Entonando la canción “A la huelga” en una versión feminista y al grito de “Paramos para cambiarlo todo” “sin nosotras, se para el mundo”, “Madrid será la tumba del machismo”, “Obrera despedida, patrón colgado”…
Con huelga general de mujeres y manifestaciones en más de 12 ciudades de millones de personas…
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora hace historia en el Estado Español
La jornada mundial por el día internacional de la mujer trabajadora del 8 de marzo tuvo sus cotas más altas en el estado español. Dos hitos extraordinarios se dieron ayer aquí: por la tarde en Madrid se dio la mayor manifestación de todo el mundo, con una afluencia de un millón de manifestantes, incluso mayor que las del “No a la guerra” de 2003 y las Marchas de la Dignidad de 2014. Y por la mañana otro hecho diferenciador fue que el estado español fue el sitio del mundo donde las mujeres trabajadoras fueron convocadas a la única huelga feminista hasta ahora en la historia, con el único precedente de la de 1975 en Islandia.
La huelga feminista fue convocada en dos modalidades diferentes por dos bloques de sindicatos distintos. Los mayoritarios, CCOO y UGT, convocaron un paro parcial de dos horas mientras que el sindicalismo alternativo de CGT, CNT y otros minoritarios llamaron a una huelga general de 24 horas. Se estima que 5,3 millones de trabajadoras secundaron la huelga, lo cual significa que, en un país con una población activa de unos 20 millones de trabajadores de ambos sexos, habrían parado más de la mitad de las trabajadoras de todo el estado. Esto es un dato muy significativo dado que la mujer es el sector más explotado de los trabajadores españoles y muchas no hicieron huelga por la presión de sus patrones que es el origen del miedo a ser despedidas.
Por la mañana hubo numerosos piquetes en los distintos centros de trabajo, transportes y, sobre todo, en las universidades. Hubo cortes de carreteras y vías del tren, paro en el transporte público, bastantes piquetes en universidades, huelgas en institutos y colegios y concentraciones en las plazas de los barrios y frente a los mercados. En el centro de las ciudades hubo diferentes marchas pequeñas por la mañana, destacando las de estudiantes y las de periodistas en Madrid aunque en la mayoría de las ciudades la convocatoria central era para la tarde. En el movimiento obrero también hubo un cierto seguimiento, como el de importantes fábricas de coches como Opel o la Seat, sectores del metal y el transporte como la Renfe y el Metro donde, a pesar de los altos servicios mínimos, se hicieron notar los paros. También en los funcionarios del estado, como la enseñanza y la sanidad hubo seguimiento, aunque desigual, de la huelga.
Hubo más de 200 concentraciones convocadas en las diferentes ciudades del estado español. La de Madrid por la tarde fue la manifestación más multitudinaria, la cifra es imposible que bajara del 1.000.000 de manifestantes con unas calles repletas desde la Estación de Atocha hasta Plaza de España pasando por Paseo del Prado, un tramo de la calle Alcalá y toda la Gran Vía.
La de Barcelona fue la segunda mayor manifestación, hubo unos 700.000 manifestantes. En Euskadi, destacaron las de Bilbao donde cientos de miles de mujeres entonaron la canción “A la huelga” (la canción de guerra civil española) en una versión feminista y San Sebastián con unas 200.000 cada una. También sobresalieron las grandes marchas de Valencia o las de Vigo y Santiago en Galicia y las de Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada en Andalucía con cientos de miles de mujeres y hombres, junto a las de Santander, Aragón, Gijón, Valladolid, Cartagena, Murcia y Tenerife.
La manifestación de Madrid, iba encabezada por un espacio no mixto de la Asamblea 8-M, que durante los meses anteriores había estado centralizándose con multitud de ramificaciones y asambleas locales en los distintos barrios, municipios y pueblos de la Comunidad de Madrid. La característica principal de los asistentes que seguían a ese primer bloque es que los cientos de miles de mujeres acompañadas por miles de hombres eran mujeres no organizadas que acudían con su propia pancarta hecha a mano en un cartón o folios.
Los gritos y pancartas llevaban consignas contra la violencia machista, la brecha salarial, la precariedad, y contra las políticas de Rajoy. El lema principal era “Paramos para cambiarlo todo” y se oyeron consignas como “sin nosotras, se para el mundo”, “Vivas, libres, únicas”, “Gritamos por las que no pueden hablar”, “Yo elijo cómo me visto y con quién me desvisto” o “Madrid será la tumba del machismo”, emulando el clásico “Madrid será la tumba del fascismo” de la guerra civil española.
El carácter más de clase se dio con los manifestantes agrupados por sindicatos y partidos de izquierda con consignas como “Mujer trabajadora, libre y luchadora”, “Mujeres obreras a la revolución” u “Obrera despedida, patrón colgado”. Las banderas oficiales que más se vieron fueron las de los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT pero las que mejor organizados iban y tenían un cortejo más combativo fue el minoritario “Bloque de sindicatos combativos y de clase” que agrupaba a CGT, CNT, Solidaridad Obrera, Cobas, AST,CSC, SAS, SUSH y Baladre. Allí se hizo valer sus consignas más amplias que las meramente feministas de clase, con las que habían convocado la Huelga General de 24 horas para este 8M, como por la derogación de las reformas laborales y defensa de las pensiones, por la obligatoriedad de igualdad salarial, por el aumento del gasto público, no al pago de la deuda. Otros concurridos cortejos fueron los de sectores de la izquierda antirepresiva, en ellos es donde un público de jóvenes obreras era más numeroso. También hubo cortejos de Asociaciones barriales y de vecinos y las de partidos políticos de izquierda.