Argentina -17 de mayo de 2018
Editorial
La vorágine desatada alrededor de las Lebacs y la devaluación del peso muestra que Argentina ha chocado con las rocas submarinas de la crisis económica mundial. El agua ya inunda los camarotes de la parte de abajo del barco.
La burbuja de las Lebacs, alimentada por Sturzenegger, Dujovne y los hombres de JP Morgan en el gobierno, casi estalla en la mano de Macri.
Lo que hemos visto estas semanas es un chantaje a gran escala del capital financiero. No solo se garantizó fabulosas ganancias en la bicicleta de las Lebacs sino que, bajo amenaza de una huida masiva, se consiguió que Sturzenegger le aumente el pago de intereses ¡de 28% a 40% anual!
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La fiesta seguirá con redoblado parasitismo y saqueo. El costo lo pagará el pueblo con una devaluación del 27% del peso desde diciembre hasta hoy -un nuevo robo al salario- y con un nuevo acuerdo de coloniaje con el FMI, que significará más deuda por más de US$ 20 mil millones para garantizar la continuidad de la bicicleta de las Lebacs.
Detrás de todo esto está el brutal saqueo de la nación por un puñado de superbancos de Wall Street, que en las últimas semanas fue no menos de US$ 10 mil millones. Especulación financiera, endeudamiento sin fin, burbujas para robar a gran escala. Eso es lo único que puede darle el 1% de parásitos de Wall Street a las naciones sometidas y expoliadas como Argentina.
Nada de lo que sucede aquí se resuelve en Argentina sino en la Bolsa de Nueva York y los directorios de las transnacionales. El gobierno de Macri es un gobierno directo del imperialismo, que viene a continuar la obra de entrega de la nación de los Kirchner.
El imperialismo yanqui, cruzado por una feroz guerra comercial fundamentalmente con Alemania por los mercados y zonas de influencia del planeta, necesita dar un salto en la colonización de su patio trasero y quedarse con los recursos naturales e imponer la flexibilización laboral. Su consigna es “América para los americanos”.
La IV Flota de la marina yanqui ha vuelto al Atlántico Sur. Río de Janeiro ya está bajo el mando de los generales de las FF.AA. de ese país. En Argentina, esta ofensiva se expresó en el asesinato de Maldonado y en la penetración del Pentágono en la Patagonia y la Triple Frontera.
Los choques entre las clases ya han comenzado en Argentina, Nicaragua, Brasil, Honduras. El imperialismo y la clase obrera, las dos clases fundamentales en todo país semicolonial, quedaron cara a cara. El kirchnerismo y la burguesía nativa, al igual que Lula, demostraron ser lacayos de los yanquis y el FMI contra el pueblo. Luego de enterrar la revolución latinoamericana de comienzos de siglo XXI, entregaron Cuba al capitalismo mundial. Los bolivarianos se retiran de la escena histórica dejando hambre y masacres al servicio del imperialismo, como Maduro y Ortega (Nicaragua). Se acabó el verso de las burguesías bolivarianas “antiimperialistas”. La suerte de Latinoamérica se definirá en la guerra de clases que ha comenzado.
El pacto de gobernabilidad con el PJ
y el kirchnerismo y el pacto social
con la burocracia sindical y piquetera sostienen el ataque de Macri
El capital financiero obligó a su sirviente Macri a acelerar el ataque contra el pueblo. Al techo de 15% de aumento salarial firmado por la burocracia, se le suma la devaluación del peso y una escalada de la carestía de la vida que no cesa, que con los tarifazos golpea incluso a las clases medias. No hay sector de las clases explotadas que no esté afectado por el ataque de Macri.
¿De dónde sacó fuerzas este gobierno odiado para atacar así después de los combates del 18 y 19 de diciembre, que lo habían dejado debilitado y malherido? Esas jornadas revivieron el fantasma del 2001 y pusieron en alerta a toda la burguesía, que fortaleció el pacto de gobernabilidad entre Cambiemos, el PJ, Massa y el kirchnerismo, una verdadera conspiración contra los explotados. Cuando estaba para tirarlo, los de arriba cerraron filas y la burocracia sindical se encargó de impedir un segundo embate.
Por eso, decir que el kirchnerismo y la “oposición” burguesa enfrentan a Macri es una estafa a los trabajadores. El PJ, el kirchnerismo y Massa votaron todas las leyes fundamentales que pedía el gobierno, los presupuestos 2017 y 2018, el pago a los fondos buitres, etc. Desde las gobernaciones y municipios aplicaron directamente el mismo plan de Cambiemos. En estos días, Macri y los gobernadores acordaron los pasos a seguir, lo que demuestra que el Congreso es una maqueta donde nada se decide.
Frente al último tarifazo, montaron un circo en el parlamento con un proyecto de ley que solo retrotrae las tarifas a noviembre del 2017 y legitima todos los aumentos anteriores. Apenas terminó esa votación fantoche, diputados “oficialistas” y “opositores” votaron juntos la Ley de Mercados de Capitales que exigían los bancos y los fondos de inversión.
El llamado del gobierno a la “oposición” a hacer un “gran acuerdo nacional” blanquea el pacto de gobernabilidad que viene funcionando.
Ha quedado claro que en Argentina manda Wall Street. Todas las pandillas patronales están bajo las órdenes del “Grupo de los 6”: la banca extranjera, la UIA, la patronal de la construcción y del comercio, la Sociedad Rural y la Bolsa de Valores.
Durante 12 años, el kirchnerismo gobernó al servicio de las transnacionales imperialistas y Wall Street. Le pagaron al FMI la deuda ilegítima contraída por los milicos genocidas y encima llevaron la deuda de US$ 178 a 250 mil millones y se sometieron a un juez de quinto orden de Nueva York como Griesa en la cuestión de los “fondos buitre”.
El kirchnerismo es tan agente del imperialismo como Macri. Como se vio con Lula en Brasil, la burguesía nacional es incapaz de enfrentar al imperialismo hasta el final, porque le teme más al movimiento de masas que a la ofensiva del imperialismo. Cuando el kirchnerismo y la burocracia llaman a enfrentar a Macri en las elecciones del 2019 en realidad están garantizando que Macri se quede pasando el ataque de las transnacionales y Wall Street hasta 2019.
La diferencia de los K con Macri es sobre cómo controlar al movimiento de masas. El kirchnerismo le aconseja al gobierno que regule un poco más al capital financiero. Pero ambos acuerdan en que el pueblo pague la fiesta de la timba financiera.
Visto esto es evidente que es imposible responder a semejante ataque con luchas económicas aisladas como plantea la izquierda argentina. Para parar el ataque hay que derrotar a Macri y su pacto de gobernabilidad con la “oposición”. Hace falta una lucha política revolucionaria en las calles, superior al 18 y 19 de diciembre, organizada. Pero eso jamás se podrá hacer sin romper todo sometimiento de las organizaciones obreras a la burguesía kirchnerista y “opositora” rastrera, sirvienta del imperialismo.
El pacto social del gobierno, la patronal
y la burocracia sindical y piquetera
La burocracia sindical -el triunvirato de la CGT y los “opositores” Moyano y las CTA’s- fue una parte fundamental de la conspiración que sostuvo al gobierno de Macri. Mientras el triunvirato no podía salir a la calle, Moyano y toda la burocracia “opositora” lograron cerrar el camino a la huelga general planteado desde diciembre.
Hoy, en una verdadera política de “pacto social”, vienen de firmar el techo salarial del 15% y están garantizando los despidos, la liquidación de los Convenios Colectivos por sector y allanando el camino para que Macri y la patronal vuelvan a la ofensiva en su intento de imponer la Reforma Laboral. El triunvirato de la CGT odiado está totalmente integrado al Ministerio de Trabajo de Triaca.
Moyano, la burocracia sindical afín al kirchnerismo, Yasky y Michelli (la pata sindical de la burguesía “opositora”), cumplen el rol de subordinar al PJ y la Iglesia la lucha de los sectores que resisten el ataque del gobierno, para apagar el fuego de la lucha revolucionaria de la clase obrera del 18 y 19 de diciembre y garantizar la paz social.
El 21 de febrero pusieron en pie el frente anti-Macri (un frente político y social de colaboración de clases) con los intendentes del PJ, el kirchnerismo y la Iglesia que impidió, como dijimos arriba, la huelga general latente en grandes sectores del movimiento obrero, como Río Turbio, el INTI, el Hospital Posadas, azucareros, etc.
Ante el nuevo tarifazo del gobierno, su política es subordinar las acciones de lucha de los trabajadores al parlamento, como ocurrió el miércoles 9 de mayo, cuando organizaron una movilización en apoyo al proyecto de ley de Massa y el kirchnerismo.
La burocracia piquetera de la CCC, Barrios de Pie y la CTEP, bendecida por Bergoglio, es la otra pata de este “pacto social”. Ellos están para impedir que, en medio de los despidos y la crisis social, millones de hambrientos retomen la lucha del movimiento piquetero revolucionario por trabajo genuino junto a la clase obrera ocupada, como en Cutralcó (‘96) y Mosconi (2000).
Estamos ante un verdadero “pacto social” para sostener a un gobierno que se salvó de terminar como De la Rúa. La base obrera salió al combate. La burocracia sindical y piquetera la traicionó.
Por eso toda política de exigencia pasiva al “paro nacional” es criminal. Es someter a la clase obrera a la burocracia carnera de los sindicatos estatizados. El camino ya lo marcó la base el 7 de marzo de 2017, cuando la base obrera echó del palco a la burocracia de la CGT, o el 18 y 19 de diciembre, cuando se impuso la huelga general en las calles: sin derrotar a la burocracia es imposible derrotar a Macri.
El FIT, furgón de cola del “frente opositor”, legitima por izquierda el pacto
de gobernabilidad
El 9 de mayo pasado, cuando la Cámara de Diputados trató la cuestión del tarifazo de los servicios públicos, los parlamentarios del FIT votaron a favor del proyecto de ley burgués de Massa y el kirchnerismo, que retrotrae las tarifas a 2017 y legitima todo el robo previo al bolsillo obrero.
El programa del FIT fue claro: “paliar los aumentos”, morigerar el ataque de los capitalistas. Es un programa burgués, totalmente hostil a los intereses de los trabajadores, usado, por ejemplo, por la burocracia sindical stalinista y socialdemócrata de Europa para impedir todo combate revolucionario continental de la clase obrera en 2009-10 contra Maastricht.
El FIT abandonó todo atisbo la independencia de clases y entró de forma abierta al “frente opositor” de colaboración de clases del 21 de febrero con el PJ, el kirchnerismo, la Iglesia y la burocracia sindical de Moyano y las CTA’s.
La raquítica concentración de Moyano, las CTA’s y el FIT el 9 de mayo en Plaza Congreso fue lo opuesto al combate anticapitalista contra el estado del 18 y 19 de diciembre. En esas jornadas, los obreros y la juventud chocaron en las calles con la policía para impedir la reforma previsional del G20 al grito de “¡Andate Macri! ¡Que se vayan todos!”. El 9 de mayo, en cambio, el FIT (los “anticapitalistas” que el 18D pedían una “consulta popular”) llamó a presionar al parlamento para morigerar el tarifazo.
Está claro que el FIT no tiene nada que ver con la lucha del 18 y 19D. Su programa no es “Fuera Macri” sino atemperar el ataque de los capitalistas,
Su política de frente único con Moyano, Yasky & Cia., cuando éstos están traicionando la lucha contra los despidos y por el salario, es una política de sostenimiento de la burocracia, opuesta a organizar la rebelión de la base obrera contra la burocracia sindical, al surgimiento de los organismos de democracia directa para la lucha política, para romper con la burguesía y preparar una lucha en las calles contra el gobierno. Así es como el FIT termina de espaldas a los heroicos docentes de Neuquén.
La política del FIT se ha vuelto un escollo más a superar por la clase obrera en su combate. Es parte de un frente de colaboración de clases con sectores de la burguesía, que desorganiza a la clase obrera frente al ataque de los capitalistas. Cuando el ataque del imperialismo no da lugar a concesiones a los trabajadores y se bonapartizan los regímenes burgueses para imponer la esclavitud obrera, el programa del FIT es luchar por más democracia con la “oposición” burguesa.
Para frenar el ataque de los capitalistas, hay que derrotar al gobierno de Macri y el pacto de gobernabilidad de Cambiemos con el PJ y el kirchnerismo…
Hay que retomar el camino del 18 y 19 de diciembre y conquistar la Huelga General revolucionaria
No hay medias tintas en esta guerra de clases. El imperialismo quiere todo. No vamos a parar a Macri con leyes en el parlamento de los explotadores.
Es necesario retomar el camino revolucionario del 18 y 19 de diciembre. Los obreros de Francia y Sudáfrica, con sus paros, sus piquetes y la huelga general, muestran cómo se enfrenta la flexibilización laboral. La mujer trabajadora hizo un paro mundial el 8 de marzo, rompiendo toda división por país. ¡Esa es la lucha que hay que preparar!
La tragedia es que la burocracia sindical y piquetera mantiene a los trabajadores sometidos a las pandillas del kirchnerismo, el PJ y Massa. ¡No podemos permitir que nuestras organizaciones de lucha sean sometidas a esos patrones delincuentes ni un minuto más!
El primer paso es tirar a la burocracia sindical, poniendo en pie las asambleas, coordinadoras locales, etc., organismos de lucha política de masas.
El estado de rebelión que anida en la clase obrera profunda comienza a imponer paros por sector: portuarios, aceiteros, la heroica lucha docente de Neuquén, Chubut y toda la Patagonia. ¡Paso a un nuevo 7 de marzo! ¡Paso a la rebelión de la base obrera contra la burocracia!
Se vuelve urgente agrupar en un Comando Nacional de Lucha a los portuarios, aceiteros, docentes, los mineros del Turbio, el Posadas, el INTI y los docentes de Neuquén, los obreros de Cresta Roja, de Astillero Río Santiago, los estudiantes terciarios, para votar un plan de lucha unificado. Ese debe ser el primer paso para conquistar un gran Congreso Nacional de Trabajadores Ocupados y Desocupados con delegados de base, que imponga la Huelga General.
El SUTNA llama a las organizaciones obreras combativas “a una reunión abierta para discutir colectivamente acciones de lucha contra los planes de ajuste y explotación del gobierno”. Es una excelente oportunidad para avanzar en este camino.
Las organizaciones obreras arrancadas a la burocracia dirigidas por el FIT como el SUTNA, la UF Haedo, SUTEBA’s, la Federación Aceitera nacional, etc. sin dudas deben encabezar esta pelea. Costó años conquistarlas. No pueden terminar como apéndices de la burguesía, a donde las lleva la política del FIT. Darle la espalda a esta situación pondrá en grave riesgo esas conquistas.
¡Fuera Macri y el FMI! ¡Abajo el pacto del gobierno con los K, el PJ y FR! Como se gritaba en 2001 y el 18 y 19 de diciembre: ¡Que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
Para terminar con el saqueo de divisas: ¡Desconocimiento de la deuda externa! ¡Nacionalización de la banca, sin pago y bajo control obrero, para crear una banca estatal única al servicio del pueblo! Hay que establecer el monopolio del comercio exterior para controlar lo que entra lo que sale de acuerdo a las necesidades de los explotados.
¡Ningún aumento de tarifas! Para conocer los costos de producción y las superganancias de los monopolios de servicios públicos. ¡Abajo el secreto comercial! ¡Que abran los libros de contabilidad! Así se demostrará que no sólo ganan fortunas sino que se han robado millones ayer con los K y hoy con Macri. ¡Nacionalización sin pago bajo control obrero de todas las petroleras que operan en Argentina! ¡Por una empresa estatal única de energía para que todo el pueblo tenga electricidad y gas gratuito!
¡Abajo la reforma provisional y laboral del G20! ¡No a la reforma educativa, que liquidando la educación pública y la pone en función de crear mano de obra esclava para los ganancias de los capitalistas!
¡Abajo el techo salarial del 15%! ¡Desconocimiento de todos los acuerdos firmados por la burocracia! ¡Salario igual a la canasta familiar con cláusula gatillo según la inflación! ¡Basta de despidos! ¡Trabajo digno para todos! Expropiación sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que cierre suspenda o despida. ¡Basta de mendicidad de la burocracia piquetera! Reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial y un turno más en todas las fábricas para que todas las manos disponibles entren a trabajar.
¡Basta de represión y persecución a los trabajadores y luchadores! ¡Comités de autodefensa de las organizaciones obreras para enfrentar la represión del Estado! ¡Disolución del aparato represivo y de la casta de jueces!
¡Libertad a Facundo Jones Huala, a Diego Parodi y a todos los presos políticos! ¡Absolución de los trabajadores de Las Heras y de Tierra del Fuego! ¡No a la encarcelación de Ponce y Arakaki! ¡Basta de persecución contra Sebastián Romero! ¡Desprocesamiento de los más de siete mil luchadores obreros y populares!
¡Tribunales obreros y populares para juzgar y castigar a todos los asesinos de Santiago, Rafael y todos los compañeros!
Pero esta lucha jamás podrá triunfar si no se coordina a nivel internacional con el resto de la clase obrera mundial. Los obreros de Conlutas, la central sindical combativa de Brasil, han votado a favor de unificar con la clase obrera argentina la lucha contra Macri, Temer y el imperialismo. ¡La clase obrera argentina debe volver al internacionalismo militante de sus orígenes! ¡Una sola clase, un solo combate a nivel mundial!
El gran paro internacional de las mujeres trabajadoras del 8M, uno de los sectores más superexplotados de la clase obrera mundial, demostró que sobran condiciones y predisposición de la clase para dar este combate.
La única salida para los trabajadores es conquistar su gobierno obrero y popular, basado en los organismos de democracia directa armados de los explotados, sobre la ruina de este régimen oligárquico de la Constitución de 1853-1994. El futuro de la clase obrera y las masas explotadas no puede quedar en manos de los capitalistas y sus políticos.
¡Basta de esta democracia para ricos!
¡Paso a la revolución de la clase obrera y los explotados!
¡Fuera ingleses de Malvinas! ¡Fuera yanquis de América Latina!
¡ARGENTINA SERÁ SOCIALISTA O SERÁ COLONIA DE WALL STREET!