Propuesta del periódico de los socialistas sirios La Verdad de los Oprimidos para la reunión por Skype del 3 de diciembre
Luego de casi siete años de masacre y exterminio, se está definiendo hoy el destino de la revolución siria que resiste en las últimas trincheras que no se rinden.
En la reunión de Ginebra que se está celebrando en estos momentos se está encubriendo el genocidio que Al Assad llevó adelante contra el pueblo sirio, haciendo el trabajo sucio a cuenta de todas las potencias imperialistas. Esto viene siendo así desde las sucesivas conferencias realizadas en Ginebra, Viena y Astana. Estas conferencias se escriben con “M” de muerte. Luego de cada una ellas, Al Assad profundizó su ataque y masacre a las masas sirias.
El pueblo sirio, a pesar de la masacre, el cerco y la traición, sigue resistiendo en las últimas trincheras y se moviliza contra los generales de la burguesía sunnita que van a esas mesas de negociación donde se entrega y negocia la sangre de las masas y en donde se intenta encubrir con un manto de “paz” el genocidio al pueblo sirio. Pese a las masacres, los bombardeos y los cercos, no se ha silenciado el grito de “¡El pueblo quiere la caída del régimen!”.
Los oprimidos de Siria, las masas cercadas de Ghouta, aquellos que por millones se encuentran en los campos de refugiados dentro de Siria y en verdaderos campos de concentración en la Europa imperialista, necesitan de la solidaridad activa y efectiva de los sindicatos y organizaciones obreras que apoyamos la revolución siria.
Llevamos casi siete años de masacre y las masas sirias necesitan más que nunca de la ayuda de los trabajadores del mundo para romper el cerco a su revolución.
Durante años, a millones de explotados del mundo se les tiró tierra en los ojos. Se les hizo creer que Al Assad era “antiimperialista”. Hoy en Ginebra ya todo queda claro. El imperialismo ha monitoreado a todas las potencias y las tropas extranjeras que invaden Siria y masacran la revolución. Hoy lo hace inclusive con tropas propias en el norte sirio.
Ante todo esto, hay dos tareas que ninguna corriente que apoye la revolución siria puede obviar.
La primera de ellas es repudiar estas conferencias de la muerte y el pacto infame de Trump, Putin, Erdogan, Irán y Arabia Saudita, que desde 2013 garantizan que Al Assad siga masacrando al pueblo sirio y su revolución sea aplastada, como así también que las tropas asesinas del clan saudí masacren a los explotados del Yemen revolucionario.
La segunda es luchar por romper el cerco a la revolución siria y las masas hambreadas. Las organizaciones obreras no pueden permanecer indiferentes Durante años, partidos de izquierda que decían apoyar la revolución siria le mendigaron a EEUU que defienda la revolución e imponga la democracia. Esto es una falacia y un engaño. EEUU lo que mandó fue a Putin y a Al Assad a masacrar a las masas. Les liberó los cielos para su bombardeo cruel. Mandó al ISIS a controlar a las masas manu militari en las zonas petroleras, como guardián islámico de los oleoductos y los pozos de petróleo. Mandó también a Turquía disciplinando a los generales del ESL para que entreguen la revolución desde adentro.
Es hora de decir ¡Basta! Sindicatos y organizaciones obreras ya comienzan a pronunciarse contra el genocidio sirio. Se han solidarizado con los presos políticos de Homs y con las masas cercadas y masacradas en Ghouta. ¡Este es el camino!
El movimiento antiguerra de EEUU, que hoy se pone de pie para parar la masacre en Siria, no sin un duro debate a su interior, desde las entrañas de la bestia imperialista, puede organizar una colecta de organizaciones obreras, estudiantiles, de derechos humanos y feministas del mundo, a fin de llevar solidaridad concreta y efectiva a los refugiados que están en las fronteras de Siria y en los campos de concentración como en Grecia, Turquía, Jordania, Líbano.
¡Es hora de que los trabajadores del mundo se pongan de pie en solidaridad con las masas de Siria!
¡Fuera Al Assad! ¡Abajo la conferencia de Ginebra y el pacto infame de Putin, Erdogan, Al Assad, los generales del ESL y EEUU!
¡Fuera todas las tropas invasoras de Siria!
¡Fuera de la resistencia todos los generales sunnitas que están en Ginebra! ¡Ellos no representan a la revolución siria! ¡Hay que desarmarlos y que las armas vuelvan al pueblo! ¡Que vuelvan los comités de coordinación de la revolución!
¡Una sola revolución, una misma intifada de El Cairo a Jerusalén, de Túnez a Damasco, de Sanaa a Bahrein, de Teherán a Trípoli!
¡Hay que romper el cerco a la revolución siria! ¡Hay que romper el cerco a Ghouta!
Como en los años ’30 para con la revolución española, antes de que sea demasiado tarde, iniciemos una campaña para recaudar fondos para las masas sirias. Desde los sindicatos y las organizaciones obreras votemos la designación de un jornal por cada trabajador para nuestros hermanos de clase en siria.
¡Que los sindicatos reconozcan como sus afiliados a los refugiados e inmigrantes! Esta es la forma de abrir las fronteras. ¡El enemigo está en casa!