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          | Segunda Parte: 05 de junio de 2014 UCRANIA: bombardeos y masacre del ejército de  Kiev, bajo las órdenes de la OTAN, 
              contra los obreros del Donbass Hollande,  la Merkel, Obama, Putin, y la oligarquía y la burguesía ucraniana, 
              cerraron las  brechas abiertas, pactando y acordando nuevamente sus negocios   ..Ahora… Atacan  abiertamente a las masas para imponerles los planes del FMI y el Banco Mundial
 
 Ayer la burguesía financiera de Kiev, lacaya del imperialismo, desvió a su favor la  lucha de masas contra el odiado gobierno de Yanukovich (tutelado por el FMI y  sostenido por Putin), y puso a toda la nación a los pies de Maastricht y Obama
 Hoy,  cuando en el este ucraniano se levantan los obreros del Donbass contra los  despidos y salarios de miseria, el carnicero Putin y los magnates del carbón  del este pactan con el FMI, Obama y la Merkel sus negocios, sobre la base de la masacre  de la clase obrera sublevada
 ¡Paremos  la masacre del gobierno de Poroshenko, 
          su policía y oficiales  contrarrevolucionarios 
          y sus milicias fascistas! ¡La plaza  Maidan (en Kiev) debe ser de los obreros y los campesinos pobres, para unirse con los trabajadores  de las minas del carbón y las acerías del este en una sola lucha de la clase  obrera, para conquistar un salario digno mínimo de 2500 euros para todos, como  en la Europa  del Euro, para expropiar a la oligarquía ucraniana y romper con el FMI! | 
            
              
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 El capital no tiene patria
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            Suplemento EspecialAbril de 2014
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 |  Sólo la unidad de la clase obrera ucraniana, acaudillando  a todas las masas oprimidas del campo y la ciudad, podrá unir a Ucrania y  transformarla en independiente del saqueo imperialistaSólo se podrá terminar con el flagelo de los  salarios de miseria y del desempleo, que obligan a centenares de miles de  trabajadores ucranianos a emigrar: ¡expropiando a los  parásitos capitalistas!
 El camino no es otro que la restauración de la dictadura del proletariado, 
                bajo  formas revolucionarias
 La clase obrera europea y  rusa deben ponerse de pie junto a sus hermanos masacrados del Donbass, a los que Putin y la  burguesía del este los cerca, mientras los usa como moneda de cambio en sus negocios  con la Merkel  y el BundesbankLa  tarea de los soldados rusos es desobedecer a los oficiales del asesino Putin, que hoy los retiran de la frontera con  Ucrania, y marchar a pelear junto a sus hermanos, los obreros del Donbass. Si  el FMI y sus lacayos de Kiev aplastan a la clase obrera ucraniana, mañana  vendrán por la clase obrera rusa ¡Abajo  Maastricht! ¡Fuera el FMI! ¡Por el  aplastamiento y la derrota militar de las fuerzas contrarrevolucionarias
 del  ejército de Kiev, bajo las órdenes de la OTAN!
 ¡Abajo el  pacto de Merkel-Putin-Obama para esclavizar Ucrania y masacrar a su clase  obrera!
 ¡Por una  Ucrania soviética e independiente, basada en los comités de obreros y soldados!
 ¡Por los  Estados Unidos Socialistas de Europa!
 
          
            |  Poroshenko junto a Obama
 |  Casas bombardeadas en el este de Ucrania
 |  Entre  noviembre y diciembre del 2013 estalló en Ucrania un verdadero crack económico.  Saqueada por una deuda externa impagable, que contrajeron un puñado de  oligarcas ligados a los negocios de Rusia, Alemania, EEUU y el FMI, Ucrania  estalló, a fines de 2013, en una cesación de pagos. En  ese país están los obreros peores pagos de toda Europa con un salario de 300  euros. 140 mil millones de dólares es la deuda que dejó la vieja burocracia  stalinista, devenida hoy en una nueva burguesía oligárquica ucraniana, ligada a  los negocios con Rusia y toda la   Europa imperialista.
 El  crack económico, la catástrofe y padecimientos inauditos de las masas empujaban  a éstas a enfrentar, cada vez más, al gobierno de Yanukovich, sostenido por  Rusia y Putin, que aplicaba los peores planes de ataque a los explotados para  recomponer el pago de la deuda al FMI. La situación de las masas y la nación  ucraniana se volvió insoportable. Una enorme crisis social y crack sacudió a  toda Ucrania.
 La  burguesía percibió esta situación. Como decimos en nuestra declaración de principios  de abril sobre la cuestión ucraniana, la burguesía se anticipó y, “apoyada en las clases medias y manipulando el  sentimiento nacionalista, canalizó las justas aspiraciones de un sector éstas y  su odio a Yanukovich y el carnicero Putin.” Así, con esta expropiación del combate de las masas, la oligarquía de Kiev,  que ya no pudo sostener más a Yanukovich, desvió el asenso de masas  volcándose a un acuerdo con la UE,  prometiendo a los explotados que “con un acuerdo con la Unión Europea,  saldrían de su crisis”.El  gobierno de Yanukovich no se pudo seguir sosteniendo. Los obreros del este,  cuya economía está basada en la minería y la industria siderúrgica ligada al aparato  industrial-militar de Rusia, a diferencia del 2004, no salieron a defender al  odiado gobierno de Yanukovich. Éste cayó por su propio peso.
 El  imperialismo, con la OTAN  y la Merkel,  bajo la dirección de Obama, aprovecharon rápidamente esta crisis política y estructural  de Ucrania a su favor, para quedarse con todos los negocios que dan ganancia de  la Ucrania  arruinada, y para poner créditos para que ese país pague sus deudas. Así  avanzaron a consolidar todo su dominio sobre esa nación, arrojando a Rusia y  sus negocios hacia la frontera este, e instalando en toda Ucrania el poder de la OTAN y la UE desde Kiev.
 En  estas condiciones, se abrió una enorme crisis política. El sicario del  imperialismo y socio de la   Merkel, Putin, fue desbancado de Ucrania y se amenazaron sus  negocios en el este de ese país. Ucrania fue repartida. El gasoducto de Crimea,  junto con esa península, quedó para Rusia. El resto de los gasoductos y de  Ucrania, para los norteamericanos, el FMI y la UE.
 Con  el giro a la UE, y  con las condiciones del crack, comienza la sublevación de los obreros de las  grandes acerías y las minas del este ucraniano, que veían perder sus empleos y  hundirse sus salarios. La burguesía “gran rusa” y Putin amenazaban con “la  madre de todas las batallas”. Los obreros del Donbass comenzaban a ver que el  sometimiento de Ucrania a los planes del FMI significaba un despido en masa y  una reconversión de la minería y la siderúrgica de esa región.Desde  un principio la burguesía gran rusa utilizó a los obreros sublevados en sus  negociaciones con la Merkel  y Obama. Sus tropas y sus soldados mandados al este fueron a realizar un  chantaje y relación de fuerzas para mejor negociar sus intereses. Para nada fueron  a encabezar la lucha y la sublevación de los obreros del Donbass, sino a  contener y controlar dicha sublevación, por si ésta se desmadraba y extendía  hacia occidente. Esto es lo que ya queda claro hoy.
 
          
            | Primero,  Putin incidió sobre las burguesías locales del este ucraniano, para que se  desvíe el ascenso de los obreros que irrumpían y se unían con los soldados rasos  del ejército ucraniano, hacia un  referéndum bendecido por la iglesia ortodoxa. Por atrás, el gobierno de  Putin se comprometía a aceptar el resultado de las elecciones presidenciales de  Kiev, que se hicieron el domingo 25 /5/2014, y al presidente que de ellas  emergiera.Asimismo,  utilizó políticamente el sentimiento independentista de las masas del este para  que se le otorgue a éstas una relativa autonomía, lo que significaba que la  “Gran Rusia” seguía incidiendo en los negocios de esa región. Para nada estaba  Putin con la intención de enfrentar al imperialismo, al FMI y a la UE, y a anexarse el este  ucraniano. Sólo buscaba negocios y no quedar afuera de los mismos. Él ya había  recibido su paga: la península de Crimea y mantener el negocio del gas con  Alemania.
 
 |  Ucrania
 |  Los  plebiscitos por la independencia del este y su federación con Rusia fueron  enterrados y rápidamente olvidados, en primer lugar, por Putin. En  estos plebiscitos se expresó, bajo formas laberínticas (como lo es la cuestión  nacional), el deseo de las masas de escaparse de los planes del FMI, que viene  a por todo, a reestructurar las minas, las acerías, etc. Pero, a diferencia de  la trampa electoral de Kiev, los  plebiscitos del este no lograron impedir el armamento de los obreros y la  irrupción independiente de la clase obrera, que comenzó a romper la base de  soldados del ejército de Kiev, bajo las órdenes de la OTAN, y puso en pie los  comités de soldados. Por ello, el gobierno de Kiev fijó allí toda su saña para  masacrar y contener esta irrupción de las masas.
 Rápidamente,  ante el espanto de una sublevación revolucionaria de la clase obrera, Putin, la Merkel y Obama aceleraron  un acuerdo por arriba, a espaldas de las masas, de reconocimiento del gobierno  de Kiev -como ya vimos-, de continuidad de los negocios de gas y alta tecnología  militar de Rusia con Alemania, Francia y toda Europa; y para garantizar todos  juntos que con la sangría y la explotación de la clase obrera ucraniana, este  país le pagara la fraudulenta deuda externa al FMI.Despidos  en las minas de carbón y en las acerías del este, reconversión de las mismas,  inversiones directas y asociaciones de las empresas imperialistas con la  oligarquía del este… Para nada esto le  preocupa a Putin, si él queda de alguna manera dentro de los negocios. Es  que, “negocios son negocios”… “business are business”. El peligro para los  explotadores, en esta crisis política, económica y social, es que los obreros  del este quedaran armados, derrotaran el plan del FMI, y eso sí amenazaría  gravemente a todos los intereses de toda la burguesía ucraniana, de Putin y el  imperialismo. La unidad de la clase obrera ucraniana estaría así planteada de  forma inmediata.
 Había  que cerrar rápidamente la crisis política en las alturas. Ayer amenazaban con  irrumpir, de forma independiente, las masas en Kiev. Ahora lo hacen los obreros  del este, que llegaron mucho más lejos. Ante ello, cerraron el pacto.
 Mientras  tanto, el imperialismo angloyanqui –que es parte de este acuerdo- persigue  imponer una ofensiva mayor contra Putin y Rusia. Ellos son los acreedores financieros,  a través del FMI y el BM, de Ucrania. Son los jefes, desde la OTAN, del  ejército contrarrevolucionario de Kiev. Son los que pisaron, con su bota de la OTAN, a esa nación oprimida,  y piensan llegar hasta su frontera este (con Rusia) con sus fuerzas militares,  comandadas directamente desde la   OTAN, como lo es el ejército contrarrevolucionario de Kiev,  que hoy masacra en el Donbass.
 La  ofensiva angloyanqui muestra las distintas ubicaciones de las potencias  imperialistas ante la crisis ucraniana. Alemania y Francia buscan un pacto con  Putin para mantener sus negocios, sobre la base de las condiciones actuales que  se están imponiendo; mientras EEUU e Inglaterra exigen a Rusia una política de  sumisión aun mayor. Es que para ellos, Ucrania, en lo inmediato, es también un  punto de apoyo para dar pasos, en el próximo periodo, hacia la semicolonización  inclusive de la gran Rusia.
 En  la crisis ucraniana se ha manifestado una disputa entre el imperialismo  angloyanqui por un lado, y por otro Alemania y Francia, por ver quién se queda  con la mayor parte de los negocios de Ucrania hoy, y mañana con los de Moscú.
 El ejército de Kiev ataca a  los obreros del Donbass, y Putin retira sus tropas de la frontera con UcraniaSu mayor miedo: que los  soldados rasos de Rusia se pasen a pelear junto a los obreros del este  ucraniano
 
          
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              El  sicario del imperialismo, Putin, retiró sus tropas de la frontera con Ucrania.  El gobierno de Kiev, ni bien asumió como presidente interino Turchinov, largó  una guerra de masacre y exterminio contra los obreros del Donbass.La salida de las tropas  rusas de la frontera con Ucrania se debe al terror del asesino Putin y su casta  contrarrevolucionaria de oficiales, que ante la masacre -que ya empezó-, los  soldados rusos se pasaran con sus armas al este ucraniano a combatir junto con  sus hermanos, los obreros del Donbass. Por eso fue que el asesino Putin  retiró todas sus tropas, cuando vio que decenas de soldados rasos del ejército  de Kiev se pasaban del lado de sus hermanos, los obreros del este ucraniano.
 Las  tropas rusas no estaban en la frontera para enfrentar al imperialismo ni a la  OTAN ni al ejército de Kiev. Estaban y estuvieron allí para discutir los  negocios de la burguesía gran rusa y atacar, a cuenta del imperialismo, si se  desbordaba –como ya dijimos- la situación de las masas ucranianas. Todo lo  demás es un invento y una farsa de una izquierda rastrera del stalinismo y de  sus desechos putrefactos a nivel internacional, que sostienen a dos manos al  carnicero Putin, socio menor del Citibank, de la BASF y la tecnología militar  de guerra francesa.
 Algunas  de estas corrientes han llegado tan lejos en su insensatez que le han pedido a  Putin que arme a los obreros del Donbass. Esto es crear ilusiones en las masas  sublevadas de que Putin las podía armar para enfrentar a la OTAN y el  imperialismo.
 
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               Casas bombardeadas en el este de Ucrania
  Helicópteros atacando el Donestk
 |  La burguesía jamás impulsa  la lucha de clases, ni arma a las masas para que protagonicen revoluciones y  combates antiimperialistas.  Un burgués, jamás será verdugo de sí mismo. Utiliza a las masas, como sucedió  en este caso, y prepara las condiciones para mejor derrotarlas. Esto es lo que  hizo Putin al reconstituir el pacto del gas con la Merkel, de finanzas con el  FMI, de la alta tecnología militar con Francia, y quedándose –como ya dijimos-  con la península de Crimea. ¿Y el resto de Ucrania? ¿Todo el este de ese país? Quedó  como zona liberada por Putin para que el ejército de Kiev masacre a mansalva a  los obreros. Y las tropas rusas, bien lejos de la frontera, para que los  soldados rasos del ejército de Putin no se escapen a combatir con los obreros  del este. Esa es la verdad. Esos son los hechos. El momento de la situación  ucraniana hoy es que las distintas pandillas imperialistas y la burguesía rusa  y ucraniana cerraron la enorme crisis en las alturas y los brutales choques por  los negocios que se abrieron con el crack ucraniano de fines de 2013. Es el  momento de la consolidación de un pacto contrarrevolucionario, donde el  imperialismo avanzó hasta las fronteras mismas de Rusia, le dio a ésta un lugar  secundario en sus negocios y una parte menor del territorio como Crimea.La  burguesía, como vimos, se adelantó en Kiev, en la Plaza Maidan, a toda  irrupción independiente de las masas. Su lucha fue desviada a un apoyo a la UE.  En el este, en esas disputas, se coló una acción independiente de los obreros  de las minas y acerías del Donbass, que luchan contra el acuerdo con la unión  imperialista de Maastricht y el FMI, pues ven perder sus empleos y hundirse sus  salarios.
 Asimismo, existe una  carrera de velocidad. Las tropas contrarrevolucionarias de Kiev, bajo el mando  de la OTAN y  sostenidas por las milicias fascistas de la oligarquía financiera y agraria del  occidente ucraniano, deben masacrar y desarmar rápidamente a las masas del  Donbass, porque deberán aplicar el mismo plan de ataque de despidos, hambre y  miseria en Kiev y en toda Ucrania.
 El  látigo del FMI y los capitalistas tienden a unir a la clase obrera ucraniana.  Por ello tuvieron que desviar las condiciones latentes de un asenso  revolucionario en Kiev con la demagogia de que “con Europa estaremos mejor que  con Yanukovich y Putin”, y ahora, unirse todos, con Putin incluido, para  masacrar a las masas del este.
 El  destino de Ucrania es ser una colonia de la UE y el FMI. Esto es lo que se está asentando y  se busca asentar con la ofensiva contrarrevolucionaria de Kiev, que ataca con  golpes certeros y precisos a los sindicatos y organizaciones y barrios obreros  de las ciudades del este tales como Donetsk, Lugansk o Sloviansk.
   Bajo las órdenes y el  control del FMI y el Banco Mundial, y con las masacres y bombardeos al Donbass,  se reconstituye el pacto contrarrevolucionario de la UE, Obama y su sicario Putin Putin  viajará, en estos días, a reunirse con Hollande para recordar el desembarco de  los aliados en Normandía. Ya ha acordado con la Merkel el tránsito del gas.  Con Poroshenko, el nuevo presidente, ya negoció el pago de la deuda ucraniana  con Rusia por el gas, con un anticipo incluido. Los negocios de venta de  tecnología militar de Francia y Alemania a Rusia están garantizados. El FMI y  el Banco Mundial ponen los fondos para colonizar Ucrania. Los negocios cierran.El  gobierno de Turchinov –el gobierno de la transición hasta la asunción de  Poroshenko, el “magnate de los chocolates”- firmó un acuerdo con el FMI y el  Banco Mundial. Éstos le entregarán, en función del cumplimiento de sus planes,  para pagar una deuda externa totalmente ilegítima, 17.000 millones de dólares  (3.200 ya fueron otorgados). La UE  adelantó un préstamo de 1.000 millones de euros, y otros préstamos a mediano  plazo. El Banco Mundial, aprobó una ayuda de 3.500 millones de dólares para  asistencia financiera y política.
 Esto  significa que los créditos que se otorgan a Ucrania, jamás entrarán a sus  arcas. Serán tomados a cuenta como pago de intereses de su deuda. A partir de  ello, el Banco Mundial supervisará una reestructuración, bajo su control  directo, de todos los gobiernos –desde municipales hasta el gobierno nacional-,  y reconstituirá todo el aparato del estado. El plan incluye una restructuración  de toda la industria y la minería del este, y la privatización de las empresas  estatales que dan ganancia de toda Ucrania.
 Tras  el pacto del FMI, la UE,  el BM y Putin, se garantiza a Ucrania  como una colonia tutelada. Pero para ello hoy hay que masacrar a las masas  del Donbass que resisten heroicamente. Ya el asesino Turchinov, como gobierno  de la transición, había dicho “estoy  convencido de que nuestras fuerzas armadas llevarán hasta el final la limpieza  de los terroristas, y que los criminales que financia Rusia serán eliminados y  se sentarán en el banquillo de los acusados.” Es un ataque “nacionalista”,  que alienta a las bandas fascistas antisecesionistas de Kiev, para masacrar, no  a las tropas blancas de Putin, sino a los obreros que han quedado armados en el  Donbass.
 
          
            | Esto  es lo que sucede hoy. Centenares de muertos y heridos ya ha dejado el este  ucraniano. Bombardeos aéreos con helicópteros, aviones y artillería se  desparraman por las ciudades de Lugansk, Donetsk y Sloviansk. El gobierno no  puede intervenir con su ejército por tierra, porque teme que se parta y los  soldados se pasen del lado de las masas. Por ejemplo, el 9 de mayo, “el día de  la victoria” (contra los nazis en la segunda guerra mundial), el ejército  ucraniano abrió fuego contra una multitud desarmada, dejando 40 muertos. En  Odessa, los fascistas prendieron fuego la casa de los sindicatos cuando los  explotados intentaron refugiarse allí, dejando 30 mártires.
 El  2 de junio, las milicias rebeldes quisieron tomar un puesto de control  fronterizo de manos del gobierno, en la provincia de Lugansk. El gobierno  respondió con un bombardeo masivo de bombas de racimo.
 |  Ataque al aeropuerto de Donetsk
 |  Al  este y al oeste de Ucrania, ha comenzado el éxodo de los explotados. El este ha  sido cercado. Los milicianos intentan abrir pasos en la frontera con Rusia,  para permitir zonas de evacuación. Ellos pelean solos, ante los puestos  fronterizos controlados por el ejército de Kiev.Rusia  retira todas sus tropas de la frontera. Esto  es parte del cerco contrarrevolucionario contra las masas del este. Los  cobardes oficiales burgueses del ejército blanco contrarrevolucionario de Putin  ni siquiera les abren las fronteras para que se refugien las mujeres y niños  que huyen del bombardeo y masacre en el Donbass. ¡Ese es el rol contrarrevolucionario  del asesino Putin, que solamente es “valiente” para matar a las masas en  Chechenia, Siria (junto al chacal Al-Assad), cuando su jefe Obama y la Merkel le autorizan, y  cuando no, huye como rata, como siempre lo ha hecho ese ejército blanco  contrarrevolucionario!
 Esta  es la verdad, y desmiente esa propaganda cínica contrarrevolucionaria de los  partidos stalinistas, socialimperialistas y demás renegados del trotskismo, que  le dan a Putin la máscara de “luchador antiimperialista”. Es que éste no es más  que un gobierno burgués socio menor de los negocios del Citibank y de la BASF alemana y de la  industria de tecnología de guerra de las potencias imperialistas.
 Estas  corrientes deben hacerse responsables cuando se arrastran pidiéndoles armas a  Putin para armar a los obreros del este; cuando  en realidad solamente desarmando a Putin y sus oficiales en las fronteras de  Ucrania, podrán los obreros del Donbass conseguir las armas de sus hermanos,  los soldados rasos del ejército de Rusia, para combatir a las bandas  contrarrevolucionarias del ejército proimperialista de Kiev.
 Aquí  y allá la burguesía y el imperialismo intentan utilizar a su favor el sentimiento  nacional de las masas, que expresa de forma laberíntica la lucha contra sus  condiciones miserables de existencia, tal cual definía magistralmente Trotsky  en su trabajo sobre la cuestión ucraniana a fines de los años ‘30. Este  sentimiento nacional contra la opresión de la burguesía gran rusa, que hasta  ayer sostenía al gobierno de Yanukovich –quien a su vez pagaba la deuda externa  fraudulenta de Ucrania-, fue utilizado por la burguesía de Kiev, como ya vimos,  para desviar el asenso de la plaza Maidan a un acuerdo con la UE.Rusia  quedaba fuera de los negocios. El imperialismo daba un zarpazo, inclusive comiéndole  toda Ucrania a Putin. Un enorme sentimiento contra el FMI y la UE embriagó a los obreros del  este y del Donbass cuando vieron que perdían sus trabajos y empleos. Ellos  buscaron federarse a Rusia, donde está el aparato industrial militar que recibe  su carbón y su acero. Esto no estaba en los planes de Putin ni en sus pactos  con la Merkel  y Obama.
 Este  “sentimiento nacional” de los obreros de Ucrania fue utilizado por Putin en sus  negociaciones comerciales. Una vez que éstas cerraron, el este se declaró “zona  liberada” para las bandas contrarrevolucionarias de Kiev. Este es el momento  actual.
 Insistimos,  el látigo del capital unifica a la clase obrera. Las condiciones para el  surgimiento de un partido revolucionario del proletariado ucraniano se aproximan  cada vez más a hacerse realidad. Ya es una necesidad imperiosa para que la  clase obrera de Ucrania y todo el este no vaya a una durísima derrota.Ucrania  es un eslabón débil, que amenazó con separarse de la cadena de dominio  imperialista del este europeo. Ha quedado como botín de la UE y el FMI. Si no triunfa la  revolución proletaria, si tarda en irrumpir nuevamente en la historia el  proletariado ruso, y si la clase obrera de la Europa de Maastricht sigue atada  a su propia burguesía imperialista, se abrirá el camino a una esclavización y  nueva colonización del este europeo hasta las estepas rusas. La clase obrera de  las naciones imperialistas europeas sufrirán un doble y triple ataque por parte  del capital financiero.
 EEUU  -como usurero de Europa- y las potencias imperialistas europeas en bancarrota,  necesitan ávidamente nuevos negocios. Ello significa dar una nueva vuelta de  tuerca en el saqueo del este europeo, y preparar las condiciones, inclusive con  el enorme peso que tiene el capital financiero alemán, francés y norteamericano  en Rusia, para someter también en el próximo período a Rusia bajo condiciones  de semicolonización.
 Es  que, como vemos en la crisis europea, sobran  potencias imperialistas. Grecia, Italia, Portugal están en ruinas. Ese  lugar de potencia imperialista no lo ocupará la “Gran Rusia”. Las zonas de  influencia del mundo semicolonial ya han sido distribuidas y repartidas por la  segunda guerra mundial. Lo que está en cuestión hoy es hasta donde llega la  recolonización del este europeo, inclusive de la “gran Rusia” por parte de las  potencias imperialistas.
 La cuestión ucraniana se ha transformado en un  problema central para la clase obrera europea y mundial. La cuestión nacional y  el sentimiento que anida contra la opresión de décadas y siglos del pueblo  ucraniano por los zares, el stalinismo y ahora el imperialismo, sólo puede ser resuelta  –como lo demostró la revolución de octubre- por una Ucrania soviética e  independiente, federada por su propia voluntad en los Estados Unidos  Socialistas de Europa. Para ello, habrá que conquistar una nueva revolución  socialista victoriosa en Ucrania y en todos los países de la ex URSS. FLTI - Colectivo  por la IV   Internacional 
   Luego de las elecciones fraudulentas de la OTAN y la UE, las primeras medidas del  gobierno de Poroshenko: profundizar el ataque que lanzó el gobierno interino de  Turchinov contra la clase obrera del este e imponer el plan de colonización  del FMI a toda Ucrania  ¡Por un programa revolucionario para unir a la  clase obrera ucraniana y a los explotados del oriente y occidente europeo!
 ¡Por la refundación del partido bolchevique  leninista ucraniano!
 ¡Por la refundación de la IV Internacional!
 
 A  horas de realizarse las fraudulentas elecciones presidenciales del imperialismo  y la OTAN este  25 de mayo, que han proclamado con una aplastante victoria al magnate del  chocolate, Petro Poroshenko como el nuevo presidente ucraniano, éste anunció  una operación militar contra los insurgentes para “evitar que el este del país  se convierta en Somalía”, y afirmó que “aquellos que no quieren entregar las  armas son terroristas y no se negocia con los terroristas”. Por supuesto que en  el este, no se votó. Se desconocieron las elecciones masivamente.
 El primer paso del gobierno  de Turchinov, el gobierno de la transición hasta que asuma Poroshenko, luego de  las elecciones ha sido redoblar la ofensiva por desarmar a las masas del este  de Ucrania.
 En  la madrugada del lunes 26 de mayo, cuando comenzaban a conocerse los resultados  electorales, las milicias del Donetsk fueron a por el aeropuerto de la ciudad.  El ejército ucraniano respondió con aviones, helicópteros, y ametralladoras  arrojando un saldo de 40 muertos (entre ellos milicianos y algunos civiles)  según el gobierno de Kiev, y de 100 muertos según fuentes pro-rusas.
 Ni  bien se conocieron los resultados electorales, la burguesía imperialista salió  a convalidar las elecciones y a felicitar al nuevo presidente. Así lo hicieron  Hollande, el candidato alemán Martin Schulz y Rasmussen (Secretario General de la OTAN). También hizo lo propio  Obama, quien no dudó en felicitar al pueblo ucraniano por acudir masivamente a  las urnas, “pese a las amenazas y provocaciones”. Kerry, por su parte dijo que  “Estados Unidos respeta la soberanía y la integridad territorial de Ucrania,  condena y rechaza la ocupación y el intento de anexión de Crimea por parte de  Rusia y mantiene su compromiso de trabajar con Ucrania y otros aliados para  lograr una resolución pacífica del conflicto”.
 A  través de sus voceros el presidente ruso, Vladimir Putin, también aseguró que  respetaría los resultados electorales. Lo único que no respetará Putin son las  necesidades de los obreros ucranianos, y del Donbass en particular.
 Ya  se anuncia que el próximo mes, Poroshenko viajaría a Rusia a reunirse con  Putin. Buscan que antes ya estén derrotadas y desarmadas las masas del este. Todas las fracciones burguesas y el  imperialismo, y el asesino a su cuenta Putin, dan su apoyo al nuevo presidente  y llaman a la “paz” para seguir haciendo negocios, no sin antes atacar y  garantizar el aplastamiento y la masacre de las masas.
 Putin,  Obama y la UE ya  acordaron nuevamente sus negocios. Están intentando reconstituir, ahora con  Poroshenko, un nuevo gobierno como fuera  el de Yanukovich ayer, pero con una Ucrania un millón de veces más esclavizada al FMI, a la Merkel,  a toda la UE, y  con el asesino Putin manteniendo una parte de los negocios.
 El  imperialismo busca cerrar la crisis abierta entre las facciones de la burguesía  ucraniana, que se abrieron bajo condiciones de crack y las tendencias a una  irrupción revolucionaria de las masas como vimos en Kiev ayer y en el este hoy. Con  engaños electorales, con promesas de que “con la Europa imperialista  estaremos mejor”, o que “junto a la gran Rusia no habrá despidos en las acerías  y minas del Donbass”, se dividió a la clase obrera ucraniana.
 Con  pactos contrarrevolucionarios, luego de los desvíos parlamentarios, se  consolidaron los acuerdos y los negocios de Rusia, la UE y EEUU a espaldas de las  masas… Y ahora todos juntos masacran a los explotados. Quieren impedir, como  ayer lo hiciera la oligarquía de Kiev desde la Plaza Maidán, una irrupción independiente de los  explotados.
 Putin,  ahora jura que reconoce al nuevo gobierno de Kiev, y que desconoce toda  autonomía e independencia del este… Los negocios han cerrado. “Business are  business”. Y esto lo pagan las masas.
 La masacre de los  trabajadores del Donbass ha comenzado. Debe ejecutarse rápidamente. Cuando  termine de masacrarse al último obrero combatiente, comenzará el ataque  despiadado contra toda la clase obrera ucraniana para imponer hasta el final  los planes de hambre, despidos y saqueo del FMI. Putín jugará todo su peso para  imponer la rendición a los obreros del Donbass.   La única Ucrania  independiente sólo podrá ser conquistada por un pacto revolucionario de los  obreros del Donbass y de Kiev
 Rompiendo  con la burguesía financiera de Kiev -que ata a la clase obrera a la Europa imperialista y el  FMI- y rompiendo con el chacal Putin -que utilizó la lucha de la clase obrera  del este como moneda de cambio de sus negocios con la Merkel y Obama-, en ese  camino, rompiendo con la burguesía, la clase obrera ucraniana comenzará a  conquistar un camino a la victoria. Lo hará combatiendo por sus demandas y  unidos a la clase obrera europea, luchando por expulsar al imperialismo, a la OTAN y al FMI, y recuperar la  dictadura del proletariado bajo formas revolucionarias. Con  la unidad de la clase obrera ucraniana y sus aliados, los obreros de Rusia, las  repúblicas euroasiáticas y la clase obrera de la Europa imperialista,  Ucrania será un apoyo firme para los obreros del oriente y el occidente  europeo. Bajo el mando y el control de la OTAN, el FMI, la Merkel y Putin, Ucrania  será una base para la contrarrevolución contra  todo el proletariado europeo, y ruso en particular.
 Los  obreros del Donbass, utilizados como carne de cañón por Putin para sus  negocios, y ahora entregados para que sean masacrados por las tropas del  ejército de Kiev y la OTAN,  no pueden pelear solos. Las direcciones de la clase obrera europea y a nivel  internacional han sometido a los trabajadores de Ucrania, ya sea a los pies de  la burguesía semifascista y financiera de Kiev, o bien a los pies de los  oligarcas ucranianos y Putin, el socio de la Merkel y el Bundesbank. Ahora, todos ellos han  pactado, y la clase obrera paga con su sangre los negocios.
 La  ayuda a los obreros del Donbass no vendrá de la mano del carnicero Putin,  gerente del Citibank y socio menor del Bundesbank y sicario del imperialismo,  sino de los obreros y los soldados rasos de Rusia y de Crimea. ¡Por comités de obreros del Donbass y  soldados rasos de las tropas rusas que hoy Putin aleja de la frontera y de la Ucrania subyugada por la OTAN, la UE y el FMI!
 ¡Por la derrota del  ejército de Kiev, lacayo del imperialismo, y de su casta de oficiales asesina! Estos son los oficiales  que, bajo las órdenes de la OTAN,  ayer asesinaban a centenares de obreros que querían entrar a combatir en la Plaza Maidan contra Yanukovich,  y hoy masacran a mansalva a los obreros del Donbass.
 ¡Fuera Turchinov-Poroshenko  y toda la burguesía financiera de Kiev, que usurpó la lucha de la clase obrera  contra Yanukovich, y la puso a los pies de la UE! ¡Viva la resistencia de los  obreros de Lugansk, Sloviansk y Donetsk!
 ¡Por comités de fábricas y  de obreros mineros armados!
 ¡Ningún soldado raso  ucraniano puede matar a un obrero del Donbass, hay que dar vuelta el fusil!  ¡Hay que desertar de las tropas blancas contrarrevolucionarias de Putin, para  así los obreros rusos bajo armas podrán combatir junto a sus hermanos del  Donbass!
 ¡Los sindicatos y las  milicias del este ucraniano deben llamar ya mismo a los obreros de toda Ucrania  a dar una lucha común contra los represores de la Plaza Maidan y el  nuevo gobierno de Poroshenko, continuador de los planes de hambre y entrega al  imperialismo, de Yanukovich!
 Los  oficiales de Kiev, bajo el mando de la   OTAN, vienen a continuar la aplicación de los planes del FMI  a toda la clase obrera y el pueblo ucraniano. La base militar de los oficiales  contrarrevolucionarios blancos de Putin en Crimea está como gendarme para  aplastar la revolución en toda la región. ¡Fuera  la base militar rusa de Crimea! Solamente así, su pueblo podrá decidir  libre y democráticamente su propia autodeterminación. Una  sola clase, una sola lucha de Kiev al Donbass, ¡Basta de salarios de hambre! ¡2500 euros para todos! ¡Distribución de  todas las horas de trabajo, para que entren a producir todas las manos que aún  no lo hacen! ¡Trabajo digno para todos!¡Fuera la oligarquía de la Monsanto, la Cargill y los barones del  acero y la minería, todos socios del imperialismo! ¡Expropiación sin pago y  bajo control obrero de todas las fábricas, minas y bancos! ¡Renacionalización  sin pago de Gazprom, bajo control obrero! ¡Hay que expropiar la BASF y la Total!
 ¡Hay que desconocer la  deuda externa fraudulenta de Ucrania, contraída por los viejos jerarcas  traidores del stalinismo, devenidos hoy en una nueva oligarquía millonaria  agente del Citibank!
 ¡Fuera la OTAN, la UE, el Banco Mundial, Putin y  toda la burguesía fascista de Kiev!
 Ayer,  la burocracia stalinista entregó los estados obreros y la URSS al imperialismo. La  izquierda reformista, amiga de Obama, pinta a Putin –el jefe de los negocios de  la gran burguesía rusa- como un aliado de la clase obrera. Mentira.  Putin demostró verdaderamente de qué lado está en Siria, con Obama y al-Assad  masacrando a las masas. Lo demuestra sometiendo, con las bases imperialistas, a  las ex repúblicas musulmanas de la ex URSS y asociado a la Merkel y el Bundesbank,  haciendo de sicario, defendiendo sus negocios en toda la región. Lo demuestra,  aliado a los “empresarios rojos”, los asesinos de obreros, a cuenta de las  transnacionales, de la burguesía china.
 Otros  agentes de izquierda de la burguesía y el imperialismo, que reclaman “un  Maastricht social”, son los reformistas, agentes directos de Obama, que le  quieren hacer creer a los obreros ucranianos que sin una nueva revolución  socialista podrán conquistar su independencia y la libertad. Estos son los que  “visten de seda” a la Europa  de Maastricht, a la V   República de los carniceros imperialistas franceses, a la  corona inglesa, a los borbones españoles, a la dama de hierro del imperialismo  alemán y demás gobiernos explotadores de las potencias imperialistas europeas,  que aplican a la clase obrera de Maastricht   iguales o peores condiciones de ataques a las que se aprestan a aplicar  en Ucrania. ¡Basta de someter a la clase obrera europea al Maastricht  imperialista y al carnicero Putin!
 Hay  millones de obreros ucranianos trabajando como esclavos en la Europa  imperialista, junto a sus hermanos de clase de África y Medio Oriente, y del  resto de los países del este europeo. Los trabajadores inmigrantes, y los  ucranianos en particular, son en la Europa imperialista una parte constitutiva  fundamental de la clase obrera. Las  aristocracias y las burocracias de los sindicatos, y los partidos  socialimperialistas, dejan a los inmigrantes librados a su suerte y a las  peores explotaciones en la Europa de Maastricht. Ellos son los responsables del  “atraso en la consciencia” de los obreros inmigrantes ucranianos y de toda la  clase obrera europea.
 “¡Somos  todos inmigrantes! ¡Fuera Maastricht! ¡Abajo la Europa imperialista!”… Ese  sería un grito de guerra, que si fuera tomado por la clase obrera de Europa  occidental, pondría de a la orden del día la unidad de toda la clase obrera  ucraniana, y también la de ésta con la del este y el oeste europeo. Ese camino  lo debe encabezar una dirección revolucionaria de la clase obrera europea, que  garantice conquistar las condiciones para derrotar y expulsar de las  organizaciones obreras a toda la burocracia y aristocracia obrera, que somete a  los explotados a sus verdugos, los gobiernos y regímenes imperialistas.
 ¡Por una Ucrania obrera,  soviética, independiente, basada en los consejos de obreros y soldados! ¡Por  una nueva revolución socialista ucraniana, que haga temblar desde sus cimientos  a la Europa  imperialista y a la Rusia   Blanca contrarrevolucionaria de Putin!¡Fuera Maastricht! ¡Fuera  el FMI!
 ¡Una sola clase, una sola  lucha de la clase obrera en Europa!
 El enemigo está en casa:  ¡Hay que derrotar y expropiar sin pago a todos los banqueros imperialistas!
 ¡Para que la clase obrera  europea y mundial vivan, el imperialismo debe morir!
 ¡Por los Estados Unidos  Socialistas de Europa!
 En  las minas del Donbass surgió la clase obrera que en los ’60 y ’70 combatía a la  casta asesina stalinista que había usurpado la heroica revolución de octubre de  1917. En los combates de los mineros del Donbass del ’67-’68, combatían y  dirigían en primera fila los obreros trotskistas que mantenían el programa y la  continuidad del bolchevismo y la IV Internacional.Ellos  fueron dejados librados a su suerte por los destructores del marxismo y la IV Internacional,  que entregaron el combate de la clase obrera soviética contra el stalinismo,  con el que convivieron durante décadas en occidente para estrangular la  revolución mundial. Nuevamente en la historia, esta vez de forma cínica, como  ayer se quería hacer pasar como “progresivo” y “revolucionario” al ejército  rojo stalinista que aplastaba a las masas del este europeo, a cuenta de  garantizar el dominio imperialista en occidente, hoy se quiere hacer pasar al  asesino Putin como un aliado de la lucha antiimperialista de los pueblos  oprimidos.
 Los  centenares de miles de obreros de las minas y acerías del Donbass no pueden  quedar sometidos ni al asesino Putin ni a la izquierda stalinista  contrarrevolucionaria mundial, ni a los lacayos de los partidos  socialimperialistas, ni a los que le cubren el flanco izquierdo a los que  sostienen al sistema imperialista en bancarrota. La  burguesía ucraniana y el imperialismo, con gran instinto de clase opresora,  saben que debe masacrar en el este, para luego hacerlo en occidente, para  terminar de atar a Ucrania con dobles y triples cadenas. Saben que allí existe  un eslabón que puede unir a la revolución europea desde las estepas rusas hasta  Portugal. Recuerda con odio que en las tierras negras, el ejército rojo de la III Internacional  de la Rusia Soviética  de Trotsky y Lenin, aplastó a la contrarrevolución imperialista que quería marchar  a Petrogrado y Moscú.
 Los  trotskistas, que combatimos por refundar la IV Internacional,  sabemos que los hilos de continuidad del marxismo revolucionario han sido rotos  y cortados por pablistas, neostalinistas y demás capituladores que entregaron  nuestro partido y nuestras banderas a las direcciones traidoras y al  stalinismo.
 Los  trotskistas, para refundar nuestro partido mundial, debemos volver a los  combates heroicos que protagonizaron nuestros hermanos reprimidos y asesinados  en los campos de concentración del stalinismo en los ’30, y que fueran  fusilados dirigiendo las heroicas huelgas de los obreros del Donbass de fines  de los ’60.
 Los  trotskistas sabemos reconocer, en el laberinto de la lucha nacional, los  intereses de clases que subyacen en los enfrentamientos y los choques  militares. Sabemos distinguir que desde las profundidades de las minas del  carbón se dio continuidad a nuestro programa hasta los ’70. Sabemos que los  mineros del Donbass fueron el batallón que resistió a los planes de entrega de la URSS y de saqueo de la  burocracia stalinista de las riquezas, a cuenta del Citibank y la banca  imperialista, cuando estaban disciplinados bajo las órdenes de Reagan y la Thatcher, para restaurar  el capitalismo a fines de los ‘80. En las minas del Donbass se peleaba, como en  las minas de Bolivia, porque no había ni jabón para que el minero se lave sus  manos.
 Para  los que hoy combatimos, desde la FLTI, por la refundación de la IV  Internacional, es un honor llamar a pelear junto a los heroicos obreros de las  minas de carbón del Donbass. Lo hacemos nuevamente. Esta no es la primera vez. En  1988, cuando estos mineros se levantaban contra Gorvachov –que ya había abierto  el camino a la restauración capitalista en la ex URSS, bajo la tutela del  Citibank, Reagan y Thatcher-, en el partido en el que militábamos (la Liga  Internacional de los Trabajadores morenista y el MAS argentino), se abrió una  enorme crisis, que luego se continuaría con múltiples estallidos de ese  movimiento.
 En  ese entonces, nosotros encabezamos un grito de guerra, que no fue otro que el  de volcar todas las fuerzas de los que nos reivindicábamos del trotskismo para  que triunfe la revolución política y no la restauración capitalista –tal cual  sucedió- en la ex URSS.
 En  ese momento, el MAS argentino tenía un acuerdo, llamado “frente del pueblo”,  con el Partido Comunista. Ese era sólo un ejemplo más de cómo, durante años, en  occidente, todos los renegados del trotskismo le habían lavado la ropa sucia al  stalinismo, y luego se terminaron quejando del “atraso de los obreros  soviéticos” cuando la URSS se caía a pedazos, con el stalinismo entregándosela  al imperialismo.
 Nos  expulsaban de nuestro partido, al grito de “¡váyanse a Rusia!”. En sus  congresos en Argentina, levantaban sobre sus hombros a los dirigentes del  stalinismo criollo, que había sido fundado por Vittorio Codovilla, el asesino,  junto a Mercader, de Trotsky en México.
 Hoy  vemos como dirigentes y corrientes que nos acompañaron en esa pelea han vuelto  a su punto de origen. Es lo que sucede con el PTS, que fue mucho más lejos  hacia atrás en su ruptura con el morenismo, y se transformó en un partido  seguidor de Gramsci y Kautzky. Tan lejos llegó, que hoy en la clase obrera  argentina levanta el mismo programa que el que levanta la Bachelet y el PC  chileno, de que todos los problemas de la clase obrera se resolverían con leyes  votadas por los parlamentos burgueses. El  MAS de los ’80 tenía un frente estratégico con el stalinismo y lo encubría con  la excusa de que era una táctica de ir juntos en las elecciones para colocar un  diputado en el parlamento. Hoy, el PTS en Chile tiene un acuerdo estratégico  con el stalinismo: éstos no serían los pacos de rojo enemigos de las masas, y a  la dirección stalinista de la CUT no hay que hacerle ningún paralelismo. Esto  los convierte en apéndices estratégicos del stalinismo y sus traiciones a la  clase obrera chilena.
 Otras  corrientes, retoman el camino del pablismo, y llaman a la clase obrera  internacional a pedirle armas a Putin, o lo ubican a éste como parte del  “campo” de la lucha de las masas contra el imperialismo y el FMI. Los pablistas  de ayer son los mismos “campistas” de hoy. Son corrientes reformistas que  niegan la lucha de clases como el factor determinante de los acontecimientos de  revolución y contrarrevolución, puesto que, para ellos, lo determinante es una  lucha de campos burgueses, o de bloques “progresivos” y “regresivos”. Hacen  desaparecer la lucha de clases antagónicas como motor de la historia.Ellos,  en la posguerra, estaban con “el bloque socialista” contra el “bloque  capitalista”, cuando en realidad, siempre hubo una sola economía y política  mundial, dirigida por el imperialismo. Con éste, la burocracia stalinista tenía  un pacto de coexistencia pacífica, para estrangular la revolución mundial. Tan  sólo esperaba el momento de acumulación de suficientes derrotas en occidente,  para ellos devenir en nueva burguesía y entregar los estados obreros… que es lo  que sucedió. No eran defensores de la conquista del estado obrero, sino de la  traidora burocracia stalinista.
 Este  pablismo rebozado del siglo XXI, ya ni siquiera usa taparrabos. Plantear que  hay una lucha campista entre Putin y el imperialismo, a la que se subordina la  lucha de clases, es una pseudoteoría-programa clásicamente stalinista, de apoyar  a los “campos progresivos burgueses” contra los “campos regresivos”. Para  ellos, “la contradicción fundamental no es más entre las clases y sus intereses  irreconciliables, sino la lucha entre campos burgueses”, entre “nación e  imperialismo”, o entre fascismo y democracia”.
 Hoy  vemos, de forma desfachatada, a la LIT decirle a norteamérica que les dé armas  para derribar los helicópteros y aviones de Al-Assad. Quieren hacerle creer a  las masas que el imperialismo “democrático” los va a apoyar para derrotar al  perro de Bashar, que es fascista. Pero las bombas que mandó Obama fueron los  Ayatollahs iraníes, para masacrar a las masas de Damasco.
 En  Siria, la otra cara de esta misma moneda campista fueron las corrientes prostalinistas.  Estas se pusieron en el bando del asesino y genocida Bashar, sostenido por  Putin que, como ya ha quedado demostrado, ha hecho el “trabajo sucio” a cuenta  de todas las potencias imperialistas, con su genocidio. Le hicieron creer al  proletariado mundial que allí había un “campo progresivo enfrentando a la OTAN”.  De eso se trata el “campismo”, el más grande revisionismo y destructor del  marxismo, y el más grande enemigo de los obreros, porque les dice a éstos que  sólo pueden triunfar si se someten a algún campo “progresivo” de la burguesía.Hoy  quieren hacer lo mismo en Ucrania esos teóricos de los “campos burgueses  progresivos”. Plantean “frente con Putin, contra EEUU y la UE”. Pero Putin retiró  sus tropas de las fronteras para impedir que los obreros y campesinos rusos que  están bajo armas se pasen junto a los obreros del Donbass a combatir contra el  ejército de Kiev, desertando de sus filas.
 Estas  corrientes pablistas, ahora, se hacen las distraídas. Tan distraídas como los  partidos socialimperialistas, que decían que la contradicción fundamental en  las revoluciones del 2011 del Magreb y Medio Oriente era entre democracia y  dictadura…. Terminaron apoyando los desvíos parlamentarios, que no fueron más  que las expropiaciones burguesas del inicio de revoluciones proletarias, por el  tiempo suficiente como para que los explotadores conquisten las condiciones  para que vuelvan los sables de los generales a masacrar a las masas.
 La  LIT terminó sosteniendo a los generales burgueses del Ejército Sirio Libre,  esperando las bombas norteamericanas que nunca llegaron, mientras caían en Homs  y Aleppo las bombas de barriles del perro Bashar, sostenido por Obama y Putin y  los pactos de Ginebra.
 El  combate es clase contra clase. La alternativa es: o triunfa la revolución socialista,  o ninguna de las necesidades inmediatas de pan, salario digno, trabajo para  todos, independencia nacional, podrá resolverse para la clase obrera. El  imperialismo es reacción en toda la línea.
 Los trotskistas volvemos a  combatir en Ucrania, como en la revolución de octubre, como en el ‘67/’68, como  en el ‘88/’89… ¡DE PIE JUNTO A LOS OBREROS MINEROS DEL DONBASS! Hoy,  sabemos distinguir a nuestra clase y a nuestros enemigos. Sabemos distinguir en  qué lugar de la barricada ubicarnos para combatir a nuestros enemigos de clase  y el imperialismo. Por  eso, ubicados desde las trincheras de los obreros del Donbass, llamamos a la  unidad y solidaridad de la clase obrera mundial, para unir a los obreros de  Ucrania, para luchar contra el imperialismo, por el salario y la dignidad y el  derecho al empleo de los obreros ucranianos, que es una demanda de toda la  clase obrera europea y mundial.
 Desde las ruinas de las ciudades del este, hoy  bombardeadas, deberá ponerse de pie –y ya surgen las condiciones para ello- la IV Internacional,  la única que podrá unir a la clase obrera ucraniana con la clase obrera europea  y mundial, y conducir al triunfo de la revolución socialista. Toda nuestra  lucha y nuestro empeño está puesto en ello.        
           FLTI - Colectivo  por la IV   Internacional, integrado por:
 Liga  Obrera Internacionalista (LOI-CI) – Democracia Obrera, de ArgentinaPartido Obrero Internacionalista (POI-CI), de Chile
 Workers International League (WIL), de Zimbabwe
 Movimiento  Revolucionario de las Milicias Rebeldes, de Libia
 Brigada León Sedov, de Siria
 Comité Revolucionario Obrero y Juvenil por la Autoorganización  (CROJA), de Brasil
 Liga Socialista de los Trabajadores Internacionalistas  (LSTI), de Perú
 Liga Trotskista Internacionalista (LTI), de Bolivia
 Liga Comunista de los Trabajadores (LCT), de Venezuela
 Grupo Comuneros, de Colombia
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