Brutal ofensiva del gobierno, las transnacionales yanquis Una dura lucha que nuevamente pone al rojo vivo dos alternativas ante el movimiento obrero:
El 29 de julio, fueron reprimidos violentamente los obreros de LEAR y sus delegados que luchan desde hace dos meses por la reincorporación de los 200 despedidos. Cientos de gendarmes y policías escoltaron a la patota de la burocracia del SMATA y juntos realizaron un “cordón” para que, bajo amenazas, los trabajadores (no despedidos) ingresen a trabajar. Como los trabajadores despedidos y los delegados, intentaron impedirlo, fueron brutalmente golpeados y reprimidos; con varios obreros en el hospital y con delegados detenidos durante varias horas. Este duro golpe a la vanguardia obrera de Lear, es una nueva avanzada de la guerra declarada por los capitalistas contra el ala más combativa del movimiento obrero y sus Comisiones Internas combativas. Una vez más, queda demostrado que la patronal, el gobierno, la burocracia y todas las instituciones del estado asesino, como ayer lo hicieran con Gestamp y Paty, han concentrado y centralizado sus fuerzas para derrotar la lucha de los combativos obreros de Lear. El lunes 4 de agosto, los enemigos de la clase obrera montaban una nueva provocación. “Avalados” por los “12 fallos y medidas cautelares de los jueces” los delegados debían hacer su ingreso a la planta. Pero los funcionarios del Ministerio de Trabajo que en “teoría” debían “hacer cumplir” estos fallos, no aparecieron. Y los delegados continuaron en la calle. No conformes con esta tomada de pelo, la patronal anunciaba con un lock out de por medio que cerraba su planta por 15 días, pero que le seguiría “pagando” el salario a los 450 trabajadores que aún emplea. Mientras la burocracia del SMATA, el 12/8 en un comunicado en Clarín (repitiendo lo que había hecho en Gestamp), llamaba a que la lucha de los obreros de Lear sea derrotada, amenazando incluso en ser ellos los que garantizarían esto por sus propios medios. Si la patronal y la burocracia pueden actuar de esta manera, es porque se impuso una división entre los compañeros despedidos y los 500 que aún perduran en su trabajo, que se encuentran sometidos a la más terrorífica y férrea dictadura del capital en una planta militarizada, rodeada por centenares de gendarmes y con los pistoleros del SMATA apretando a los compañeros. Esta es la tragedia de la “estrategia” del PTS y del FIT que en Lear se ha centrado en “bloquear portones” y en cortar “la Pana” con sus “caravanas solidarias” para “mediatizar el conflicto” con militantes de las corrientes políticas y se ha liquidado la asamblea de base y unitaria de todos los obreros de Lear. Esta política, típica de corrientes estudiantiles como el PTS, donde son los partidos políticos, con sus militantes, abogados y parlamentarios, quienes “hacen la lucha”, sustituye a los obreros y a la lucha que ellos deben encabezar. Y lo que el obrero no conquista con sus propias manos, con sus propias energías, no lo siente como suyo porque no puso su esfuerzo para conquistarlo. Por eso los 700 obreros de la planta no permanecieron unidos en esta durísima batalla. Esta es una desgracia –la misma que padecieron las obreras de Kromberg hace un año atrás- que hoy se está pagando muy caro. Y lo que vuelve más nociva aún la “estrategia” de la dirección del PTS, es que su política de impacto propagandístico esta puesta al servicio de la colaboración de clases al ser utilizada para presionar a la patronal con medidas cautelares de los jueces “a favor de los trabajadores” y para que el Ministerio de Trabajo “haga cumplir las leyes argentinas”. Se están viviendo horas decisivas. El SMATA recuperó terreno en la fábrica y quiere mediante una asamblea fraudulenta destituir a los delegados. La planta ya está produciendo nuevamente, los obreros están bajo el chantaje de que si aceptan que siga la Comisión Interna la empresa se iría y perderían sus trabajos. Los obreros de Lear no pueden seguir aislados, para ello es clave derrotar esa política que impulsa la dirección del FIT de que solos y con tácticas aisladas los obreros de Lear pueden triunfar. La clase obrera es fuerte cuando pelea, cuando une sus filas, cuando conquista sus organismos para la lucha política de masas, cuando le disputa la dirección del movimiento obrero a la burocracia y conquista la Huelga General como un objetivo común para vencer al enemigo y ponerles la rodilla en el pecho a los capitalistas y su gobierno. ¡Hay que luchar como en “El Cordobazo”, “El Villazo”, “Las coordinadoras fabriles” y el 2001 y su grito revolucionario del “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”! PARA GANAR hay que unir a los propios obreros de base de Lear (despedidos y no despedidos), y eso se conquistara poniendo en pie una coordinadora con el resto de las fábricas y establecimientos, que se constituya como un Comité de Lucha, que reagrupe las fuerzas suficientes para imponer un Plan de Lucha por las demandas del conjunto del movimiento obrero y las masas explotadas. Luchando solos, fábrica a fábrica, como lo viene imponiendo la dirección del FIT, nos espera un camino de derrotas. El 16/8, en el “Encuentro” convocado por los compañeros de Donnelley y Lear, se perdió una oportunidad para conquistar la unidad de los que luchan y de los sectores combativos. Puesto que las resoluciones del mismo están centradas en estas dos fábricas (dejando de lado, incluso a los obreros de Emfer-Tatsa que fueron parte de la mesa que dirigió dicho evento) y, desgraciadamente, no en reclamos y en una guía para la acción para los miles y miles de obreros atacados, reprimidos, perseguidos y dejados en la calle en decenas de fábricas y establecimientos. Hace falta esa coordinara, ese organismo de independencia política de los trabajadores, que como primer tarea se proponga marchar sobre las centrales sindicales para conquistar el Paro General y atacar las ganancias y la propiedad privada de los capitalistas (por cierto, muy bien cuidada por los jueces, la policía, los ministerios, los gobiernos y los carneros de la burocracia sindical). No hay más tiempo que perder. |