Editorial
Para frenar el ataque de los capitalistas, hay que derrotar a Macri retomando el camino de diciembre…
¡HUELGA GENERAL!
¡Andate Macri! ¡Fuera el FMI! ¡Que se vayan todos! |
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La guerra de clases comandada por las transnacionales imperialistas en la Argentina no se detiene. El gobierno de Macri avanza en imponer los planes de flexibilización laboral dictados por el G20 y el FMI, pero una y otra vez la clase obrera responde pese a las traiciones de la burocracia sindical y el rol colaboracionistas de las direcciones que tiene a su frente. Los combates del 14, 18 y 19 de noviembre fueros verdaderas jornadas revolucionarias que, con una huelga general política impuesta por la base obrera a la burocracia, enfrentamientos en las calles contra la policía y cacerolazos de las clases medias, dejaron malherido al gobierno y el parlamento. Era el momento de organizar una lucha superior que terminara de barrer al gobierno y a todo el régimen.
La burguesía sintió temblar el suelo bajo sus pies. Desde esa fecha, el gobierno, todos los partidos patronales y la burocracia sindical conspiraron para reconstituir sus instituciones e impedir nuevos embates de la clase obrera y los explotados, que avanzaran en derrotar al gobierno y las transnacionales imperialistas. El hito de esta política fue el acto del 21F de Moyano, las CTA, el PJ y las organizaciones sociales allegadas al Vaticano como la CTEP, cuyo objetivo fue impedir otro 18 de diciembre. Fue un acto al servicio de la “unidad” del peronismo y de poner en pie un frente opositor que desvíe y ahogue la tendencia a la lucha política de masas latente tras las jornadas revolucionarias de diciembre.
Pasó el acto y los sectores en lucha quedaron resistiendo divididos unos de otros, como lo vemos en la lucha de los mineros del Turbio, el INTI, el Posadas y en la pelea de los docentes. El gobierno -con la colaboración del triunvirato de la CGT y toda la burocracia sindical- avanzan en imponer el tope salarial del 15% y profundiza la represión y persecución a los luchadores obreros y populares con la extradición Facundo Jones Huala, el pedido de captura internacional a Sebastián Romero, el intento de encarcelar nuevamente a los compañeros Ponce y Arakaki y la militarización del Turbio por parte de la gendarmería.
Pero la última palabra no está dicha. La enorme jornada de lucha internacional del 8M, que tuvo en Argentina uno de sus frentes de batalla, demuestra que las fuerzas de la clase obrera están intactas y buscan un camino de lucha para derrotar el ataque de los capitalistas. La mujer trabajadora, uno de los batallones más importante de la clase obrera mundial, que ha dicho presente y con huelgas, piquetes, movilizaciones de masas en todo el mundo, le marca el camino al conjunto de los trabajadores para enfrentar la guerra de clases contra el imperialismo: con los métodos de la clase obrera y un combate internacional por sobre las fronteras.
El ataque del gobierno de Macri es comandado directamente por las transnacionales imperialistas y el FMI, como parte de la ofensiva de re-colonización de EEUU de América Latina...
Miles de despidos se han impuesto en lo que va del año. La devaluación del dólar empuja a una inflación galopante que, junto a la nueva ronda de tarifazos, golpea de forma despiadada el bolsillo de los trabajadores y los explotados. El gobierno no puede dar ni un paso atrás en la guerra contra los trabajadores. Lo empujan constantemente los planes del imperialismo de flexibilización laboral y el pago de la deuda externa al FMI y la banca internacional. Al ataque a las condiciones de vida de las masas, se le suma un redoblado saqueo y expoliación de la nación por parte de las transnacionales imperialistas y Wall Street.
Con el agudizamiento de la guerra comercial a nivel mundial entre las potencias imperialistas, el imperialismo yanqui pisa fuerte en su patio trasero, redoblando la recolonización de América Latina. Cuenta a su favor con el triunfo contrarrevolucionario que significa la restauración capitalista en Cuba a manos de la nueva burguesía del PC. El imperialismo norteamericano, de la mano de Trump, busca quedarse con todos los recursos naturales y materias primas del continente y transformarlo en una gran maquiladora para sus transnacionales. Buscan quedarse con el 100% del petróleo mexicano, PdVSA, Petrobras y en Argentina, la cuenca de Vaca Muerta. Y lo quieren hacer bajo su control directo, sin ningún tipo de intermediación como lo fueron las burguesías bolivarianas hoy en desgracia.
Los planes de flexibilización laboral que se están imponiendo en nuestro país se repiten en Perú, México, Brasil, Bolivia, Chile, etc. Parte de estos planes son también las reformas en la educación que se están aplicando en todos estos países para adecuar la educación a las nuevas necesidades del imperialismo y sus negocios.
La clase obrera latinoamericana responde con duros combates. Es por eso que se profundizan las tendencias bonapartistas de los regímenes burgueses del continente. Un claro ejemplo de esto es la militarización directa de Río de Janeiro por parte de las Fuerzas Armadas, que sienta un antecedente gravísimo en el Cono Sur.
En Argentina avanza la represión y persecución a los que luchan. Queda claro que la desaparición y posterior asesinato de Santiago no fue ningún “exceso”. La burguesía sabe que va a un choque directo con la clase obrera y se blinda, ya directamente bajo la supervisión del Pentágono, como se vio recientemente con la visita de la asesina Bullrich a los altos mandos de la DEA y con la reforma que le otorga a las FF.AA. tareas de logística en represión interna con el pretexto de la “lucha contra el narcotráfico”.
Tras el acto del 21F, surge un frente burgués opositor de colaboración de clases con el PJ, un sector de la burocracia sindical y el Vaticano para apagar el incendio de la lucha de los trabajadores y explotados…
Las jornadas revolucionarias del 14, 18 y 19 de diciembre alertaron no sólo al gobierno de Macri, sino al conjunto de la burguesía de la región. No fue para menos. Fueron verdaderas acciones independientes de masas que rompieron con todos los diques de contención de las masas y dejaron en crisis al gobierno y al régimen. La huelga general revolucionaria impuesta a la burocracia por la base obrera con paros, piquetes y enfrentamientos durante horas con la policía frente al congreso, arrastró a las clases medias arruinadas a las calles con cacerolazos incluidos e hizo sobrevolar nuevamente el fantasma del 2001 en las calles de Buenos Aires.
Los trabajadores y los explotados entraron en un estado de rebelión contra el gobierno y de desacato a la burocracia sindical. La pueblada en Azul, la lucha de los mineros del Turbio y los levantamientos en los ingenios del norte del país, que ganaron la solidaridad del conjunto de los explotados, mostraron la tendencia a la alianza obrera y popular. Es claro que el 18D abrió un período de lucha política, con una clase obrera consciente de que para frenar el ataque de los capitalistas no basta con luchas económicas sino que hay que pegarle al gobierno.
Ante cada golpe del gobierno, la clase obrera respondió con paros y tomas de establecimientos que pusieron a la orden del día retomar la lucha revolucionaria de diciembre y la puesta en pie de los organismos de coordinación y lucha política.
Los combates del 18 de diciembre debilitaron no sólo al gobierno de Macri, que venía fortalecido, sino también al parlamento. El gobierno había perdido base social. El régimen de los partidos patronales venía profundamente debilitado, sin una oposición fuerte. El PJ estaba fragmentado y garantizándole gobernabilidad a Macri votando a favor de todas sus leyes anti-obreras en el parlamento y en un pacto con los gobernadores. El kirchnerismo, corrido de la administración de los negocios del imperialismo, tenía a sus dirigentes presos por corrupción y Cristina se mantenía en silencio.
¿Qué hizo la burguesía a partir de diciembre? Se cuidó de evitar a toda costa un nuevo embate de masas que derribe al gobierno. Por un lado, bonapartizó aún más el régimen con una estatización extrema de las organizaciones obreras y mayor represión y persecución al movimiento obrero. Se reconstituyó una suerte de pacto social con la burocracia sindical como apéndice del Ministerio de Trabajo, que llevó a 12 burócratas de la CGT a la OIT.
Y por otro lado, buscó reconstituir una oposición burguesa fuerte capaz de desviar y canalizar el odio de los trabajadores al gobierno y la pérdida de base social. Mientras mantuvo el corazón de la burocracia sindical bajo el ala del gobierno, la burguesía unificó a la burocracia opositora en un frente con Moyano, las CTA, los movimientos de desocupados e inclusive el FIT, para montar un frente opositor burgués que sirva como dique de contención de las masas. Como dijo el diputado kirchnerista Rossi dijo “desde el Frente de Izquierda al Frente Renovador, son todos posibles compañeros”.
El acto del 21F fue un intento de desviar el ascenso de lucha de diciembre y canalizarlo a través de un frente social de colaboración de clases con el peronismo unificado, y sectores de la burocracia sindical y piquetera, que saque a las masas del camino de la huelga general revolucionaria e impida el surgimiento de organismos de independencia de clase y lucha política de masas. El objetivo de este frente social de colaboración de clases es desorganizar y adormecer a las masas, llevando todo a las elecciones de 2019 para que el plan del gobierno y las transnacionales se aplique a rajatabla.
La burguesía calibra cada uno de sus pasos para no pasarse de la relación de fuerzas y terminar unificando nuevamente en una respuesta centralizada como le ocurrió el 18D. Por eso, aunque desistió de imponer la ley laboral de un golpe, avanza por sector y en “cuotas” en sus planes de flexibilización laboral con los despidos, el tope salarial del 15% y liquidando puntos de los convenios colectivos en las paritarias -como hizo el año pasado- y con leyes parciales en el parlamento. La discusión del aborto en el Congreso busca relegitimar esa institución que había quedado golpeada luego del 18D.
Allí los políticos patronales preparan la aprobación de un proyecto de ley de “legalización del aborto” -una demanda sentida de la mujer trabajadora y motora de su lucha- que es un verdadero engaño, puesto que no garantiza aumento de presupuesto a la salud pública ni aportes patronales para las obras sociales y por eso no brinda el aborto libre, seguro y de calidad en las mejores condiciones.
Está por verse aún si la burguesía logrará o no desviar la lucha de masas. La mujer trabajadora le dio su impronta de clase al 8M y expresó en las calles el sentimiento de millones de trabajadores y explotados que sufren en carne propia el ataque del gobierno y ansían retomar el camino del 18 de diciembre. La burguesía continúa conspirando para que estas fuerzas no se desarrollen.
El FIT fue parte de la trampa montada contra los trabajadores el 21F y ha roto con toda política de independencia de clases…
Tras las jornadas del 14, 18 y 19 de diciembre, que dejaron en crisis al gobierno y al conjunto de los partidos patronales y su régimen infame. Era el momento de poner en pie los organismos de autoorganización e independencia político para organizar una nueva acción centralizada para tumbar al gobierno y barrer al régimen y a la burocracia sindical. Sobraban condiciones para hacerlo. La burocracia sindical había perdido control sobre el movimiento obrero, que respondía golpe por golpe a un gobierno debilitado.
La política del FIT, sin embargo, estuvo en 180º con respecto a estas tareas. Mientras impulsó una política de colaboración de clases con el frente social opositor, su política fue llevar “solidaridad” a cada una de las luchas que protagonizó la clase obrera, en lugar de centralizarlas en un organismo común. Esto permitió que la burguesía canalice la tendencia a la lucha política de la clase obrera hacia las multisectoriales impulsadas por el kirchnerismo para evitar precisamente a que surjan dichos organismos.
En el acto del 21F, el FIT y el FIS pusieron al sindicalismo combativo y a los sectores en lucha de los trabajadores como furgón de cola del frente anti-Macri de Moyano, el PJ, las CTA y el Vaticano. Organizaron una “columna independiente” para exigirle a Moyano y las CTA un plan de lucha y el paro nacional, justo en momentos en que la burocracia carnereaba toda lucha por el paro nacional y la huelga general. El FIT se negó inclusive a llamar al paro ese mismo día.
Con el pretexto del frente único obrero para “desenmascarar” a la burocracia sindical, el FIT y el FIS sometieron a la vanguardia obrera al kirchnerismo y el PJ.
Esta misma política de colaboración de clases se ve claramente también en la cuestión del aborto, donde impulsan un proyecto de ley burgués con el kirchnerismo, el PJ e inclusive el gobierno (ver artículo).
El FIT dice que no hay condiciones para la lucha política de masas, que solo se puede “exigirle” un paro a Moyano. El paro internacional de las mujeres trabajadoras y las fuerzas que éste tuvo en la Argentina demostró que sobra predisposición al combate.
Mientras los regímenes burgueses se blindan para imponer los planes del G20, las direcciones del movimiento obrero -como el FIT en Argentina- impulsan una política de frente popular con sectores de la burguesía que desorganiza las filas de los trabajadores para enfrentar el ataque de los capitalistas.
El ataque de los capitalistas pone a la orden del día la necesidad de la lucha por la revolución socialista. La lucha revolucionaria de los trabajadores demuestra que existen las condiciones para la misma. El FIT ha renegado de tal combate y le dice a los trabajadores que el único camino posible es la lucha por “más democracia”. Su política ha actuado como un rodeo para que la burocracia sindical y el estado vuelvan a tomar control sobre los trabajadores.
Por el contrario, los trotskistas de Democracia Obrera reafirmamos que para derrotar a Macri y el ataque de los capitalistas, hay que preparar una acción superior a la de diciembre organizada para que Macri termine como De la Rúa, pero esta vez con un 2001 triunfante.
Para frenar el ataque de los capitalistas, hay que derrotar al gobierno de Macri y los partidos patronales…
¡HAY QUE RETOMAR LOS COMBATES REVOLUCIONARIOS DE DICIEMBRE
E IMPONER LA HUELGA GENERAL!
¡Congreso obrero nacional de trabajadores ocupados y desocupados con mandato de base!
El ataque del gobierno no se detiene. El kirchnerismo, el PJ y la burocracia opositora liderada por Moyano intenta amortiguar y sacar de escena la lucha por la huelga general revolucionaria para derrotar al gobierno de Macri y sus planes antiobreros.
Hoy la lucha contra la flexibilización laboral en curso se concentra en la pelea por romper el tope salarial del 15% que el gobierno, la patronal y la burocracia están imponiendo sector por sector. El gobierno ha concentrado fuerzas en derrotar a los docentes, para generalizar a todo el movimiento obrero el robo al salario con el tope salarial.
El acto del 21F fue un balde de agua fría para apagar el fuego de la lucha del 18 y 19 de diciembre. Pero pese a las traiciones de la burocracia sindical, las fuerzas de la clase obrera y las masas siguen intactas. Lo demuestra la jornada del 8M y las luchas en curso de los trabajadores del Posadas, del INTI, los mineros del Turbio y los azucareros del norte que no se rinden. A pesar de que a cada paso, la dirección de CTERA intenta entregar la lucha, los docentes continúan en estado de asamblea permanente contra las maniobras y ataque de Vidal, Macri y los gobernadores.
Pero no se puede seguir peleando sector por sector. Se vuelve urgente unificar a todos los sectores en lucha y retomar los combates de diciembre para organizar la huelga general. La tarea del momento para la clase obrera es desconocer todos los acuerdos de la burocracia sindical con el gobierno y la patronal.
No hay posibilidad de detener el ataque de los capitalistas sin derrotar al gobierno de Macri. Frente a la alianza de colaboración de clases que intenta poner en pie el kirchnerismo, el PJ, la burocracia sindical y piquetera del Vaticano, hay que volver a soldar la alianza de clases obrera y popular revolucionaria que se conquistó en las calles el 18 de y 19 de diciembre, para derrotar al régimen de los partidos patronales y sus instituciones.
Es necesario conquistar los organismos de autodeterminación para organizar la lucha y unificar las filas obreras. Para esto se vuelve imprescindible romper el sometimiento al PJ y los partidos patronales que impone la burocracia sindical y las direcciones colaboracionistas de la clase obrera.
¡Abajo el triunvirato de la CGT y toda la burocracia sindical! Por un Congreso obrero nacional de trabajadores ocupados y desocupados con delegados con mandato de base de todo el movimiento obrero. Allí, los trabajadores podremos discutir y votar a mano alzada un pliego único de reclamos que unifique las demandas de todos los sectores del movimiento obrero y los explotados y conquistar la Huelga General.
¡La gran conquista que son los sindicatos y organizaciones obreras combativas arrancadas a la burocracia sindical como el SUTNA, los Sutebas opositores, la seccional Haedo de la Unión Ferroviaria, la Federación de Aceiteros, etc., deben encabezar este llamamiento!
¡Abajo los acuerdos de la burocracia sindical con la patronal y el Ministerio de Trabajo! ¡Fuera la burocracia sindical de las organizaciones obreras!
¡Paritaria nacional única de todo el movimiento obrero con salario igual a la canasta familiar con cláusula gatillo según la inflación! ¡Los convenios colectivos no se tocan!
¡Reincorporación de todos los despedidos y trabajo digno para todos! ¡Expropiación sin pago y bajo control obrero de toda fábrica que suspenda, cierre o despida!
Basta de mendicidad con el estado de la burocracia piquetera, que vuelva el movimiento piquetero revolucionario del 2001 ¡por el reparto de las horas de trabajo y un turno más en todas las fábricas para que todas las manos libres entren a producir!
Mientras se garantiza la impunidad para los asesinos del pueblo como en el caso de Santiago y Rafael, el gobierno avanza en la represión y persecución a los luchadores obreros y populares. El Estado necesita rehenes para arrodillar los explotados y obligarlos a acatar los planes de las transnacionales. Se vuelve de suma urgencia la conformación de un comité de autodefensa unificado de las organizaciones obreras para enfrentar la represión ante cada lucha obrera y levantar en cada una de éstas la demanda de la libertad de los presos políticos ¡Juicio y castigo a los asesinos de Santiago, Rafael, Saniel Solano y todos los mártires de la clase obrera!
¡Libertad a Facundo Jones Huala! ¡No a su extradición! ¡Libertad a Milagro Sala, a los compañeros anarquistas detenidos en los combates del 14 de diciembre, y a todos los presos políticos! ¡No ha la detención de Ponce y Arakaki! ¡Absolución de los obreros petroleros de Las Heras y los trabajadores de Tierra del Fuego! ¡Desprocesamiento de los 7500 luchadores obreros y populares!
Comité Redactor