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Movidos por la solidaridad y el internacionalismo militante y junto La Brigada Sevian al-Laith (León Sedov)
Junto a los miles de obreros y explotados antimperialistas, centralmente jóvenes, que desde toda la región fueron a combatir contra el genocidio del perro Bashar Al-Assad, los combatientes revolucionarios de la Brigada Sevian al-Laith y del Comité de Obreros Voluntarios Internacionalistas fueron a pelear a Siria. Entraron a luchar codo a codo junto a sus hermanos de clase que enfrentan a Bashar Al-Assad y a su ejército genocida. Al llegar, el genocidio contra las masas ya estaba en marcha. El chacal Al Assad hace el ¨trabajo sucio¨ a cuenta de las potencias imperialistas. La aviación y los helicópteros artillados fueron su arma más preciada. La resistencia y las masas organizadas en los Comités de Coordinación no tenían un solo misil tierra-aire cuando comenzó el levantamiento. Aquí en el campo de batalla quedaba claro que se peleaba con cuchillos, escopetas y con las armas de los soldados que se daban vuelta del ejército de Al-Assad para combatir junto a sus hermanos, los explotados de toda Siria. Los compañeros llegaban a la Siria ensangrentada, la de los millones de obreros y explotados insurrectos que fueron librados a su suerte por todas las burocracias sindicales rastreras y los partidos social-imperialistas que hablan en nombre de la revolución para traicionarla todos los días. Sin embargo, desde los mismos escombros regados por la sangre de cientos de miles de mártires, las masas continuaban y continúan peleando, esta vez en una fase de resistencia. El aislamiento de su lucha y mil y un traiciones impidieron que el proceso insurreccional en Siria termine en un triunfo, que hiciera rodar la cabeza de Al-Assad como ayer la de Qadafy. Un ejemplo de ello fue la traición como la del PC Kurdo que pactó en las provincias que controla con el asesino Al-Assad. Y, como veremos luego y como pudimos comprobar en el campo de batalla, cada vez está más claro para la vanguardia luchadora el siniestro rol de la burguesía “opositora” y del ELS y sus generales cobardes, que intentan destruir a cada paso los organismos de autoorganización de las masas -como son los Comités de Coordinación- para controlar militarmente a las masas en armas y utilizarlas como carne de cañón en su negociación para una salida ordenada del régimen genocida de Al-Assad. Todo esto a costa de exponer y dejar aislados, para que sea masacrada, lo mejor de la vanguardia revolucionaria siria y los combatientes antimperialistas que fueron a pelear. Peleando codo a codo con esta heroica resistencia de los explotados, los compañeros de la Brigada Sevian al-Laith también están dando y dieron su vida para derrotar al tirano de Bashar y sus aliados, los buitres imperialistas, por terminar con semejante genocidio y por el triunfo de la revolución socialista para que haya pan, trabajo, libertad y dignidad para todos los explotados. Para llevar a cabo este objetivo revolucionario, los combatientes de la Brigada Sevian al-Laith llegaron a Siria con un programa claro: “para ganar la guerra contra Al-Assad y las tropas asesinas de su ejército y que triunfe la revolución, hay que expropiar sin pago todas las fábricas y bienes del imperialismo y sus socios menores de la burguesía siria, y ponerlos a producir bajo control obrero para conquistar el pan y pegarle a la patronal donde más le duele: en su bolsillo y su propiedad privada”. Ellos arribaron a la Siria insurrecta con enorme coraje, producto de sus convicciones, sabiendo lo que saben los miles de obreros y explotados que desde toda la región acuden a pelear contra el perro de Bashar: que estamos en presencia de una sola y única revolución en todo el Norte de África y Medio Oriente. Y que ella triunfará con la bandera palestina flameando en Jerusalén, sobre la destrucción del Estado sionista de Israel.
La Brigada Sevian al-Laith entra a combatir al frente de batalla Defendiendo estas banderas de lucha desde el corazón de las masas revolucionarias de Siria, los compañeros de la Brigada Sevian al-Laith sabían perfectamente con quién no pelear en el frente de batalla para enfrentar verdaderamente al asesino Al-Assad, y en qué barricada no ubicarse: en la de los generales ex–assadistas del Ejército Libre Sirio (ELS) que jugaban todo su rol a favor del enemigo de las masas. Estos generales son fieles servidores del Consejo Nacional Sirio (CNS), ese rejunte de patrones cobardes, refugiados en hoteles cinco estrellas, con mucho tiempo de cámara y televisión en la prensa internacional, abiertamente servidores del imperialismo y sus regímenes políticos y sus sistemas socio-económicos. Los miles de combatientes que llegaron a Siria no confiaban, ni tienen ninguna ilusión en el CNS y su discurso de “democracia” y “libertad”. Su objetivo era claro: derrotar al perro Al-Assad y retomar el camino de la ofensiva revolucionaria de Túnez, Libia y Egipto… para que su lucha no sea expropiada por generales que tienen muchas “estrellas” en sus solapas, pero que no tiran un solo tiro contra ese verdadero ejército de ocupación a cuenta del imperialismo, que es el ejército asesino de Al-Assad. Teniendo esto muy claro, los luchadores internacionalistas pudieron rápidamente ir conociendo a los que tenían más experiencia en el lugar en la guerra contra Bashar. Pero se dieron cuenta que estos aguerridos combatientes no tenían una visión clara de "quién era quién" en el frente de batalla. Uno de estos grupos invitó a los compañeros a combatir junto con ellos. Pero algo sonaba mal: por su nombre, esta brigada parecía ser del ELS. Ante esto, la Brigada Sevian al-Laith le preguntó al comandante de este grupo si eran del ELS, a lo que éste respondió vehementemente: "¡¡NOOO!! Somos luchadores religiosos". Pero, ¿qué quería decir realmente “Luchador Religioso”?... rápidamente los combatientes internacionalistas lo pudieron comprobar, sumándose a la batalla misma con el grupo antes mencionado. Esta experiencia, que se vio en el mismo campo de batalla, da cuenta de las enormes trampas y engaños a las que fueron llevadas permanentemente las heroicas masas de Siria. De cómo los políticos patronales, las direcciones stalinistas vendidas, etc. hicieron lo imposible para que la resistencia aún no triunfe. La primera operación fue un desastre. El camino fue eterno. Las vueltas de un lado a otro fueron infinitas. El ataque al enemigo fue totalmente descoordinado y nunca se informó cuando llegó el momento de la retirada. Por eso, la Brigada Sevian al-Laith junto a un puñado de combatientes quedaron solos por dos horas a riesgo de ser atrapados como rehenes o ejecutados en una embestida sorpresa del enemigo. Pero lo peor de todo fue que al preguntarles a los combatientes sirios a qué grupo pertenecían, ellos juraban y perjuraban que eran soldados del ELS. Allí, excusa tras excusa, este sinvergüenza intentó esconder la mentira. Pero para ese momento ya era claro por qué había actuado así: es que éste era uno de los generales ex-assadistas del ELS. Pero ellos debían disfrazarse como “luchadores religiosos” ante los ojos de los combatientes internacionalistas que por montones llegaban a Siria a pelear por la revolución y no estaban dispuestos a luchar bajo las órdenes de los generales del ELS ya que internacionalmente se sabía muy bien quiénes eran y cuál era su pasado junto a Bashar.
La experiencia de la Brigada Sevian al-Laith con los verdaderos grupos jihadistas en el frente de batalla. En el frente de batalla, en esta guerra civil, también estaban peleando los verdaderos grupos jihadistas que en su mayoría agrupan combatientes antimperialistas. El propósito de las direcciones de estas brigadas es el de instalar un “gobierno islámico”. Según ellos éste es el que traerá la solución a las terribles penurias sufridas por la población siria y así se resolverían las demandas de la revolución. Además, se declaraban férreamente anti Estados Unidos, su política y su cultura, y levantaban las banderas de Irak, Afganistán y Palestina como símbolo de resistencia al imperio yanqui y recordando las batallas libradas en los “comienzos del Islam”. Como corresponsal, he visto a los luchadores internacionalistas pelear junto a las masas contra el asesino Al-Assad pero, también explicar pacientemente, que el único gobierno que realmente puede resolver las demandas de las masas será un gobierno de los trabajadores, los explotados y sus organizaciones de lucha del Norte de África y Medio Oriente, que podrá garantizar el pan y el trabajo expropiando a los patrones y al imperialismo en toda la región. Así la Brigada Sevian al-Laith volvía al frente de batalla. Pero como les sucedía a todos los trabajadores que daban su vida peleando contra el perro Bashar, a cada paso se encontraban con el principal obstáculo que tenía la resistencia para avanzar en obtener su triunfo: los generales del ELS que se dedicaban a seguir a cada brigada a donde iba para intentar enviarlos a misiones suicidas. Aquí está la segunda razón, junto al aislamiento que le impusieron las direcciones traidoras a la revolución siria, por la cual esta aún no ha vencido, es decir, ese “Caballo de Troya” de los generales del ELS a su interior. Es que muchos podrán preguntarse por qué del peso que están adquiriendo en esta lucha, ahora en su fase de resistencia, estos generales del ELS. Es que ninguna organización de la clase obrera europea mandó brigadas a combatir en la guerra de clases en Siria. No llegaron brigadas obreras de los sindicatos franceses, griegos, ingleses, como se hacía en los 30 en la guerra civil española… hoy esto hubiera cambiado radicalmente la situación de la clase obrera y los explotados de Siria e impedido la manipulación por parte de la burguesía, de la guerra civil de los explotados contra Al-Assad. Seguramente esta izquierda lacaya del imperialismo se lamentará de la “conciencia atrasada” de las masas que combaten a Al-Assad, que permite la manipulación del ELS, pero la causa de esto es su traición, al separar a la clase obrera europea e internacional de los que luchan en una guerra heroica contra los explotadores en Siria. Así, estos generales del ELS, saben muy bien cómo tratar de quebrar la moral de combate de los milicianos. Una de las tantas mentiras es decirles "los necesitamos con nosotros para combatir en una ciudad que está casi liberada, en un 60%, 70% ó tal vez 80%". Esto, después de un año y medio de genocidio, de cansancio y masacre, con un ejército de Al-Assad armado hasta los dientes, llenaba de euforia a las distintas brigadas. Los generales del ELS las alentaban para ir al frente de batalla, mientras les ordenaban la retirada a sus propios soldados. Ellos temen, como generales de la burguesía “opositora”, mucho más que las masas acaben armadas y autoorganizadas, como en Libia, que al mismo Al-Assad con el que buscan afanosamente un pacto de transición a la “democracia”, e impedir que el estado de los explotadores se disloque con un triunfo revolucionario. Una de las tantas trampas que los generales del ELS le trataron de imponer a la Brigada Sevian al-Laith fue la de decirles: "tenemos sitiado a un pequeño grupo de soldados basharistas; contamos con una buena cantidad de armas, artillería e infantería; necesitamos un grupo como el suyo para que asalte, claro está, luego de que hayamos utilizado todo nuestro potencial”. Creyendo que el ejército del perro estaba desabastecido, desgastado y disminuido, la brigada se predispuso a asaltar. Pero en el momento de la acción se vio claro cómo los generales del ELS guardaban todo su armamento, y cómo su despliegue de asedio resultó ser menos dañino que una lluvia, mientras les ordenaban"ahora, entren ahora", para otra vez dejarlos solos en la vanguardia ante fuerzas basharistas para nada disminuidas. Entendiendo este juego, los compañeros decidieron no avanzar hasta que el ELS no terminara de usar todo su armamento. Luego de lo sucedido, el dirigente del grupo jihadista dio la orden preventiva de que si en una futura operación llegara a pasar lo mismo, había que disparar a todo aquel integrante del ELS que contradijera el plan de batalla acordado previamente, pues ya había quedado claro que siempre lo cambiaban para dejar a los combatientes a merced del ejército basharista. De hecho, el dirigente agregó "su enemigo ahora es el ELS". Sin embargo, los compañeros de la Brigada Sevian al-Laith pudieron enterarse que esta cuestión no había caído bien entre toda la dirigencia del grupo. Tan es así que a los pocos días le hicieron a este dirigente una falsa acusación de malversación de fondos, y con esa excusa lo removieron de su puesto. Quedaba demostrado todo el colaboracionismo de los dirigentes de los grupos jihadistas con el alto mando del ELS.
El combate actual de la Brigada Sevian al-Laith La Brigada Sevian al-Laith, así como todos los combatientes de la clase obrera y los explotados sublevados, tuvieron que sortear todas las trampas de los canallas de los generales del ELS (hoy revestidos con otros nombres) para poder enfrentar a las tropas asesinas del ejército de Bashar. Estos son los generales que se preparan para expropiar la revolución. Con este objetivo, tal como denuncian los combatientes de la Brigada Sevian al-Laith, los generales del ELS se apresuran a ganar territorio, sobre todo peleando combates "fáciles". Es que cuando el ejército del perro estaba fuerte, los que lo enfrentaban no eran estos generales del ELS, sino las masas sirias y los combatientes internacionalistas. Pero cuando el ELS veía que los explotados estaban por triunfar, rápidamente enviaban a sus tropas a combatir bajo su cadena de mando, para expropiarles el triunfo a las masas armadas y así hacer creer que fue obra de ellos. Así, mientras la resistencia daba su vida en el frente de batalla, donde se derramaba la sangre de los mártires obreros e internacionalistas de a por miles, sin ningún tipo de apoyo por parte de los generales del ELS, éstos afirmaban desde un principio que tenían misiles tierra-aire SAM7 preparados para bajar los aviones de Bashar. Con esto buscaban chantajear a la Brigada Sevian al-Laith y a todos los grupos de combatientes para que se queden junto a ellos, pues contaban con armamento pesado que ellos decían haber recibido de Libia. Pero este armamento jamás fue usado contra los aviones de Bashar que bombardeaban a mansalva toda Siria, dejando en ruinas todo a su paso. De esta manera, los generales del ELS fueron avanzando y ganando territorio, consiguiendo más reconocimiento internacional, mientras declaran que ya tienen preparada la transición. Pero aún así en Siria quedan muchos trabajadores y jóvenes peleando por la verdadera revolución, sin estar bajo el control de los generales del ELS. Este es el caso de la Brigada Sevian al-Laith y de miles de combatientes internacionalistas. Los que posan de "amigos de la revolución", "campeones de la libertad y la democracia", son en realidad los sepultureros de las revoluciones. Ellos vienen no sólo a robarse el combate de las masas sirias y de los internacionalistas que se hicieron presentes, sino también a ahogar en sangre a los que Bashar no pudo matar. Por ello es que los combatientes de la Brigada Sevian al-Laith siguen peleando hoy más que nunca, con su organización, junto a lo mejor de la vanguardia y de las masas sirias. Sabiendo que para enfrentar y derrotar a Al-Assad hay que luchar porque las masas rompan con los generales del ELS, el CNS y todos sus amigos. Su combate es por que todos los honestos combatientes revolucionarios, sirios o de otros países, que están peleando por el triunfo de la revolución, no sigan bajo las órdenes de los generales del ELS, rompan con ellos, unan sus fuerzas contra Bashar y tomen las riendas del combate por el triunfo de la revolución en todo el Norte de África y Medio Oriente. Corresponsal
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