El nuevo movimiento obrero que está surgiendo en la Argentina, que se expresó entrando al paro el 10/4, debe aprender de las revoluciones que les fueron expropiadas a las masas en Argentina y América Latina al comienzo del siglo XXI. Necesita conocer las lecciones de cómo se combate, se avanza y se retrocede, en las luchas revolucionarias de las masas del Magreb, África y Europa. Precisa unirse internacionalmente con el proletariado del Cono Sur, del Continente y de todo el planeta, que enfrenta a los mismos enemigos de Wall Street y sus socios nativos en cualquier rincón del mundo.

No se acercan tiempos de “paz” ni de más “democracia”, sino que por delante vienen duros ataques de la clase enemiga, como el que ya estamos padeciendo en el país, con tarifazos, salarios de hambre, represión, cárcel, procesamientos y condena a cadena perpetua contra los luchadores obreros. El 80% de la humanidad vive bajo penurias, catástrofes y genocidios, como en Siria; una revolución ensangrentada, que es silenciada por toda la izquierda reformista y el Foro Social Mundial. El FIT es parte del cerco a este heroico combate de las masas sirias.

Pero en estas condiciones actuales está madurando una clase obrera bajo el influjo de grandes hechos internacionales, del crack imperialista, las guerras civiles, las revoluciones y el látigo del capital que le torna insostenible la existencia a los explotados.

Los trotskistas internacionalistas no cambiaremos el rumbo, nos mantendremos firmes en nuestro combate y convicciones que ya nos encuentra en el centro de los acontecimientos y focos calientes de la lucha de clases a nivel mundial.

En Argentina, como ha quedado demostrado, el “cruce de caminos” en el cual ha entrado la situación política y la relación entre el movimiento obrero y la burocracia sindical, también se presenta en el terreno de la dirección del proletariado: o se impone la izquierda reformista con nuevas variantes de colaboración de clases; o se ponen de pie las fuerzas internacionalistas de la IV para fusionarse con lo mejor de la vanguardia.
El FIT se ha dividido. En su intervención en los sindicatos, con el “Pollo” Sobrero de IS prepara junto al “Perro” Santillán un ala izquierda dentro del moyanismo (CGT), y con el PO una oposición dentro de la CTA de Micheli. El “Pollo” sobrero comienza a destacarse como la figura sindical del FIT, mientras Pitrola aparece como su cara parlamentaria. ¿Y el PTS? Tratando de ganar el protagonismo perdido, usando a las Comisiones Internas de la Zona Norte del Gran Buenos Aires que dirige. Pero toda esta pelea intestina, no tiene diferencias programáticas, ya que el FIT de conjunto se ha sometido a la burocracia sindical.

La pelea por la independencia política de los trabajadores, por coordinar a los que luchan, por soldar la unidad de las filas obreras agrupando bajo un mismo programa a los efectivos, los trabajadores en negro, contratados, tercerizados y desocupados: ha quedado en manos de los trotskistas y de los obreros y jóvenes revolucionarios que están enfrentando el ataque del gobierno y a los traidores de la burocracia sindical. De la misma forma en que quedó la lucha por un nuevo 2001, pero esta vez que sea triunfante para hacer realidad en los tan lejano “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo” que se gritaba en las jornadas revolucionaria del 19 y 20 de diciembre de aquel año.

Sabemos que en éstas y en las próximas oleadas de lucha del proletariado, los internacionalistas nos fusionaremos con los mejores elementos de la vanguardia de la clase obrera mundial. Argentina no será una excepción. Por eso llamamos a los obreros y jóvenes combativos a abrazar las banderas del trotskismo, a luchar por refundar la IV INTERNACIONAL; y a combatir juntos por conquistar la dirección revolucionaria que se merece y necesita nuestra clase para organizar la lucha por la toma del poder y el triunfo de la revolución obrera y socialista. Porque ARGENTINA SERÁ SOCIALISTA, O SERÁ COLONIA.