Hace ya varias noches que en los barrios obreros del conurbano parisino los explotados se enfrentan con la policía, arrojándole fuegos artificiales, prendiendo fuego vehículos, atacando comisarías con Molotov, transformando la calle en un escenario de combate.
Los enfrentamientos comenzaron el sábado por la noche, en varias localidades del departamento de Hauts-de-Seine, al este de Paris y se extendieron a otras ciudades. Es que el odio que provoca el acoso policial es incontenible. Cada vez que a un joven u obrero de las cités (barrios obreros) lo para un “control" no sabe si sale vivo o ileso. Este sábado un joven de unos 30 años circulaba en una moto cuando un grupo de policías le abrió la puerta del auto a su paso provocando que chocara y se fracturara la pierna. Fue la gota que rebasó el vaso de muertes y heridos producto del accionar policial, que desde el 8 de abril, cebados por el cuasi estado de sitio, ya se cobraron la vida de 8 personas. Un hombre murió asfixiado cuando lo detenían, otro “se tiró desde un puente” para evitar un control policía, un joven fue acribillado por 3 policías (le pegaron 5 tiros, 3 en la cabeza) con la excusa de que los había atacado con un cuchillo, un hombre de 60 años murió detenido antes de declarar…
En medio de la pandemia los patrones y su gobierno le están imponiendo una terrible ofensiva a la clase trabajadora y los que más la sufren son los oprimidos de las cités. Allí viven hacinados y el virus se expande velozmente mientras que los hospitales se caen a pedazos y están colapsados; tienen trabajos precarios y en negro, por lo que con el confinamiento, al no poder salir a trabajar, sus familias se mueren de hambre. Muchos son los que hacen los trabajos esenciales como auxiliares de hospitales, trabajo de limpieza, recolección de basura, etc. y que tienen que ir a trabajar en medio de la Pandemia sin ninguna medida de seguridad, en las peores condiciones sanitarias. Los explotados hierven de odio. La burguesía imperialista los sabe y tiene miedo de que las masas más empobrecidas vuelvan al combate por lo suyo. Por eso, militariza las calles con el Estado de Emergencia decretado por Macron, y le da vía libre a sus perros guardianes para profundizar su macabro accionar cotidiano de represión y hostigamiento a los más oprimidos.
La racista policía y la gendarmería francesa son expertos en acosar, perseguir, maltratar, torturar y asesinar a los oprimidos de los barrios obreros, en particular si son negros o árabes. Son las mismas fuerzas represivas que asesinaron a Bouna y Zied en 2005, a Adama Traoré en 2016, que violaron a Theo en 2017, que causaron la muerte de Steve el año pasado, y un larguísimo etcétera. ¡Asesinos!
¡BASTA! ¡Viva el levantamiento de los explotados! ¡La rebelión de los esclavos no es delito, es justicia!
¡Fuera la gendarmería y la policía de nuestros barrios!
¡Disolución de todas las fuerzas de represión del Estado!
¡Los explotados nos defendemos entre nosotros! ¡Por comités de vigilancia obreros en los barrios y piquetes de autodefensa para defendernos de los ataques de los represores!
Corresponsal
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