03/03/2014

Los mecanismos de la “República bolivariana” y su régimen blindado para atacar a la clase obrera y garantizar el sometimiento de la nación al FMI y al imperialismo

Como en todo país semicolonial dominado por el imperialismo, no hay lugar para la “democracia” que en esta época de decadencia capitalista es un lujo que solo puede darse temporalmente en países ricos, por el contrario en las semicolonias solo hay lugar para el mas férreo bonapartismo contra las masas, ya sea basado en la absoluta estatización de los sindicatos y las organizaciones obreras o bien en las bayonetas de las FF.AA. La República Bolivariana confirma una vez más esta tesis trotskista.

Las elecciones presidenciales de abril de 2013 habían fortalecido a Capriles con mas del 45% de los votos, pero dejaron relativamente débil al gobierno de Maduro, que cargaba con la crisis política tras la muerte de Chávez y no lograba la legitimidad suficiente para seguir pasando los planes antiobreros de entrega de la nación que exigían Obama y el FMI.
Las elecciones municipales del 8 de diciembre apuntalaron a Maduro, lo que configuró un triunfo reaccionario del conjunto del régimen bolivariano bipartidista. Como en los años del pacto del Punto Fijo del COPEI y la AD, estas últimas elecciones repartieron la “renta petrolera” entre los dos partidos principales del régimen de la Constitución Bolivariana: el PSUV ganó a nivel nacional y la MUD triunfó en las grandes ciudades.
Las distintas fracciones de la burguesía habían copado toda la escena política del país mientras el proletariado se encontraba bajo el férreo control del chavismo con los sindicatos completamente estatizados y una brutal represión antiobrera. Al contrario de lo que plantearon las corrientes de la izquierda reformista –que solo hablaban de decadencia del chavismo y de derrota electoral de la MUD- el régimen se había fortalecido enormemente bajo el Pacto Obama-Maduro-Capriles sobre la base de derrotar la oleada de huelgas obreras de octubre –noviembre. Estas fueron las condiciones que le permitieron a Maduro encabezar un brutal ataque contra las masas.

Todo este mecanismo de la República Bolivariana y su Constitución tiene un pilar fundamental: la millonaria casta de oficiales asesinas de las FF.AA. que es “arbitro” de las distintas fracciones burguesas en las disputas por los negocios, y a su vez la gerencia del imperialismo en Venezuela.
La misma casta de oficiales asesina del Caracazo y de golpistas del 2002, tiene 13 gobernaciones, 11 ministros y 10 viceministros en el gobierno de Maduro, dirige la Asamblea Nacional a través de Cabello. Las FFAA tienen a Bancofan, Constufanb, un canal militar, la Universidad Nacional Experimental de las fuerzas armadas bolivarianas. En menos de un año, Maduro nombró a casi 400 oficiales a cargos de alta responsabilidad fuera del ámbito castrense en todos los sectores de la economía, industria, energía eléctrica y alimentación y maneja los negocios del comercio exterior.
En sus 14 años de mandato ha ido construyendo el chavismo una verdadera “coraza” de su régimen, con una milicia bolivariana de 120 mil voluntarios, a los que se les da instrucción paramilitar, además en los barrios están los llamados “Colectivos”.
Esto demuestra que las Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas como en el 2002 y como hacían antes en el Caracazo, sólo estarán aptas para reprimir y atacar al pueblo.