Hay que tomar la resolución de la crisis y la pandemia en nuestras manos:
¡Por un Comité de Salud Pública Nacional compuesto por los trabajadores de la salud y las organizaciones obreras y campesinas!
¡Por comités de autodefensa y comités de soldados rasos que defiendan a los trabajadores y al pueblo pobre!
Nuevamente se produce una masacre por parte del gobierno de Moreno contra el pueblo ecuatoriano. La pandemia avanza aceleradamente ante las condiciones de miseria y hambre impuestas por el sistema capitalista. Imágenes desoladoras y lúgubres se ven en las calles de la provincia de Guayas que es la más afectada, de la cual la capital Guayaquil (con 2,3 millones de habitantes), es donde más se sufre el contagio que llegaría a superar el 72% del total en todo Ecuador. Una ciudad con el 11,2% de gente que vive en la miseria y que es conocida como una de las más empobrecidas de todo el país.
Los enfermos ya no tienen más a dónde ir. Con un precario sistema de salud, se ven los hospitales colapsados, ausencia de médicos, sin insumos suficientes y hasta el 8 de abril, según el informe del Colegio Médico de Guayas, había 53 médicos muertos y 1600 trabajadores de salud (entre enfermeras y médicos) contagiados y sospechosos. De esta manera se pone al descubierto años de desinversión en la salud pública por parte de los gobiernos de turno que dieron prioridad al pago de la fraudulenta deuda externa al FMI y el saqueo de los recursos naturales por las transnacionales.
Los enfermos que claman por atención médica desde sus domicilios solo encuentran la ausencia del gobierno y mueren en sus casas, frente a la impotencia y rabia sus familiares tienen que embalarlos o incinerarlos en las calles. La situación es trágica. En estas semanas de pandemia se vieron imágenes de los hospitales con cadáveres envueltos tirados en los pasillos. Decenas de cadáveres son abandonados por el estado que ni los lleva a las morgues, ni a los cementerios, inclusive hay videos de la policía abandonando un ataúd en medio de la calle en un barrio. Mientras el gobierno alista contenedores de refrigeración para levantar a los cadáveres. La cifra de los muertos aún es desconocida, Moreno tuvo que salir a decir en Cadena Nacional el 3 de abril que: “Sabemos que tanto el número de contagios como de fallecimientos, los registros oficiales se quedan cortos”. Hasta el 13 de abril hay registrados oficialmente 7.529 casos por el Coronavirus y 355 muertos, pero esas cifras no equivalen a la realidad puesto que cada día se ven cientos de muertos en las calles. De hecho, en un informe de la policía y el ejército, a través de su responsable Jorge Wated en su cuenta de twitter del día de hoy, en tres semanas se realizó el levantamiento de 771 muertos de las viviendas y 631 de los hospitales.
La vida del pueblo explotado no le importa al gobierno de Moreno que permite que la gente muera como perros, que luego de pagar 320 millones de dólares al FMI, usando la pandemia ha decretado una cuarentena y ha sacado a la policía y al ejército a las calles para que no se subleven los hambrientos. Ante el aumento del contagio, el gobierno ha aumentado el horario de toque de queda a nivel nacional (de las 14 hs hasta las 05 hs hasta el 12 de abril) reforzando el control militar y policial. Ya desde el 13 hasta el 26 de abril funciona el llamado “semáforo sanitario” que se categorizará a cada provincia de acuerdo al riesgo de contagio (rojo, anaranjado o verde)con el cual se ven distintas restricciones. Estas semanas el país entero está en “rojo” lo cual deja todas las medidas del toque de queda. El “incumplimiento” por parte de la población tiene una sanción de la primera vez en 100 U$D, por segunda vez es un salario básico (400 U$D) y la tercera es la prisión. De esta manera hay hasta la fecha más de 9 mil personas sancionadas. Y es que o te quedas en casa o te arriesgas a buscar comida por el hambre en las calles donde están las fuerzas represivas del estado para reprimirte. Por ejemplo, en la primera semana de abril la policía reprimió a los hambrientos que intentaron ingresar al Mercado Mayorista de Quito rompiendo el cerco de seguridad y ahora la zona está reforzada con efectivos de las Fuerzas Armadas.
Ante esa cruel situación los patrones bajo la excusa de la pandemia, amparados en la ley general del trabajo, están aprovechando a despedir a miles de trabajadores. Tan solo en la primera semana de abril se denunciaron más de 2500 despidos, como en la Finca "La Mora", ubicada en El Quinche, despidieron a 110 trabajadores. Arbusta propietario de las 5 fincas florícolas Agritab Farms, en Cayambe, despidió 140 trabajadores. Otros 140 trabajadores despedidos de la empresa Confiteca, obligados a llevarse una caja de dulces e incluso solo con el 25% de su liquidación y la dirección del Frente Unitario de Trabajadores (FUT) solo llama a los patrones “honestos” a que paguen lo que correspondía. Está claro que estos dirigentes nos dejan en manos de los patrones y el gobierno, que claramente mostraron que nuestra salud y vida no valen nada, solo les importa sus negocios y ganancias.
El 3 de abril la FUT junto a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) en la dirección de Jaime Vargas llamaron a un cacerolazo con el lema “Primero la vida y después la deuda, cárcel para los corruptos, solidaridad con los sectores populares de Guayaquil”. En dicha jornada Jaime Vargas declaró: “…todos seamos pobres, seamos ricos, seamos quienes seamos, HOY SOMOS IGUALES”. Pero eso es mentira. Los patrones en medio de la pandemia para salvar sus negocios nos echan del trabajo como a perros y nos dejan sin salarios, sin salud, sin alimentos, sin casas ¿De qué igualdad hablan? Cuando hoy continúan siendo procesados por el gobierno a 27 explotados que fueron detenidos el 12 de octubre del año pasado, buscando escarmentar a los obreros y campesinos que osaron levantarse contra el ataque del imperialismo a manos de Moreno. No somos iguales, a la burguesía no le importa la vida de los trabajadores y el pueblo, pues en un país devastado, Moreno dejó correr la propagación de la pandemia del coronavirus produciéndose una catástrofe humanitaria sin precedentes.
Las masas ecuatorianas hoy están pagando la traición de la dirección de la FUT y la CONAIE que en octubre del año pasado fueron desbordadas por las acciones independientes de masas contra el gasolinazo (decreto 883) de Moreno a cuenta del FMI y los yanquis. En las calles, los obreros y campesinos pobres impusieron la Huelga General paralizando el país y en jornadas revolucionarias hicieron huir a Moreno a Guayaquil e impidieron que la base del ejército reprima libremente, esa base de soldados rasos que en las calles empezaban a pasarse con armas en mano al lado del pueblo. Entonces fueron estas direcciones, que ante el temor del armamento generalizado de las masas volvieron a traer al poder a Moreno a Quito, quedando así un gobierno maltrecho sostenido por la burocracia obrera de los sindicatos y la dirección de los campesinos, y las demandas de los trabajadores quedaron en la nada. Hoy, con hambre, miseria y lanzando una catástrofe humanitaria buscan los capitalistas y el gobierno escarmentar a las masas en respuesta al enorme combate revolucionario que dejó al régimen debilitado y en crisis.
¡Desde las bases obreras y campesinas hay que recuperar la FUT y la CONAIE porque sus dirigentes colaboracionistas se dedicaron a salvar a Lenin Moreno que hoy está matando al pueblo! Estas direcciones de rodillas le piden “moratorias”, “renegociaciones” y “nuevos créditos no reembolsables” al FMI ¡Ya basta de estas direcciones colaboracionistas que aconsejan a nuestros verdugos!
Que vuelva el grito de octubre: ¡Abajo el gobierno de Moreno! ¡Fuera el FMI!
¡No al pago de la fraudulenta deuda externa!
¡Fuera la ONU, la OEA y las bases militares yanquis de Ecuador y América Latina!
La pandemia avanza enfermando al pueblo y este sistema capitalista semicolonial nos mata. Ecuador está saqueado y súper explotado por el imperialismo y sus transnacionales mineras y petroleras con la complicidad de los gobiernos, antes con Correa y luego con Moreno, que no invirtieron ni un centavo para salud, educación, al contrario dejaron al campesino en la miseria y al obrero sin salario, ni trabajo dignos.
Es hora de ir por todos ellos. ¡Hay que expropiar sin pago y bajo control obrero todas sus tierras, bancos, sus fábricas y almacenes! ¡Hay que recuperar los hidrocarburos, el petróleo y las minas! ¡Para vivir hay que expulsar al imperialismo de Ecuador y toda Latinoamérica!
A finales de octubre se reunieron en Quito el estado mayor de las Fuerzas Armadas del continente bajo el mando del Pentágono para delinear su plan de ofensiva recolonizadora de su patio trasero. Los soldados rasos que se negaron a reprimir a pueblo deben volver junto al pueblo. Hay que llamar a los soldados que en octubre se negaron a reprimir a sus padres, vecinos, hermanos e hijos a que elijan a sus jefes y terminar con la oficialidad de los generales pro-imperialistas y defensores de los capitalistas.
Por un Comité de Salud pública Nacional compuestos por las organizaciones obreras y campesinas, expurgadas de dirigentes colaboracionistas, y comités de soldados rasos que tomen la crisis en sus manos y todas las medidas urgentes planteadas aquí. Y garantice un plan de Salud Único expropiando sin pago y bajo control de sus trabajadores todas las clínicas privadas y laboratorios.
¡Solo desde ahí se parará las muertes, el hambre y la miseria de las masas! ¡Por una cuarentena con salarios igual a la canasta familiar para todos los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados!
SON ELLOS O NOSOTROS. Mientras estos parásitos están a salvo en sus haciendas, mansiones y en las islas Galápagos, los que dejamos los muertos en las calles, en los parques, en nuestras casas, en containers refrigerados, en fosas comunes y sin saber del paradero de nuestros seres queridos somos nosotros, el pueblo pobre. Nosotros somos los únicos interesados en erradicar esta crisis por nuestras familias.