HOMENAJE A ABU AL BARAA. Cualquier trotskista revolucionario que pretenda escribir algunas palabras sobre el compañero Abu Al Baraa, aún en el dolor y la indignación, debe realizar un rastreo histórico para entender la tragedia que sucedió con "el mejor de nosotros". Nuestras crispaciones y nuestros tormentos serían estériles e hipócritas, si las emociones naturalmente humanas, no nos permitiesen entender que en el mismo momento en el que se sucede la tragedia, necesitamos actuar decididamente. Padecemos la represión pero no nos detenemos para contemplarla, honramos a nuestros mártires para profundizar el camino que ellos mismos nos marcaron. Sobre todo porque aquella bala rusa que sesgó la vida de Abu, tiene finalmente una precisa relación histórica de continuidad con la piqueta que penetró el cráneo de Trotsky e incluso aún, con la prematura y violenta desaparición de León Sedov a manos del estalinismo, es decir, se sucedió un disparo contra el corazón del proletariado en pie de lucha en un punto álgido de la lucha de clases. "Aquello que no lograron las condenas a trabajos forzados y los duros exilios zaristas, las penurias de la emigración, la Guerra Civil y la peste, en los últimos años lo ha logrado Stalin, el peor azote que castigó jamás a la revolución", así se despedía Trotsky de León Sedov en 1938, su "Levutsiaka", su "defensor político" en el exilio, joven militante, escritor revolucionario, físico y matemático recibido en la Sorbona, padre, maestro, mecánico de locomotoras, sobreviviente de exilios y persecusiones, en síntesis, un brillante dirigente de la Internacional Socialista representante del recambio generacional de revolucionarios que el imperialismo y el estalinismo, no podían tolerar. Abu se le parece en mucho, murió asesinado prematuramente en sus mejores años y se llevó consigo una parte de aquello que dio la nueva generación de revolucionarios como obrero de la construcción, como escritor, como dirigente de la Brigada León Sedov, como padre y combatiente templado en la Guerra Civil Siria y sobre todo, un constructor de la trinchera socialista frente a las tropas Kurdas, al EI, a las tropas de la OTAN, al Ejército Sirio de Bashar Al Assad, a las tropas de Putín, Al Qaeda, todos los lúmpenes mercenarios y a todos los sicarios que pudiéramos imaginar de los servicios secretos. Esas fueron las virtudes de un Trotskista de las que muchos de los sobrevivientes mas viejos, no podemos jactarnos. Y peor aún, no podemos jactarnos porque sobrevivir no es una virtud, en esta circunstancia vergonzosa en la que los viejos aparatos pseudo-trotskistas reformistas, junto al Castrismo, el Foro social Mundial y los Bolivarianos, pusieron su hombro para que el francotirador apoyara el fusil que finalmente acabó con la vida de nuestro compañero. Después de la caída del Muro de Berlín en los años ´90, la ola democrática-burguesa, la conciliación de clases y el pacifismo burgués al que adhirieron todas y cada una de las prostituídas organizaciones de "izquierda" como Frente Unico, fueron y son, aparatos descompuestos bajo las órdenes directas de Putín, Castro y Obama. Está claro, ellos no van a tolerar sin sangre que surja un punto de apoyo como la FLTI desde el cual, las masas y mas precisamente, la clase trabajadora, pueda superar aquello escrito en el Programa de Transición sobre la crisis de dirección. Por eso el cuerpo sin vida de Abu, representa un momento clave en la lucha de clases que para nosotros, es ahora bandera de nuestra causa revolucionaria, proletaria e internacionalista. Por los combatientes de las milicias, por los 600.000 muertos en la Guerra Civil Siria, honor y venganza a nuestro compañero. Pan y revolución para los trabajadores Sirios, libertad a los presos de las Heras y a todos los luchadores del mundo que están en las cárceles del imperialismo. Zenon Pereyra. Docente de Cordoba. |