Organizador Obrero Internacional
Publicaciones de los adherentes a la FLTI


Inglés Portugués Árabe



31-01-13

PRESENTACION

 

El 2013 ha comenzado tan convulsivo como cada año desde el estallido de “LA” crisis económica mundial del imperialismo en 2007-08 de la que aun no logra reponerse. La misma ha abierto un período de duros choques entre revolución y contrarrevolución.

Desde entonces, el planeta estuvo cruzado por despiadados ataques imperialistas contra las masas y por respuestas revolucionarias de estas que intentaron centralizarse en un único combate, pero que las direcciones reformistas impidieron. No faltaron heroicas acciones y levantamientos de los explotados, como la primera oleada de lucha por el pan en Birmania en el 2008, de los trabajadores del este europeo luego de 20 años de restauración capitalista en 2009, la lucha en las colonias como Guadalupe y Martinica, la revolución en Magadascar (2009) y Kirguistán (2010) por poner algunos ejemplos. A este embate de las masas lo contuvieron las direcciones socialimperialistas, que lo desincronizaron del combate de la clase obrera de los países imperialistas, a la que sometieron a sus propias burguesías con la política de que se “morigeren los ajustes” en Europa y a Obama, ese Bush tiznado, en EE.UU.

El año que conmovió al mundo fue 2011. Ante los golpes del crack mundial, el proletariado y los explotados del Norte de África y Medio Oriente en su lucha por el pan abrieron una cadena de poderosas revoluciones obreras y socialistas que derrocaron dictaduras que eran dispositivos contrarrevolucionarios que sostenían las “fronteras de paz” con el estado sionista fascista de Israel, el enclave del imperialismo en la región.  Esta cadena de revoluciones le propinó un durísimo golpe al imperialismo, pues quedaban abiertas revoluciones en una zona clave del planeta a las puertas de la Europa imperialista. En Libia las masas armadas se cobraron la cabeza de Khadafy y destruyeron al estado burgués quedando al alcance de la toma del poder.  
Como un reguero de pólvora encendido, estas revoluciones empujaron a un nuevo intento de embate generalizado en Europa. Los “indignados del estado español”, las revueltas de la juventud obrera en Inglaterra, las huelgas generales en Grecia que acorralaban al gobierno de Papandreu y su parlamento fantoche amenazaban con abrir la revolución en Europa, y surgía el movimiento de los “indignados” de Wall Street en EE.UU. En cada uno de estos combates al interior de las potencias imperialistas se decía “Luchemos como en Egipto”. Incluso las masas chilenas y bolivianas irrumpían amenazando con volver a poner en pie la revolución latinoamericana. La tendencia era al internacionalismo proletario, a un ascenso generalizado de masas que sincronice la revolución en las semicolonias y colonias con el comienzo de la Revolución Socialista en los países centrales.

Pero esta perspectiva la impidieron nuevamente las direcciones reformistas agrupadas en el Foro Social Mundial que se dedicaron a sostener a la burguesía que estaba en crisis frente a los avatares de la economía mundial y el combate revolucionario de los explotados. Este sostén fue lo que le permitió a  la burguesía tomar aire y largar su contraofensiva a nivel mundial. 
Fue por la traición de las direcciones como la del PC griego que custodió el parlamento de los políticos corruptos que se robaron Grecia para salvarlo de la furia de las masas. O el PC kurdo que pactó con Al Assad y el PC Sudáfricano que atacó y asesinó a los obreros de la empresa Lonmin (Marikana, Sudáfrica). Fue la burocracia sindical del continente europeo, de la que el stalinismo es parte, la que desincronizó  y aisló el combate de los mineros de Asturias del resto de sus hermanos de clase europeos. Los renegados del trotskismo han sostenido y legitimado al stalinismo, al que le dieron una sobrevida luego de su crisis producto de la entrega de los estados obreros al capitalismo mundial en 1989, derrota que aún pesa sobre la clase obrera mundial. En Chile, los renegados del trotskismo, el MIR y los anarco-populistas le devolvieron la dirección de los estudiantes y mineros al PC, y por el momento hicieron retroceder la lucha de las masas que eran la avanzada de la lucha antiimperialista del continente.   
Así, los renegados del trotskismo sostuvieron el cerco a las masas del mundo colonial y semicolonial, incluso algunos llegaron a acusar a las milicias libias como “tropas terrestres de la OTAN” y a las masas sirias de ser “agentes del imperialismo”.

Si 2011 fue el año del ascenso revolucionario de masas, 2012 fue el año de la contraofensiva imperialista que pudo imponerse gracias a las traiciones de las direcciones del proletariado. Por estas, la clase obrera que tuvo al alcance de la mano la toma del poder no logró hacerlo en una serie de países del Magreb y Medio Oriente, ni pudo abrir una serie de revoluciones en los países centrales, y muy caro lo está pagando hoy. Las leyes del crack  comenzaron a actuar y volvió a pegar en Europa mandando a 27 millones de trabajadores a la desocupación, a los obreros del estado español y de Italia a comer de la basura, y a los inmigrantes amontonarse en los campos de concentración de la isla de Lampedusa y a ahogarse en el Mediterráneo. Mientras, el imperialismo descargaba golpes contrarrevolucionarios como las masacres del PC chino contra la clase obrera y los campesinos, profundizando la masacre genocida de Al Assad en Siria, y nuevamente bombardeando Gaza a finales de noviembre. Una verdadera “Operación Plomo Fundido II” para aplastar a las masas del Norte de África y Medio Oriente, y ponerle un freno definitivo a la revolución en esa región.

  
El momento actual de la situación mundial: una coyuntura donde priman los elementos reaccionarios con el genocidio en Siria; la invasión imperialista en Mali y la restauración capitalista en Cuba

 

El comienzo de 2013 ha sido enormemente convulsivo. El imperialismo necesita, en medio de LA crisis, aplicarle a las masas golpes superiores a los que éstas dieron con la revolución en 2011. El imperialismo no quiere ver rodar más las cabezas de sus agentes como Khadafy y sus embajadores a manos de los explotados. Quieren evitar una “nueva Libia” donde las masas se armaron destruyendo al estado burgués. Por eso, asentado en las mil y un traiciones de las burocracias sindicales, el stalinismo y los renegados del trotskismo que descincronizaron la revolución y la cercaron país por país, al comienzo de 2013 asistimos a la profundización de la ofensiva imperialista. Esta ofensiva contrarrevolucionaria se expresa en 3 hechos fundamentales. 
La masacre y el genocidio de Al Assad sobre el pueblo explotado de Siria (ver pág 19), es uno de ellos. Ya son 300.000 los muertos provocados por la masacre de las tropas de Assad. Recientemente los medios de prensa dieron muestra del “hallazgo” de cien cadáveres provenientes de la resistencia, fusilados por Al Assad, para darle un escarmiento a la clase obrera mundial y demostrarle la suerte que correrán todos aquellos que osaron sublevarse contra los regímenes y gobiernos pro imperialista, como los de Ben Alí (Túnez), Khadafy (Libia) y Mubarak (Egipto).

El imperialismo yanqui envía a su agente Al Assad a masacrar para ponerle un freno con matanzas y terror blanco a la cadena de revoluciones que comenzara a recorrer todo el Norte de África y Medio Oriente a finales del año 2010. En la otra punta de la soga tiene a la burguesía “opositora” y el ESL desarmando y adormeciendo a las masas, que sobre una montaña de cádaveres negocian un Pacto con los generales de Al Assad  
El “frente popular” engaña a las masas con los desvíos parlamentarios, las trampas electorales, los referéndums, las fraudulentas “Asambleas Constituyentes” y los gobiernos “transicionales” en Túnez,  Egipto y Libia. Así, le abrieron las puertas al accionar fascista de las tropas gurkas del ejército que comanda Al Assad, a cuenta del Pentágono yanqui.
 
La guerra de colonización de Francia en Mali (ver pág 20 a 26) es otro de los pilares donde se asienta la ofensiva de los capitalistas sobre las masas. Francia interviene en Mali para mantener el control de sus zonas de influencia. La V República no quiere ser una potencia perdedora y en desgracia como Portugal, Grecia o España. Esta invasión imperialista a una semicolonia es una confirmación que al calor de la crisis de la economía mundial y bancarrota del capitalismo, se exacerba la disputa por el control de las materias primas, como el uranio -que alimenta las ojivas nucleares francesas-, el oro y la ruta de los esclavos.
Con esta ofensiva contrarrevolucionaria Francia busca que no se extienda hacia el sur  la revolución del Norte de África y Medio Oriente, cuestión con la que EE.UU. tiene acuerdo y por eso colabora con logística en la invasión.  
La intervención francesa en Mali es un vital sostenimiento y apoyo de la masacre de Al Assad contra las masas de Siria. Más y más avanzan las tropas de Hollande, “el Bush de Francia” en el Norte de Mali, más y más Al Assad intenta asentar la masacre en Siria.

Esta ofensiva imperialista, en el continente americano, se da con el salto abierto en el proceso de restauración capitalista en Cuba. Luego de varias medidas que durante años liquidaron las conquistas de la revolución, lo nuevo hoy es que se otorga el derecho al ingreso de los gusanos de Miami (EE.UU.), pertenecientes a la elite de la sociedad burguesa norteamericana, dueños de 140.000 empresas a quienes se le permitirá invertir en la isla y contar con mano de obra altamente calificada por u$s 20 mensuales. 
Por salvar al imperialismo yanqui del ascenso revolucionario de finales del siglo XX y el primer lustro del siglo XXI, y entregarle Cuba al capitalismo, y por haber llamado junto a Chávez a la clase obrera norteamericana a votar por Obama en las últimas elecciones, la Casablanca premia a Raúl Castro entregándole la presidencia del CELAC (reunido en Chile), es decir del ministerio de colonias que administra los negocios de los yanquis en su patio trasero. (Ver pág 4)

El pacto contrarrevolucionario de Obama, Chávez y Castro, que sostiene la restauración capitalista en Cuba, la entrega de la resistencia colombiana y el saqueo del continente con los “bolivarianos” fusionándose con los gobiernos del TLC en la CELAC; como el pacto de Hamas y Al Fatah que sostiene ese invento de “estado palestino”, un verdadero campo de concentración al que han confinado a las masas palestinas, y los pactos contrarrevolucionarios de las potencias imperialistas con los gobiernos y burguesías cipayas del mundo semicolonial, sostienen la ofensiva imperialista.

Las direcciones reformistas agrupadas en el Foro Social Mundial, han firmado un verdadero “Pacto Stalin-Laval”, legitimado y sostenido por izquierda por los renegados del trotskismo. Stalin en 1935 había firmando ese acuerdo con el ministro de relaciones exteriores francés sometiendo a la URSS a un acuerdo militar con el imperialismo “democrático”, y lo presentaba ante los ojos de la clase obrera como un triunfo mientras fundaba la teoría de los “frentes populares” y envenenaba la conciencia de los explotados con la colaboración de clases. “El crimen fundamental del reformismo reside precisamente en haber castrado al proletariado con la colaboración de clases persiguiendo el fantasma de las reformas. Esta política es diez, cien, mil veces más criminal cuando no se trata de una época pacífica de trenzas parlamentarias sino de una guerra que concentra en manos de la burguesía todos los instrumentos de opresión y destrucción y le deja al proletariado su única arma: su independencia política, su odio a la burguesía, su voluntad revolucionaria.” (León Trotsky, “Stalin firmó el certificado de defunción de la III Internacional” 25-5-1935). 
Hoy los renegados del trotskismo sostienen esta política de colaboración de clases en las fracciones más combativas de la vanguardia obrera. Con la consigna de una “Europa Social” dejaron a merced del ataque de los capitalistas a los trabajadores; y con la teoría de la “primavera árabe” sostuvieron y legitimaron los desvíos parlamentarios y Constituyentes fraudulentas. Hoy en estas “primaveras” no florece ni el pan ni la libertad, y lo único que se ve son los golpes contrarrevolucionarios de Al Assad, el sionismo, Mursi y el imperialismo francés.

Esta política es la que demuestra el accionar de la LIT-CI, que dirigió el ELAC (Encuentro Latinoamericano y Caribeño de los trabajadores) en el 2008 y 2010, y sometió a las organizaciones obreras de izquierda del continente a la revolución bolivariana.  Así, el PSTU-LIT(CI) permitió la firma de un acuerdo de reducción salarial en la GM de San José dos Campos (Brasil) donde dirige, mientras exige a Dilma una ley contra los despidos. 
 
El 24-1 en la facultad de Ciencias Políticas de París, 500 militantes y trabajadores de vanguardia influenciados por el NPA y el Frente de Izquierda de Melechón, se reunieron para “enfrentar los despidos”, pero de ese encuentro no salió ninguna resolución para ganar las calles y enfrentar la ocupación imperialista de Mali por parte de la V República, sino que estas direcciones sometieron la lucha contra los despidos al Ministerio de Trabajo.

Todos los renegados del trotskismo apoyaron y sostuvieron a Syriza en Grecia que salvó a los explotadores y la burguesía imperialista europea sometiendo a las masas a las elecciones. Hoy han desgastado las fuerzas de la clase obrera griega y es el fascismo del partido “Amanecer dorado” el que levanta cabeza.
La burguesía ha exprimido al reformismo como limones para que traicione al proletariado. La revolución socialista volverá a ponerse de pie, sus enterradores jamás.

Pese a la traición de las corrientes socialimperialistas y reformistas 
La clase obrera mundial 
no se rinde

 

Pese a todo, las masas aún siguen resistiendo al ataque de los capitalistas. En Libia las masas no se rinden ni entregan sus armas y enfrentan al gobierno del CNL (ver pág 18).

En Egipto, nuevamente irrumpen las masas al combate revolucionario contra el gobierno de Mursi y la junta militar, continuadores del régimen pro yanqui que comandaba Mubarak. Cientos de muertos han dejado en los últimos días de combate. La bronca aumenta y las masas radicalizan sus acciones, llegando a quemar los locales de partido gobernante de los Hermanos Musulmanes. Nadie cree la mentira de que están juzgando a los asesinos de la “masacre de Port Said”. Todos saben que están condenando a muerte a jóvenes de 20 años que nada tuvieron que ver, con el fin de salvar a los verdaderos autores que fueron los capos de la policía y la casta de oficiales mubarakista; quienes perpetraron esa masacre en febrero de 2012, durante un partido de fútbol donde murieron más de 80 explotados, la mayoría activistas que combatieron a las hordas fascistas de Mubarak en Plaza Tharir. 
Por eso las masas de El Cairo, Port Said, Suez, Alejandría, etc., vuelven a irrumpir a dos años del inicio de la revolución. Lo que demuestra que para conseguir el pan hay que luchar. Para vivir hay que armarse y enfrentar a los parásitos capitalistas.

En esta nueva irrupción de la clase obrera egipcia está la ayuda que necesitan las masas de Siria. La revolución del Norte de África y Medio Oriente aún no ha dicho su última palabra. El motor que empuja a las masas al combate es el pan, ya que ni siquiera pueden mantener el nivel de miseria actual. Sectores de las masas comienzan a comprender que este sistema putrefacto no puede garantizarles el alimento a sus esclavos y que por eso merece perecer.

En la lucha por refundar 
la IV Internacional

La FLTI en pie de guerra por unir y coordinar a las fuerzas internacionalistas 
del ala izquierda del proletariado mundial

 

Es decisivo para el futuro de los actuales y próximos combates de las masas del mundo, la tarea inmediata de derrotar a las direcciones traidoras. La clase obrera mundial necesita y se merece un estado mayor revolucionario para enfrentar la actual ofensiva imperialista. Para ello es necesario reagrupar cuadros internacionalistas bajo un programa y una estrategia para triunfar.

En los actuales acontecimientos se ha decantado un ala izquierda de la vanguardia del proletariado mundial que existe y lucha en las minas de Marikana en Sudáfrica, en la Suzuki de la India, en la Foxxcom de China y en el Norte de África y Medio Oriente. Como parte de este combate, la FLTI ha concentrado todas sus fuerzas en reagrupar al marxismo internacionalista para poner en pie un Frente de Lucha Internacional para golpear juntos sobre las direcciones que le impiden a las masas pelear. En este proceso nuestra corriente comienza a reconocerse al calor de los test ácidos de la lucha de clases mundial con otras fuerzas internacionalistas como
la RCIT que ha ingresado al Comité Internacional de apoyo a las masas de Siria y con voz valiente desde la Europa imperialista llama a derrotar a las tropas de la V República francesa que invade Mali. También con los compañeros de la JRCL-MRF, con los cuales venimos peleando juntos desde hace años, e hicieron suya la tarea de defender a los dirigentes internacionalistas atacados y perseguidos por los estados burgueses. Desde el Japón imperialista, contra el stalinismo y los renegados del trotskismo, un grito de guerra en apoyo a las masas del mundo semicolonial y los explotados de Siria levantando por los Zengakuren y la JRCL-MRF se escucha en todo el planeta.

Así, el trotskismo ha vuelto a entrelazarse con la vanguardia revolucionaria del continente americano: los mineros de Huanuni (Bolivia). La lista Azul que se presentó en las elecciones sindicales del distrito minero (ver pág 14) y que planteó un programa revolucionario de ruptura abierta con los dirigentes colaboracionistas que sostienen al hambreador gobierno de Evo Morales, ha obtenido 600 votos que son la expresión más avanzada del proceso de ruptura del proletariado con su gobierno que busca un camino para que la revolución latinoamericana vuelva a ponerse de pie.

El trotskismo no se rinde, resiste junto a las masas, por ello combate con la Brigada León Sedov junto a las masas de la Siria martirizada (Ver Homenaje a Abu Nur, pág 17). Nuevos mártires que luchan bajo las banderas de la IV Internacional, están regando los suelos del Norte de África y Medio Oriente. Su lucha no será en vano. Nuevas generaciones entran al combate y bajo esta época de “cambios bruscos” aceleran su experiencia con las direcciones traidoras para abrazar las filas del trotskismo y la IV Internacional. Desde la FLTI no renunciamos a la lucha por refundar nuestro partido mundial. Esa es nuestra tarea y a la cual hemos abocado todas nuestras voluntades.

En la situación mundial cada vez que se desarrollaron los golpes de la revolución, la tendencia fue a la sincronización de la revolución mundial en un ascenso generalizado tipo 1968-74, pero ante cada traición de las direcciones reformistas y golpes contrarrevolucionarios del imperialismo como hoy, la tendencia fue a ir hacia un escenario “tipo 1930s” signado por los frentes populares, el fascismo y por qué no el camino a la guerra interiimperialista. 
Esta situación se mantiene indefinida y se resolverá en la arena de la lucha de clases mundial. Frente a la actual coyuntura mundial donde priman los elementos reaccionarios de la ofensiva imperialista, la tarea urgente es derrotar a las direcciones traidoras que se reunirán nuevamente en el Foro Social Mundial en Túnez durante marzo, y centralizar al ala izquierda de la clase obrera mundial para preparar una nueva contraofensiva de masas, que no es otra que la Revolución Socialista Mundial.
Al servicio de esta tarea es que presentamos a nuestros lectores la presente edición del Organizador Obrero Internacional vocero de la FLTI.

Comité Redactor