Abril de 2002
Abierta ruptura del PTS con el marxismo revolucionario
de la III y la IV Internacional
Una polémica sobre el control obrero
Las concepciones del PTS, un pequeño grupo gramsciano, pueden llevar a la ruina a los trabajadores que resisten fábrica por fábrica la ofensiva patronal.
Queremos discutir de cara a toda la vanguardia obrera estas concepciones, que es una discusión entre el trotskismo y el gramscismo de la III Internacional stalinista.
Estos autotitulados “intelectuales orgánicos de la clase obrera”, en lugar de largarse a hablar de control obrero, deberían empezar decirles a los obreros lo que la III Internacional en época de Lenin y Trotsky, y el Programa de Transición establecen acerca del control obrero, y que ellos “olvidan” y no dicen por ningún lado.
El primer “olvido” de La Verdad (?) Obrera: la opinión de la III Internacional de que “sólo con la derrota del capitalismo y con la instauración de la dictadura de proletariado
serán capaces de resolver la cuestión social”
Llamar control obrero a lo que no lo es, impide la lucha por el verdadero control obrero y por ello mismo detiene la lucha de la clase obrera en el punto desde el cual debe empezar. Es que en la actual época en la cual el imperialismo es reacción en toda la línea toda conquista que no sirve para avanzar a la toma del poder retrocede.
El marxismo revolucionario afirma que en la actual época imperialista, lo que la burguesía da con la mano izquierda mañana lo quita con la derecha. Que no hay conquista duradera si no se expropia a los capitalistas y la clase obrera toma el poder.
Por esto, la actual conquista de Zanon funcionando bajo la gestión obrera de la producción -como la de otras centenares de fábricas que han adoptado un funcionamiento cooperativo ante la huida de la patronal- está amenazada por la existencia de los monopolios y la competencia, que así como hoy ponen a funcionar a pleno una fábrica o aún una rama entera, mañana la hunden.
La clave de la época es que para conseguir lo mínimo hay que ir por todo porque sino las conquistas parciales y limitadas a un sector de la clase se le vuelven en contra, como sucede hoy con los subsidios a los desocupados que son utilizados para crear la nueva burocracia sindical del movimiento de desocupados.
La III internacional ordenaba no perder nunca esa perspectiva ni siquiera en la más pequeña de las luchas:
“Los sindicatos revolucionarios que luchan para mejorar las condiciones de trabajo, elevar el nivel de subsistencia de las masas, establecer el control obrero, constantemente deben darse cuenta de que todos estos problemas no podrán ser resueltos dentro del encuadramiento capitalista. Durante su lucha, aún cuando logren arrancarle concesiones a la clase dominante y obligarlos a aplicar la legislación social, tienen que enfrentar claramente a las masas con el hecho de que sólo con la derrota del capitalismo y con la instauración de la dictadura de proletariado serán capaces de resolver la cuestión social. No debe perderse esta afirmación ni en la más parcializada de las acciones, en la más parcializada de las huelgas o en el más pequeño de los conflictos. Por otra parte, los sindicatos revolucionarios deben generalizar estos conflictos elevando constantemente la mentalidad de las masas obreras hacia la necesidad, ineludibilidad de la revolución social, de la dictadura del proletariado." (Programa de acción de la Internacional Sindical Roja, Tercer congreso de la II Internacional, negritas mías)
"La tarea del partido comunista consiste, por el contrario, en aprovechar la desorganización económica para organizar a los obreros y mostrarles la necesidad de combatir por la dictadura del proletariado, al mismo tiempo que se amplía la idea de la lucha por el control obrero " (Idem)
Podemos buscar por todos lados, pero nada de esto dice LV(?)O en todo lo que escribe sobre el control obrero. Estamos así ante la concepción reformista de que los problemas de la clase obrera pueden resolverse en los límites de una fábrica y sin expropiar al conjunto de la burguesía y desalojándola del poder.
El segundo “olvido” de La Verdad (?) Obrera: para la III Internacional el objetivo no puede limitarse al control obrero de una fábrica aislada sino el de toda la rama de producción
y el de toda la industria
Ni La verdad (?) Obrera, ni ninguno de los materiales del PTS, plantean en ningún lado extender el control obrero, no digamos a toda la rama a nivel nacional, sino ni siquiera a nivel de la provincia de Neuquén a la cual pertenece Zanon y donde hay otras tres fábricas ceramistas a merced de la ofensiva patronal.
¿Acaso estos “intelectuales” gramscianos nos quieren convencer de que en la época de los monopolios las fábricas pueden ser islas y que los obreros pueden administrar estas islas sin el control y planificación obrera del conjunto de la rama y aún de la economía nacional? Esto choca contra todo lo escrito por la III Internacional y por el trotskysmo.
"La lucha de los comités de empresas y fábricas contra el capitalismo tiene como objetivo inmediato la implantación del control obrero en todas las ramas de la industria" (...) "De esta manera, los comités obreros se verán forzados en su acción contra las consecuencias de esta decadencia, a rebasar los límites del control de las fábricas y talleres aislados y se encontrarán en plazo breve frente al problema del control obrero ejercido sobre ramas enteras de la industria y sobre el conjunto de ellas" (Tesis de II Congreso de la II Internacional sobre comités de fábrica y el control obrero, negritas mías).
Aún más, la III Internacional alertaba sobre las divisiones y el falso “Patriotismo de fábrica” que puede acarrearse en caso de generalizarse el control obrero a muchas fábricas aisladas:
“Para lograr la organización regular del controlo obrero en las fábricas, es absolutamente necesario que los sindicatos dirijan los comités de fábrica y relacionen y combinen el trabajo de dichos comités con los de las empresas de una misma industria para prevenir de esta manera los inevitables intentos de cultivar el patriotismo de fábrica que puedan producirse si el control está diseminado" (Idem)
Trotsky, por su parte, no hizo más que continuar las lecciones de la III Internacional sintetizándolas en el Programa de Transición:
“Los comités representativos de las empresas individuales deben reunirse en conferencias para elegir los correspondientes comités de trusts, de ramas enteras de la industria, de regiones económicas y finalmente, de la industria nacional en su conjunto. De este modo, el control obrero se convierte en escuela de economía planificada” (resaltado en el original)
Tercer “olvido” de La Verdad (?) Obrera: el control obrero
no se inspira en el derecho burgués sino que es irreconciliable con el poder de la patronal
En ninguna de las publicaciones del PTS puede encontrarse la más mínima línea llamando a desconfiar en la Jueza que autorizó la reapertura de la fábrica bajo la gestión de los trabajadores, que así como hoy permite esto porque le conviene al sector patronal que representa, el ala “amarilla” del sapagismo y porque es la mejor manera de preservar la propiedad burguesa de la fábrica, mañana de un plumazo dará –apoyándose en la fuerza armada- todo por terminado. El silencio de LV(?)O sobre esto fortalece la opinión de que el control obrero pueda lograrse de una manera pacífica, a través de un acuerdo con la patronal y el estado patronal.
Veamos, en cambio, como concebía la III Internacional la lucha por el control obrero:
"Entonces, en tanto que se trate del control creado a través de un acuerdo, nos enfrentamos en realidad a un control puramente formal, que no puede ofrecer nada a los obreros porque será inofensivo para la burguesía" (...) "La clase obrera no se inspira en la idea del derecho paritario ni se coloca en el punto de vista de una ambigua democracia obrera. En realidad, la clase obrera aborda todo el proceso industrial. El control obrero debe establecerse de hecho por los propios obreros y la organización de las comisiones de control debe hacerse por fuera de cualquier tipo de autorización. La comisión de control vigila todo lo que ocurre al interior de la empresa y todas las relaciones de su empresa con el exterior...”
Pero lo que sigue es aún más importante para ver la impostura de LV(?)O:
“...De esta manera, al mismo tiempo que el establecimiento del control de la producción, la clase obrera debe realizar también el control financiero que es la tarea más difícil del control obrero (...)”... (III Congreso de III Internacional. Programa de acción de la Internacional Sindical Roja)
La gestión que los obreros de Zanon realizan sobre la producción no incluye el “control financiero”, que está en manos de la jueza. Así el supuesto “control obrero” de LV (?) deja “la tarea más difícil del control obrero” –según la III Internacional en manos... ¡de la Jueza!
Que la jueza haya terminado autorizando que los obreros pusieran a producir la fábrica -como LV (?) O reconoce lleva a preguntarse el por qué de esta decisión por parte de esta enemiga de los trabajadores. Es que le sirve al sapagismo, que tiene que atacar a los estatales y docentes por orden directa del FMI, para mostrar una fábrica “modelo” en su provincia donde obreros, jueces y gobierno patronal solucionan los problemas de común acuerdo.
Una cosa es utilizar coyunturalmente esta política patronal en beneficio de la lucha de los trabajadores, pero otra muy distinta es no denunciar los verdaderos objetivos de la jueza y del gobierno, y alentar así entre los trabajadores la ilusión de que este armisticio momentáneo puede durar eternamente.
El cuarto “olvido” de La Verdad (?) Obrera: para la III Internacional y el Programa de Transición la precondición del control obrero es la anulación del secreto comercial
y la apertura de los libros de contabilidad
Pero para que el control obrero sea real y efectivo debe estar ligado indisolublemente a la apertura de los libros contables de toda la rama de producción. De esto, LV(?)O, ni palabra.
Dice al respecto el Programa de Transición:
"Los primeros objetivos del control obrero consisten en aclarar cuáles son las ganancias y gastos de la sociedad empezando por la empresa aislada; determinar la verdadera parte del capitalismo aislado y con los capitalistas en conjunto en la renta nacional; desenmascarar las combinaciones de pasillo y las estafas de los bancos y de los trusts; revelar, en fin, ante la sociedad, el derroche espantoso de trabajo humano que resulta de la anarquía del capitalismo y de la exclusiva persecución de la ganancia.”
Por eso se sostiene:
"La abolición del "secreto comercial" es el primer paso hacia un verdadero control de la industria." (...)
Y para reforzar aún más:
“Así como la abolición de los secretos comerciales es una condición necesaria para el control obrero de la industria, el control es el primer paso en el camino de la conducción socialista de la economía”.
Pero, ¿pueden acaso reivindicar los dirigentes del SOECN, el sindicato ceramista de Neuquén, que conocen los secretos que la patronal de conjunto guarda celosamente para mejor engañar a los obreros? No se plantean hacerlo ni siquiera para “la empresa aislada”, porque no reclaman siquiera la apertura de los libros de Zanon, menos aún de toda la rama y del conjunto de la industria. Por eso, el “control obrero” de LV(?)O se reduce a la gestión y organización por parte de los obreros de la producción de una fábrica asilada, o sea ponerla a funcionar, algo que los obreros de cualquier fábrica estarían –por sus conocimientos y experiencia- en condiciones de hacer sin la coerción del patrón y los capataces. Esto no es nada más que un punto de partida, pero sólo eso.
Podríamos seguir cansando con citas. Pero todas demuestran que el supuesto “control obrero” de LV(?)O está concebido totalmente en el campo del derecho burgués, como un acuerdo con los jueces o funcionarios que le permiten ocasionalmente y momentáneamente a los obreros poner a producir una fábrica, mientras aquellos conservan el control de lo más importante, las finanzas, y porque esta experiencia no cuestiona la propiedad y el poder de la patronal ni amenaza con ser extendida al resto de las fábricas. Es decir, como lo llama la III Internacional, “un control totalmente formal”
Las fábricas-islas paradisíacas, el sueño reformista de los “intelectuales orgánicos” del PTS que vuelve al socialismo utópico de Saint Simón, Owen y Fourier
La consigna de “control obrero” es una consigna transicional porque le plantea a la clase obrera la necesidad de adueñarse del poder. Y por esto, al decir de Trotsky, en el caso de hacerse realidad sólo puede ser una situación coyuntural que plantea la lucha por el poder como única forma de consolidar el control obrero pero ya bajo la forma de planificación de la economía. Desde Marx a la fecha los revolucionarios sabemos que los problemas de la clase obrera se resuelvan de fondo en la toma del poder por la clase obrera.
La verdad es que el planteo del PTS es un fenomenal embauque teórico. Los gramscianos nos quieren convencer de su seudo-teoría de que la clase obrera puede avanzar consiguiendo hoy el control obrero –bajo la autorización de los jueces en una fábrica, mañana en otra; hoy un sindicato aquí, mañana otro allá; así como hoy un centro de estudiantes aquí mañana otro allá...y así hasta acumular “contrahegemonía” que permita sin despeinarse el jopo derrotar la “hegemonía” burguesa. Esta es la concepción de la III Internacional pero... la de Stalin y Gramsci, la que levanta toda la izquierda europea –usurpadores del trotskysmo incluidos embarcada en construir los partidos “anticapitalistas”, pero no, como vimos, la concepción de la III Internacional revolucionaria en época de Lenín y Trotsky
Parafraseando -e invirtiendo la frase de Engels, con sus concepción de fábricas-islas paradisíacas, están yendo “del socialismo científico al socialismo utópico” de Saint Simón, Fourier u Owen y sus “colonias comunistas” y falansterios de principios del siglo XIX. Si en el siglo XIX esto ya era una utopía criticada por el marxismo científico en el Manifiesto Comunista, las actuales "elaboraciones" del PTS no son más que embauques que cubren la retirada de una corriente que ha decidido reconocer oficialmente que se fue del trotskysmo hacia el gramscismo.