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Al calor de la crisis económica mundial, las masas tunecinas responden con la revolución obrera y socialista al ataque de los capitalistas

El heroico levantamiento revolucionario de las masas de Túnez ha sido parido por las condiciones impuestas por la crisis económica mundial que estallara en 2007. El grito de guerra de la burguesía mundial fue “¡que los costos de la crisis los paguen la clase obrera y las masas explotadas!”. En Túnez, el gobierno de Ben Alí impuso una terrible desocupación -con un 60 % de los jóvenes sin trabajo-, carestía de la vida, salarios de hambre y miseria, sumados a una sangrienta represión contra cada levantamiento de la clase obrera y los explotados.
Frente a esta situación, desde hace algunos años, sectores de vanguardia del proletariado tunecino venían enfrentando el feroz ataque de los capitalistas. En lo profundo del país, en ciudades como Metlaui, Kasserin y Thala, las masas entraban al combate con durísimas luchas locales contra los padecimientos inauditos. Durante el 2008 y 2009, en Gafsa, miles de obreros mineros irrumpieron con una huelga general local que enfrentó a los traidores de la burocracia de la UGTT, uno de los principales sostenedores del gobierno y el régimen burgués.
Con estos combates, la clase obrera de Túnez comenzaba a ponerse de pie y a pelear codo a codo con sus hermanos de clase de Egipto quienes en 2007 y 2008 protagonizaron un poderoso auge proletario encabezado por los obreros textiles contra el gobierno de Mubarak.
Durante 2010 y lo que va del 2011, al tiempo que se agudiza la crisis de la economía mundial capitalista, también se agudizan los combates de la clase obrera en el Norte de África y Medio Oriente. Es que un puñado de transnacionales se dedica a acaparar los cereales y comoddities del mundo, para hacer subir artificialmente sus precios y así acrecentar sus superganancias en base a la hambruna generalizada de los explotados del planeta; mientras el imperialismo yanqui comandado por el carnicero Obama continúa descargando la crisis de los parásitos de Wall Street inyectando miles de millones de dólares sin respaldo en el mercado mundial, generando una terrible inflación que acrecienta aún más la miseria de la clase obrera y las masas.
Fueron estas penurias y los heroicos combates previos protagonizados por la clase obrera en los últimos años, los que llevaron a los explotados tunecinos a sacar la conclusión de que debían centralizar su combate y librar una gran lucha política de masas contra el gobierno y el régimen asesino, sirvientes del imperialismo, como única forma de conquistar el pan, el trabajo y todas sus demandas. 
El combate de Túnez despertó la furia revolucionaria de las masas de Egipto que derrocaron la dictadura asesina de Mubarak, y también de los explotados de Libia, que continúan sus combates para terminar de derrotar al gobierno antiobrero de Kadafhy. La batalla del proletariado y las masas explotadas contra la burguesía, ya se ha extendido a Yemen, Bahrein, Marruecos y Argelia, donde la clase obrera y los explotados protagonizan enormes levantamientos, sublevaciones e insurrecciones revolucionarias contra sus gobiernos y regímenes pro-imperialistas. 
La revolución que ha comenzado en todo el Norte de África y ya se ha extendido a Medio Oriente, es la revolución contra los parásitos imperialistas de Wall Street, Obama y los acopiadores de alimentos como Cargill, Monsanto, Dreyfus y Bunge, que hambrean a las masas del mundo entero; es la revolución contra las “guerras del petróleo” que comandara Bush y continuara Obama y el régimen infame de los “Republicratas” yanquis que masacraron a cientos de miles de explotados en Irak, Afganistán, Palestina y todo Medio Oriente, para que los pulpos imperialistas de la Exxon, la British Petroleum, Chevron, Texaco y la Total obtengan millonarias superganancias. ¡Hay que expropiar a los parásitos chupasangres de Wall Street! ¡Por la expropiación sin pago y bajo control obrero de las transnacionales cerealeras y petroleras y todas las fábricas, bancos y propiedades del imperialismo!