5 de Agosto de 2014

Presentación

El siguiente dossier especial contiene una selección de artículos históricos sobre la cuestión Palestina. El lector encontrará un artículo titulado “La revolución palestina y la teoría-programa de la revolución permanente” que trata sobre la revolución palestina del año 2000, una polémica sobre una supuesta “clase obrera israelí” y otro artículo llamado “Parias en su propia tierra” que demuestra cómo se ha impuesto en la historia el estado sionista-fascista de Israel como gendarme del imperialismo en la región.
En este último artículo, el lector encontrará cómo fue que se instaló ese “portaaviones” del imperialismo que es el estado de Israel, entrando a sangre y fuego en la zona, expulsando a las masas palestinas de sus tierras, provocando una diáspora de las mismas condenadas a vivir en campos de refugiados en el Líbano, Siria y Jordania, y algunas quedando confinadas a esos verdaderos campos de concentración que son Gaza y Cisjordania.

Pero las masas palestinas nunca aceptaron vivir en esas condiciones. Siempre pelearon y resistieron como pudieron contra el ocupante sionista. Desde los campos de concentración en Jordania en los ’70 comenzaron un levantamiento que fue masacrado por el ejército jordano al mando del rey Hussein de aquel país, dejando más de 20 mil muertos. Otra masacre perpetrada a las masas palestinas se dio en 1982 en el Líbano, en los campos de refugiados de Sabra y Shatila, a manos de la burguesía maronita libanesa con la complicidad del ejército sirio que también estaba en el Líbano, y con la participación del ejército sionista, que ingresó al Líbano y ocupó el sur de ese país hasta el año 2000.
Pero a pesar de estas masacres y de haber sido confinadas a los campos de concentración de Gaza y Cisjordania, las masas palestinas nunca se rindieron ante el ocupante sionista y siempre se negaron a reconocerlo. Fue así que, en estos verdaderos ghettos, en 1987 comenzó la denominada “Intifada”, esto es, la resistencia de las masas palestinas contra el estado sionista-fascista de Israel en la última línea, sin más armamento que piedras –que era lo que tenían en abundancia- contra el quinto ejército con mayor poderío militar del mundo.
La burguesía palestina de la OLP, que se había montado al frente de estos movimientos, mantuvo sus organismos armados y todo su armamento y arsenal separado de las masas. Se cuidó muy bien de que las masas quedaran desarmadas en los enfrentamientos contra el sionismo. Es que sólo pretendía ser una burguesía administradora de los campos de concentración de Gaza y Cisjordania y no la destrucción de Israel y la liberación de las masas palestinas. Y esto se vio cuando, luego de la derrota sufrida en Irak al imponerse la invasión de Bush padre, en 1993 Yasser Arafat –líder de la OLP en aquel entonces- se reunió en Oslo con el primer ministro israelí, bajo el mando del imperialismo, y firmó un pacto que reconocía al Estado de Israel y planteaba realizar dos estados en Palestina.

La OLP entonces termina reconociendo al estado de Israel y aceptando el plan de los “dos estados”, pero nunca hicieron esto mismo las masas palestinas. Tanto no reconocen al estado de Israel, tanto no aceptaron los acuerdos de Oslo y el plan de los dos estados que, yendo en contra de quienes los buscaban imponer a su interior –la OLP y la burguesía palestina-, las masas se levantaron nuevamente en el año 2000 contra el invasor sionista. Pero esta vez, fueron a buscar las armas para enfrentarlo. Para ello asaltaron las comisarías de la OLP. Esto significaba que las masas pasaban de estar en la resistencia a entrar en revolución, ya que con sus acciones independientes derribaban el control de la burguesía palestina, se armaban y echaban por la borda el plan de los “dos estados”. Mientras, las masas palestinas en el sur del Líbano se insurreccionaban y expulsaban al invasor sionista de allí.

Fue una grandiosa revolución en el año 2000 la de las masas palestinas, que pasaban de la resistencia a la revolución, que fuera luego aplastada por un golpe contrarrevolucionario directo del sionismo, bajo el mando del imperialismo y, sobre esa base, intentar imponerle a las masas palestinas al plan de los “dos estados”.

Pero las masas palestinas siguieron -y al día de hoy aun siguen- sin rendirse, sin someterse al plan de los “dos estados” y sin reconocer al estado de Israel. Lo demostraron en el año 2006 cuando derrotaron al ejército sionista en el sur del Líbano. Lo demostraron cuando en ese año y en el siguiente comenzaron a querer sacarse de encima a la OLP, movimiento que fuera canalizado por Hamas en Gaza y por un frente popular del stalinismo apoyando a la OLP y reconociendo al estado de Israel en Cisjordania. Lo demostraron cuando se negaron a que se firme el reconocimiento del estado de Israel, aun después de años del cerco a Gaza y aún después de masacres como la de Plomo Fundido del 2008. Las masas palestinas siempre se mantuvieron en la resistencia contra el ocupante sionista.

Esto vemos hoy: a las masas palestinas resistiendo la masacre y ofensiva del sionismo, bajo el mando del imperialismo. Y así como sucediera en el año 2000, ¡hay que pasar de la resistencia a la revolución! ¡Hay que sacarse de encima a las burguesías palestinas que reconocen al estado de Israel y buscan pactar con él y aplicar el plan de los “dos estados”! ¡Hay que conquistar el armamento generalizado para enfrentar al sionismo, y hacerlo desde todos los frentes! ¡Guerra total contra el ocupante sionista! ¡Por la destrucción del estado sionista-fascista de Israel! ¡Por una Palestina libre, laica, democrática y no racista con capital en Jerusalén! ¡Hay que llevar la revolución al triunfo sobre la base de la expulsión del estado sionista desde el río Jordán hasta el mar!