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GRECIA

Con los cantos de sirena de Syriza que prometía frenar el ataque de los capitalistas con un “gobierno obrero-burgués” y de rodillas ante el presidente Papoulias y el parlamento de la troika contrarrevolucionaria de los banqueros y la oligarquía financiera….
Con el Partido Comunista y la burocracia sindical rompiéndole la cabeza a la vanguardia obrera para que no avance hacia el camino revolucionario de las masas de Libia y el Norte de África y Medio Oriente…
Mientras el gran capital ya ha armado a las bandas fascistas que atacan a la clase obrera y a los inmigrantes…

La heroica clase obrera griega, luego de enormes combates, ha sido llevada a una nueva encerrona

Una “Santa Alianza” de burócratas sindicales y direcciones reformistas salvaron por ahora a los banqueros y capitalistas de la embestida revolucionaria de las masas

¡La chispa de ATENAS no debe apagarsetar al Maastricht de las potencias imperialistas!para incendiar Europa y aplastar al Maastricht de las potencias imperialistas!

¡La clase obrera griega debe ponerse de pie!
¡Congreso Nacional con delegados de base de los obreros y los campesinos pobres! 
¡Sin burócratas sindicales, ni lacayos de los banqueros!

¡Fuera el régimen de la Troika, los banqueros y los grandes capitalistas!
¡Milicias de las organizaciones obreras ya, para aplastar a las bandas fascistas!

Una alternativa de hierro para Europa imperialista que somete junto a Estados Unidos y Japón a los pueblos oprimidos del mundo y esclaviza a la Europa oriental:

¡Revolución socialista o fascismo y barbarie capitalista!

¡Basta de reformistas enfermeros del capitalismo  en bancarrota!
¡Hay que refundar la IV Internacional!

Un nuevo desvío parlamentario para sacar del camino de la revolución a la clase obrera y que la burguesía cierre momentáneamente la crisis abierta en el régimen burgués griego

Las elecciones del 17 de junio en Grecia, fueron una nueva trampa para sacar a la clase obrera y los explotados griegos del camino de la lucha revolucionaria. 
Esta misma política de “desvíos parlamentarios”, que ya en Grecia se había probado con anterioridad, es lo que vienen implementando el imperialismo, las burguesías cipayas, las burocracias sindicales y partidos reformistas, para contener los combates revolucionarios de las masas de Túnez, Egipto y en la mismísima Libia insurrecta, donde el pasado 8 de julio se realizaron elecciones en distintas ciudades para la “Asamblea Nacional”.

En estas elecciones en Grecia, donde el 40% de la población se abstuvo de votar, el partido Nueva Democracia (el partido de Karamanlis, que en 2008 comandó el ataque contra las masas) consiguió el primer lugar con el 30% de los votos. Aún así, vista la tibia cantidad de votos recibidos, el presidente Papoulias y Samaras (líder de ND), pudieron formar gobierno firmando un acuerdo con la Izquierda Democrática (6,3%) y el PASOK de Papandreu (12,3%). De esta forma, los banqueros y los grandes capitalistas lograron cerrar provisoriamente la crisis política del régimen burgués griego y pudieron soldar momentáneamente la cadena de dominio imperialista que  encontraba a Grecia como a su eslabón más débil.  
La burguesía y el imperialismo respiran aún entrecortado, pero saben que el peligro mortal por unos instantes dejó de acecharlos. La heroica clase obrera griega con sus huelgas generales, piquetes, barricadas y combates contra la policía, fue llevada a una peligrosa encerrona, donde el fascismo ha comenzado a levantar cabeza.

Para esto contaron con la complicidad de Syriza, ese frente de eurocomunistas, ex trotskistas y reformistas de todo color y pelaje (que se dice a sí mismo “anticapitalista”) el cual consiguió, con el 26% de los votos (en su mayoría emitidos por la clase obrera), 70 bancadas ubicándose así como primera minoría parlamentaria. 
Esta “izquierda radical”, que luego de la primera vuelta de las elecciones, allá por el mes de mayo, acudió al llamado del presidente Papoulias para que formara “gobierno”, esta vez  le dijo a las masas que mediante elecciones, el parlamento y un “gobierno obrero-burgués” era posible frenar el ataque de los banqueros y los piratas capitalistas. ¡CÍNICOS!

De esta forma, Syriza, con su política de colaboración de clases y “vía pacífica a parar el ataque de los capitalistas”, sostuvo a las instituciones del régimen de la Troika y dejó adormecidas a las masas frente al ataque redoblado que prepara el nuevo gobierno; de la misma manera que desarmó a los trabajadores frente a las cachiporras de las bandas fascistas que todos los días embisten contra los inmigrantes, la vanguardia obrera y sus organizaciones de lucha.

Como si esto fuese poco, ya este frente “anticapitalista”, adorado por el FSM y su ala izquierda de falsos trotskistas, le había jurado a la Merkel mantenerse en el euro mientras le rendía pleitesía al régimen burgués en Grecia, prometiendo dejar intactas todas sus instituciones. ¿Y esta gente se dice “anticapitalista”? 

Fue así que los banqueros estaban muy cómodos ante cualquier resultado que arrojase esta contienda electoral. Ya que ganase quién ganase, Nueva Democracia o Syriza, todos cuidarían muy bien sus intereses. Es más, para asegurarse todo con mayor tranquilidad,  el gran capital tenía preparados a los fascistas de Amanecer Dorado (7%) y Griegos Independientes (7.5%); quienes suman 40 parlamentarios.

Sin embargo este triunfo de la burguesía en la superestructura, para consolidarlo y asentarlo, debe llevarlo al terreno de la lucha de clases y medirse con un proletariado que desde el 2008 ha venido dando sobrada muestra de su combatividad revolucionaria. Justamente para buscar asentar su triunfo usa a sus dos agentes, como dos puntas de una misma soga, para estrangular al proletariado: el frente popular para adormecer a las masas, mientras intenta doblegarlas con los garrotazos del fascismo y con nuevos ataques de un gobierno legitimado por las elecciones. Pero está por verse si podrá conseguirlo.

La política de “vía pacífica al socialismo” y de “gobierno obrero-burgués” de Syriza y la izquierda reformista mundial: una trampa mortal para la clase obrera que allana el camino a las bandas fascistas del gran capital

“Nada es tan peligroso para el proletariado, especialmente en las condiciones actuales, como el veneno azucarado de las falsas esperanzas. Nada aumenta tanto la insolencia de los fascistas como el blando ‘pacifismo’ de las organizaciones obreras. Nada destruye tanto la confianza de las clases medias en el proletariado como la pasividad expectante, como la ausencia de voluntad de lucha”. (León Trotsky, ¿Adónde va Francia?)

El engaño de la política de frente popular de Syriza (sostenido por la izquierda reformista mundial) fue decirle a las masas que “el ataque de los capitalistas se para con elecciones, ganando la mayoría y gobernando el país”. La clase obrera, llevada al desvío parlamentario, optó por Syriza en las elecciones de mayo, y esos canallas de la “izquierda radical” lo utilizaron para legitimar al conjunto del régimen y sus instituciones. Ellos fueron la tercera fuerza en la primera vuelta electoral. Pero nollamaron a echar al stalinismo y la burocracia de los sindicatos y organizar una gran acción independiente de masas. No usaron la tribuna electoral para organizar al movimiento de masas y poner en pie un congreso de las organizaciones obreras. Acudieron presurosos al llamado del presidente Papoulias y se reunieron con él para intentar formar gobierno. 
La institución presidencial en Grecia es el pilar fundamental del régimen bonapartista, una especie de monarca, comandante en jefe de las FFAA y representante del capital financiero internacional en ese país. Cuando los gobiernos son embestidos por el accionar de las masas, el presidente es la columna que sostiene a las instituciones de dominio de la burguesía y llama a formar los sucesivos gobiernos. Por eso el abrazo de Tsipras (dirigente de Syriza) con Papoulias (presidente griego) concentró la política de colaboración de clases de Syriza. En ese acto se sintetiza la política de frente popular de Syriza. Esta política pacifista fue la que dejó el campo libre para que levantara cabeza y actuara más audazmente el fascismo.

“Entre los fascistas y los pacifistas de todos los matices se estableció una división de tareas: unos refuerzan el campo de la reacción; los otros debilitan el campo de la revolución. Esta es la verdad no camuflada” (León Trotsky, “¿Adónde va Francia?”)

Mientras la izquierda radical jugaba a formar gobierno -manteniendo intactas las instituciones del régimen- y se preparaba para la segunda vuelta de las elecciones, el gran capital profundizaba el ataque de las bandas fascistas sobre los trabajadores inmigrantes, la vanguardia obrera y sus organizaciones de lucha. En los últimos dos meses los ataques “neonazis” en los barrios obreros se han multiplicado a 270 por día. Mientras Syriza hacía demagogia de la “vía pacífica a parar el ataque de los capitalistas”, las bandas fascistas del gran capital desplegaban su agresividad. 
El fascismo surge porque la clase obrera, por traición de su dirección es sometida a la burguesía, no puede darle una salida a las clases medias arruinadas y la alianza obrera y popular se fractura. Mientras los fascistas con toda su demagogia muestran audacia, salen a la calle y blanden supuestamente su puño contra los banqueros, impresionando así a las clases medias sumidas en la desesperación, Syriza le dice a los explotados que “tenemos que esperar dos años más hasta las próximas elecciones” para resolver los problemas.  ¡Qué sinvergüenzas!

Syriza, pregonando en Grecia su “vía pacífica al socialismo”, desorganiza las filas obreras, somete a las organizaciones de lucha a la burguesía y de esta manera le deja la puerta abierta a las bandas fascistas armadas por el gran capital para intentar aplastar al proletariado. Esta trampa mortal la vivió ayer la clase obrera chilena. En los ´70, engañada con la política de “socialismo por la vía pacífica” del reformismo dirigido por Fidel Castro, fue aplastada por la dictadura sangrienta de Pinochet, que significó una gran derrota y una ofensiva contrarrevolucionaria contra el proletariado de toda América Latina.

Siguiendo a Syriza como la sombra al cuerpo, el Foro Social Mundial y los renegados del trotskismo llamaron a un “gobierno de unidad de izquierda” en Grecia, del PC, Syriza y la “izquierda radical”… por elecciones, y sin derrotar al presidente. Ese gobierno de unidad de la izquierda que impulsa tenazmente el reformismo, es para impedir que las fuerzas de las masas que giran a la izquierda estén al servicio de derrotar a la burocracia stalinista en los sindicatos para unir a la clase obrera. Quieren que ese frente único gobierne (en una primera etapa, aclaran) para frenar el ataque de los capitalistas, administrando los intereses de la cc y dirigiendo a la policía y las FFAA, masacradoras de la clase obrera, junto al presidente Papoulias. Por supuesto, en la segunda etapa aseguran que harán el “socialismo”… por “vía pacífica”, a través del parlamento y del gobierno griego. 
Esto no es más que desenterrar del basurero de la historia la política stalinista de revolución por etapas y de “vía pacífica al socialismo”, que tan caro pagó la clase obrera y los explotados. “Gobierno de izquierda” ya hubo en Francia; “gobierno obrero” hubo en Londres con el Partido Laborista. Y todos estos gobiernos no fueron más que partidos socialimperialistas administrando el estado burgués y la propiedad del imperialismo.

Contra esta política de los reformistas, los trotskistas afirmamos que el camino para enfrentar a los capitalistas y derrotar a sus bandas fascistas, es la lucha porque las masas pongan en pie sus organismos de autoorganización, armamento y democracia directa, es decir los consejos obreros… los soviets, para conquistar los organismos de doble poder que preparen la insurrección victoriosa, y aplastando a la casta de oficiales y demoliendo hasta el último de los escombros del estado burgués, imponga un gobierno provisional revolucionario obrero y campesino asentado en los organismos de las masas en lucha. El cual tendrá futuro si convierte a Grecia en el primer acto de la revolución socialista europea e internacional. 

 

Con golpes de la quinta columna, con sucesivas traiciones y con política de colaboración de clases de SyRiZA y las alas izquierdas del Foro Social Mundial: una “Santa Alianza” de direcciones traidoras salvó a la burguesía imperialista en Grecia de una nueva crisis revolucionaria 

El desvío electoral en Grecia fue el corolario de múltiples traiciones y puñaladas por la espalda que sufren los explotados griegos a manos de su dirección, desde que comenzaron a levantarse contra la ofensiva del capitalismo en crisis.

En 2008, cuando la clase obrera y la juventud griega amenazaban en las calles con barrer al gobierno del asesino Karamanlis-ND, el PC  los llamaba “vándalos” y “agentes de la CIA”. Los partidos socialimperialistas fueron los encargados de aislar la lucha revolucionaria de las masas helenas que pugnaban por ser la chispa que incendiara la pradera de toda Europa. Esta “santa alianza” de burócratas sindicales, stalinistas y su pata izquierda, los ex trotskistas, bajo el programa de “morigerar el ajuste” y de “una Europa más social”, impidieron que las huelgas generales de Grecia, los paros y movilizaciones de la clase obrera del Estado español, las revueltas de la juventud en Tottenham, etc., se coordinaran para derrocar a los gobiernos de las autocracias y los banqueros imperialistas. 
Ya entonces se unieron todos para llevar a la clase obrera a la trampa de recambio electoral,  poniendo en el poder a otro agente de la Goldman Sachs: el socialdemócrata Papandreu, que impuso superiores ataques a la clase obrera. El proletariado fue nuevamente sometido al PC en los sindicatos, mientras la vanguardia obrera y juvenil era controlada por anarquistas y pseudotrotskistas que transformaron las 15 huelgas generales de las masas en acciones de presión sobre el “socialista” Papandreu, que fue el garante de descargar nuevos y superiores ataques contra la clase obrera bajo el mando de Obama y la Merkel.

Pero las masas no se rindieron. En octubre de 2011, impulsadas por el triunfo revolucionario del ajusticiamiento del chacal Khadafy en Libia, por la entrada en escena de los indignados de Wall Street, con el renacer del combate en Egipto, Siria y toda la región, con los Indignados del estado español enfrentando a la monarquía, en las calles de Grecia sonaba el “¡que se vayan todos!” de la revolución Argentina del 2001 y “¡Hay que pelear como en Túnez, Egipto y Libia!”

Para detener la ofensiva revolucionaria de las masas, esta vez fue necesario que el stalinismo jugara nuevamente en la historia el rol de quinta columna al servicio del gran capital. Los cachiporrazos del PC contra la vanguardia griega que pugnaba por abrir su revolución prendiendo fuego el parlamento infame, fueron el primer acto de un golpe palaciego de la Troika que con Papoulias ponía en el poder a Papademos, para descargar un ataque superior contra las masas. 
Las últimas elecciones en Grecia, entonces, fueron una nueva trampa sostenida con los garrotes del estalinismo en la cabeza de la vanguardia obrera, y con “los anticapitalistas” de Syriza y sus secuaces de la izquierda reformista llamando a las masas a “votar para parar el ataque de los capitalistas”, mientras el gran capital azuza a las bandas fascistas contra el proletariado y prepara nuevos y superiores ataques.

 

La burguesía imperialista quiere avanzar en su ofensiva contrarrevolucionaria en toda Europa mientras las corrientes social-imperialistas nos hablan de una “Europa más social y justa”

El verdadero plan de ataque a las conquistas del proletariado de Europa Occidental todavía no se ha terminado de imponer, es decir todavía no es todo lo que la burguesía parásita necesita para mantener sus negocios.

Lo que vimos (las reducciones salariales, los despidos, el ataque a las jubilaciones, a la educación y salud públicas) es apenas un inicio de la verdadera política contrarrevolucionaria del imperialismo para descargar todo el peso de su crisis sobre las masas. Hasta ahora alcanzó para “recapitalizar” los bancos y las transnacionales pero eso no basta para salir de la crisis económica que no hace más que profundizarse; por eso lo que necesita la burguesía es aplicar una feroz flexibilización laboral, para entregarle a las transnacionales imperialistas mano de obra esclava y un enorme ejército industrial de reserva que le permita garantizar un nuevo ciclo de inversión. La sangrienta burguesía imperialista necesita en forma urgente aumentar decisivamente la tajada de plusvalía absoluta y relativa que le arranca al movimiento obrero. Hoy ya son 27.000.000 los desocupados, este dato no hace más que avizorar que en el futuro inmediato a la clase obrera europea le espera, si es que no lo impide con la revolución proletaria, las mismas condiciones infrahumanas que Hitler impuso en el ghetto de Varsovia.

Hay que decirle la verdad a la clase obrera de toda Europa: no es sólo en el espejo de Grecia en el que se deben mirar sino en el de la clase obrera China que produce a destajo, en verdaderos campos de concentración donde se les quitan los documentos y el calzado para que no puedan escapar.

Esta es la “Europa más social” que pregonan los partidos socialimperialistas como el NPA y el SWP  inglés y que repite como cacatúa la izquierda reformista mundial: millones de desocupados en España, Grecia, Italia y Portugal; cientos de miles de familias sin vivienda; millones de niños, hombres y mujeres padeciendo enfermedades de la Edad Media; obreros sin trabajo buscando comida en la basura. 
 
Los partidos socialimperialistas se arrodillan frente a la burguesía imperialista para que “morigere” el ajuste en Europa… mientras permiten la profundización de la opresión y superexplotación de la clase obrera y las masas pobres de los países coloniales y semicoloniales.

Las burocracias sindicales y los reformistas impiden que en Grecia y en Europa se frene el ataque de los capitalistas luchando como los obreros y explotados de Libia y las revoluciones del Norte de África y Medio Oriente

El imperialismo concentró sus fuerzas y la de sus agentes allí donde las masas llegaron más lejos en su ofensiva revolucionaria. Una “santa alianza” de patrones, el estado, la burocracia y toda la izquierda, se puso en pie contra la clase obrera y los explotados. La pata izquierda del complot contra el proletariado y sus combates revolucionarios fue la encargada de cercar la revolución en Siria. 
Son ellos los que calumniaron a las heroicas masas insurrectas de Libia -vanguardia de la clase obrera mundial-, diciéndole a los explotados del mundo que se trataba de “tropas terrestres de la OTAN”. Son los mismos que llevaron al borde del abismo a la clase obrera griega y aislaron a los mineros asturianos, dejándolos a merced de la burocracia carnera de la UGT y las CCOO. Porque su verdadero rol es impedir que comience una “Primavera de Praga”, un “Otoño Caliente italiano” o un “Mayo francés”, es decir que empiece la revolución socialista en una potencia imperialista.

En Grecia ellos son los garantes de que no se pongan en pie los consejos de soldados, y que no se luche como en Libia, destruyendo al Estado burgués. Ellos saben que una revolución en un país imperialista significaría el hundimiento de Maastricht a favor del proletariado. Y Grecia es el eslabón más débil de la cadena de dominio imperialista, el eslabón que amenaza con cortarse. Y si esto pasa, significa que habrá comenzado la revolución del Norte de África y Medio Oriente en el mundo imperialista. Pero estos sinvergüenzas del FSM difundieron una “Europa más social”, sin derrotar a los gobiernos y regímenes imperialistas, sin enfrentar y derrotar a sus ejércitos contrarrevolucionarios, sin demoler la maquinaria estatal.

Por eso dejaron aislado al proletariado griego y lo ahogaron en cientos de acciones que no alcanzaron para que se abriera la revolución europea. Hoy las consecuencias están a la vista, los padecimientos inauditos de las masas son cada vez mayores y aumentan a ritmos infernales. Así paga la clase obrera la política de los partidos socialimperialistas como el NPA y el SWP, quienes se juntaron en la “Cumbre de los pueblos” en Madrid, en 2010, para dividir país por país al proletariado y someterlo al Maastricht de la Europa imperialista.

Ellos mismos, los pregoneros de la “Europa social” de la Merkel, Berlusconi, los borbones y compañía, son continuadores de la política de “trabajo inglés para los ingleses” levantada por la burocracia de las Trade Unions. Con este programa de la aristocracia obrera le ataron las manos al proletariado europeo para pelear junto a sus hermanos de clase los trabajadores inmigrantes atacados por los gobiernos y regímenes imperialistas, ignorados por la burocracia sindical socialimperialista y que hoy son vejados en los campos de concentración o apaleados por las bandas fascistas como en Grecia. ¡La única “Europa social” de los banqueros imperialistas es desocupación, hambre, miseria y represión para la clase obrera de los propios países imperialistas y saqueo, masacre, expoliación mayor esclavitud y guerras para los pueblos que oprimen! ¡Anticapitalistas las pelotas! ¡Lacayos de las transnacionales, sirvientes del capital financiero internacional!

Por eso, son enemigos de unificar en uno solo los combates de la clase obrera internacional, más allá de las fronteras y los mares. Ni siquiera pueden permitir que se unifique en una sola huelga en un mismo país. Son ellos los responsables de que la clase obrera no pueda recomponer sus fuerzas y preparar una contraofensiva a la altura del ataque de los banqueros.
En cada lucha decisiva, la clase obrera enfrenta a esa “santa alianza”. Con ella la burguesía quiere evitar que se ponga de pie un poderoso movimiento obrero revolucionario, a la izquierda del reformismo. Ese reformismo sin reformas que todos los días se desenmascara más y más como lo que verdaderamente es: una banda de rufianes agentes del capital. La burguesía lo mira de reojo. Ese agente de izquierda del imperialismo ya no tiene fuerza por sí mismo para corromper, descomponer o derrotar a las masas revolucionarias. Por eso el gran capital empieza a poner sus fichas en la soldadesca bonapartista, como en Egipto; o en sus bandas fascistas, como en Grecia.

Aún no está dicha la última palabra. A pesar y en contra de todos, las masas vuelven al combate, como en el Perú profundo, en el Chile revolucionario o como en Europa y EEUU. Aún no han sido apagadas las brazas ardientes de la revolución obrera y socialista que comenzara en el Norte de África y Medio Oriente. 
Por el momento la burguesía impidió un ascenso generalizado de masas, pero aún no se ha salvado ni del crac, ni de sus verdugos: los explotados del mundo. 
La Europa imperialista no es más que una banda de banqueros parásitos haciendo acuerdos y desacuerdos entre ellos como rufianes y piratas para estrangular a la clase obrera. El reformismo es un episodio. El fascismo y el bonapartismo es lo que viene. El campo de batalla de Grecia no es sólo de la clase obrera de Grecia, es el de todo el proletariado mundial para conquistar una dirección revolucionaria para triunfar.
Por eso, está por verse si los diques de contención que ponen las direcciones reformistas a los procesos revolucionarios logran frenar las embestidas de las masas.

¡Hay que imponer la ruptura de las organizaciones obreras con la burguesía
  y terminar con las direcciones que nos someten a ella!

Ahora todos los renegados del trotskismo llaman a las masas a “prepararse para luchar”. ¡Cínicos! Si fueron ellos los que impidieron en cada combate que la clase obrera derrotara al PC echándolo de los sindicatos y luego, acusaron al mismo stalinismo (que le rompía la cabeza a la vanguardia) de ser “sectario” por no querer formar un “gobierno de unidad de la izquierda”. Siempre ocultaron y aún ocultan, que el verdadero poder del régimen en Grecia es el del Presidente, que llama a formar los sucesivos gobiernos y es el comandante en jefe de las FFAA (a las que todo socialista serio debe llamar a aplastar, si está por imponer el “poder de la clase obrera”). 
Son enemigos de llamar a las masas a derrotar al stalinismo en los sindicatos. Son enemigos de que los explotados pongan en pie la milicia obrera para aplastar al fascismo. Deben impedir que se pongan en pie los comités de soldados rasos que rompan con la oficialidad y se pasen con sus armas junto a las masas revolucionarias.

La izquierda reformista y el Foro Social Mundial, esos amigos y sostenedores de los Al-Assad, de los Chávez, los Castro, son declarados enemigos de las masas armadas e insurreccionadas. Ellos en Grecia intentan hacerle creer a la clase obrera y los explotados que hicieron 15 huelgas generales, que enfrentaron los planes del imperialismo, que pusieron en pie sus piquetes de huelga y sus barricadas, que no se puede derrotar el ajuste.
Esa es la tragedia del movimiento obrero, a la que lo arrastra su dirección actual. Ellos le prometían la victoria y no le dieron más que derrotas. Syriza le dice a la clase obrera griega, que desde el 2008 enfrenta en las calles los embates del gran capital, que ahora hay que esperar dos años, hasta que haya nuevas elecciones. Como ayer con Papandreu, dirán que a este gobierno no podemos derrotarlo en las calles porque recién ha sido votado. ¡Que esperen Syriza y los partidos socialimperialistas hasta que haya nuevas elecciones! ¡La clase obrera no puede esperar ni un minuto más! En dos años estaremos muertos. En dos años el fascismo aplastará a la clase obrera. En dos años ya habremos perdido todas nuestras conquistas.

Por eso, bajo el fuego graneado del capital y el ataque del enemigo, el proletariado tiene que cambiar de dirección. Necesita sacudirse el yugo de tantas traiciones y tantas puñaladas por la espalda. ¡Fuera la burocracia y el stalinismo de los sindicatos y las organizaciones de lucha! ¡Sólo así podremos conquistar la unidad de las filas obreras! ¡Hay que imponer ya mismo la ruptura de todas las organizaciones obreras con la burguesía!

¡Congreso Nacional con delegados de base de los obreros y los campesinos pobres! 
¡Hay que poner en pie la milicia obrera para aplastar al fascismo!

La clase obrera y los explotados deben autoorganizarse para tomar la solución de los problemas en sus propias manos. En cada barrio, ciudad y región, deben ponerse en pie y coordinarse los consejos de fábrica junto a los desocupados y los obreros inmigrantes, los comités de soldados rasos, las asambleas de barrio, comités de abastecimiento e inquilinos, los piquetes de huelga, piquetes de autodefensa y las organizaciones estudiantiles para centralizar el combate del conjunto de los explotados.

El fascismo a plena luz del día ataca a los trabajadores y llama a reclutar sus fuerzas armadas. La clase obrera debe romper con la política pacifista y cobarde de sus direcciones y debe, de manera urgente, llamar a organizar en sus propios locales sindicales y en sus organizaciones de lucha a la milicia obrera y popular para aplastar como ratas a las bandas fascistas. Como a la salida de la II Guerra Mundial lo hizo la misma clase obrera griega contra las tropas de Hitler y los fascistas.
Los obreros podrán armarse degollando al fascismo; así le arrebatarán las armas que les de la burguesía, para enfrentar con ellas a los oficiales y ganarse a los soldados rasos. El camino para enfrentar el ataque ya lo marcaron las masas revolucionarias del Norte de África y Medio Oriente, que, como en Libia atacaron las comisarías, se armaron, dividieron al ejército y pusieron en pie la milicia, para enfrentar y derrotar al chacal Khadafy.

¡Por un programa para unir las filas obreras!

¡Ningún sacrificio más de la clase obrera para pagar la crisis de los  carniceros imperialistas! ¡Hay que expropiar a los expropiadores! ¡Ni un solo euro más para los usureros imperialistas! ¡Escala móvil de salario y horas de trabajo! ¡Expropiación sin pago de los terratenientes urbanos, las cadenas de hoteles y grandes conglomerados para tener vivienda! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de los astilleros, las transnacionales imperialistas y los bancos! ¡Nacionalización sin indemnización de la banca y el comercio exterior bajo control de los trabajadores! ¡Anulación del IVA e impuestos a las grandes fortunas! 
¡Fuera los usureros del campo, que desangran a los campesinos pobres! ¡Banca estatal única para darle créditos baratos a la pequeño-burguesía del campo y la ciudad!


¡Tribunales obreros y populares para juzgar a los asesinos de Alexis, Foundas y demás mártires obreros! ¡Disolución de la policía y todo el aparato represivo del Estado!

El nuevo gobierno del régimen de la Troika, como antes Karamanlis y Papandreu, viene a descargar la crisis de los banqueros sobre la clase obrera y los explotados. ¡Nosotros somos los que producimos las riquezas con nuestro trabajo y no generamos ninguna crisis! ¡Que paguen los banqueros y los parásitos capitalistas!
¡Son ellos o nosotros! ¡Por un Gobierno provisional revolucionario Obrero y Campesino, basado en las organizaciones de las masas en lucha, autoorganizadas y armadas, para que la crisis la paguen los banqueros! ¡Para que la clase obrera viva, el imperialismo debe morir!

Una alternativa de Hierro: Revolución Socialista o fascismo y barbarie capitalista

¡Una sola clase, una sola lucha en toda Europa y el Mediterráneo  
para enfrentar la ofensiva imperialista y preparar la contraofensiva de los explotados!

Desde las minas de Asturias en el Estado español a todos los rincones de Europa…
¡Unidad internacional de los trabajadores para luchar!

Los 27 millones de desocupados en Europa son la expresión de la putrefacción de este sistema capitalista imperialista, que no hace más que despilfarrar más de 216 millones de horas hombre por día. La avaricia y la búsqueda incesante de ganancias de los parásitos imperialistas descarga todo el peso de la crisis económica creado por ellos mismos sobre el proletariado europeo y los pueblos oprimidos del mundo, a la vez que escupe el veneno del fascismo, el racismo y el chauvinismo.

La tragedia es que hoy cuando el crac azota a las masas de España e Italia, que se preparan para enfrentar el ataque de los capitalistas, no están las masas revolucionarias encendiendo en Atenas la chispa que incendie toda Europa.  La traición fue someter a la clase obrera europea a sus verdugos, cada una a sus regímenes y gobiernos burgueses. 
El camino para la unidad de la clase obrera europea para luchar contra Maastricht es romper con la burguesía en todos los países y con las direcciones que nos someten a ella. La clase obrera y los explotados en Europa deben seguir el camino iniciado por la revolución en el Norte de África y Medio Oriente.
La izquierda mundial dice que hay que seguir tras los pasos de Syriza, que alcanza con frentes electorales de izquierda para ganar las elecciones y así parar el ataque del gran capital. Son unos cínicos. La Europa imperialista necesita poner de rodillas a la clase obrera.

Por eso, ante el ataque del gran capital, es necesaria la unidad internacionalista de la clase obrera europea. Enfrentamos a los mismos enemigos, a los mismos gobiernos y estados imperialistas que quieren hacernos pagar la bancarrota de la economía generada por sus bancos y demás parásitos del capital financiero internacional. 
La clase obrera necesita unir sus filas. Romper el corset de las burocracias sindicales y las direcciones reformistas, que las dividen país por país para ponerlas de rodillas. En Asturias esta la vanguardia de la clase obrera española y europea.  Los mineros resisten y enfrentan el ataque del gobierno de Rajoy. Ellos, junto a la heroica clase obrera griega, no pueden quedar aislados ni un minuto más.

La  primera demanda de los trabajadores de Europa debe ser: ¡Basta de cárcel, persecución y muerte a los trabajadores inmigrantes! ¡Ellos son el corazón de la clase obrera europea! ¡Todos somos obreros inmigrantes! ¡Abajo la burocracia sindical que deja a nuestros hermanos de clase afganos, iraníes, paquistaníes y albaneses fuera de los sindicatos!

Como gritaban los obreros rumanos de la Renault “¡quremos ganar igual que los obreros de la Renault de Francia!”. A igual trabajo igual salario en toda Europa y al otro lado del Mediterráneo. ¡Fuera Frontex y sus centros de detención de Grecia, Turquía, Italia y de toda Europa! ¡Abajo el muro del oprobio que levantan en la frontera greco-turca! ¡Libertad a todos los trabajadores inmigrantes presos en las mazmorras del imperialismo! 
Contra los lacayos del capital financiero internacional, pregoneros de la “Europa social”: ¡Abajo Maastricht, la Unión Europea de las potencias imperialistas, su euro y sus gobiernos y monarquías! ¡Por la restauración de la dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias en los ex estados obreros! ¡Por los Estados Unidos Socialistas de Europa desde Portugal hasta las estepas rusas!

Desde Europa la clase obrera debe encabezar el combate de sus hermanos de clase del Norte de África y Medio Oriente. ¡Dinero, alimentos, medicamentos y armas para la resistencia en Siria! ¡Ningún barco de los piratas imperialistas debe salir de los puertos de Europa! ¡Por brigadas obreras internacionales para derrotar al imperialismo en Siria y transformar al Mediterráneo en la tumba de los banqueros imperialistas! ¡Por los Estados Unidos Socialistas del Norte de África y Medio Oriente!

 

¡Con estas direcciones no se puede pelear! ¡Hay que poner en pie una dirección revolucionaria! ¡Hay que conquistar un Polo Revolucionario Internacional! ¡Hay que refundar la IV Internacional!

Dos teorías y dos programas se han venido enfrentando en los combates revolucionarios de las masas en Grecia, Libia, Siria y el resto del Norte de África y Medio Oriente. Los reformistas y sus falsas teorías de “revolución democrática”, “revolución por etapas”, de “vía pacífica al socialismo”; y su política de “frente popular” han montado un cerco sobre estos heroicos combates y quieren llevar a la derrota al proletariado. 
Contra la “Santa Alianza” de la izquierda del “Maastricht más social” de los borbones, del capital financiero de la City de Londres, de la V República de los carniceros franceses, de la Merkel, los trotskistas nos hemos ubicado en la trinchera de las masas revolucionarias, peleando porque éstas se autoorganicen, se armen y centralicen su combate para derrotar a los gobiernos y regímenes de la burguesía, por demoler su estado e imponer la dictadura del proletariado.

Las masas han dado todo de sí. Riegan con su sangre los campos de batalla para terminar con tantos siglos de martirio y opresión. Le entregan miles y miles de mártires a la lucha revolucionaria. Aquí y allá se sublevan contra el orden existente. Los Indignados de Wall Street, los obreros griegos, los trabajadores de Túnez, Libia, Egipto y Siria,  los heroicos mineros de Asturias, han demostrado las enormes energías que tiene la clase obrera. Para triunfar el proletariado necesita de una dirección revolucionaria internacional.

Por ello llamamos a todas las organizaciones obreras revolucionarias y a las corrientes que se reivindican del trotskismo principista a poner en pie un Polo Revolucionario Internacional. ¡En esa tarea estamos empeñados quienes integramos la FLTI y luchamos por Refundar la IV Internacional con su programa de 1938!

Fracción Leninista Trotskista Internacional