Organizador Obrero Internacional
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12-07-12

Los parásitos capitalistas, gracias al accionar de la burocracia del CNT y CUT-A sostenida por el FSM…

Han transformado a la clase obrera paraguaya, como a la boliviana, en mano de obra migrante al servicio de los esclavistas del MERCOSUR

La heroica clase obrera paraguaya, como la boliviana, es uno de los batallones fundamentales  de la clase obrera del Cono Sur. Las direcciones traidoras de las burocracias sindicales, en primer lugar las de Paraguay como la del CNT y la CUT-A, se han confabulado para que nunca más la clase obrera paraguaya se ponga de pie. El sometimiento a la burguesía impuesto por estas direcciones, sostenidas por todo el Foro Social Mundial, ha permitido a las transnacionales instaladas en el MERCOSUR y a la patronal esclavista nativa utilizar a la clase obrera paraguaya como mano de obra barata para abastecer a sus empresas en todo el Cono Sur.
La clase obrera paraguaya tiene su corazón en los obreros de la construcción, que son los que han puesto en pie las grandes obras de las represas hidroeléctricas de Itaipú y Yaciretá. Allí la clase obrera paraguaya adquirió una gran especialización del trabajo. Esto la burguesía lo sabe y por eso utiliza esta mano de obra en todas las grandes construcciones del MERCOSUR, con la colaboración de las embajadas paraguayas que son verdaderas agencias de colocación de esclavos, y también de las centrales sindicales de Argentina (CGT y CTA) y Brasil (FS y CUT) que son los que garantizan que los obreros paraguayos no adquieran los derechos de convenio laboral, permitiendo que trabajen “en negro”. También lo hacen poniendo a funcionar la industria textil, metalúrgicas, levantan las cosechas, y sus esposas, hermanas y primas limpian como esclavas las mansiones de los patrones negreros, todo a costa de míseros salarios y en las peores condiciones de vida.
La traición de las direcciones sindicales también ha impuesto terribles condiciones de trabajo en el mismo Paraguay, donde por ejemplo, los obreros que extraen oro, plata y ahora aluminio, en la minería a cielo abierto practicada por empresas imperialistas canadienses (como Río Tinto) están expuestos a la contaminación del cianuro y a jornadas interminables de trabajo. 
Millones de obreras y obreros paraguayos, fueron despojados de  sus tierras y expulsados de su país por la miseria que impone el saqueo imperialista desde hace décadas y décadas. Lugo, como todos los “bolivarianos” no dio ni el pan, ni el trabajo, ni la tierra, ni la justicia, a los explotados paraguayos.
Así, las transnacionales, la  patronal, los gobiernos y los estados utilizan la mano de obra proveniente de Paraguay, como también la de Bolivia, para bajar el salario del conjunto del movimiento obrero y cuando no los necesitan más los expulsan o los matan. 
La burguesía no reconoce fronteras, y utiliza a todas sus instituciones para explotar a la clase obrera. Más que nunca, hay que unir a las organizaciones obreras del Cono Sur y todo el continente para presentarle batalla a las transnacionales y la patronal esclavista en un combate unificado.