Organizador Obrero Internacional
Publicaciones de los adherentes a la FLTI


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PRESENTACIÓN

 

Presentamos a nuestros lectores el Organizador Obrero Internacional N° 20 dedicado a los focos claves de esta verdadera guerra de clases que se está librando a nivel mundial. 
Encontrarán en esta edición un balance del proceso electoral en Venezuela donde se ha concentrado la situación política de todo el continente americano signada por un pacto contrarrevolucionario entre las burguesías “bolivarianas” y el imperialismo yanqui, cuestión que es un elemento clave de la situación mundial. También presentamos una serie de artículos dando cuenta del momento de la Argentina “maquila” cruzada por un brutal ataque contra el movimiento obrero y una salvaje represión a los sectores combativos de los trabajadores y la juventud. 
El continente africano y Medio Oriente siguen siendo una zona caliente del globo. En este OOI N° 20 presentamos también artículos y declaraciones frente a los acontecimientos de Sudáfrica donde la grandiosa oleada de huelgas mineras ha centralizado sus fuerzas en un Comité de Coordinación nacional como un verdadero embrión de poder de la clase obrera; también una declaración frente a la situación en Zimbabwe y distintos pronunciamientos sobre las verdaderas rebeliones revolucionarias de los obreros de Foxconn en China y los de Suzuki en la India. 
A su vez publicamos una declaración internacional de la FLTI frente a la oleada revolucionaria de movilizaciones contra el imperialismo yanqui que conmovió todo el Norte de África y que en Libia ajustició al embajador norteamericano asesino y saqueador de los pueblos oprimidos. 
Por último presentamos, como parte de la campaña internacional que la FLTI viene impulsando contra el genocidio en Siria, la convocatoria a un Acto-Festival internacionalista a realizarse en Argentina a cargo de los Comités de solidaridad con las masas sirias que se han puesto de pie en Bolivia, Argentina, Venezuela, Chile, Japón, el sur de África, Libia y en Siria mismo, donde se combate sin cuartel contra el genocidio de Al-Assad. Redoblar la lucha internacionalista a favor de las masas sirias es clave en momentos que se concentran todas las fuerzas de la reacción para imponer la paz de los cementerios de la mano de los yanquis, Turquía, la Liga Árabe, el sionismo, Al Assad y el Ejército Sirio Libre que ataca por la espalda a la resistencia. ¡La clase obrera mundial debe derrotar a este genocidio!

 

Mientras en focos calientes del planeta la clase obrera presenta batalla, las direcciones reformistas del proletariado de los países imperialistas impiden el camino a la revolución socialista y son garantes de que la burguesía descargue toda la crisis sobre los hombros de los explotados

El mundo ha devenido en una verdadera “montaña rusa”. El motor es la crisis mundial imperialista desatada en 2007-08 que sigue desarrollándose vertiginosamente. En 2011, la clase obrera mundial protagonizó una embestida de masas con su vanguardia en la revolución del Norte de África y Medio Oriente, que amenazó con penetrar en Europa y EE.UU. donde la clase obrera nuevamente “ocupaba el centro del ring”. En 2012 el imperialismo encabezó su contraofensiva gracias a que las direcciones reformistas de Europa, EE.UU. y todo el mundo cercaron y descincronizaron el ascenso de masas, sosteniendo al capital financiero decrépito y jadeante. El resultado de impedir que triunfe la revolución obrera y socialista en Libia, Túnez y Egipto, sincronizándose con la revolución proletaria en Francia, España y Grecia, lo pagan hoy los explotados con el brutal genocidio en Siria, las masacres contra los explotados en China, la multiplicación de las penurias para la clase obrera en Europa y EE.UU. y un sin números de padecimientos de los explotados de todo el planeta. 
El resultado de este accionar del reformismo con su política de la “Europa social” del NPA y las burocracias sindicales de todo pelaje, del “socialismo por vía pacífica” en Grecia con Syriza apoyada por toda la izquierda mundial; de “todos contra el fascismo en EE.UU” es decir, sosteniendo a Obama; la “primavera de los pueblos en el mundo árabe”, etc., significó un infierno en Homs (Siria) así como en las fábricas, establecimientos y barriadas obreras de las metrópolis imperialistas donde el crac fustiga sin piedad. Los renegados del trotskismo que en 1989 sostuvieron en sus hombros al stalinismo restaurando el capitalismo en la URSS, China y el este europeo, hoy reviven a ese cadáver maloliente sosteniendo a los PC que nuevamente se pusieron a la cabeza de la contrarrevolución apaleando obreros y jóvenes en Grecia, sosteniendo el genocidio en Siria, aplastando las sublevaciones en China, reprimiendo mineros en Sudáfrica, atacando por la espalda a la juventud chilena y avanzando en restaurar el capitalismo en Cuba. 
Los renegados del trotskismo como la LIT, UIT, SWP, PTS, PO, POR, etc. sostienen al stalinismo porque levantan su mismo programa y teoría: frente político con las burguesías nativas en el mundo semicolonial y frente democrático en las potencias imperialistas “contra el fascismo”, y para ello “vía pacífica al socialismo” y “revoluciones democráticas” ¡Canallas! El accionar centralizado e implacable del reformismo es una prueba irrefutable de que el imperialismo se sostiene solamente por las direcciones traidoras del proletariado mundial.
Sin embargo, en septiembre, la embestida antiimperialista de las masas del Magreb que ganaron las calles por miles e hicieron arder las embajadas yanquis, así como el combate heroico de los mineros de Marikana en Sudáfrica y Asturias en el Estado Español, intentaron ser un punto de atalonamiento revolucionario del proletariado mundial para organizar una contraofensiva contra el imperialismo. Las direcciones reformistas respondieron a esta tentativa saliendo a sostener nuevamente al “democrático” imperialista Obama y a todas las burguesías nativas. Batallones centrales de la clase obrera han quedado subordinados a la burguesía país por país. El reformismo a cada paso desarma y desorganiza lo que la clase obrera y los explotados con su lucha ponen de pie para derrotar a la burguesía. 

Lo que está en curso es una verdadera guerra de clases a nivel mundial. El capital financiero ahí donde hay crac y crisis se lo descarga sin piedad sobre los explotados como en EE.UU y Europa, y ahí donde hay nichos de expansión porque las transnacionales se relocalizan para explotar la mano de obra esclava y saquear los recursos naturales, el capitalismo no quiere ceder ni un centavo de sus ganancias e impone condiciones de esclavitud insoportables para las masas. 
Así es que en Europa la burguesía habla el lenguaje del crac y la crisis liquidando masivamente millones de puestos de trabajo, las jubilaciones, los presupuestos de educación y salud, todas las conquistas obreras y aumentando la explotación a grado extremo. Ante ello la clase obrera, desde el comienzo de la crisis en 2007-08, tiende a responder al ataque en lucha política de masas, es decir en un enfrentamiento revolucionario contra los gobiernos y estados para poder defender las conquistas. Sin embargo sus direcciones a cada paso han llevado esas luchas a la impotencia de la lucha económica, de “rectificar el ajuste” y de la utopía reaccionaria de que se puede “humanizar el capitalismo”, para sostener al Maastricht en crisis. ¡El capitalismo no es una “sociedad de beneficencia” como quiere hacer creer el reformismo! La burguesía ha declarado la guerra, el proletariado demuestra querer ganarla y sus direcciones quieren la paz de los cementerios.  
La clave del rol de las direcciones reformistas, las burocracias sindicales y las aristocracias obreras, de stalinistas y falsos trotskistas de todo pelaje, es impedir la revolución socialista en los países imperialistas, puesto que esto cambiaría la historia. Pero esta guerra de clases no da tregua. No hay lugar para reformas y por tal los reformistas ven segar el piso bajo sus pies. Si la clase obrera no da una respuesta a la crisis, como demuestran Europa y EE.UU., lo que viene es más crac y golpes del fascismo.

 

Europa: una batalla decisiva
En Grecia: o el comienzo de una cadena de revoluciones socialistas en Europa, o el inicio de una ofensiva contrarrevolucionaria del gran capital con el fascismo a la cabeza

El proletariado europeo, con el programa de “anti-austeridad” de los partidos social-imperialistas, sigue pagando con penurias inauditas la bancarrota de Maastricht y está siendo llevado a condiciones iguales, o peores ya, que a la salida de la Segunda Guerra Mundial cuando Europa estaba destruida por la guerra. 
Ahí está el proletariado francés sufriendo el ataque en toda la línea del presidente Hollande. Es que los trabajadores franceses, que hoy vuelven a ganar las calles con masivas movilizaciones, fueron sacados de la lucha en el 2008 cuando se encontraba ocupando fábricas con gerentes como rehenes para hacerle frente a la oleada de despidos; al mismo tiempo que el proletariado de las colonias francesas, como en Martinica y Guadalupe, se sublevaba con huelgas revolucionarias por trabajo, aumento de salario y contra el dominio del imperialismo francés. Esos raros “anticapitalistas”, del NPA, que en las elecciones de aquellos años sacaban cerca de un 9% de los votos, fueron los responsables de que los trabajadores no pusieran en jaque al entonces gobierno de Sarkozy y terminaran perdiendo sus conquistas. Hoy el NPA, que en las últimas elecciones -luego de ser usado por la burguesía imperialista para mantener su poder- sacó menos del 1% de los votos (como le corresponde a los limones exprimidos descartados por los patrones), tuvo la desfachatez de llamar a votar por Hollande contra Sarkozy; y hoy, para “sorpresa” de todos es el mismo Hollande votado por los “anticapitalistas” quien comanda el ataque contra los trabajadores mejor que el propio Sarkozy.
Esta es la misma tragedia que vemos en Grecia donde la clase obrera, a pesar de toda su combatividad, fue desviada de su lucha revolucionaria hacia la trampa electoral y el sometimiento al régimen por parte de sus direcciones. En medio de la profunda crisis que corroe a Grecia, esto significó que el proletariado, por traición de la dirección que tiene a su frente, no pueda aportar su solución al conjunto de las clases oprimidas, comenzando por las clases medias arruinadas que al desesperarse se alejan de la clase obrera y buscan la salida a sus problemas en las fuerzas del fascismo. 
León Trotsky en su trabajo “¿A dónde va Francia?” (1936) manifestaba: “Nada es tan peligroso para el proletariado, especialmente en las condiciones actuales, como el veneno azucarado de las falsas esperanzas. Nada aumenta tanto la insolencia de los fascistas como el blando “pacifismo” de las organizaciones obreras. Nada destruye tanto la confianza de las clases medias en el proletariado como la pasividad expectante, como la ausencia de voluntad de lucha”.
Hoy vemos al fascismo fortalecerse rompiendo cabezas de obreros inmigrantes, abriendo cientos de locales para reclutar sus milicias, flameando un programa de demagogia nacionalista para ganarse a las clases medias desesperadas y cada vez más embestir contra el proletariado. Decía Trotsky en su mismo trabajo: “Esos demagogos (los fascistas NdR) blanden el puño en dirección de los banqueros, los grandes comerciantes, los capitalistas. Esas palabras y esos gestos responden plenamente a los sentimientos de los pequeños propietarios, caídos en una situación sin salida. Los fascistas muestran audacia, salen a la calle, enfrentan a la policía, intentan barrer al Parlamento por la fuerza. Esto impresiona al pequeño burgués sumido en la desesperación. Se dice: “los radicales, entre los que hay muchos estafadores, se han vendido definitivamente a los banqueros; los socialistas prometen desde hace mucho eliminar la explotación; a los comunistas no se los puede entender: hoy una cosa, mañana otra; hay que ver si los fascistas no pueden aportarnos la salvación”.
La dirección reformista y cobarde tanto de Syriza como del PC y los no menos cobardes y reformistas de los renegados del trotskismo de toda Europa, se niegan a plantear audazmente que las organizaciones obreras deben organizar ya mismo la milicia obrera, reclutar en sus locales a los mejores elementos del proletariado y la juventud, armarse y aplastar a ese puñado de fascistas pagos por el capital financiero. Esta política solo puede ir hasta el final si la clase obrera rompe con la burguesía y derrota al régimen imperialista precedido por Papoulias y al gobierno de la Troika y Samaras. 
Las fuerzas para ello están. La última huelga general en el mes de octubre demostró el potencial de la clase obrera que paralizó el país, poniendo de manifiesto quién lo hace funcionar y quién es su verdadero dueño. Sin embargo esta huelga general, la quinta en lo que va del año, es mantenida por los burócratas sindicales y las corrientes reformistas en el terreno de la lucha económica impotente, cuestión que no alcanza para derrotar al régimen burgués griego. Justamente, las direcciones traidoras no permiten que la lucha de masas se eleve al terreno de lucha política para que no comience la revolución griega. Sobre esta cuestión reside la trampa de la huelga general que está llamando la Confederación de Sindicatos Europeos para mediados de noviembre, obligados por el empuje de la base obrera que quiere frenar los planes de ajuste de la burguesía. Las burocracias europeas llaman a este tipo de acciones “coordinadas”, pero lo hacen con el objetivo de mantener encorsetadas las luchas de los explotados. Así garantizan que las masas no irrumpan con sus acciones independientes y pongan en marcha la revolución europea, que es la única alternativa para frenar el ataque, es decir derrocando a los gobiernos y demoliendo los estados de los parásitos capitalistas.

En la Europa en quiebra, donde el plan de la burguesía es imponer una maquila generalizada en el viejo continente, flexibilizando al máximo al proletariado y liquidando todas sus conquistas como condición para recrear un nuevo ciclo de inversiones basado en arrancarle una nueva tajada de plusvalía al proletariado, la única respuesta posible de la clase obrera para poder vivir y comer es el derrocamiento revolucionario de todos los gobiernos y regímenes con la revolución socialista. Ese es el lenguaje que debe hablar el proletariado para poder vivir.
Grecia, por la combatividad de su clase obrera demostrada en uno y mil combates, merece ser el comienzo de una cadena de revoluciones socialistas que sacuda Europa, para no convertirse en el inicio de una ofensiva contrarrevolucionaria del gran capital con el fascismo a la cabeza.Para ello hay que poner en pie la milicia que aplaste al fascismo y conquistar los Consejos Obreros como organismos de autodeterminación y democracia directa de las masas en lucha. Ese es el camino a recorrer para frenar el ataque. La revolución griega debe comenzar y coronarse con una insurrección triunfante. No hay otra solución posible. La clase obrera debe romper con las direcciones reformistas y su política cobarde de “morigerar el ajuste”, e imponer un combate continental. ¡Abajo Maastrich, la Unión Europea de las potencias imperialistas, su euro, gobiernos y monarquías! ¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en los ex estados obreros del este! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa desde Portugal a las estepas rusas!

 

Crisis, crac, saqueo, concentración de capitales y lucha de clases

El resultado de la traición de la dirección del proletariado es que la crisis económica fue arrojada sin interrupción a las masas, imponiéndose así la tendencia a desorganizar las fuerzas de la clase obrera, con despidos, debilitando sus organizaciones de lucha, etc. El plan de “salvataje” del capital financiero internacional con inflación, con saqueo a los tesoros de los estados, con parasitismo y valores falsos circulando, acompañó a un proceso de reconcentración de las transnacionales en las distintas ramas de producción de la economía mundial, cuestión que incluye la fundición y la quiebra de algunas, a expensas de las superganancias y concentración en manos de otras. Eso vemos, por ejemplo, en la industria automotriz con la fusión entre la General Motors y la Toyota, o la Nissan y la Renault.
Este es categóricamente un proceso de “cartellización” en las distintas ramas de producción de la economía mundial, donde dos o tres empresas del capital financiero se ponen de acuerdo en dominar una rama de producción entera, fijando los precios del mercado, poniendo de rodillas a la competencia, saqueando a naciones enteras, súper-explotando a la clase obrera y obteniendo superganancias como las que realizan las empresas imperialistas en momentos en que más quebrados tienen a sus estados, mientras obligan a sus trabajadores como en EE.UU., Europa o Japón, a pagar toda la deuda de los parásitos capitalistas. ¡147 corporaciones trasnacionales, principalmente súper-bancos y minero-extractivas, controlan toda la economía mundial! 
Y pueden hacer esto, y defender sus ganancias e inclusive asociarse con ventajas sobre sus socios menores, porque son monopolios de bandera los que se asocian y los que arrodillan a la competencia. Uno manda y el otro es minoría en el directorio. Las transnacionales yanquis manejan las ramas claves de la producción, sobre todo en la industria de guerra, robótica y alta tecnología, asociadas al capital financiero inglés y japonés. Alemania compite en sectores de la rama de la industria automotriz, de máquina-herramienta y también en sectores de la industria de guerra. En algunas van asociados, en otros “compitiendo” pero coordinando el control del mercado mundial. Pero todas con su estado imperialista, sus bayonetas y tropas atrás. Productividad más armas crean dominio y poder entre los piratas imperialistas. Y esto se siente sobre todo durante la crisis económica mundial. 
Así un salto en este proceso de concentración y de tirarle la crisis a las masas, sobreviene a toda traición y límite impuesto por las direcciones reformistas a la perspectiva de un ascenso revolucionario generalizado de los explotados, como estuvo planteado en 2011. Parecería ser que por crisis de dirección este período histórico abierto en el 2007-2008, se bambolea como un péndulo: cuando las masas irrumpen y rompen el cerco de las direcciones traidoras, la situación mundial se aproxima a la apertura de un proceso revolucionario generalizado tipo ’68-‘74, pero cuando estas direcciones tienden a liquidar estos procesos revolucionarios, llevan a retrotraer la civilización humana a los años ‘30, de la preguerra, con crisis, crac, fascismo, hambrunas, etc. 
La tendencia, si son asfixiados los procesos revolucionarios definitivamente, es un salto en la hambruna y la barbarie. El crecimiento demográfico de la población, la recesión abierta, la declinación del crecimiento chino, la crisis norteamericana, europea y japonesa, se combinan ya con un alto proceso inflacionario. La emisión de la Reserva Federal, desde 2007 hasta ahora, de la friolera de 17 billones de dólares para salvar a los bancos de EE.UU y el mundo, es la inflación galopante que comienza a recorrer la economía mundial junto a la recesión. Así el imperialismo yanqui le descarga su crisis al planeta.
Como en todas las ramas de producción, los “cartells” de la alimentación y las cerealeras manejan a su antojo los precios de los alimentos, lo que es un factor clave en el padecimiento de las masas. Si al parasitismo, a la “cartellizacion” de las ramas de producción y a la definición de precios ficticios de los alimentos en la Bolsa de Chicago, le agregamos las enormes sequias de EE.UU y Ucrania, que llevaron las reservas de cereales y alimentos al nivel más bajo desde 1974, lo que tenemos por delante es una hiper-inlacion de los precios de los alimentos en el mundo, superior inclusive a la que vimos en 2008 y en el 2011 que terminó por desencadenar los enormes procesos revolucionarios en el Magreb, Medio Oriente y distintos focos del planeta. La misma FAO ya anuncia que 900 millones de habitantes del planeta ya están totalmente desnutridos, y que para el Norte de África y Medio oriente la crisis alimentaria se volverá crónica. Solo la revolución socialista puede hacerle frente a esta verdadera bancarrota del sistema capitalista y barbarie contra las masas.

 

Los obreros de Foxconn en China, los mineros del sur de África, los textiles de Bangladesh y los trabajadores de la Suzuki en la India… Nuevos batallones del proletariado mundial demuestran cómo luchar en medio de esta guerra de clases que se libra a nivel mundial

En los focos de expansión capitalista y de concentración de las grandes transnacionales, en los nichos de producción y saqueo de los cartells imperialistas, se han concentrado enormes batallones del proletariado que tienen toda la presión capitalista sobre sus hombros, de brutal explotación de músculos y huesos en ciclos productivos de alta producción. 
Así sucede con las minas de oro, diamantes y platino de África del Sur. Así sucede con la Foxconn en China, donde 400.000 obreros producen 57 millones de Ipad, Iphone y la mayoría de la producción de Hewlett Packard, por donde pasa el 40 % de la producción electrónica de todo el planeta. Así sucede con las obreras, obreros y niños que por 3 millones son esclavizados en la industria textil de Bangladesh, como sucede en las grandes concentraciones obreras de la industria automotriz japonesa, relocalizadas en China y la India como la Suzuki y la Nissan. Allí el chantaje de la recesión no va. Allí hacen trabajar 49, 54 y hasta 90 horas semanales a los obreros en verdaderos campos de concentración, como sucede en la Foxconn; muriendo con sus pulmones en las minas por miserables dólares en Sudáfrica o a 3 dólares por día con derecho de pernada por parte de los capataces y los jefes como sucede en las textiles de Bangladesh ¡Así sufre la clase obrera “la primavera” de las superganancias de las transnacionales!
Esos obreros tienen en sus manos la producción de los sectores claves de distintas ramas de la producción de la economía mundial. Son fuertísimos desde el punto de vista de su ubicación en la producción y, como no podía ser de otra manera, desde el punto de vista de su lucha y su combate en sectores de plena expansión capitalista. Esto significa que el proletariado tiene valor por su rol en el proceso productivo y no tan sólo por su número, como afirman los mencheviques y todas las corrientes reformistas. Una dirección revolucionaria que encabece el comité de huelga de Marikana y de los 100.000 mineros en huelga de Sudáfrica, y de la Foxconn, haría temblar a Wall Street y a todas las City´s imperialistas del planeta. Dirigir a esos batallones claves del proletariado significa refundar la IV Internacional sobre la base de aplicarle derrotas decisivas a las direcciones reformistas. 
Allí la demanda es: ¡No aceptamos la esclavitud y mucho menos 3 dólares! ¡12.500 rands para todos! ¡No nos tocan más los capataces! Los obreros no se suicidan como protesta en la Foxconn, sino que luchan y combaten siguiendo el curso de sus hermanos de la India que queman a los gerentes. Se trata de una guerra de clases en los focos claves donde el capital financiero internacional y sus parásitos han concentrado sus inversiones para sacar y recuperar una enorme tasa de plusvalía. 
La clase obrera norteamericana, europea y japonesa debe mirarse en el espejo de los obreros de la Foxconn, Marikana, Anglo-American y Suzuki, puesto que el verdadero chantaje de los capitalistas es: “hasta que no impongamos en los países imperialistas las condiciones de Foxconn, Marikana, Anglo-American y de la Suzuki de la India, no vamos a invertir ni habrá crecimiento”. Los gurúes del capitalismo hablan de tecnología de avanzada y robótica. ¿“Robótica”? Solo para la guerra; para la producción millones de obreros esclavos que los hacen trabajar de sol a sol. Es por esto que hay 1.000 millones de obreros esclavos. 
La traición del reformismo consiste en separar al proletariado de las potencias dominantes, acorralado por el crac y la desesperación de la recesión y la inflación, del combate del proletariado del mundo semicolonial donde se encuentran los focos centrales de inversión capitalista, justamente allí donde está el programa, las condiciones por las que se lucha y las formas de combate que debe conquistar la clase obrera mundial para poner de rodillas a la burguesía.

 

Pactos contrarrevolucionarios de las burguesías nativas con el imperialismo para intentar imponer la “estabilidad” de los cementerios, el saqueo y la superexplotación

Ese sinvergüenza de Warren Buffet, dueño de Kraft, declaraba en 2010, que había una guerra de clases a nivel mundial y ellos la iban ganando. Luego de ello se desencadenó una cadena de revoluciones en el Norte de África y Medio Oriente, y ahora sus CEOS y directores huyen como ratas ante el terror que le tienen a los piquetes de los obreros negros de Sudáfrica. A esta guerra aún los obreros no la podemos ganar por traición de los dirigentes a los  que estos mismos patrones les pagan.
Los explotados les quemaron las embajadas a los yanquis en el Norte de África y Medio Oriente, pero ellos desincronizan la lucha de la clase obrera europea y norteamericana. Y mientras tanto, la V Internacional de Putin, Hu Jintao, Chávez, estalinistas reciclados, renegados del trotskismo y “quinta-columnas” varias, han volcado todas sus fuerzas a estabilizar al imperialismo norteamericano con verdaderos pactos contrarrevolucionarios como los que hoy vemos y se develan con total claridad ante las elecciones en Venezuela. Es que a partir de 2007-2008 existe una verdadera crisis del régimen de dominio imperialista, no solamente una crisis del equilibrio económico y militar, sino también una verdadera crisis política de dominio. 
¿Qué significa pactos contrarrevolucionarios? Significa que las direcciones traidoras le permiten al imperialismo reconstituir instituciones de dominio con las que intentan darle cierta estabilidad al capitalismo mundial para que salga de su crisis aplastando a las masas. 
Este es el ejemplo de la política que está llevando adelante el imperialismo en Siria. Allí una vez que usaron a Al-Assad para hacer el “trabajo sucio” de aplastar a las masas, Obama y los piratas imperialistas quieren aprovechar ese verdadero genocidio para reconstituir la casta de oficiales, imponiendo un gobierno de “unidad nacional” sin Al-Assad para conquistar un régimen de dominio estable. Para ello están impulsando un pacto contrarrevolucionario entre EE.UU., Turquía, los oficiales del ELS y el CNS junto a la casta de oficiales de Al-Assad, a Putin y Hu Jintao, sostenidos por todas las direcciones traidoras a nivel mundial. Este es el momento en que el imperialismo debe terminar de definir a su favor la situación en Siria, porque de lo contrario, si Al-Assad sigue masacrando sin piedad a los explotados y los obreros sirios resistiendo heroicamente, pueden entrar en la escena revolucionaria las martirizadas masas palestinas y abrirse la posibilidad de un reverdecer de las luchas antiimperialistas y contra el estado sionista fascista Israel, cuestión que cambiaría la relación de fuerzas a favor de las masas y volvería mil veces más inestable el dominio imperialista.

 

En América: Obama impone su “ALCA” junto a la burguesía bolivariana y del TLC, contra la clase obrera y los explotados

EE.UU., el imperialismo dominante, debe relegitimar su estado mayor para ir a una nueva ofensiva a por el mundo. El circo electoral imperialista camufla la discusión de cómo llevar adelante este plan. Las dos, Obama y Romney, son fracciones del capital financiero de Wall Street y las dos están discutiendo como marchar a nuevas aventuras imperialistas. Por ello, gane quien gane se sigue aplicando la política del fascista Tea Party.
Bajo las actuales condiciones el imperialismo yanqui necesita mantener bajo su bota a su propia clase obrera y le es fundamental estabilizar definitivamente su “patio trasero” latinoamericano. Por ello la política del “democrático” y sonriente carnicero Obama es “o se estabiliza por las buenas o por las malas”, esto quiere decir que, o se pacta como lo hicieron en Bolivia Evo Morales y la Media Luna fascista y Chávez con Santos-Uribe… o serán tratados como Lugo en Paraguay o Zelaya en Honduras. El modelo yanqui para Latinoamérica es México donde las “elecciones” y la “democracia” se sostienen en un silencioso genocidio contra la clase obrera y las masas en la frontera norte y en las principales ciudades industriales. ¿Y el Subcomandante Marcos? Luego de que cercó a la comuna revolucionaria de Oaxaca para que sea derrotada y garantizó la trampa electoral del régimen proimperialista, se escondió a leer poesía stalinista. 
Mientras los revolucionarios llamamos a la clase obrera y los campesinos pobres a retomar su consigna antimperialista durante la guerra de Vietnam: “¡Yanquis go home!”, los “bolivarianos” agitan: “¡Welcome yanquis!” Porque quieren ser ellos mismos los que generalicen “México” a todo el continente. Por ello en Latinoamérica es el momento de los pactos contrarrevolucionarios para garantizar la estabilidad del saqueo imperialista. Si ayer para expropiar la revolución latinoamericana los “bolivarianos” y la izquierda reformista organizaban “contracumbres contra Bush”, ¡hoy son todos de la “Cumbre de Obama”!
La fusión con el capital imperialista de las burguesías “bolivarianas” ya es total. Imponen aquí y allá la rendición de las masas, a través de las direcciones traidoras que manipulan. Y lo que es fundamental, han nombrado a Obama como su candidato en las próximas elecciones de EE.UU., y con Castro le han enviado “condolencias” ante el ajusticiamiento de su embajador en Libia. Todos sostienen a Obama para que vuelva a controlar al proletariado negro, chicano e inmigrante, porque saben que si esos sectores se unifican con el movimiento de Ocupa Wall Street y los portuarios de Oakland y su combate antiguerra, puede venir un proceso revolucionario al interior de la bestia imperialista. ¡Los “bolivarianos”, la V Internacional y los renegados del trotskismo salen a sostener por “izquierda” a Obama para impedir la revolución socialista en los Estados Unidos! Que es lo único que puede aplastar la restauración capitalista en Cuba y liberar a los explotados de todo el continente latinoamericano. 
Se trata de un verdadero pacto contrarrevolucionario de estabilización del “patio trasero” yanqui y del mismo EE.UU. Esto significa un verdadero pacto contrarrevolucionario continental donde lo que se está restableciendo, ahora bajo las formas del UNASUR, es un ALCA como quería Bush, es el TLC de Obama. Un Tratado de Libre Comercio basado en el estrangulamiento de la revolución proletaria para las transnacionales que succionan las venas de América Latina y permiten estabilizar al gobierno de Obama y al putrefacto régimen de los “Republicratas”. Es un verdadero pacto del Foro Social Mundial y la V Internacional con los banqueros de Wall Street. Por eso el apoyo a Al-Assad de Chávez. En esta situación el grito de guerra de la burguesía es “¡Cuba capitalista!”, cuestión que la clase obrera mundial debe impedir.
Entonces en Venezuela el verdadero ganador de las elecciones fue Obama. Es que los dos candidatos presidenciales fundamentales que se enfrentaron apoyan a Obama y son garantes de la propiedad y superganancias del imperialismo. Es más, Chávez se ha ubicado como un verdadero candidato a vicepresidente de Obama, proclamando que lo votaría en las elecciones norteamericanas. De esta manera el bolivariano asume la tarea de volver a someter al proletariado negro e inmigrante y a sus sectores más combativos, como ayer lo hiciera Castro, al Bush tiznado de Obama.
Lo que actuó en Venezuela fue un verdadero pacto de Chavez-Capriles-Santos-Castro-Obama. El triunfo reaccionario de las elecciones vuelve a recomponer un régimen bi partidista que fortalece de conjunto a toda la burguesía y el imperialismo. Chávez o Capriles = Obama. Han pasado décadas del estallido del régimen infame del Pacto de Punto Fijo que el Caracazo había demolido. Recién hoy el imperialismo puede reconquistar en Venezuela un fortalecimiento cualitativo de su régimen de dominio.
¿Cómo se llegó a esta situación? Gracias a que los renegados del trotskismo cercaron y sometieron al ala izquierda del proletariado del continente que pujó por romper con los bolivarianos y que vuelva la revolución. Toda la izquierda mundial es “la izquierda” de la constitución bolivariana pro imperialista. Por ello, la de Orlando Chirino de la UIT-CI morenista, apoyado por toda la izquierda reformista que intentó posar de “opositora” a Chávez, fue la mejor campaña para que gane Chávez y se fortalezca el régimen de la Constitución pactada, de la cual ellos son sirvientes y sostenedores. Es que ni Chirino ni nadie de la izquierda de renegados del trotskismo jamás llamaron a derrotar a la “República bolivariana” y su constitución pro imperialista y luchar por una República obrera y socialista que es la única que puede imponer la ruptura con el imperialismo y la tierra para los campesinos arruinados. Ninguno llamó a derrotar al ALBA y MERCOSUR de las transnacionales y a luchar por una Federación de Repúblicas Soviéticas de norte, centro y Sudamérica. Es que ninguno de estos chavistas ruborizados llamó a la clase obrera venezolana a derrotar la ofensiva del pacto Obama-Chávez-Castro- Capriles-Santos que está restaurando el capitalismo en Cuba, masacrando a la resistencia colombiana y sosteniendo a Al Assad en Siria para aplastar a las masas. Sin ese combate internacional, el proletariado venezolano no podrá conquistar el salario, el trabajo, el control obrero, aplastar la inflación, conquistar el convenio laboral. Es que Chavez-Capriles comandarán, bajo el mando de Obama, lo más salvajes ataques contra el proletariado venezolano.
Los trotskistas afirmamos que la “República bolivariana” no es para Venezuela, sino que es una política del imperialismo para todo su “patio trasero”. El abrazo de Chávez y Uribe en 2008 sobre la sangre de la resistencia colombiana que se dio en la Unasur, fundó esa institución como un verdadero acuerdo político, económico y militar de las burguesías latinoamericanas bajo el mando de Obama. Si a principios del siglo XXI los bolivarianos surgían como burguesías nativas bajo las condiciones del empantanamiento de los yanquis en Irak y con la necesidad de expropiar la revolución obrera y campesina, y sobre esa base le regateaban migajas al imperialismo; a partir de la crisis mundial de 2007, el imperialismo volvió sobre su patio trasero y los bolivarianos pasaron a ser los mejores alumnos de Obama y las transnacionales ¡Atrás de los bolivarianos lo que vino fue un verdadero TLC! ¡Esa es la “revolución bolivariana”! 
En Colombia actúa una verdadera “contrarrevolución permanente” donde el Pacto Chavez-Santos (Uribe) y Castro bajo el mando de Obama garantiza la estabilidad de las bases militares yanquis con la dirección de las FARC firmando la rendición y entregando la resistencia. Se trata de un nuevo “Contadora y Esquipulas” (pactos contrarrevolucionarios firmados por el imperialismo y la burocracia castrista en los 80 para desarmar y entregar la revolución nicaragüense y salvadoreña) donde el stalinismo nuevamente entrega desarmadas a las masas obreras y campesinas para que sea aplastada la guerra civil en el campo que lleva más de 50 años en Colombia. 
Es la misma política para asentar la restauración capitalista en Cuba. Esto se refleja en Bolivia con el gobierno de Evo Morales y la Media Luna abrazados a las transnacionales mientras los mineros, traicionados por la COB y el POR, se enfrentan y matan entre sí en Colquiri por una veta de minerales ¡Esta es la estabilidad de los bolivarianos y Obama! ¡Abajo el pacto contrarrevolucionario de los bolivarianos y Obama en todo el continente!
Es el momento donde las direcciones reformistas cierran filas disciplinadas al “democrático Obama” para reventar todo proceso de radicalización. Así vemos en Chile a los renegados del trotskismo sostener al PC que marcha a un acuerdo con Bachelet y la Concertación para sostener al régimen pinochetista y derrotar a la vanguardia combativa. En Argentina, la clase obrera y los explotados están pagando los costos de no haber tomado el poder en 2001 y la política de Fidel Castro de “apoyar a los Kirchner, producir y luego repartir” que significó el “reparto” de superexplotación, represión, hambre y muchos dólares al FMI, al Banco Mundial, al Club de Paris y para las trasnacionales imperialistas. 
Latinoamérica es un ejemplo del accionar criminal de la izquierda reformista. La clase obrera esta sufriendo los resultados de la política del ELAC, Conclat, el apoyo al “democrático” Obama, la entrega del Programa de Transición a Chávez por parte de Alan Woods, el PTS gramsciano sosteniendo a Castro, el sostén del POR a Khadafy-Evo Morales, el FIT y su servilismo con el gobierno y el régimen argentino etc. Si ayer los renegados del trotskismo sostuvieron a los PC para restaurar el capitalismo en la ex URSS, hoy son un pilar fundamental para sostener un “1989” en Latinoamérica con la restauración del capitalismo en Cuba. 
Los bolivarianos y renegados del trotskismo han cumplido su rol implacablemente. Obama se frota las manos. Pero la crisis mundial crea y recrea nuevas y superiores contradicciones. La revolución latinoamericana volverá a ponerse de pie, sus enterradores jamás. ¡Hay que preparar y organizar una nueva embestida revolucionaria continental para derrotar los pactos contrarrevolucionarios de los “bolivarianos” y Obama con los métodos de la revolución socialista! ¡A los pactos contrarrevolucionarios de Obama y los “bolivarianos” hay que oponerle la Federación de Repúblicas Soviéticas de Norte, Centro y Sud América!

 

¡La clase obrera mundial, para triunfar en esta guerra de clases, necesita a la IV Internacional refundada!

En esta guerra de clases mundial la burguesía tiene un estado mayor para aplastar al proletariado, pero la clase obrera tiene a su frente direcciones que garantizan un camino de derrotas. La dirección que se merece el proletariado es la IV Internacional, que es el partido mundial que tiene el programa para ganar esta guerra, el programa de la expropiación de las transnacionales, del armamento del proletariado y la puesta en pie de la autoorganización de masas, de la insurrección triunfante para tomar el poder. 
Frente a la actual situación mundial donde se preparan nuevos y superiores cambios bruscos, choques entre revolución y contrarrevolución, la tarea urgente de los revolucionarios es poner en pie un Comité Internacional por la Refundación de la IV Internacional de 1938, para derrotar a las direcciones reformistas de la V Internacional, los stalinistas y renegados del trotskismo, para que la clase obrera mundial unifique sus fuerzas como un solo puño y conquiste las condiciones de la victoria.

¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir! ¡Viva la revolución socialista internacional!
¡Es el momento de conquistar un comité internacional por la refundación de la IV Internacional de 1938!

Sobre estas cuestiones versan los artículos y declaraciones que presentamos en esta edición del OOI, vocero de la FLTI.

Comité Redactor