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MOTÍN Y REVUELTA A LA LUZ DEL COMBATE DE LA JUVENTUD OBRERA INGLESA

En el siglo XIX el “Ludismo”, una de las primeras corrientes políticas de la clase obrera nacida en Inglaterra, luchaba quemando maquinas porque no terminaba de identificar a su real enemigo, dando cuenta de la inmadurez que aun persistía en el proletariado. Así lo definía Marx "Fueron necesarios mucho tiempo y mucha experiencia para que los obreros llegasen a distinguir entre las máquinas en sí y el empleo que les daba el capital y a dirigir sus tiros no contra los instrumentos materiales de producción sino contra la forma social en que se aplicaban" (El Capital, tomo I). Pero en el siglo XXI, después de años y años de experiencia acumulada por el proletariado, hoy la juventud obrera inglesa prende fuego todo lo que no puede consumir, no ya por inmadurez, sino por traición de la dirección que la clase obrera tiene a su frente. 
En la Inglaterra imperialista, el motín y revuelta de la juventud obrera no cae como “un rayo de un cielo sereno”. Ya los estudiantes en su lucha por la educación, el año pasado, incendiaron el local central de los “Tories”; meses atrás irrumpió una importante huelga estatal contra el ataque del gobierno de Cameron. Si estos combates aparecen de manera desincronizada, de la revuelta y el motín que protagonizan la juventud obrera, ello se debe a la burocracia de la TUC y a las corrientes reformistas que son enemigas de unir las filas obreras para barrer con el gobierno de Cameron y la corona británica.
Las direcciones traidoras de la clase obrera no solo desincronizan el combate revolucionario del Norte de África con el de Grecia y España, al que a su vez dividen del resto de Europa; sino que al interior mismo de Inglaterra, esas mismas direcciones, desincronizan a cada paso la lucha de la clase obrera inglesa que intenta ponerse de pie contra el ataque de los capitalistas.
Por ello, las enormes jornadas de combate del 7,8, 9 y 10 de agosto del sector más explotado del proletariado, no dejan de tener, bajo las actuales condiciones de traición de la TUC y los partidos reformistas socialimperialistas que hablan en nombre del “socialismo”, un carácter defensivo. Se trata de una revuelta espontánea de “fuerzas elementales” que no logra identificar con claridad a sus enemigos, y poner en pie organismos de clase que puedan orientar esas enormes fuerzas de los explotados bajo un programa de lucha que no quede en la impotencia. 
La situación de la juventud obrera de Londres y toda Inglaterra es el resultado directo de la traición de la aristocracia y burocracia obrera socialimperialista cuyo programa fue, ante el comienzo de la crisis mundial “Trabajo ingles para los ingleses”, dejando a merced del ataque del gobierno y la Corona a los obreros inmigrantes, el corazón del proletariado ingles y europeo. Por ello en este verdadero Motín, se expresó también un sector de los explotados que ya ni siquiera entra al proceso productivo aunque sea esporádicamente y es condenado a formar una “subclase” de desocupados crónicos, que es el reflejo directo de la descomposición extrema del sistema imperialista.

El motín y la revuelta en Inglaterra demuestra que se ha roto la paz entre las clases y que entramos en un proceso de guerra civil. Trotsky lo manifestaba de esta manera en su discurso en la Academia Militar de Moscú en el año 1924 "La guerra civil constituye una etapa determinada de la lucha de clases cuando ésta, al romper los marcos de la legalidad, llega a situarse en el plano de un enfrentamiento público y, en cierta medida físico, de las fuerzas de oposición.” 
Por ello, contradictoriamente, este verdadero motín y revuelta que hoy es cercado por la dirección de la TUC para que quede a merced de la represión salvaje del estado imperialista Ingles, pueden ser las formas desesperadas y violentas en las que se puede estar preparando un combate superior por parte del proletariado. Lenin afirmaba sobre la Revolución Rusa de 1905 que “No ha transcurrido aún tanto tiempo desde que la única manifestación de la lucha del pueblo contra la autocracia eran las revueltas, es decir los disturbios inconscientes y desorganizados, espontáneos y a veces salvajes. Pero el movimiento obrero, que es el movimiento de la clase más avanzada no ha tardado en salirse de esa fase inicial”. Para más adelante plantear que: “Las revueltas han dado paso a las huelgas organizadas y a las manifestaciones políticas contra la autocracia”. 
A ello apostamos los trotskistas internacionalistas y por eso levantamos un programa para que el Motín y la revuelta se transformen en revolución e insurrección.