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II Congreso del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional - FLTI

29 de agosto de 2015

RESOLUCIÓN SOBRE LA COYUNTURA DE LA SITUACIÓN MUNDIAL
Y LA CRISIS DE DIRECCIÓN DEL PROLETARIADO

Considerandos políticos:

Como decía Trotsky, toda situación revolucionaria o pre-revolucionaria, puede volverse en no revolucionaria, en reaccionaria o en contrarrevolucionaria, por el carácter de la dirección del proletariado.
Esto es lo que vemos hoy, puesto que la situación de ofensiva de masas ha retrocedido de forma dramática por la traición de su dirección, y como resultado, se impuso una brutal contraofensiva imperialista.

A partir del 2008 se abrió un ascenso revolucionario de masas bajo las condiciones de la crisis económica histórica del sistema capitalista mundial, que amenazaba con ser un nuevo ascenso revolucionario generalizado como el del ‘68-‘74. La situación pre-revolucionaria mundial del 2008-2013 ha devenido en una situación de contraofensiva imperialista, que es la que vivimos en el presente.

La clase obrera no tomó el poder por las enormes traiciones del FSM y de la dirección que tomó su posta que es la “nueva izquierda”, como PODEMOS, Syriza y la centralización del estalinismo y sus partidos a nivel mundial, actuando en Grecia y Ucrania. En esta “nueva izquierda” juega un rol central y decisivo los renegados del trotskismo en todo el planeta.

Como planteamos en el capítulo I del libro “Siria bajo fuego”, en los trabajos de Grecia, Ucrania, del Magreb y Medio Oriente, existe una verdadera contraofensiva imperialista, conquistada no por la fortaleza de los regímenes burgueses, de sus ejércitos ni de su economía, sino por el accionar mancomunado de las direcciones traidoras.
Hoy estamos en un momento defensivo del movimiento de masas y, reafirmamos, de contraofensiva imperialista. Situación mundial ésta que planteamos con claridad en el libro “Siria bajo fuego”.

La política del imperialismo y de sus agentes -de la vieja o de la “nueva izquierda”- está basada en la vieja política contrarrevolucionaria de los “campos burgueses”, de los frentes populares y de todo tipo de política colaboración de clases, de corrupción del ala izquierda del proletariado y en momentos decisivos, tal cual limones exprimidos, aplicando choques abiertos contra las masas, como hoy están haciendo los gobiernos “bolivarianos” o las burguesías islámicas en el Magreb y Medio Oriente, aplastando revoluciones.

Presenciamos el pérfido accionar del frente popular, que abre las puertas al fascismo… como decía Trotsky, el frente popular es el anteúltimo gobierno burgués antes del fascismo o de la revolución proletaria. La “nueva izquierda” es la garante de los pactos contrarrevolucionarios, como vemos en el pacto Obama-Castro, en los pactos contrarrevolucionarios de Minsk o de Ginebra para Medio Oriente. Sin la política de colaboración de clases que se impuso en decenas de países del planeta, el imperialismo no hubiera podido estabilizar su régimen de dominio en zonas enteras del planeta, q se encontraban dislocadas por la revolución.

El objetivo del frente popular, ya sea en los gobiernos o en la oposición, es controlar al ala izquierda de la clase obrera mundial, atacarla, descomponerla, amenazarla o matarla, tal como hizo el frente popular en la Guerra Civil Española en los ‘30, que no impuso solamente una política de colaboración de clases del movimiento obrero con la burguesía, sino que también envió a la Quinta Columna para aplastar a la vanguardia obrera en la revolución, tal cual vemos en Ucrania abiertamente.
Esta es la misma política reaccionaria que actuó en el ascenso de masas, como ahora en la fase defensiva del movimiento obrero.

Esta política del reformismo abrió condiciones reaccionarias en el movimiento obrero puesto que el accionar del frente popular, con sus “cantos de sirena”, desorganiza la ofensiva de masas y le crea las mejores condiciones a los generales y al fascismo para que aplasten físicamente a las masas, como lo vemos en Ucrania, con el surgimiento del fascismo en Grecia, con la masacre en el Magreb y Medio Oriente, y Centroamérica. Y también en EE.UU., donde la política de apoyo a Obama que impone la izquierda reformista, va ligada y de la mano con la acción contrarrevolucionaria de la policía blanca asesinando a los obreros negros. Y en África, donde la política de colaboración de clases de la burocracia del COSATU fue la que abrió el lugar para que la policía reprima y asesine a los mineros de Marikana.

Por eso definimos que la situación de la lucha de clases es de contraofensiva imperialista y de feroz resistencia de las masas, que inclusive mantienen vivos los focos revolucionarios, como sucede en Grecia, Ucrania y el Magreb y Medio Oriente, o abren nuevos focos revolucionarios de lucha de masas como lo vemos en Yemen o el Líbano.
En sectores del planeta, esta situación es abiertamente contrarrevolucionaria o no revolucionaria, como vemos en países de Centroamérica, que se ha llenado de maquilas, en el Caribe, con la restauración del capitalismo en Cuba, o en el Magreb y Medio Oriente, sobre todo en sus focos más avanzados donde se abrieron revoluciones a partir de 2011 como en Túnez, Egipto, Libia, Siria, Bahrein, etc.
En otros sectores del mundo, no sólo se resiste, sino que se preparan nuevas ofensivas de masas, que se encuentran en posición de contraofensiva, como sucede en EE.UU., Brasil, Chile, México y China, donde no está dicha la última palabra frente a la lucha de clases.

Por lo tanto, la situación mundial de la lucha de clases es indefinida. O avanza de conjunto y se asienta la contraofensiva imperialista y se convierte en una situación no revolucionaria mundial; o bien, con nuevos estallidos revolucionarios, avanza a convertirse en una situación revolucionaria mundial.
En la situación mundial abierta veremos, muy posiblemente, coyunturas intermedias, situaciones preparatorias y cambios bruscos ante el crac mundial que se ha reabierto.
Como diría Trotsky, en situaciones mundiales como ésta, el pronóstico no puede ser otro que “esperar y ver”. Pero en la política hay que prepararse para enormes cambios bruscos, mientras luchamos por que la clase obrera se atalone en las revoluciones que resisten y nuestro programa se da el objetivo de centralizar la resistencia y preparar una contraofensiva de masas a nivel mundial, que comience por saldar cuentas con las direcciones traidoras, que llevaron a las masas a esta situación.

En esta contraofensiva, el imperialismo había conquistado un equilibrio político, económico y militar del planeta, de forma provisoria a partir de 2012-2013.

El hecho nuevo que constata este Congreso es la emergencia nuevamente del huracán del crac que va no del norte al sur, sino del sur al norte, en un estallido de China que se expande a todo el planeta, porque es la expresión de que el capitalismo se sobrevivió con saqueo, sangre, traiciones de la dirección del proletariado, y desde el 2008, esencialmente recreando nuevo capital ficticio y burbujas, cuyo centro sigue estando en las 8 manzanas de Wall Street. Allí 263 billones de dólares se acumulan como valores de derivados, que es la verdadera burbuja donde se recicla el capital de forma total y absolutamente parasitaria.
Así se han reabierto condiciones objetivamente revolucionarias, de pudrición del sistema capitalista mundial, y con ello se actualizan las condiciones de la etapa histórica abierta en el 2008. Nada quedará como era hasta ahora. Enormes cambios bruscos se avecinan. Estamos al inicio de ese proceso.

En el movimiento obrero, el momento o coyuntura actual es de reacción por la traición de sus direcciones, que impregna toda la situación mundial. Estas direcciones han logrado estrangular, derrotar y corromper, por ahora, al ala izquierda del proletariado, y cerrarle el camino a las masas, a los combatientes de la IV Internacional, como ayer hizo el FSM y hoy los traidores de la “nueva izquierda”.
Esto lo hicieron, no por su vigor teórico, por sus convicciones o la validez de su programa, sino por el dinero y apoyo que le dan los estados imperialistas. Estas direcciones pactaron con el imperialismo yanqui la entrega de Cuba. Pactaron con el FMI, que Ucrania pague la crisis, por eso todos los PC de Europa van a aplastar a los obreros del Donbass. La monarquía española pactó con el PODEMOS. La “Troika” lo hizo con Syriza. Las embajadas imperialistas y los estados de Argentina y Brasil pactaron con el FIT y con el PSTU y el PSOL. El FMI sostiene a Maduro en Venezuela. Y las bayonetas del imperialismo yanqui empujan a acciones directas contra las masas, como lo hacen también con la burguesía iraní y Putin.

Se ha abierto una coyuntura reaccionaria en el movimiento obrero mundial. Sólo nuevos golpes de la revolución y de la contrarrevolución van a generar nuevos procesos de radicalización.
Es que nuevos saltos hacia adelante en la revolución sólo podrán ser plenos y mantenerse en el tiempo, si en sus embestidas, le provocan duras derrotas a estas direcciones, sobrepasándolas, recreando alas izquierdas de la clase obrera y las masas. Estos procesos de radicalización serán claves para que el trotskismo busque un canal a las masas y retome los jalones de socialismo que los explotados impusieron en su espontaneidad, en cuanto proceso revolucionario protagonizaron en lo que va de este siglo.

El momento del movimiento obrero es reaccionario. Las condiciones son objetivamente revolucionarias. Y hay una situación indefinida que sigue abierta en la lucha de clases.
Pero aquí o allá, en todo intento de contraofensiva de masas, se preparan o ya se están desarrollando choques entre éstas y su dirección, como en Chile contra los “pacos de rojo” del PC; en Brasil contra los traidores que sostienen al gobierno del PT; en Sudáfrica en los choques contra la burocracia del COSATU; en la valiente juventud rebelde griega; en la resistencia de sectores de las milicias rebeldes de Libia contra la corrupción de su comando; en franjas enteras de la resistencia de Siria que no aceptan ni acatan al ISIS, ni al ESL ni a los generales de la burguesía; o como las masas del Líbano que comienzan a saldar cuentas con Hezbollah, esa burguesía cínica, millonaria y asesina.
Si en estos procesos no confluye una dirección revolucionaria, los mismos tienden a diluirse o a retroceder.
Pero si estos procesos u otros se desarrollaran, marcarían el camino para la reapertura de situaciones pre-revolucionarias o abiertamente revolucionarias. .
Pero pese a la existencia de estos fenómenos aún embrionarios, el momento de conjunto en el movimiento obrero es reaccionario. Se impone aun el peso de los aparatos contrarrevolucionarios del pasado o de los nuevos que ha puesto en pie ahora el imperialismo, que son los que priman.

La mayor crisis es la de la IV Internacional. El pablismo de ayer y los renegados del trotskismo de hoy, que se han pasado abiertamente al campo de la burguesía, nos han arrebatado histórica y definitivamente a nuestro partido mundial y lo han puesto como base de esta “nueva izquierda” que ha llevado al proletariado a la peor de las derrotas y sangrías.
Jamás había sucedido, aún en la fase de oportunismo y centrismo de la IV Internacional, en nombre de ella se había sido cómplice de una masacre como la de Libia, Siria o Ucrania.
Y eso plantea una crisis histórica de nuestro partido mundial. Todo trotskista que luche por la IV Internacional debe restablecer no solo su programa sino su dignidad y limpiar su bandera ante las masas.
La lucha por su refundación es inseparable de la lucha por no dejar ni rastros de semejantes traiciones realizadas en su nombre.

Así está el campo de batalla. Las condiciones objetivamente revolucionarias, pueden abrir en cualquier momento procesos revolucionarios y contrarrevolucionarios.
Un crac mundial, impredecible hasta el momento, puede arrastrar a alguna potencia imperialista a la debacle, incluso a alguna de las que salieron vencedoras de los primeros pasos del 2008.
La tardanza de la revolución proletaria puede plantear por delante no solamente cambios bruscos, sino también guerras, conflagraciones locales, invasiones, donde se prueben armas, etc.
Comienzan a desarrollarse las condiciones de crisis, guerras y revoluciones, que aún en esta coyuntura reaccionaria para el movimiento obrero, le volverán insoportable la vida al reformismo y crearán las condiciones para que el trotskismo vuelva a las masas, a condición de no traicionar y no buscar atajos, porque no hay atajos.
Contradictoriamente, al reabrirse las condiciones del 2008, se achican enormemente los márgenes del reformismo y de su accionar. Si bien éste impone su política y desmoraliza a las masas, la experiencia de éstas con ellos se acelera rápidamente a cada paso.
En estas contradicciones se desarrollarán los próximos procesos de radicalización en franjas de las masas, que serán claves y decisivos para que resurja el bolchevismo y nuestros grupos logren un canal a la vanguardia y a los combates decisivos entre las clases.
Es que justamente, la “nueva izquierda” a lo que vino -y por ahora lo logró- es abortar los procesos de radicalización del movimiento de masas. Ellos saben que de desarrollarse esto, sus días estarán contados.
Estas direcciones son enemigas -y les aterra la perspectiva- de que vuelvan los jalones de socialismo que pusieron en pie las masas con su ofensiva… “Que se vayan todos y no quede ni uno solo”; “Fusil, metralla, Bolivia no se calla”; “Nuestros sueños no caben en vuestras urnas”; “12.500 rands o matamos a los gerentes”; “Si nuestros hijos padecen hambre, los vuestros verterán sangre”; “Expropiemos al 1% de parásitos de Wall Street”; “No creemos en socialistas con Hummer, ni en Comunistas con Rolex. Creemos en la revolución de los trabajadores”; “Los pacos de rojo son los peligrosos” y “renacionalización del cobre, sin pago y bajo control obrero para que haya educación gratuita”… es que en todo ascenso de masas surgen franjas que van de derecha a izquierda, que van al camino de la revolución.

Con estos considerandos y en base a los documentos preparatorios publicados en los distintos OOI donde dimos respuesta a los test ácidos de la lucha de clases desde el primer Congreso de la FLTI, proponemos votar en este Congreso, la siguiente caracterización sobre la situación mundial y a propósito de la crisis de dirección del proletariado:

1) En la fase de contraofensiva imperialista abierta en 2013, luego del aborto del ascenso revolucionario abierto por el crac mundial en 2008, el imperialismo logró un relativo equilibrio político, militar y económico relativo del planeta.

2) El imperialismo no hubiera logrado esto sin el accionar mancomunado de todas las direcciones traidoras, desde el FSM hasta la “nueva izquierda” de nuestros días. Con una cadena de traiciones, ellos abortaron un ascenso revolucionario generalizado mundial, como fue el del ‘68-’74, que es lo que estuvo planteado.

3) Desde el punto de visto del período estratégico histórico, vemos que se rompió el equilibrio económico y con ello se reabrieron las condiciones del crac del 2008, lo que significa la apertura de condiciones objetivamente revolucionarias, que plantean que históricamente el 2008 se resuelve con fascismo, guerra o revolución, como ya lo vimos.

4) Se derrumba una de las tendencias contrarrestantes, como fue China, donde las transnacionales lograron enormes ganancias durante un ciclo de inversiones que está llegando a su fin.

Se ha agotado la revalorización de títulos sin valor con inversiones ficticias en el mundo semicolonial y en los bancos centrales, con los que el imperialismo había logrado un respiro luego del crac. Esto vuelve presentes e inmediatas, como dijimos, las condiciones de la época de crisis, guerras y revoluciones.

5) La situación de contraofensiva imperialista ubica a las masas a la defensiva. Y reabre una situación indefinida a nivel mundial que es contradictoria: hay sectores del planeta que fueron arrasados con brutales derrotas; en otros lugares, hay revoluciones cercadas; mientras que en otros puntos del globo, las masas se encuentran en posición de contraofensiva latente.

Estas son las condiciones que distinguen esta situación mundial indefinida, desde el punto de vista de la relación de fuerzas ente las clases.

6) Se ha abierto una coyuntura o un momento contradictoriamente reaccionario en el movimiento obrero mundial, producto de la traición del FSM y del control que ejerce la “nueva izquierda” sobre el ala izquierda del proletariado mundial.

Con el frente popular liquidaron al ala izquierda de las masas; desorganizaron y deshicieron los organismos aptos para la lucha política de masas frente al ataque de los capitalistas y su objetivo es impedir de forma decisiva que el trotskismo y el movimiento revolucionario se fusionen con la vanguardia obrera
Con este rol del frente popular, con los pactos contrarrevolucionarios, con las calumnias, mentiras y difamación contra los procesos revolucionarios, prepararon las condiciones para los putch fascistas, para korniloveadas y para duras derrotas de las masas.
Estamos ante una “nueva izquierda” que le promete “democracia” y “progreso” al movimiento obrero, cuando solo hay traiciones, sangre y brutal caída de la civilización humana.

7) La victoria provisora de estas direcciones post ’89 en el movimiento obrero, ha sido posible por las derrotas entregas históricas del estalinismo de los estados obreros, y por años de revisionismo contra el marxismo, de formar cuadros en el tacticismo, sindicalismo, practicismo, negando a cada paso la estrategia y los principios, revisando la teoría y cuando no, injuriando al marxismo y falsificándolo.

Los cuadros de la contrarrevolución actual, no son continuidad de la IV Internacional, sino que han sido formados para traicionar en una escuela de falsificación del marxismo y el trotskismo.
Como surgió el estalinismo, ha surgido la izquierda que sostuvo al FSM y que hoy salva al capitalismo con viejas fórmulas que ya empleara la socialdemocracia de principios del siglo XX para estrangular al movimiento obrero mundial.
Reconstruir teórica y programáticamente al marxismo es la condición previa a toda lucha seria para poner en pie un movimiento revolucionario real, para no desperdiciar el vapor de las masas en su combate.
No habrá posibilidad alguna de reconstituir la subjetividad del proletariado, que destruyeron las direcciones traidoras, sin derrotar al revisionismo en el marxismo y formar cuadros estrategas de la revolución proletaria.
La lucha por los cuadros, mantiene su total actualidad y vigencia.

8) En esta situación contradictoria, la clase obrera y las masas soportan a su dirección actual y cuando no, la padecen abierta y directamente. Millones de obreros se preguntan por qué no pudimos vencer. Buscan explicaciones de sus derrotas. Capas mas perspicaces ven que lo que le dijo su dirección no es lo que es. Basta ver que en este momento 50.000 sirios están llegando a Europa, que ayer fueron tratados como “tribus bárbaras” o “agentes del imperialismo”, cuando eran masacrados.

En estas condiciones se está reconstituyendo, en las profundidades del movimiento obrero, su aguerrida ala izquierda. Los obreros más avanzados y perspicaces buscan un camino. Sacan conclusiones. No retroceden. Ellos son las fuerzas para asentar y reagrupar cuadros para el trotskismo con estas lecciones revolucionarias.
Ellos necesitan saber la verdad, y la única verdad de estos cuadros objetivos del movimiento obrero, es distinguir al marxismo de su revisionismo. De allí que la lucha contra la falsificación del marxismo, que prepara cuadros para la contrarrevolución, sea una tarea clave, esencial e imprescindible en la lucha por los cuadros en este periodo que se ha abierto.

9) Presenciamos la consumación de la expropiación de la III y de la IV Internacional. En estas condiciones, en los procesos revolucionarios, las masas marcaron las huellas de un programa revolucionario internacionalista.

En lucha contra el revisionismo, nuestra corriente mantuvo los hilos de continuidad del programa marxista.
Se trata de redescubrir esas huellas de la revolución y de los jalones de socialismo impuestos por las masas y allí llevar los hilos de continuidad en los próximos procesos de radicalización.
Estas son las bases materiales para ponernos el objetivo de sacar lecciones revolucionarias del último período, desde el 2008 a la fecha, completadas en un programa de acción para reagrupar a la vanguardia revolucionaria mundial, como hicimos en el 2011 con los 21 puntos, con los cuales pusimos en pie el Colectivo, o con los 23 puntos con los cuales fundamos la FLTI.
Enormes procesos de revolución, contrarrevolución y de traiciones ponen a la orden del día actualizar este programa de acción para reagrupar revolucionarios bajo las banderas de la IV Internacional.

10) La teoría y la estrategia de la III Internacional revolucionaria, el Programa de Transición y la teoría-programa de la Revolución Permanente, han demostrado nuevamente que pasaron y pasan la prueba, casi de forma milimétrica.

11) El campo de batalla está lleno de escombros. Se llenó de corruptos. Faltan irreductibles. Ellos sólo pueden ser los que combaten por el programa de la IV Internacional.

Nuevos procesos de revolución, contrarrevolución y giro a la izquierda de los explotados crearán las condiciones para que el programa trotskista llegue a las masas.
La historia obliga a volver a intentarlo. No hay ni habrá lugar en nuestras filas para desertores.

El II Congreso del Colectivo por la Refundación de la IV Internacional – FLTI, hace suyos los siguientes documentos estratégicos, que contemplan esta caracterización y lucha política establecida:

- Capítulo 1 del libro de “Siria bajo fuego” y el programa frente a la revolución del Magreb y Medio Oriente
- Las tesis planteadas en el folleto de China en 2010
- Carta a la 53º Asamblea Antiguerra de Japón, publicada en OOI 12
- Reportaje sobre el Magreb y Medio Oriente, “2015: Siria sigue bajo fuego”, publicado en OOI 12
- Declaraciones sobre la cuestión griega - OOI 11
- Declaración sobre Ucrania del OOI 10
- Nuestra política frente a la cuestión cubana y la lucha contra los “bolivarianos” y el pacto Obama-Castro