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EN MEDIO DE LA CRISIS MUNDIAL CAPITALISTA, LAS POTENCIAS IMPERIALISTAS SE DISPUTAN EL BOTÍN

Al calor de los procesos revolucionarios en el norte de África y Medio Oriente, han salido todas las pandillas imperialistas a disputarse abiertamente quién se queda con el botín de los negocios. Es que la feroz crisis económica mundial que no deja de profundizarse y donde sobran potencias imperialistas, obliga a las distintos monopolios a rapiñarse hasta la última de las zonas de influencias y de los mercados.
Por eso Libia se ha transformado en un verdadero botín para los piratas imperialistas. Después de que durante semanas enteras todos sostuvieron el ataque contrarrevolucionario del chacal Khadafy contra la clase obrera y las masas revolucionarias, hoy las distintas pandillas imperialistas se reubican para quedar mejor posicionadas para rapiñarse los negocios.
Por su lado Italia, para cuyas transnacionales es vital el petróleo de Libia, ha movilizado sus buques de guerra y tropas por el mar Mediterráneo para sostener a Khadafy. 
Inglaterra es la máxima expresión de un capital financiero en crisis que necesita conservar sus zonas de influencia. Para intentar mantener el enorme contrato comercial que tenía con las empresas petroleras libias, el gobierno de Cameron envió a tomar contacto con el gobierno instalado en Bengazi, a una delegación de empresarios y políticos, que, con un gran instinto de clase, fueron tomados de rehén por las heroicas milicias obreras insurrectas.
El imperialismo francés respondió ante la estrategia de sus competidores rompiendo abiertamente relaciones con Khadafy y reconociendo como “legítimo” al gobierno de Bengazi. De esta manera los chupasangres de la V República se ubican sosteniendo al bando del “frente democrático” para asegurarse de la mano de la burguesía de Bengazi jugosos contratos que los abastezcan de petróleo. 
Esta ofensiva de las potencias imperialistas de Europa no es casual. Es que el norte de África constituye el “patio trasero” de la Europa imperialista, su principal fuente de materias primas y de mano de obra esclava, y más aún que hoy los estados imperialistas europeos están quebrados, están dispuestos a disputarse hasta el último negocio a dentelladas y a los tiros limpios. Lo mismo sucede con Túnez, donde recientemente ha viajado el presidente español Zapatero a entrevistarse con Essebsi, primer ministro del gobierno tunecino, ubicándose así en carrera para disputarle los negocios -principalmente de la industria del turismo- a Francia, más aún cuando el gobierno de Sarkozy y el régimen de la V República han sido identificados por las masas revolucionarias de Túnez como los principales sostenedores de Ben Alí.
Mientras tanto en Libia, Obama y el estado mayor del régimen de los “Republicratas” continúan sosteniendo tanto al gobierno de Kadafhy, para que siga masacrando y aplastando lo más posible a las masas revolucionarias, como a la burguesía “democrática” para que desde adentro desmovilice y desarme a la insurrección, al mismo tiempo que mantienen alistadas a las tropas de la ONU y la OTAN para que intervengan en nombre de la “paz” y la “democracia” en caso de que sea necesario.
A las potencias imperialistas les va la vida en derrotar la revolución en el Norte de África y Medio Oriente que pone en cuestión su propiedad y dominio en la región. A no dudarlo que si logran aplastar a las masas revolucionarias, estos piratas imperialistas avanzarán en descargar un ataque superior y decisivo contra su propia clase obrera. 
Esto es lo que necesitan hacer los gobiernos y regímenes europeos ante la bancarrota de sus estados. Si aún no lo han hecho es porque temen que el proletariado europeo vuelva a ponerse de pie y sincronice sus combates con sus hermanos de clase del mundo semicolonial. Saben que si bien en Europa, gracias al accionar de las direcciones traidoras, pudieron imponerle su ataque a la clase obrera y los explotados, éstos están lejos de haber sido derrotados. Y también son concientes de que si largan una ofensiva contrarrevolucionaria para aplastar a las masas de Libia, esto podría volver a encender la chipa de un combate de masas en Europa.
¡La clase obrera europea debe atar su suerte al de las masas libias y de toda la región! ¡Congreso de todas las organizaciones obreras en Grecia para organizar la Huelga General Revolucionaria ya en Europa! ¡Las organizaciones obreras deben detener la maquinaria de guerra imperialista, bloquear los puertos y organizar brigadas internacionales que lleven alimentos, medicamentos, pertrechos y armas a Libia para aplastar a las tropas contrarrevolucionarias de Khadafy! 
¡Que en EE.UU. vuelva la marcha del “millón de obreros” y se pongan de pie los portuarios de Oakland! 
¡Fuera las flotas imperialistas alistadas en el Mediterráneo para masacrar a las masas insurrectas! ¡Fuera la Vª Flota yanqui de Bahrein! ¡Ninguna intervención de las tropas asesinas de la ONU y la OTAN! ¡Por la derrota militar del imperialismo en Irak y Afganistán! ¡Abajo el gobierno del protectorado yanqui en Irak! ¡Por la destrucción del Estado sionista-fascista de Israel!