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08 de Marzo 2013

Hay que profundizar la lucha y la campaña internacional por el desprocesamiento de los trabajadores petroleros de Las Heras, del Hospital Garrahan y los más de 6500 luchadores obreros y populares procesados por los jueces de las transnacionales

Reportaje a Darío Catrihuala, obrero petrolero de Las Heras, encarcelado y torturado durante tres años por la Policía y la justicia patronal

Tenía 23 años cuando fue detenido en el 2006, por luchar con los obreros del sur por sus justas demandas de trabajo digno, igual trabajo-igual salario y contra el impuesto al salario.

“El juicio es una farsa. A nosotros ya nos condenaron hace años, ahora lo que preparan es un linchamiento para que nadie reclame nunca más”

Democracia Obrera: ¿Cuál es la actual situación por la que están atravesando?

La situación es catastrófica. No tiene nombre lo que nos quieren hacer. Pensar que podemos volver a estar encerrados, me da escalofríos… pues allí nos torturaban como a los detenidos y desaparecidos de la dictadura videlista en los ´70.

Somos 12 trabajadores los que seguimos imputados. Ahora nos van a llevar a una instancia y con una causa totalmente armada. El juicio es una farsa. A nosotros ya nos condenaron hace años, ahora lo que preparan es un linchamiento para que nadie reclame nunca más.
 
Nos atacaron antes, y lo continúan haciendo ahora, tan duramente… por luchar por razones que considerábamos justas. Pedir cobrar un salario por el trabajo que realizamos, y no que siendo petroleros nos liquiden el sueldo por convenio de la UOCRA, lo que en plata de bolsillo significa una enorme diferencia; pedir que se termine con el impuesto al salario de los trabajadores, fueron nuestros “crímenes”. Esa es la gran verdad. Nos maltratan así, porque nosotros fuimos los primeros en salir a luchar por estas reivindicaciones, que hoy cruzan, si uno mira bien la realidad económica y política del país, a todos los trabajadores. 
Yo soy consciente que este fue nuestro grave “delito”. Lo demás fue toda una puesta de escena, una mentira para criminalizarnos, volvernos locos y no dejar que todo el mundo se entere del por qué de nuestra lucha.

Democracia Obrera: Ustedes sufrieron una brutal represión… ¿podes hacerlo más explícito? La mayoría de los trabajadores no conocen las penurias y torturas a las que ustedes fueron sometidos.

A lo que les contaba. La dureza con la que nos atacaron fue terrible. En el 2006, Las Heras, en la lejana Patagonia, podría ser una imagen de Irak o de Videla en la época de la dictadura. Militares, policías, coches sin patentes, servicios de inteligencia, helicópteros, camionetas, armas largas, de todo lo que te imagines podías ver. La ciudad estaba sitiada. 
Recuerden que el primer golpe que recibió nuestra huelga fue el encarcelamiento de Navarro, un vocero de la lucha. Así respondió el gobierno del presidente Néstor Kirchner. El segundo mazazo fue la feroz represión que recibió el pueblo cuando se levantó para liberar al compañero detenido. Nos respondieron con una lluvia de balas. Nos persiguieron hasta debajo de la cama. ¡Ellos fueron los únicos criminales!

Y fíjense como siguió la cosa después. Cuando falleció el policía Sayago, nos acusan a los trabajadores, para, como les contaba antes, meternos en prisión. Esos días fueron terribles. No te hablo de la cárcel, que después les voy a decir cómo la pasábamos, sino de la persecución. Entraban a nuestras casas. Rompían todo. Les pegaban a nuestros hijos, les pegaban a nuestras mujeres, nos desmoronaban a golpes. Nos querían hacer que nos declarásemos culpable de algo que no hicimos. Nos humillaban. Fue un infierno. Nos rompían los huesos, nos desfiguraban la cara, nuestras criaturas lloraban… Esa es una cicatriz abierta que nunca va a cerrar. Lo que nos hicieron no tiene nombre.

7 años después, mirando hacia atrás, te das cuenta que el gobierno y las petroleras respondieron a nuestros reclamos con persecución, tortura y cárcel. ¿Y que pedíamos? Solo un salario más digno y que no nos cobre más el impuesto a las ganancia a los obreros petroleros. Yo me pregunto ¿era para tanto? Y si, era para tanto. Porque nuestro reclamo, que partía de la enorme necesidad que significa garantizarle el alimento a nuestras familias -todos saben que en el Sur los costos son de dos a tres veces el valor que en la Buenos Aires-, era un choque de lleno contra los planes del gobierno, sus paritarias y la entrega de los recursos naturales a la Pan American, la Repsol, la Britsh, todas petroleras de los pulpos imperialistas. 
Piensen que hoy el 80% de los trabajadores esta con un salario promedio de $3.500, tercerizado o en negro y con un régimen laboral perverso; nuestra lucha era contra eso que se impuso luego de que los Kirchner aplastaran el conflicto en Las Heras.

Democracia Obrera: Años en la cárcel, tortura y mucho silencio…

Perdónenme que los interrumpa. Pero estoy muy indignado, con una bronca bárbara. Nos comimos tres años de prisión por algo que no hicimos. Fue una pueblada. Éramos 2.500 personas reclamando y resistiendo a una feroz represión, que desde la época de, que sé yo… ¿de la Patagonia rebelde, aunque allí hubo miles de muertos? que no habíamos vivido nada igual por estas zonas de lo que yo pueda tener conocimiento.

Nuestros familiares se asustaron muchísimo. La gente se desesperó. El pueblo nos acompañó de forma pacífica porque todos vivimos de la industria del petróleo y nuestro salario es fundamental no solo para la familia de uno sino también para los comerciantes.

Nadie pensaba que por ir a reclamar por la libertad de uno de los dirigentes de la huelga, nos iba a pasar esto. Nos iban a atacar como si estuviéramos en una guerra. Nos iban a reprimir de manera tan violenta. No sé qué pasaba por las mentes de esa gente, pero sí tengo en claro que debían derrotar como sea nuestra justa lucha. Por eso detuvieron a nuestros dirigentes y reprimieron brutalmente a todos los trabajadores y al pueblo.

Muchos de los compañeros que estuvieron encarcelados, acusados con pruebas falsas, testimonios sacados bajo tortura, quedaron muy golpeados y afectados. Algunos al día de hoy no salen de sus casas. Eso en Las Heras es gravísimo porque estamos en la ciudad del país con más alto índice de suicidios por habitantes. No es joda. La tortura a la que nos sometían era para quebrarnos o para que nos volemos la tapa de los sesos.

En la cárcel nos tiraban al piso, nos aplastaban la cara a patadas y nos ponían al lado de las cubiertas de sus camionetas encendidas, a unas distancia que si se movían nos arrancaban la cabeza del cuerpo. Ese calvario duro los tres años que tuvimos adentro. Ni un solo día tuvimos respiro. Era pensar cada mañana, pasando muchas noches sin dormir, por temor a que te pase algo, cómo ser fuertes para sobrevivir ese día y pasar al siguiente.

Democracia Obrera: Antes comentabas que a ustedes ya los han declarado culpables… ¿Por eso hablás de un linchamiento por parte de los jueces de las petroleras en contra de los trabajadores?

Si, son muchas las razones por las que podamos pensar así. Tres años en cárcel y otros tantos sin poder salir de la ciudad. Esas son condenas para “culpables”. No jodamos más, nos declararon culpables de entrada. Y así nos trataron todo este tiempo. Hasta la burocracia del sindicato de petroleros, nos señaló y entregó como si fuéramos responsables.

Todas las “declaraciones” o “testimonios” que dicen tener fueron arrancadas a golpes, torturas y amenazas de muerte. Acá no hay justicia, lo que hay es un linchamiento. Es como estar en la Inquisición o ante verdugos que te van a quitar la vida en una plaza pública. Esa es la sensación que tengo en todo momento.

Nadie sabe lo que sufrimos en la cárcel. Solo nosotros. Fue como vivir en una dictadura, pero en el siglo XXI. Y la razón de todo es porque somos trabajadores, y no empresarios, banqueros, gerentes petroleros o funcionarios políticos. Ahora nos quieren llevar a juicio para volver a meternos adentro y mostrarnos como su trofeo. La justicia de los K, como toda la justicia de los patrones, esta arreglada para defender los intereses de los grandes grupos económicos y las transnacionales que se roban todo lo que el obrero produce y las riquezas que generan nuestros suelos. La justicia es para ellos, para nosotros, solo represión.

Democracia Obrera: ¿Qué hicieron las organizaciones obreras en todos estos 7 años?

El sindicato nos entregó. El chaco Segovia se puso del lado de los patrones y con su gente marcaba las casas de los compañeros.

Hubo organizaciones que cuando comenzó la represión vinieron de distintas partes hasta Las Heras. Pero después nadie, salvo escasas excepciones, hablo más de nosotros. Nos dejaron en el olvido, eso fue lo que más duele y molesta. Es algo que no puedo explicarme. 
Ese fue nuestro peor castigo, el aislamiento. Sentir que las organizaciones obreras, los sindicatos y los organismos de Derechos Humanos, nos dieron la espalda, me ha causado una amarga tristeza.

Yo soñaba todos los días con que llegara la noticia de que se había organizado una gran marcha en la Capital pidiendo por nuestra libertad. A veces solo pensaba en eso. Era mi luz de esperanza. Me decía a mí mismo, ya va a llegar ese momento. Pero pasaban los días y… nada. Pasamos tres malditos años, donde no pudimos ver a nuestros hijos, a la familia, a los amigos. Nos robaron todo. 
En la tierra de los K está prohibido que se cuestionen las ganancias de las petroleras. Si lo haces te pasa como a nosotros. Eso es lo que quieren institucionalizar con el juicio trucho que nos están montando. 
Nos encerraron por tres años, disculpen que lo repita tantas veces, y nos siguen persiguiendo porque tienen miedo que desde la Patagonia se dispare a todo el movimiento obrero, cosa que por abajo se siente en todos lados, la lucha por “a igual trabajo, igual salario” y por la liquidación del impuesto a las ganancias que se le aplica al salario obrero. 
Las petroleras y el gobierno de Cristina Kirchner, tienen que saber que por más que nos hayan hecho lo que nos hicieron, por más que nos quieran meter nuevamente en sus cárceles, no vamos a dejar de pelear y la clase obrera va a seguir luchando por lo que le corresponde. Si no es en Argentina, será en otros países. Será como los es en el Norte de África y Medio Oriente, donde se lucha todos los días por el pan, la libertad y la dignidad. Eso nos da fuerza. Allí, con ellos, los obreros del mundo, están nuestros pensamientos. Pase lo que pase, nuestra clase va a volver a levantarse y a ponerse en guardia para volver a pelear. Estoy convencido de eso, la clase obrera internacional no nos va a dejar solos.

Democracia Obrera: Recientemente se acaban de reunir algunas organizaciones para impulsar el apoyo que ustedes necesitan. ¿Qué opinas al respecto?

La verdad que ha sido un paso adelante. Hemos sacado un comunicado llamando apoyar los trabajadores del Hospital Garrahan que también son llevados a juicio y por nosotros, los obreros petroleros de Las Heras. Los obreros de PATY han sido un gran sostén. El llamado que hicieron alrededor de constituir un Comité de Apoyo para ambos sectores y para todos los perseguidos y presos políticos, fue de mucha ayuda. 
Ya quedamos para una próxima reunión. Nosotros a su vez estamos impulsando a nivel nacional e internacional esta campaña. Tengo fe que más organizaciones en Argentina y en el mundo se van a unir con nosotros para dar esta pelea. 
También se merecen que impulsemos la lucha por su libertad los compañeros palestinos que están presos en las cárceles del sionismo. Los luchadores antiimperialistas encarcelados en Guantánamo, y los miles de presos políticos que hay en el mundo. Somos todos de una misma clase.
Como he aprendido en estos años: NO TENEMOS NADA QUE PERDER, SOLO CADENAS QUE ROMPER. Y Así será.

Reportaje realizado 
por el Comite Redactor de Democracia Obrera