Organizador Obrero Internacional
Publicaciones de los adherentes a la FLTI


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06 de julio de 2012

Presentamos a continuación a nuestros lectores la desgrabación de una elaboración colectiva de dirigentes del Comité Ejecutivo Internacional (CEI) de la Fracción Leninista Trotskista Internacional (FLTI) reunidos el 6 de julio pasado ante la situación política en Bolivia y el sur de Latinoamérica. Como se podrá ver a lo largo de las distintas intervenciones políticas, la estrategia, el programa y la orientación de los revolucionarios se encuentra cruzada alrededor de la cuestión crucial de la alianza obrera y campesina.

A propósito de la alianza obrera y campesina en América Latina

 

Pedro González, s dirigente del POI-CI de Chile:

Debemos abordar, teniendo como base los aportes que la LTI de Bolivia viene haciendo desde el trotskismo boliviano en la construcción de un programa marxista, los enormes acontecimientos que se aceleran en América Latina y, fundamentalmente, en los países del “Pacto Andino”, como Bolivia, Perú y Chile, y ahora en Paraguay.
La cuestión de la alianza obrera y campesina, y la irrupción del campesinado en nuevas luchas políticas de masas, es una cuestión clave del programa y la estrategia marxista. Hemos visto cómo los camaradas de la LTI están interviniendo directamente en el acampe del ahora súper-debilitado y aislado movimiento de campesinos del TIPNIS en La Paz. Debemos insistir en el significado profundo de ese combate de los campesinos pobres. Y tratar estos acontecimientos como una escuela y aprendizaje para el movimiento marxista.

 

Rodolfo Sánchez, dirigente del CEI:

Todo revolucionario que vio la enorme huelga general con la que los obreros de todo Bolivia recibieron a los campesinos del TIPNIS entrando a La Paz meses atrás, no puede menos que indignarse cuando ve una raída columna de cien campesinos en carpas y sus hijos, mendigando una solución a sus problemas en La Paz. 
Los explotados pagan, con su carne y con su sangre, la traición de sus direcciones. 
Por eso, debemos reflexionar con los camaradas de la LTI de Bolivia sobre cómo debe trabajar el movimiento revolucionario sobre el movimiento campesino, cuando éste estalla de forma desincronizada con el movimiento obrero, puesto que, cuando lo hace de forma sincronizada, se abren situaciones revolucionarias o pre-revolucionarias. 
Este debate debe servir a  todos los obreros concientes que buscan un camino al programa revolucionario.

El movimiento revolucionario sólo puede trabajar sobre el campesino y derrotar inclusive las ideologías burguesas que lo influencian, como por ejemplo la “nación indígena”, si lucha e interviene sobre él con organizaciones obreras, que establecen, con una dirección revolucionaria, un pacto con el campesino pobre. Para ello, el movimiento obrero, en este caso la COB, debe demostrar que está dispuesto a expropiar a las transnacionales y está dispuesto a enfrentar al gobierno de Morales, para que pueda dirigir a los campesinos.
La política de colaboración de clases del Foro Social Mundial y todas las direcciones reformistas se reduce  a someter a las organizaciones obreras a la burguesía para que sea ésta la que manipule al movimiento campesino. Sometido a la burguesía, el proletariado no puede expropiar al banquero, al usurero y al terrateniente que le expropia la tierra al campesino. Sin romper con la burguesía y sin expropiarla, el proletariado no le puede hacer llegar, desde la ciudad al campo, el tractor y el fertilizante para ganarse al campesino para su revolución. Así que el problema más grave que está planteado, para sostener o establecer la alianza obrera y campesina bajo la dirección del proletariado, consiste en que éste último rompa toda política de colaboración de clases con la burguesía, se desembarace de su dirección reformista, y tenga a su frente un partido revolucionario. 
Trotsky en “¿Adónde va Francia?” planteaba que el frente popular consistía, en última instancia, en una política contra la alianza del proletariado con las clases medias empobrecidas. Es la existencia de las direcciones traidoras, como la COB de Bolivia, la CGTP de Perú, la CNT de Paraguay, etc., que someten al proletariado a la burguesía, las que permiten que el campesinado sea influenciado por la burguesía, llevado al callejón sin salida de supuestas “naciones indígenas”, a “comunidades” cerradas de subsistencia. Y eso hace posible que la oligarquía, los terratenientes y la gran burguesía agraria, los banqueros y las transnacionales controlen las tierras más productivas de esas regiones.
Estas son las cuestiones claves, de principios en el programa marxista, ante la cuestión de la alianza obrera y campesina.

 

Laura Sánchez, dirigente de la LTI de Bolivia:

Como hemos informado, la dirección de CONLUTAS fue desde Brasil a sostener la misma política que el POR de Bolivia y la burocracia de la COB en relación a cercar al movimiento campesino y alejarlo del movimiento obrero. Por eso vinieron a Bolivia. Ese es su rol. Es parte del cerco que aísla a los campesinos pobres del TIPNIS. Pero esta tragedia es también por la traición de la COB y la dirección del movimiento minero, que deja que la iglesia y el reformismo, manipulen a los campesinos pobres, como ayer lo hiciera Morales con su Constitución “indigenista”, basada en un pacto con las cachiporras de la Media Luna fascista. 
Recordemos cómo en los procesos revolucionarios del 2003-2005, la clase obrera con las COD y las COR en las calles, le imponían al campesino su programa: “Ni 30, ni 50 %, nacionalización de las transnacionales”, mientras Morales mendigaba el 25 % de la renta de los hidrocarburos.
Que eso no vuelva a suceder, es la esencia de la traición de las direcciones reformistas. La dirección revolucionaria del proletariado, arrastrando al campesino hacia delante contra el imperialismo, sería el reinicio de la revolución proletaria en Bolivia. Por ello la crisis de dirección no deja de agudizarse en Bolivia y en todo nuestro continente.

Con la huelga general anterior, con el primer ingreso de los TIPNIS a La Paz, estuvo planteado reconstituir la alianza obrera y campesina. Una huelga de 48 horas conmovió a Bolivia cuando centenares de campesinos pobres resistieron la brutal represión de Morales contra su movilización. 
Hoy la traición de la dirección del proletariado ha dejado a esa lucha aislada, y a los campesinos pobres mendigando un pedazo de tierra y pan. 
Bastaría una marcha de mil mineros planteando, a dinamitazos, que no se tocan las tierras de los compañeros del TIPNIS ni de ningún campesino pobre. Bastaría una acción decidida de los trabajadores de la salud, de la educación y de los fabriles, uniendo sus demandas al grito de “tierra para los campesinos”, para que la tortilla vuelva a darse vuelta en Bolivia.
La tragedia es hoy que, por traición de su dirección, el movimiento obrero sometido por la burocracia de la COB y el POR al frente popular, no pueden encabezar la sublevación de los campesinos pobres. 
Esa es la tragedia, que más temprano que tarde la pagará el proletariado, cuando termine de quedar aislado y sea aplastado por la reacción.

 

Rodolfo Sánchez:

Eso tenemos que explicarles a los estudiantes y a los obreros para organizarlos. Es muy difícil para un pequeño grupo, que no se quiera volver “indigenista”, captar campesinos. Nosotros trabajamos sobre las organizaciones obreras y estudiantiles para que éstas lo dirijan con un programa revolucionario. Somos una corriente que quiere poner en pie un partido revolucionario de la clase obrera, no podemos hacer esto sobre la base del movimiento campesino. No es la base de nuestro partido. Luchamos por una dirección revolucionaria de la clase obrera, para que ésta como clase dirija con sus organizaciones la alianza con el campesinado pobre, para enfrentar al imperialismo y a la burguesía. 
En esto insistía mil y una veces el bolchevismo y el leninismo, que supo educar a la clase obrera en su independencia y en su irrestricta estrategia socialista, inclusive en la lucha por la colectivización de la tierra para resolver el atraso del campo ruso. Pero ese mismo partido, que así luchó y educó al proletariado cuando logró la mayoría de los soviets en la revolución rusa del ‘17, pudo dividir al movimiento campesino y proponerles un acuerdo a los SR de izquierda, donde los bolcheviques aceptaban tomar el programa de los SR de la “tierra para el que la trabaja”, a condición de que estos aceptaran e impulsaran la lucha por “todo el poder a los soviets”. El bolchevismo comprendía perfectamente que, sólo con el obrero llevándole la electricidad y el tractor al campo, podría convencer al campesino de que su bienestar pasaba no por la mísera producción de su parcela de tierra sino por la de las granjas colectivas.

Este es el único punto de vista marxista de plantear la cuestión del campesinado. La política del POR, de plantear “por la autodeterminación de los pueblos indígenas” es una traición abierta para someter a los campesinos a la burguesía, de una nación “autónoma”, “indígena”, dirigida… por Morales, sostenida  en la COB y sus “ministros obreros”.
Es la misma política del estalinismo en Chile que habla de una “nación mapuche”, que no es más que una pérfida política para dividir al campesinado pobre del sur de Chile, de los obreros de las ciudades y lo más concentrado del proletariado, el movimiento minero. 
En la cuestión del campesinado no hay nada oscuro para la política del marxismo. El proletariado debe romper con la burguesía, bajo una dirección revolucionaria, para demostrarle al campesino que le dará la tierra, el tractor y le sacará de encima al usurero expropiando al banquero, las transnacionales y a los capitalistas.

 

Pedro González:

Por ejemplo, la carta de CONLUTAS, como cuentan los compañeros de la LTI, que el PSTU llevó al campamento TIPNIS no molesta a nadie, no crea ninguna obligación de acción concreta de los sindicatos brasileros. Es un intento de la LIT de cubrirse por izquierda, en momentos en que el movimiento sin tierra de la región del Mato Grosso, pegada a Paraguay, el MST organiza marchas contra el golpe contra Lugo, con la consigna de “En defensa de la democracia”, como si esto fuera posible sin expropiar a las transnacionales cerealeras, a la oligarquía y a la burguesía agraria, como a los banqueros y capitalistas asociados a ellos. Como si la democracia se pudiera conquistar sin la milicia obrera y campesina, en la guerra civil establecida en el campo, con la oligarquía bajo el mando de las transnacionales. 
La política del POR es también la del PSTU en Brasil. Los obreros bajo la dirección de la CUT o de ellos, sometidos al pacto social con el PT y los campesinos con la dirección de la iglesia, reclamando migajas en el campo.
Mientras las transnacionales de los frigoríficos, de la soja, se llevan la renta agraria más alta de América Latina de los últimos cien años.
Mientras tanto, campesinos pobres, trabajadores golondrinas súper explotados, campesinos sin tierra, trabajadores flexibilizados y súper explotados…son la carne de cañón del saqueo imperialista de América Latina.
Este es nuestro programa para organizar obreros y estudiantes, y luchar por una dirección revolucionaria de sus organizaciones. Al campesinado solo lo pueden dirigir los SR. Y estos se rompen, como los SR de izquierda, cuando un partido revolucionario dirige a la clase obrera en ruptura con la burguesía.

 

Laura Sánchez:

Con este programa debemos organizar a lo más avanzado de los obreros y estudiantes revolucionarios. Nuestro vuelco central como organización es entonces en Huanuni, en las Universidad de Oruro, El Alto y La Paz, y en fabriles de La Paz, Cochabamba etc. Allí tenemos que demostrar el aislamiento y los padecimientos inauditos a los que fueron llevados los campesinos pobres del TIPNIS por las direcciones traidoras de la COB.
Está muy bien que nos liguemos a los campesinos más pobres como lo estamos haciendo. No debemos sorprendernos de su atraso. Esto es por la responsabilidad absoluta del atraso que le imponen a la clase obrera los reformistas del POR y la burocracia de la COB que someten al proletariado a la burguesía.
Es importante la actividad de la LTI volcando a compañeros al campamento TIPNIS, junto con las organizaciones de vanguardia estudiantiles que queremos dirigir, para con ellos, hacer una experiencia. Pero la clave con ellos es nuestra intervención, con este programa, en  las facultades, en las fábricas y en el movimiento minero.

Con los TIPNIS en La Paz, bajo las actuales condiciones de su abandono por parte de la COB, debemos hacer una gran actividad de agitación propagandística, puesto que el programa de la huelga general inmediata se ha alejado como política de acción inmediata por una de las más grandes de las tantas traiciones que se han cometido contra el proletariado boliviano desde que comenzara su revolución el 2003.
Con nuestra agitación propagandística hay que golpear duramente con nuestro programa de gobierno obrero y campesino, es decir, todo el poder a la COB y a las organizaciones de los campesinos pobres.

El gobierno de Morales ha vuelto a masacrar, como ayer hiciera con los TIPNIS, a campesinos pobres en Potosí. El POR de Lora ayer apoyó la huelga de la policía, y ésta hoy mata y reprime a mansalva a los obreros y campesinos. Así, el motín policial demostró ser nada más que el ladrido y el gruñido del perro que amenaza con morder al amo si no le pone más comida en su plato. La oportunidad para ello fue que llegaba la marcha de los campesinos del TIPNIS  a La Paz, que había sublevaciones en Potosí y necesitaban a sus perros bien alimentados y bien armados para masacrar a los explotados.
El espantoso papel de las banderas del PSTU ayer y del POR hoy en Brasil y Bolivia, apoyando los motines de la policía, de fuerzas entenadas y pagadas para reprimir al pueblo, es una prueba de la postración de los renegados del trotskismo frente al estado burgués. Son unos cobardes. Apoyan a mercenarios y perros guardianes del capital, antes que llamar a las organizaciones obreras y campesinas a buscar a sus hijos, los soldados rasos, que por uno o dos años pasan por las levas y conscripciones de los ejércitos burgueses, para que se pasen al bando de la revolución. 
¡Basta ya! ¡Fuera la burocracia colaboracionista de la COB! ¡Pan! ¡Basta de tarifazos! ¡Escala móvil de salarios y horas de trabajo! ¡La tierra para los campesinos! ¡Fuera las transnacionales! ¡Hay que romper con la burguesía! ¡Disolución de la policía! ¡Comités de soldados! ¡Milicia obrera y campesina! ¡Gobierno obrero y campesino!
Los campesinos deben saber que este es nuestro programa, y que luchamos dentro de las organizaciones obreras, para establecer esa alianza de los explotados, la única que liberará a los campesinos pobres y a la clase obrera de toda Bolivia de la opresión y el saqueo imperialista.
Inclusive, será sólo el gobierno revolucionario obrero y campesino, el que respetará, hasta el final, toda la tradición, lengua y la cultura que los campesinos deseen tener para sí. Pero la dictadura del proletariado le garantizará escuelas y universidades dignas, sin carreteras al servicio del saqueo imperialista que le expropien sus tierras, pero si otorgándoles gas y electricidad en el campo, con la mejor tecnología para levantar sus cultivos.
Eso sólo lo garantizará, no los burgueses travestidos de indígenas que los quieren someter al peor de los oscurantismos, miseria y atraso, sino la clase obrera en el poder aliada a los campesinos pobres.

Este es el diálogo que expresa nuestro programa hoy. Y no puede ser llevado a la práctica porque la pólvora y la lucha por la huelga general, ya fue previamente derrotada por los traidores de la burocracia y el POR. Por ello, el gobierno tiene las manos libres para corromper, reprimir y dejar aislados a los campesinos. 
Esto tenemos que ir a discutirlo, ya, abiertamente, con toda nuestra periferia obrero y estudiantil, y ajustando nuestro programa y declaraciones políticas, que ahora deben ser menos de agitación y más de explicación del programa revolucionario para la clase obrera y el campesinado pobre.

 

Rodolfo Sánchez:

No debemos sorprendernos por el atraso del campesino. Estos deben estar muy radicalizados, puesto que a ustedes (la LTI de Bolivia) les han permitido quedarse en una carpa con ellos. Lo siniestro y trágico de esta situación es la traición de la COB sostenida por el POR. Ambos defienden una “nación indígena”… bajo el mando de la Constitución que reconoce el “indigenismo” de Morales, firmada y acordada con los fascistas de la oligarquía de la Media Luna, bajo la bendición de la OEA. 
El POR es el cuarto garante del pacto de la OEA, el frente popular y los fascistas de la Media Luna, sostenidos por la burocracia de la COB, para estabilizar el régimen burgués del pacto contrarrevolucionario.

Ya están allí los estalinistas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) de Chile exportando su política reformista a Bolivia. No nos debe extrañar, ya que el grito de guerra de los estudiantes y los médicos bolivianos fue “¡Fuera los médicos de la oligarquía cubana hambreadora de los trabajadores de la salud en Bolivia contra el gobierno de Morales!” Con la excusa de escribir un libro, el FPMR ya mandó a sus dirigentes, para cubrir por izquierda las tropelías burguesas de los explotadores de la nueva burguesía cubana en Bolivia.
EL FPMR fue a sostener al gobierno y a los médicos cubanos, enviados por los hermanos Castro.

Estamos ante los indicios de que el gobierno de frente popular no puede terminar de estabilizar la situación de las masas explotadas de Bolivia. Solo lo hace porque las direcciones de la COB, de CONLUTAS, del FPMR de Chile y de todo el FSM se han volcado a sostenerlos, junto a sus hermanos cubanos. Todos sosteniendo a Morales, que está en crisis y bancarrota ante las masas.
Ya el Congreso del ELAC hace dos años, se juramentó que a las burguesías nacionales, nativas, no hay que enfrentarlas, sino “exigirles” que cumplan sus promesas. Y CONLUTAS fue allí para que se cumpla esta resolución y para, junto con el POR, apoyar la huelga de la policía boliviana que quiere que le paguen muy bien, para aplastar a los obreros y campesinos, si estos luchan por derrocar con los métodos de la revolución, a las burguesías “nativas”. El PSTU sabe mucho de apoyo a la policía en Brasil. El POR da cátedras sobre esta cuestión. Pero en Paraguay y en la misma Bolivia, se cuidan muy bien de no llamar jamás ni a hacer trabajo dentro de la base de las FF.AA., los únicos obreros y campesinos bajo armas, para que estos se organicen, hagan sus sindicatos, elijan sus delegados, junto a las organizaciones obreras y campesinas.
El rol cínico y traidor de la dirección de la LIT y del PSTU en Bolivia es el mismo rol que jugaron, para bendecir toda la política reformista de las direcciones del morenismo y el altamirismo en Argentina, que, junto al stalinismo y con la presencia personal de Castro, estrangularon la revoluciona argentina el 2001, y fueron un factor decisivo para la estabilización del gobierno de Kirchner.

 

Laura Sánchez:

Hoy, todas esas fuerzas se han concentrado en Bolivia. Es que si allí se escapa la revolución, tiembla el continente, y el gas de las transnacionales. Morales y su pacto con la Media Luna fascista es el gran garante de los negocios de todas las transnacionales del MERCOSUR.
Por ahora vienen logrando impedir esta perspectiva, como así también en Chile, impidiendo que las sufridas masas de América Latina entren al combate, tal como lo hicieron sus hermanos  de clase  del Norte de África y Medio Oriente. 
Por ahora, lo han logrado… provisoriamente. Pero la recesión mundial ya está aquí. El saqueo se profundiza. En Paraguay la Monsanto tiró semillas de soja en toda la tierra cultivable de Paraguay. La oligarquía se adueñó de toda ella. El campesinado sólo disputaba una pequeña parcela de tierra para comer. Fue masacrado y reprimido por la policía de Lugo que, por no cumplir sus funciones de buen gendarme, fue sacado de la oreja, de la casa de gobierno, por el parlamento y la casta de oficiales bajo el mando de la Monsanto y el Partido Colorado. 
Lugo se fue gustoso, para que ahora sea el ejército el que directamente aplaste a los campesinos y le garantice la cosecha a la Monsanto y a la oligarquía paraguaya.

 

Rodolfo Sánchez:

Las enormes tensiones entre las clases por la cuestión de los minerales en Perú, Bolivia y Chile, la crisis y la tensión entre las clases por la renta agraria, son un indicio de que, ante la recesión mundial, la torta se achica en el continente americano, y el imperialismo y sus transnacionales, ganando fortunas, se llevan la mejor parte.

La clase obrera, por crisis de dirección en nuestro continente, no pueden volcar a su favor, por ahora, esta tendencia a la disgregación de la base de los regímenes que ha comenzado, en distintos grados, en distintos países en America Latina.

Tengan esta colaboración que puede ser muy útil para la reflexión sobre la estrategia y el programa del trotskismo en la coyuntura actual en el sub-continente americano, donde la cuestión campesina vuelve a agudizarse, cuestión que preanuncia que el imperialismo sólo profundiza su saqueo del continente, y que la manta ya no cubre a todos, y nuevas convulsiones e irrupciones sociales y políticas se están cocinando bajo el fuego lento de la crisis económica mundial.

En la cuestión paraguaya todos intentan someter políticamente a las masas de Paraguay a Lugo, como si se pudiera defender la democracia sin el método de la revolución proletaria, sin la milicia obrera y campesina, y sin la sublevación de los explotados para aplastar al régimen de Stroessner y el Partido Colorado, y su apéndice los curas y la iglesia de Lugo. Un verdadero bipartidismo que salvó a todos los explotadores del ascenso de masas obrero y campesino de principios del siglo XXI en Paraguay, ascenso que recorriera, desde Ecuador, Bolivia, Argentina y Venezuela, a toda America Latina. 
Hemos visto declaraciones de grupos bolivarianos. Por ejemplo, la de Opción Obrera de Venezuela, el grupo hermano del Partido Obrero de Argentina, es toda una perla. Ellos plantean, sin que se les caiga la cara de vergüenza, que “hay distintos tipos de golpes en América Latina”y que el golpe contra Chávez del 2002 no triunfó por“la movilización de las masas y el desacuerdo de un sector de las FFAA en apoyarlo”… o sea, que las FF.AA.  “defendieron a la democracia”. 
Para ellos, cada golpe es “inédito”. Decir que un sector “democrático” de las FF.AA. paró, junto a las masas, al golpe en Venezuela es una infamia y una vil mentira, típica de las corrientes filo-estalinistas que se la pasan buscando militares “patriotas” y “democráticos” ante los cuales subordinar al proletariado. 
Los militares “patriotas” y “democráticos”, con Chávez a la cabeza, se rindieron todos ante el obispo de Caracas. Si las FF.AA. y la casta de oficiales burguesa, de forma mayoritaria, decidieron que vuelva Chávez fue porque hasta los más grandes de los golpistas se percataron de que lo que provocaron fue una irrupción revolucionaria de las masas. Supieron muy bien medir la relación de fuerzas. Lo trajeron de nuevo a Chávez para que siga controlando a las masas y aplicando los planes antiobreros de la “boliburguesía”, y depositando en Wall Street la renta petrolera.
Este grupo, como todos los bolivarianos, plantean que Lugo fue víctima de una supuesta provocación de la oligarquía que habría inventado un choque con campesinos, donde francotiradores de la misma policía mataron 6 gendarmes: No es creíble. Estro es una falacia. La policía de Lugo fue a reprimir y a matar campesinos que peleaban por una parcela de tierra. Decenas de veces Lugo impuso estados de sitio y represión sangrienta en el campo. Para el reformismo, los campesinos no se pueden autodefender ni pueden ajusticiar a gendarmes asesinos. Aceptar esto es lavarle la ropa al represor y al cura antiobrero de Lugo, que se la pasó poniendo estados de sitio y entregando Paraguay a Monsanto, Cargill y las transnacionales, a las que no les tocó ni un centímetro de tierra. 
Basta ver ahora a los bolivarianos de Brasil mandando al Movimiento Sin Tierra, bajo las órdenes de la iglesia, a “luchar por la democracia” en la frontera con Paraguay, en defensa de Lugo y no por la tierra de los campesinos, ni por el armamento de las masas, ni para aplastar a los golpistas y expropiar la tierra a uno y otro lado de la frontera, y establecer la alianza con la clase obrera para expropiar a las transnacionales y abrir el camino a la revolución.
Esta gente no ha comprendido, en lo más mínimo, que sólo se puede “defender la democracia”, cuando el gran capital cambia a su agente con golpes de estado abiertos como en Honduras o palaciegos como en Paraguay, con el método y el programa de la revolución socialista, la expropiación de los expropiadores, la guerra civil y el armamento de las masas. 
Los bolivarianos se representan ante sí, decenas de miles de formas de golpes de estado. Nosotros adelantamos otros: putch fascistas, invasiones imperialistas directas, bombardeo de la OTAN desde Malvinas y desde las bases militares en Colombia y Chile. Pero ellos, los bolivarianos y los reformistas, son incapaces de organizar y preparar un verdadero golpe de masas, una verdadera insurrección victoriosa de los explotados contra los explotadores. 
La tardanza de la revolución proletaria, la expropiación de la burguesía de los procesos revolucionarios de principios de siglo XXI, ha llevado, no a un menor sometimiento al imperialismo de las naciones oprimidas de América Latina, sino todo lo contrario. De manos de los TLC, el ALBA, el Mercosur y demás mercados organizados por el imperialismo, las transnacionales y las burguesías nativas han sometido y someten cada vez más con dobles y triples cadenas las naciones al imperialismo. En su saqueo, en función de las ganancias de las transnacionales, y para abastecer el “pulmón chino”, éstas están moldeando nuevos mercados en América Latina, nuevas divisiones del trabajo.
Están deforestando el Amazonas y el Chaco boliviano y paraguayo para, con la Monsanto, los banqueros y las cerealeras, crear de hecho una nueva “Pampa Húmeda” que, junto a Brasil y Argentina, garantice la producción sojera, sobre todo en momentos como estos, cuando hay sequía en EE.UU. 
Las transnacionales del Mercosur, abastecidas por el gas y el petróleo en parte de Venezuela, de Colombia y fundamentalmente de Bolivia, han creado una gran “maquiladora” de mano de obra esclava en el Mercosur. Mientras tanto, por el Atlántico y el Pacífico, se saquean nuestras naciones. Y aún hoy, en nombre de la clase obrera y los explotados, se quiere sostener a esas asesinas burguesías nativas, los Khadafy y Al-Assad en los que han devenido, no sólo los bolivarianos, sino también los hermanos Castro entregando Cuba al imperialismo mundial.
Insistimos, la cuestión campesina adelanta que el imperialismo se lleva toda la torta de la riqueza nacional. La Argentina de la Kirchner, la amiga de Chávez, acaba de entregarle U$S 12.000 millones contantes y sonantes al imperialismo y a los bancos, mientras tira inflación y más carestía de la vida para los trabajadores y el pueblo. 
Las mineras, sin pagar impuesto, están vaciando de minerales Los Andes. Están saqueando América Latina, en apenas 4 ó 5 años, como no lo hizo el sistema capitalista desde la época de la colonia hasta el siglo XX incluido. 
La tardanza de la revolución proletaria se paga, la pagamos los hambrientos y los pueblos oprimidos.

 

Pedro González:

Quiero plantear una última cuestión sobre Paraguay. En ese país, todas las direcciones traidoras se han encargado de someter a la CNT y CUT-A (centrales sindicales de ese país) a Lugo, con una abierta política de frente popular. Esto le impidió al proletariado encabezar la lucha del campesinado. Lugo está en su casa, tranquilo. Los campesinos masacrados, los trabajadores sometidos a la burguesía y al régimen de explotación.
¿Qué dicen los bolivarianos?... “Provocación de la derecha”. Para ellos, “la policía de Lugo pasaba por ahí, vio una concentración de campesinos, y masacró unos nueve…sin darse cuenta”. ¡Pero por favor! Era la policía de Lugo, la Monsanto y el Partido Colorado, poniendo orden, y los campesinos resistiéndose, haciendo justicia con sus comités de autodefensa contra la policía de Lugo, y sobre esto nadie quiere decir la verdad. Para ellos es una “provocación” el que los campesinos masacrados por la policía se defiendan, a ellos y sus hijos, en legítima defensa, en su propiedad, y en sus tierras, que les estaban robando.
Para ellos, la verdadera “provocación” es decirle a Lugo, Humala, Morales, Chávez y a la Kirchner: represores y asesinos de obreros y campesinos, y entregadores de nuestras riquezas nacionales al imperialismo.
Y a no dudarlo que cuando éstos bolivarianos queden como limones bien exprimidos, se van a ir en silencio, sin hacer ruido, y sin disparar un solo tiro, porque prefieren dejar de manejar el directorio de la burguesía y el imperialismo en sus países, antes que armar a las masas para derrotar el imperialismo. Más les pesa el pánico contra la revolución proletaria que atacará también a sus intereses, que cualquier golpe que circunstancialmente les pueda arrebatar el poder. Ellos, los explotadores, sí tienen conciencia de clase y de propiedad.
Todas estas habladurías e inventos de los amigos de Altamira y demás bolivarianos, nos recuerdan en Argentina, cuando  obreros desesperados en Las Heras (la provincia de los Kichner, al sur del país) hicieron justicia con el torturador de Sayago, el mayor represor y torturador de obreros en el sur argentino. Aún esas organizaciones siguen llorando por el “compañero policía”. Y ahora siguen engañando a las masas con que no se puede luchar como en Libia y en Siria, con comités de autodefensa, contra la policía asesina del régimen Stroessner, el Partido Colorado, y la iglesia.

La tercera oleada de la revolución latinoamericana necesitará de la IV Internacional para llegar al triunfo. Se trata de llegar hoy, con la política y el programa justo, en el momento justo, en estos acontecimientos preparatorios •