Julio de 2002
Este artículo fue escrito días después de que el gobierno de Duhalde perpetrara la masacre en el Puente Pueyrredón, asesinando a los compañeros Kostequi y Santillán.
La respuesta de las masas ante este verdadero golpe contrarrevolucionario de la burguesía, no se hizo esperar. El 9 de julio de ese año decenas de miles de trabajadores ocupados y desocupados marcharon por las calles de Buenos Aires y coparon la Plaza de Mayo. Esa gran concentración obrera era una enorme oportunidad para convocar desde allí mismo a un Congreso Nacional unitario y democrático de todas las organizaciones piqueteras, de los trabajadores y las fábricas en lucha, de las asambleas populares y los ahorristas estafados. Estaba a la orden del día preparar y organizar una gran lucha y la Huelga General para terminar con barrer al régimen infame odiado por las masas. Sin embargo, la burocracia piquetera y la izquierda reformista se negaron a pelear por esta perspectiva. La izquierda reformista levantaba la consigna de “Asamblea Constituyente” que para lo único que servía en ese momento era para liquidar los organismos de democracia directa y para alejar a las masas de la lucha por la toma del poder.
La burguesía lanzaba el llamado a elecciones para contener y desviar el odio de las masas. En esa trampa electoral las fracciones burguesas discutían cómo salvar las instituciones demolidas. De un lado, la fracción encabezada por Duhalde buscaba fortalecer el Pacto de Olivos. Del otro, la fracción de la Carrió y Kirchner decía que con eso no alcanzaba y que había que hacer un plan de “renovación” de todos los cargos, detrás de un operativo de “manos limpias” y “gente honesta”, que buscaba expropiarles a las masas la consigna de “que se vayan todos, que no quede ni uno sólo”.
11 propuestas inmediatas a las fábricas puestas a funcionar por sus trabajadores, y a las que están en crisis y en quiebra
1. Desde hace meses, amplios sectores de la clase obrera argentina padecen despidos a mansalva. Se han perdido ya desde diciembre, 650.000 puestos de trabajo. La primera propuesta que hacemos desde Democracia Obrera es que todas las organizaciones que hablan en nombre de la clase obrera, comenzando por el movimiento piquetero y de desocupados, deben tomar en sus manos la lucha por: ¡Ningún despido, ni suspensión ni rebaja salarial!
¡Inmediata nacionalización sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre o despida, y que el estado se haga cargo de los salarios y de las deudas atrasadas con los obreros!
Mientras la patronal le quiere hacer recaer su crisis fábrica por fábrica a los obreros, los trabajadores respondemos que no nos interesa la crisis de los capitalistas individuales que, cuando facturaban y ganaban sumas suculentas nada repartían, y que ahora nos tiran la crisis a los trabajadores. Luchamos por la apertura de los libros de contabilidad de toda la rama de la producción para poner a funcionar esa fábrica en crisis como parte de un plan racional en función de las necesidades de la población, ligada a la producción de toda la rama.
2. Los obreros no aceptamos ningún vaciamiento, ni acatamos ninguna resolución de ninguna justicia patronal que quiera interferir en que la fábrica y las máquinas siguen funcionando bajo nuestro control, ante los lockouts patronales y la huida de los capitalistas en quiebra. Exigimos a las municipalidades, gobiernos nacionales y provinciales, en contra de la ley de quiebras del imperialismo y los políticos patronales que nos quiere quitar todas las conquistas e indemnizaciones y salarios atrasados, que el estado o municipio deben hacerse cargo de inmediato del pago de los mismos. ¡Abajo la ley de quiebras de los políticos corruptos y de los jueces pagados por los patrones!
3. Mientras damos esta lucha, llamamos a funcionar con comités de fábrica que administren la gestión y la administración obrera, que sean rotativos y votados permanentemente y cambiados o ratificados por la asamblea.
Toda la discusión sobre la marcha de la producción, las ventas, la compra de insumos, lo hace la asamblea y lo controla. Una comisión de obreros de base votada en asamblea supervisa el dinero y su movimiento, comisión que también es controlada permanentemente y revocada o confirmada por la asamblea.
4. Toda fábrica aislada que inicia esta lucha debe llamar inmediatamente a las organizaciones piqueteras y de desocupa dos para que sean ellos también los que envíen delegados para el control obrero de esas fábricas, para poner a los trabajadores desocupados en defensa de esas fábricas tomadas. Para que en común se discuta cuántos obreros nuevos entran a trabajar a las fábricas que funcionan bajo gestión obrera, discutido en común por los comités de fábrica y los movimientos piqueteros ciudad por ciudad y provincia por provincia.
5. Esos comités de fábricas gestionadas y de organizaciones piqueteras serán los que impulsen el llamamiento a exigir la apertura de los libros de contabilidad de toda la rama de la producción, los que decidirán en cada municipio o ciudad, qué otra fábrica cerrada se puede poner a funcionar bajo control de las organizaciones obreras.
6. Deberá constituirse una coordinadora nacional de fábricas en lucha, tanto de las que ya están siendo controladas por sus trabajadores, como las que están cerrando, despidiendo y suspendiendo, para levantar todos estos reclamos y para que, coordinados con el movimiento de desocupados y con las asambleas populares, nos volquemos a las fábricas y empresas que están en plena producción, cuyas patronales están ganando o han ganado fortunas -como las privatizadas, las petroleras, las exportadoras-, para luchar por aumento de salarios para los trabajadores ocupados y por nuevos puestos de trabajo genuino para los trabajadores despedidos y desocupados con salarios dignos para todos reduciendo la jornada laboral, como hicieran ayer los trabajadores desocupados y los ocupados en las puertas de la petroleras de Mosconi, Tartagal, Campo Durán.
7. El movimiento de fábricas en lucha, unido a sus hermanos desocupados, levantará la demanda de trabajo digno para todos, comenzando por defender los puestos de trabajo que ya existen, reduciendo la jornada laboral a 5 ó 6 horas de trabajo para que todas las manos disponibles entren a trabajar con un salario mínimo igual a la canasta familiar. Si el 50% de la clase obrera está ocupada o desocupada, que se reduzca ya un 50% la jornada laboral con un salario de 1200 pesos de mínimo!
Quieren obligar a la clase obrera -la única clase productora de la riqueza nacional a que, como mendiga, deba pedir bolsones de comida para comer al otro día. ¡Basta! Por la inmediata puesta en funcionamiento bajo control obrero de todas las fábricas de la alimentación y de todas las extensiones de tierra, para que, incorporando miles de trabajadores en estas fábricas y en las mejores tierras, se produzcan alimentos para todos los trabajadores, mujeres y niños de los explotados.
Y si los explotadores dicen que esto no es posible, los obreros les dirán que el sistema que ni siquiera puede darles de comer a sus esclavos, merece perecer. ¡Que muera entonces, porque si no morirán de hambre y represión los trabajadores y sus familias!
8. Esta lucha es imposible sin enfrentar a la burocracia sindical traidora que hoy es parte del gobierno asesino de Duhalde, que separa y separará nuestras luchas para dejarnos aislados. Por eso, allí donde hay seccionales recuperadas por los trabajadores y obreros combativos -como en Neuquén lo es el sindicato ceramista, por poner tan sólo un ejemplo-
y ganemos la gestión obrera de una fábrica, ligaremos esa lucha a los reclamos del resto de las fábricas de de la seccional, imponiendo un funcionamiento de asambleas generales, de piquetes y comités de lucha.Llamaremos desde cada fábrica textil, metalúrgica, ceramista, al resto de los obreros de la rama de producción y del sindicato -que mañana podrán pasar por el cierre y el despido-, a coordinarse inmediatamente, a juntos iniciar la lucha por derrotar a los burócratas sindicales que nos dividen, y a transformar la lucha contra los despidos y por el control obrero en un baluarte de la lucha por recuperar los sindicatos expulsando a la burocracia traidora sirviente del régimen infame, a nivel local, regional y nacional.
9. Los jueces y las patronales y sus políticos, para recuperar sus fábricas, mandarán a gendarmes, policías asesinos, a sus bandas parapoliciales y de matones de los sindicatos, como ya ha sucedido en reiteradas oportunidades, y como hemos visto en la lucha del heroico movimiento piquetero. Por comités de autodefensa de las fábricas tomadas, organizados por los obreros en lucha, el movimiento piquetero y las asambleas populares, para impedir todo desalojo y provocación de la patronal o de la burocracia sindical.
10. Esta coordinadora nacional de fábricas tomadas y gestionadas por sus trabajadores, llamará inmediatamente al movimiento de desocupados y a los trabajadores en lucha, a imponer un gran Congreso Nacional de delegados con mandato de base, ampliamente democrático, de trabajadores ocupados, desocupados y asamblea populares. Puesto que no hay solución fábrica por fábrica y para no perecer aislados a la larga, como sucedió con Renacer en Ushuaia, esta coordinadora de fábricas en lucha comprende que su existencia depende de que se reúna ya este Congreso Nacional que prepare un nuevo 20 de diciembre para que no queden ni vestigios de este régimen infame, y se abra el camino para imponer una salida obrera y popular a la crisis.
11. La salida de la ruina del capitalismo, del saqueo de la nación por parte de un puñado de monopolios y de banqueros chupasangre no va a venir de ninguna ley, de ningún parlamento, de ninguna elección ni de ninguna Asamblea constituyente: sólo va a venir si la clase obrera y los explotados, poniendo en pie nuestros organismos de democracia directa, tomamos la resolución de los problemas en nuestras propias manos y comenzamos a hacerlo desde hoy, en la perspectiva de organizar una lucha revolucionaria decisiva que imponga -como votó la Interbarrial Nacional-, un gobierno de los trabajadores, los piqueteros y las asambleas populares sobre las ruinas de este régimen infame y todas sus instituciones de genocidas, corruptos y asesinos de los trabajadores y el pueblo.