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La revolución en el Norte de África:
El tercer embate de las masas contra la crisis económica mundial desatada en 2007

Desde el estallido de la crisis económica mundial del capitalismo en 2007, asistimos a un redoblado ataque del imperialismo contra los explotados del mundo para que paguen la crisis del capital financiero parasitario y en bancarrota. El proletariado y las masas presentaron batalla ante cada ofensiva imperialista, pero las direcciones reformistas le ataron las manos una y otra vez para impedir la sincronización de una respuesta revolucionaria generalizada de masas a nivel mundial para derrotar el ataque de los capitalistas con los métodos de la revolución socialista. El imperialismo centralizó a nivel mundial a todas las direcciones traidoras del proletariado para poder mantenerse de pie, a pesar de ser un cadáver maloliente.

Así en 2007-08, ante el derrumbe de las bolsas imperialistas, la quiebra de los bancos y el estallido de las burbujas inmobiliarias como en EE.UU, el imperialismo lanzaba su ataque con la “Operación Plomo Fundido”. Mientras en los países centrales la burguesía despedía y expulsaba a los obreros inmigrantes y se atacaban las conquistas obreras, el imperialismo concentraba sus fuerzas en aplastar a las heroicas masas palestinas que combatían en Gaza al estado sionista fascista de Israel. Las direcciones reformistas cercaron la heroica resistencia en Gaza subordinando a la clase obrera norteamericana al “democrático Obama” contra el “fascista Bush”; en Europa las aristocracias y burocracias obreras junto al salinismo y los renegados del trotskismo cercaban las primeras respuestas revolucionarias del proletariado griego contra la crisis capitalista; en Guadalupe y Martinica irrumpían las masas por el pan y el salario enfrentando el colonialismo de la V Republica imperialista Francesa y las burocracias sindicales y el NPA defendían los intereses de sus amos imperialistas; en Madagascar, al sur de África, irrumpía una grandiosa revolución con las masas destruyendo al ejercito y armándose para conquistar el pan; En Kirguistán, también por el pan, las masas derrotaban al gobierno en las calles desarmando a la policía asesina; en Latinoamérica, los renegados del trotskismo subordinaban a lo más combativo del proletariado del continente a los pactos contrarrevolucionarios de las burguesías Bolivarianas con el imperialismo como en Bolivia y Colombia, para que se imponga definitivamente la expropiación del combate revolucionario y antiimperialista de los explotados.

En 2010 el proletariado europeo se ponía de pie enfrentando el redoblado ataque de los estados imperialistas que salvaron con millones y millones de dólares al capital financiero y sus bancos quebrando la caja de los Estados, salvatajes que debían pagar las masas con nuevos ataques y padecimientos superiores. La clase obrera irrumpía con enormes movilizaciones y huelgas en Italia, Portugal, Francia, España, Inglaterra y lo más avanzado en Grecia que encabezaba 8 huelgas generales. Sin embargo las direcciones reformistas dividieron país por país al proletariado e impidieron que los explotados derroten a sus gobiernos y regímenes para poder derrotar el ataque del capital financiero. La política de las direcciones reformistas fue que los carniceros imperialistas “rectifiquen su ataque y sus medidas” y por “una Europa social”. Impidieron la centralización del proletariado europeo en un solo combate, en una sola huelga general en todo Europa poniendo a los obreros inmigrantes a la cabeza del combate del proletariado para destruir la Europa imperialista de Maastricht con la revolución obrera y socialista.

Ante la crisis económica mundial y la ofensiva del imperialismo, no faltó predisposición del proletariado a luchar, sino que las direcciones reformistas actuaron implacablemente desde el Foro Social Mundial, La “Contracumbre de Madrid”, el ELAC y CONCLAT de Santos-Brasil, “Socialismo 2010” en EE.UU, todas reuniones internacionales para impedir la sincronización del combate del proletariado de los países centrales con el del mundo semicolonial para aplastar al imperialismo.   

Podríamos decir que, en los primeros meses de 2011, en el norte de África y Medio Oriente, a pesar de tantas traiciones al proletariado, ha comenzado la tercera oleada de respuestas revolucionarias de las masas ante la crisis económica mundial imperialista. Esta vez los parásitos de Wall Street y las transnacionales que no recomponen su tasa de ganancia, profundizan su parasitismo acaparando commoditties elevando ficticiamente los precios de los alimentos básicos para obtener superganancias. En respuesta a ello, las masas del Magreb irrumpen por el pan dando inicio a revoluciones obreras y socialistas que se están desarrollando y amenazan con volver a sublevar a los explotados de la otra orilla del Mediterráneo, en el corazón de las potencias imperialistas europeas. 
Este tercer embate de masas que se desarrolla en el Norte de África, parte de los combates anteriores del proletariado mundial y los supera poniendo la cuestión de la destrucción del estado burgués y la toma del poder por parte del proletariado en el centro de la escena de la lucha de clases mundial. Sin embargo la crisis de dirección revolucionaria del proletariado, es decir, la sobreabundancia de direcciones traidoras y la inexistencia de una revolucionaria, sigue siendo la traba fundamental para el triunfo de la clase obrera y los explotados.