrera a nivel internacional.

No desconocemos la gravedad del desarrollo de la crisis de dirección revolucionaria en los combates del Norte de África, Medio Oriente y Europa. La espontaneidad de las masas tiene un límite. 
Las direcciones reformistas sostienen al imperialismo en bancarrota y actúan de forma centralizada. El proletariado debe conquistar una dirección revolucionaria internacionalista a la altura de semejante concentración de fuerzas de los agentes de la burguesía que conspiran contra el triunfo de las masas. 
La tarea de poner en pie un Comité Internacional por la Refundación de la IV Internacional se ha vuelto más urgente e imperiosa que nunca. Ese es el camino más corto para poner en pie un partido revolucionario internacionalista que dirija a las masas de Libia, del Norte de África y Medio Oriente al triunfo de la revolución socialista y a una lucha centralizada y coordinada con sus hermanos de clase. Estos son los que combaten contra las potencias imperialistas en Europa y los que, en EE.UU., comienzan a cercar Wall Street, el corazón de los parásitos imperialistas.

Escribimos esto y festejamos la caída de la cabeza de Khadafy porque es reconocer quién es el enemigo del proletariado y quiénes son los aliados de la clase obrera mundial.
Ese es un punto de partida para que el proceso revolucionario no se detenga y avance a la toma del poder que ya le fuera negado, tanto en febrero por el aplastamiento de la insurrección en Trípoli y ahora con el engaño que llevó a restablecer la casta de oficiales khadafista bajo el mando del CNT.

Los trotskistas sabemos que en esta lucha política a nivel internacional, junto a las masas revolucionarias de Libia, en la vereda de en frente de los khadafistas, el CNT, la OTAN, las pandillas imperialistas y las direcciones traidoras del proletariado que los sostienen, nos iremos aproximando más y más a los combates reales de las masas. Se trata de facilitarle a los explotados su dura lucha. Se trata de colaborar para que éstas comprendan cómo actúan y conspiran sus enemigos para derrotarlas y hacerlas retroceder.
Se trata de combatir por devolverle a las masas la dirección que realmente se merecen, que no es la que hoy tienen. Se trata de luchar para que las masas libias no se desarmen, para que se extiendan, se desarrollen y se profundicen al triunfo de la revolución socialista los procesos revolucionarios que, por el pan, contra las autocracias y el imperialismo, se desarrollan en el Norte de África y Medio Oriente.
Es el momento de que las heroicas masas de esa región vean que su aliado está en la clase obrera de Grecia, de Inglaterra, de España y de toda Europa que se pone de pie.
El rol de las burocracias y aristocracias obreras es someter al proletariado a su propia burguesía imperialista y darles la espalda a la clase obrera de los pueblos oprimidos por el imperialismo. De la misma forma expulsan y no le dan cabida en sus sindicatos y organizaciones a millones de obreros inmigrantes de África y del este europeo, tratados como “obreros de segunda” en los países imperialistas.
La unidad de las filas obreras es programa y lucha de la IV Internacional, y no de los que someten el proletariado a la burguesía y al imperialismo.
Nuestra lucha por la revolución en Libia y el Norte de África es parte de la lucha por la revolución socialista internacional y por la refundación de la IV Internacional.

Secretariado de Coordinación Internacional
  de la FLTI